UN ENFOQUE TEÓRICO ACERCA DE LOS VALORES EN LA CONTEMPORANEIDAD

UN ENFOQUE TEÓRICO ACERCA DE LOS VALORES EN LA CONTEMPORANEIDAD

Ibón Leonor Lahera Cabrales (CV)
UCP Frank País García

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Antecedentes históricos del proceso de la formación ideológica y en valores en Cuba.

La historia de la educación en Cuba, se vincula a una concepción humanista sustentada en valores, lo cual se fundamenta en diferentes estudios realizados (Chávez, 1996 y García Galló en Lahera 2004).
Uno de los rasgos que ha caracterizado  a la Educación Cubana en todas las etapas históricas, ha sido “precisar  que el fin de la educación tiene que estar encaminada a la formación del hombre en su más amplio y elevado concepto. El  hombre integral que piense, sienta, valore, haga, actúe y sobre todo ame. El centro aglutinador de este interés formativo ha estado en la esfera moral. No puede olvidarse que la educación cubana se desarrolló desde sus orígenes, en franca batalla por la formación y defensa de la conciencia de la cubanía, contra poderosos fuerzas  disolventes de esta." (Chávez,  1996: 118).
La educación moral en Cuba encuentra sus fundamentos en un análisis retrospectivo en la historia en la obra de Félix Varela, en su libro "Máximas morales y sociales", donde expone la idea de cómo a través del razonar se llega a los valores. Centró su interés en la formación moral de la juventud recogido en sus "Cartas a Elpidio", a la necesidad de que el hombre sea su corrector y  el que puedan descubrir por sí solos  la verdad. En la labor, además, de José de la Luz y Caballero, al referirse a la educación integral centrada en la formación moral y su método de "premios" y castigos". Enrique José Varona de quien se estudia su pensamiento con un enfoque integral, llegó a diseñar modelos educativos parciales, a definir que el fin de la educación es preparar el hombre para la vida, reconociendo la necesidad de la armonía entre la escuela y el medio social, abogando por una enseñanza además de científica, humanista, para formar hábitos morales, sentimientos, emociones (Chávez, 1996 en Lahera 2004).
Otro aspecto esencial son las ideas de José Martí como paradigma de la sociedad cubana al concebir la educación como un fenómeno social integral: la educación para la vida, o sea comprender a su época, poseer dinamismo y creatividad, vincularla al trabajo, de la necesidad de la cultura del diálogo, de alternativas de educación, en resumen una concepción integradora – humanista pues la concepción de una formación integral en José Martí está dada en la conjunción dialéctica entre conocer – pensar – actuar y formar valores. Al respecto señaló: “Es criminal el divorcio entre la educación que se recibe en una época, y la época” (Martí, 1975: 281 en Lahera 2004).
En su concepción integradora y humanista José Martí precisó las características generales de la educación, conforme a la época, científica, práctica, esencialmente vinculada al trabajo: “Hombres vivos, hombres directos, hombres independientes, hombres amantes, eso han de hacer las escuelas, que ahora no hacen eso”. (Martí, 1961: 90). Al referirse al carácter sistemático de la educación señaló: “no fructifica la educación si no es continua y constante” (Martí, 1975: 260 en Lahera 2004).
Se encuentra en su obra un elemento  a nuestro juicio de carácter metodológico que contiene una esencia integradora como base de la interdisciplinariedad, así: “Cuando se estudia por un plan, da gozo ver como los datos más diversos se asemejan y agrupan y de los más variados asuntos, surgen, teniendo una idea común alta y central, las mismas ideas. Si tuviera tiempo el hombre para estudiar cuánto ven sus ojos y el anhela, llegaría al conocimiento de una idea sola y suma” (…) (Martí, 1975: 287 en Lahera 2004).
Estudiar a este pensador en el  valor de su obra, que forma parte de la ideología de la Revolución Cubana, es interpretarlo en las siguientes direcciones; como fuente del conocimiento, como sujeto y objeto del conocimiento, como guía de los procesos sociales (Fernández, 1998 en Lahera 2004).
 De  esta forma el contenido de la obra martiana posee potencialidades  cognitivas- formativas. Es fuente de conocimientos y de los valores, de lo instructivo y lo educativo.
La axiología martiana es un elemento esencial en el desarrollo del proceso revolucionario cubano, al enfocar los problemas de la ideología los estudios del Dr. Armando Hart y Juan Marinello, Cintio Vitier entre los más destacados nos ofrecen puntos conceptuales – metodológicos para el estudio en el proceso pedagógico:

  • Estudiar a Martí con un enfoque social – cultural – antropológico, lo cual implica: entender la cultura como “una expresión sintética, como empresa de las grandes masas, como creación humana en y por el hombre, que incluye en su totalidad cada una de los singularidades y los perfiles humanos, es decir, la economía, la política, la ética, la estética, el arte (...)” (Pupo, 1998: 59 en Lahera 2004).
  • Su vida y su obra es toda una cultura al servicio del porvenir “(...) anticipa, modela y preludia una sociedad fundada en lo moral”. Todo lo  escrito por Martí mueve a la meditación del hombre.
  • En Martí se produce una síntesis entre sentimiento y razón, donde el amor es núcleo central entendido como: “amistad somera, el cariño, el disfrute estético, la contemplación de la naturaleza, la pasión humana por el trabajo, la libertad, el sentimiento filial y conyugal, la defensa del bien, el echar suerte con los pobres, la ternura en sus diversas dimensiones, la defensa de la dignidad y el decoro del hombre, en fin, preside y penetra tres atributos cualificadores de la subjetividad humana que en el paradigma martiano se revelan como categorías centrales: el Bien, la Belleza y la Verdad”. (Pupo, 1998: 61 en Lahera 2004).

Podemos concluir que se trata de un sistema de valores e ideales humanos, de una concepción integradora pues toda la labor intelectual de José Martí, su producción cultural contiene un mensaje político y axiológico que conjuga la ética – la cultura – la política y sintetiza lo nacional y lo universal.
Otro fundamento histórico está en la teoría Marxista-leninista, en la tesis de la Revolución Social Socialista, donde se argumenta el desarrollo de condiciones objetivas para su realización y el creciente papel del factor subjetivo y sus funciones, significando que el hombre es el creador de su propio destino, éste puede, con su actividad creadora y consciente, adelantar o retrasar un proceso histórico.
Al respecto, en su carta a J. Bloch de 1890. Federico Engels destacó:
“Somos nosotros mismos quienes hacemos nuestra historia, pero la hacemos, en  primer lugar, con arreglo a las premisas y condiciones muy concretas. Entre ellas, son las económicas las que deciden en última instancia. Pero también desempeñan su papel, aunque no sea decisivo, las condiciones  políticas, y hasta la tradición, que merodea como un duende en  la   cabeza de los hombres”. (Engels, 1971: 496 en Lahera 2004).  
Tal y como enseña  la Filosofía Marxista -Leninista  los factores objetivos determinan los subjetivos, pero estos tienen su relativa independencia.
Estudiosos y políticos han caracterizado el  papel del factor subjetivo, en específico el factor humano, del  hombre, con énfasis desde los años 80; entre ellos Isabel Raubert en su libro "Vanguardia y Revolución" y Thalía Fung en su obra" En torno a las regularidades y particularidades de la Revolución Socialista  en Cuba”. De igual forma, encontramos la idea del hombre en el centro de los problemas y sus soluciones en los escritos de Ernesto Che Guevara como "El socialismo y el hombre en Cuba" y en discursos de Fidel Castro que aparece recogida en sus libros.  "Por el Camino Correcto" e "Ideología, conciencia y trabajo  político,"Armando Hart en “Materialismo histórico y vida espiritual”, Maria Díaz Castañón en “Ideología y Revolución”, entre otros.
Como señala Ernesto Che Guevara en la obra citada, el individuo desempeña un importante.
Adquiere un  valor significativo  la actividad consciente que realizan los hombres a pesar de las limitaciones económicas de un país; es necesario identificar la vida espiritual, como una categoría social de carácter histórico, pues el marxismo reconoce el papel de la voluntad colectiva- voluntad humana – factor humano, es la cuestión de asumir las necesidades de una época y hallar los medios de canalizarlas. (Hart, 1996).
La manifestación del factor subjetivo que expresa momentos como: quién (sujeto), la capacidad del sujeto, nivel  de conciencia alcanzado por el sujeto, acción del sujeto y su condicionamiento histórico; es un fundamento importante de los diferentes componentes de la actividad consciente que realizan los hombres.
El factor subjetivo puede definirse como el nivel de conciencia, las acciones conscientes, la organización, la voluntad y la energía de los hombres, las clases y los partidos que luchan por la solución de determinadas tareas históricas o que se esfuerzan en emprender dichas soluciones; es por ello que regula el proceso histórico, lo orienta y constituye fuerza activa y consciente de previsión de progreso social. (Raubert, 1999).
En la comprensión incluso de las regularidades que rigen la realidad, pueden ser obstáculos para el desarrollo del factor subjetivo la existencia de distintos  prejuicios, orientaciones ideológicas, pasiones  sociológicas, el déficit de información, y hasta la toma de decisiones incorrectas atendiendo a las cualidades personales  de jefes, pensadores políticos, ideólogos, de la misma forma, pueden constituir aspectos que favorezcan la acción del hombre.
La solución de estas contradicciones no depende  tan sólo de la actitud de dirigentes y políticos, sino de la comprensión e identificación   que hagan de ello los trabajadores, los colectivos laborales, los grupos y  las organizaciones sociales. Es, en este sentido, necesaria toda una labor  cultural, educativa, ideológica  y de formación en valores a través  de las organizaciones e instituciones que conforman el sistema político de la sociedad y, por supuesto, la información política que ellas realicen, de las peculiaridades del desarrollo del factor subjetivo de un país, que en Cuba conjuga condiciones de subdesarrollo con un avance del desarrollo de la ciencia, la técnica y la cultura al servicio del pueblo y que es lo que favorece la toma de conciencia de las diferentes clases, grupos sociales, en el logro de sus objetivos políticos y como expresión de un sistema de valores a nivel de la sociedad.
El estudio de las raíces históricas de nuestra lucha por la liberación nacional, nos revela la evolución de este proceso. Solo así puede explicarse el sentimiento  patriótico, una conciencia de lucha y de   intransigencia  revolucionaria de los trabajadores cubanos.
La esencia de este proceso consiste en que la Revolución no se impuso a la fuerza, sino se fue desarrollando en correspondencia con los intereses, motivaciones y necesidades  de la clase obrera, independientemente de la presencia de otros sectores, capas sociales  o grupos en la sociedad, incluso puede hablarse de la asimilación de estos últimos de los intereses y objetivos de los trabajadores sin pertenecer a su clase. Este es, en nuestra consideración, la base política e ideológica del proceso formativo que justifica el entusiasmo de las masas en los años iniciales de la Revolución y que se fue transformando en compromiso político y en la consolidación de valores como dignidad, justicia, amor a la patria y sentimientos de cubanía.

Forma parte como nivel estructural de la conciencia social la ideología social, es por ello que el estudio de la formación de la conciencia es un requisito teórico-metodológico, proceso que pasa por diferentes momentos históricos. De esta forma es necesario determinar las etapas del proceso de concientización del pueblo cubano, de sus objetivos, metas en la lucha por un proyecto o ideal social y de la conformación de la ideología y los valores presentes en nuestra sociedad.
La autora de este trabajo  identifica cuatro aspectos teórico – metodológicos para el análisis que fundamenta desde las raíces históricas de la Revolución el proceso de formación ideológica y en valores:

  • El necesario vínculo ideología – valores. En Cuba se reconoce una educación en valores de carácter integral humanista, desde el problema de la nacionalidad cubana y la formación de una conciencia nacional en la lucha contra el colonialismo y el neocolonialismo presente en los próceres de la independencia.
  • La existencia de un ideario martiano portador de un sistema de valores con una concepción integradora de la ética, la política, la cultura, de lo nacional y lo universal presente en la vanguardia que organizó y dirigió en diferentes momentos el proceso revolucionario cubano  desde 1868 hasta 1959 y su continuidad, que se conjuga con su antiimperialismo y patriotismo.
  • En la forma en que se desarrolló el factor subjetivo, entendido como actividad consciente de los hombres y de su vanguardia y la forma de organizarse para cumplir las diferentes metas y tareas políticas e ideológicas.
  • El nivel de participación del pueblo cubano en los diferentes momentos de la Revolución dado en su identificación o no con los intereses de la vanguardia y la relación dialéctica entre lo social y lo individual teniendo en cuenta las necesidades, motivos e intereses de los sujetos sociales.

El análisis histórico  del proceso formativo ideológico y en valores en la sociedad cubana nos conduce a concluir  como elementos básicos los siguientes:

  • Las tradiciones de lucha de  la sociedad cubana en:
  • El arraigo de fuertes sentimientos antiimperialistas, de patriotismo, humanismo e internacionalismo, libertad, independencia e identidad nacional desde el enfrentamiento al colonialismo y neocolonialismo.
  • Una educación orientada a una formación integral y en la esfera moral, presentes históricamente en los próceres de la independencia y los pedagogos cubanos.             
  • El ideario martiano y su confluencia con el Marxismo- Leninismo.
  • Las características de la conformación del factor subjetivo, dado en:
  • La existencia de un líder de condiciones excepcionales, que encausa los intereses de un  pueblo  que hace suyos los ideales de la vanguardia.
  • La existencia de una vanguardia en la dirección del proceso revolucionario, identificado plenamente con los intereses cardinales de los  trabajadores.
  • El proceso de concientización que realizan las organizaciones e instituciones, creadas desde los primeros años de  la Revolución  que conforman el sistema político de la sociedad.
  • El carácter de las medidas tomadas por el Gobierno Revolucionario en las diferentes etapas históricas de la Revolución y la participación de las masas en ellas.
  • La forma de ejercer la democracia en Cuba, con una constante y activa participación del pueblo en la toma de decisiones.

Tales consideraciones que pueden obviar otras no menos significativas se sustentan en la consulta  a una amplia bibliografía que en síntesis aparecen abordadas de forma más profunda en la tesis de doctorado de la autora (Lahera, 2004), así como en estudios realizados posteriormente acerca de estos contenidos.