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  Como  nominalizador1  condicional en las  muestras sólo se utilizó si:
  Ej.: Si vas a la parte de divisa te atienden con todas las condiciones… (Inf.11)
  En este caso, el  entrevistado expresa una acción habitual de forma tal que si prácticamente pierde su significado hipotético para equivaler a cuando.
  En otras  ocasiones - menos frecuentes - el si aparece con su sentido hipotético, pero ya no encabezando oraciones.
  Ej.: Tendrías que pagar una  casa de renta si tienes dinero para pagarla, y eso si logras coger una habitación ahí. (Inf. 9)
  En ambos ejemplos  es posible la interpretación universal, y los verbos son conjugados en presente  de indicativo 2. No obstante, el si más empleado fue el equivalente a cuando, y ello se debe a su capacidad de  condicionar la expresión de verdades generales y atemporales, lo cual dota de  mayor fuerza la aserción - en el sentido de que el sujeto de la enunciación  (Vid supra Capítulo 1, subacápite 1.1.3) absolutiza, expresa su certeza de la  veracidad de lo que dice – y posibilita con más facilidad la lectura genérica  del enunciado.
  Por otra parte,  los constituyentes adverbiales antepuestos fueron más variados.
  Ej.: …Cuando tú vas para el pedriático, estás viendo que lo que le están echando a la carretera son pegotes de chapapote.  (Inf.1)
  Ej.: Cuando tú vasa un lugar sea divisa o moneda  nacional, desgraciadamente al turista se le atiende mejor. (Inf. 18)
  En ambos ejemplos  al adverbio cuando, antepuesto al  resto de la estructura, ubica la situación descrita en el enunciado en un  presente atemporal, provocando que la oración subordinada adverbial de tiempo  en la que aparece el verbo (vas) a la vez se convierta en activadora genérica  del enunciado. 
  Resulta  interesante el primer caso, en el que el adverbio cuando crea una atmósfera genérica que se extiende a la perífrasis  durativa estás viendo. Con esto se  corrobora el planteamiento de la GDLE acerca  de la posibilidad de interpretación genérica  para los verbos cuya acción es presentada en un estado de desarrollo sólo  cuando aparecen constituyentes de tipo adverbial que la generen (Vid supra Capítulo  1, subacápite 1.2.1.3). 
  Existen otros  ejemplos donde se advierte la presencia de constituyentes adverbiales:
  Ej.: Esto no se puede comparar con  antes. Antes tú con cien pesos tú disfrutabas y ahora no haces nada. (Inf. 2)
  Ej.: Tú antes cogías a un muchacho que iba por la calle y decía una mala palabra y tú lo requerías y ese bajaba la  cabeza. Hoy en díano le puedes decir nada, porque te insulta, no te hace caso. (Inf.15)
  En el primer  ejemplo observamos la presencia de los adverbios de tiempo antes y ahora en una  oración compuesta por coordinación .Ambos apoyan la expresión de verdades  generales, ubicando la situación enunciada en un copretérito y un presente atemporal,  respectivamente.
  En el segundo  caso ocurre lo mismo, con la única diferencia de que el informante  emplea la expresión adverbial Hoy en día  como sinónimo de actualmente, ahora, con  las mismas posibilidades de indefinición universal.
  También aparecen  otros constituyentes adverbiales: 
  Ej.: Tú salías con tu pareja o con tu familia y encontrabas en cualquier lugar un servicio  bueno, una calidad en el producto que tú buscabas. (Inf. 3)
  Ej.: Ahora la gente ostenta un  poquito más de las cosas. No es como antes, que si tenías un pulovercito,  una camisita, te conformabas con eso  e ibasdondequiera… (Inf.16)
  Los  constituyentes adverbiales dondequiera y en cualquier lugar, de igual  significado, refuerzan la lectura genérica del enunciado.
  Siguiendo los  pasos de la Dra. Irina  Bidot, a estos elementos analizados en el primer capítulo (Vid supra subacápite  1.2.1.3) y observados en las muestras recogidas, hemos incorporado otros  aspectos considerados también por la   Doctora como activadores genéricos (la presencia de la segunda  persona del singular desfocalizadora en construcciones causales3 ) y  reforzadores de genericidad: enumeraciones de acciones, procesos o  ejemplificaciones y la alternancia, dentro de un mismo enunciado, de la segunda  persona del singular desfocalizadora con el indefinido uno y el genérico se.
  Las conjunciones  subordinantes causales indican la lectura genérica en casos como: 
  Trabajo hay, porque si tú te pones a buscar un trabajo tú te lo encuentras.  (Inf.13)
  En este ejemplo  advertimos cómo la conjunción porque introduce la interpretación  genérica; sin embargo, las formas que marcan dicha lectura (segunda  persona del singular en función sujeto explícito, verbo y perífrasis  verbal, te complementario) aparecen  dentro de una oración subordinada condicional que depende de la causal.
  Según Irina  Bidot, la enumeración de acciones, procesos o ejemplificaciones devienen en  reforzadores genéricos al permitir el empleo reiterado del uso estudiado  (2007:96), lo cual ocurre en varios momentos de las entrevistas. Obsérvese, por  ejemplo, la siguiente enumeración de acciones:
  Antes funcionaban los hoteles. Usted iba, llegaba a la  carpeta y solicitaba habitación. Te daban tu habitación, la pagabasa un precio asequible o ibas al  Villa Azul y hacías lo mismo o al Comodoro. (Inf. 9)
  De igual forma,  la alternancia dentro de un mismo enunciado de la segunda persona del singular universal  con el indefinido uno y el genérico se constituye una manera de reforzar  el carácter desfocalizador de lo enunciado.
  Ej.: Antes, si estaban hablando los  padres, uno no se podía meter; nada más te miraban y ya tú sabías que tenías que apartarte porque eso no era contigo. (Inf. 15)
  Ej.: La juventud es bella. Los jóvenes siempre fueron al frente, los  impulsores de todo, porque cuando se es joven se tiene la fortaleza, se es hasta un poco irreflexivo. Tú vas hacia adelante y tal vez un poco no razonas bien. (Inf. 9)
  Ej.: Puerto Padre es una ciudad muy  bonita y tiene muchos lugares donde uno puede pasear. Las opciones  gastronómicas no son lo que se desea. En algunas partes te atienden mejor, en otras no; es según  el lugar. Si vas a la parte de divisa te atienden con todas las condiciones, pero cuando vas a la otra hay obreros que sí te atienden, pero otros no. (Inf. 11)
  En el primer  ejemplo la segunda persona del singular desfocalizadora comparte  territorio con el indefinido uno; en el segundo, con el genérico se;  y en el tercero, con ambos, lo cual consolida la lectura genérica de los  enunciados.
  De manera  general, en este subacápite hemos analizado – siguiendo el procedimiento de la Dra. Irina Bidot – como  factores sintácticos inductores de genericidad el condicional lógico, los  constituyentes adverbiales y las construcciones causales; y como reforzadores  genéricos, la enumeración de acciones, procesos o ejemplificaciones y la  alternancia - dentro de un mismo enunciado - de la segunda persona del singular desfocalizadora con el indefinido uno y el genérico se.  
  Todos estos  elementos, junto a los analizados en los subacápites anteriores, integran la  descripción gramatical de la segunda persona del singular como  desfocalizadora del centro deíctico personal, que ha sido realizada a partir de  las tres variables extralingüísticas seleccionadas en este trabajo: el sexo, la  edad y el nivel de instrucción de los hablantes muestreados. Sobre esta base,  llevamos a efecto la explicación pragmática de este uso lingüístico; tarea que  será desarrollada en el siguiente acápite.
1 Los nominalizadores son los transpositores que se encargan de transferir una oración en sintagma nominal o en grupo adjetival. B. Pottier sólo incluye dentro de ellos el pronombre relativo que, la conjunción que y su variante modal si. Otros gramáticos incluyen los adverbios como, cuando y donde, y los pronombres y adverbios interrogativos (B. Porttier y O. de la Cueva et all. Apud. Bidot, 2007: 93). Nosotros asumimos el criterio de B. Pottier.
2 Recuérdese que aunque no fue el tiempo de mayor frecuencia de uso en las muestras recogidas, está considerado por la GDLE como el tiempo que ofrece mayores posibilidades de generalización (Cfr. 2000: 1736).
3 Tanto en las entrevistas como en las encuestas orales fueron encontrados enunciados en los que se insertan construcciones causales que posibilitan la interpretación genérica del enunciado. De los seis casos en que se empleó la segunda persona del singular desfocalizadora en las encuestas orales (Vid Anexo 10), en cinco aparecen estructuras causales.