CUARTO SEMINARIO DE DESARROLLO LOCAL Y MIGRACIÓN

CUARTO SEMINARIO DE DESARROLLO LOCAL Y MIGRACIÓN

Eduardo Meza Ramos (CV), Octavio Bojórquez Camacho y Edel Soto Ceja. Coordinadores

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La participación de las microempresas en los sistemas productivos locales de México.

RESUMEN.- A través de una clasificación y descripción de experiencias significativas de desarrollo endógeno en México, se analiza cual ha sido el papel de las microempresas para con el conjunto territorial. Se concluye que si bien han sido excluidas principalmente por la presencia de grandes empresas nacionales y transnacionales; en México existen sistemas conformados principalmente por microempresas que pueden presentar potenciales de desarrollo endógeno.
INTRODUCCIÓN.- Las experiencias más exitosas de desarrollo económico endógeno (DEL) han mostrado que el tamaño de las empresas no son factor determinante para estos modelos de producción socio-territoriales, pues lo que importa son las sinergias que los agentes existentes logran generar.
Esta idea ha sido teorizada por varios autores a partir del estudio de territorios pertenecientes a países primermundistas (Castells y Borja 1998) (Vazquez Barquero 2005) (Sforzi 2007); sin embargo, asumir que esto ocurre en México son lineamientos que deben ser corroborados para conocer si las microempresas –10 empleados o menos- funcionan como un agente de desarrollo endógeno y a partir de ello disminuir sus debilidades y ampliar sus potencialidades para propiciar procesos de desarrollo local.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. En América Latina –incluido México- las microempresas presentan características distintas a las de los países mas desarrollados: escasa información empresarial, el bajo nivel de capacitación empresarial y tecnológica, la dificultad de acceder al financiamiento de mediano y largo plazo, la escasa calificación de los recursos humanos, la baja tasa de innovación tecnológica, la escasa calidad y diferenciación del producto, las dificultades en la comercialización, la escasa presencia y tradición exportadoras, bajo grado de asociacionismo y cooperación empresarial, la informalidad y la reducida sensibilidad ambiental. (CEPAL/GTZ 2001, 14)
En este contexto se lanzan las preguntas que guiaron la investigación: ¿Qué participación han tenido las microempresas en los sistemas productivos locales detectados en México? ¿Han generado sinergias con los demás agentes del territorio? ¿Cuáles son las fortalezas ó debilidades que presentan las microempresas en México para formar parte de los procesos de desarrollo endógeno?
METODOLOGIA.- El presente estudio se presenta desde un enfoque cualitativo; a través de un análisis comparativo del comportamiento de las microempresas en distintas experiencias de desarrollo endógeno en México.
El modelo de análisis es el propuesto por Antonio Vázquez Barquero (2005) donde establece que a través de la sinergia producida por cuatro factores principales, los territorios generarán procesos de acumulación a corto y largo plazo.
De acuerdo a Vázquez-Barquero (2005) estos factores serían las fuerzas que regulan y controlan los procesos de acumulación de capital y facilitan los rendimientos crecientes. Sin embargo, no se trata de factores que actúen aisladamente, sino por el contrario, existe una alta interdependencia entre ellos. A continuación se describen brevemente cada una de las fuerzas y sus cinco variables más importantes:
1) La organización flexible de la producción se refiere a la articulación horizontal entre empresas de diferentes tamaños para generar externalidades a través de la especialización y subcontratación de diversas empresas distribuidas en la cadena de producción. (Vazquez Barquero 2005)
2) La difusión de las innovaciones y el conocimiento se refiere a como las innovaciones –de producto, proceso ó tecnología- y los conocimientos –datos e informaciones- son introducidos y reproducidos por toda la red de empresas, generando de esta forma un fortalecimiento del conjunto territorial al estar en constante innovación. (Vazquez Barquero 2005)
3) El desarrollo urbano del territorio hace referencia a como la organización y/ó presencia de infraestructura urbana generan economías externas.(Vazquez Barquero 2005)
4) El cambio y adaptación de las instituciones se refiere al conjunto de normas y acuerdos formales ó informales que se dan entre los actores, organizaciones y pueblos y buscan que las empresas tengan un mayor desempeño. (Vazquez Barquero 2005)
Además, ha sido necesario sistematizar las experiencias de acuerdo a sus características convergentes y divergentes; para ello se ha utilizado la tipología de aglomeraciones1 presentes en el territorio mexicano propuesta por Xavier Paunero, Germán Sánchez y Leonel Corona (2007), señalando tres tipos:

  1. Aglomerados vinculados a las cadenas productivas globales
  2. Aglomerados ó Polos de Innovación Tecnológica y
  3. Aglomerados tradicionales vinculados con recursos de la localidad desarrollados principalmente de manera socio-histórica 2que a su vez se dividen en tres sub-categorías: a) modernizados exportadores exitosos, b) modernizados ó semi-modernizados consolidados en el mercado nacional y/ó regional; y los c) de baja tecnología con mercados marginados.

También ha sido conveniente para lograr explicar las limitaciones que tienen las microempresas de acuerdo al entorno en el que se desenvuelven, recurrir al concepto de ANLOPEs –Andamiajes Locales de Operación- propuesto por Andrés Solari Vicente (2002):
En este tipo de espacios locales, las grandes y medianas empresas nacionales y transnacionales (gEn/t) fincadas normalmente en las ciudades mas importantes del país, despliegan particulares modalidades de actuación tejiendo un conjunto de relaciones comerciales, sociales y políticas que conforman andamiajes locales de operación (ANLOPEs) en medio de (y frente a) los cual se desempeñan, compite y/o sobreviven las MyPES. (…) condicionando en gran medida las formas en que se configuran y modelan las MyPES. (300-301)
De acuerdo con Solari, a partir de las características de cada ANLOPE las MyPES se pueden clasificar en tres tipos dependiendo de las limitaciones impuestas por las gEn/t:

  1. MyPES con fuertes limitaciones estructurales (MyPES-FLE) : aquellas que se desenvuelven en ANLOPEs bajo la dominancia de las gEn/t en los mercados donde confluyen las MyPES locales.
  2. MyPES con medianas limitaciones estructurales (MyPES-MLE): ubicadas en localidades con ANLOPEs donde la presencia de gEn/t no es total ni implica una amplia dominación.
  3. MyPES sin limitaciones estructurales (MyPES-SLE): aquellas que se desenvuelven en ANLOPEs donde los obstáculos a su crecimiento son nulos o casi inexistente y en donde la presencia de gEn/t es muy débil.

De esta manera, utilizando el modelo de desarrollo endógeno de Antonio Vázquez Barquero, la tipología de Xavier Paunero et al sobre los desarrollo endógenos mexicanos y los tipos de MyPES propuestos por Andrés Solari, se da cuenta que el impacto de las microempresas en el desarrollo económico endógeno está fuertemente influenciado por el mercado en el que se desenvuelven las microempresas.
RESULTADOS.- A continuación se expone el papel desempeñando por las microempresas en cada uno de estos cinco aglomerados, caracterizados principalmente en base a su actividad, mercados y nivel tecnológico.
1) Las microempresas y los nodos de producción global en México.
El concepto de nodo global se recupera de Saskia Sassen (2007); para la socióloga, la deslocalización de la producción ocasionada por la globalización ha generado lo que ha denominado circuitos globales de producción semejantes a una red, de ahí la analogía del nodo. Estos procesos son planeados, financiados y controlados desde las ciudades globales (Sassen 2007), deslocalizando la producción de bienes o parte de su proceso en diversos territorios alrededor del globo y de acuerdo a sus potencialidades ubicación geográfica, costo de la mano de obra, políticas de estimulo a la inversión extranjera, saberes de la población, etc.
En México este fenómeno ha propiciado la localización de  varias empresas transnacionales para producir bienes o parte de su proceso; llegando a concentrar un territorio varias empresas de una misma rama productiva. Xavier Paunero et al (2007) señala que estos nodos son industrias vinculadas a sectores de media y alta tecnología (p.e. automotriz y electrónica), como también a la industria del vestido, ubicados principalmente en el norte y centro del país.
Miguel Rivera Ríos (2007) al estudiar el impacto que han tenido estos nodos exógenos para desarrollar capacidades endógenas en los territorios, pone a prueba la hipótesis de que pese a ser de propiedad extranjera, tienen determinado grado de endogeneidad que podría impulsar el desarrollo nacional. Sin embargo, los resultados de Rivera muestran un panorama desalentador; los niveles de integración de estas empresas con las nacionales no siempre son los óptimos para fundar recursos endógenos y el autor concentra las experiencias en tres distintas modalidades con respecto a la  endogenización de las industrias locales a partir de la integración de las empresas transnacionales con la industria local: a) implantación integral sin empresas locales, b) implantación semi-integral con empresas locales y c) Proliferación de empresas locales en torno a los ejes territoriales.
I.1 – Los nodos globales sin integración y las microempresas.
Se nota una integración de tres niveles y una parte de las empresas globales carecen de relaciones con empresas mexicanas, por lo que cualquier posibilidad de flexibilizar la producción con microempresas queda descartada. León Bendesky (2003) señala que en lo referente a la industria maquiladora textil es inexistente la presencia de microempresas.
I.2 – Nodos globales semi-integrados y las microempresas.
Darío González Gutiérrez (2007) estudió el proceso de integración y endogenización en Tlaxcala a partir de la instalación de la fábrica de Volkswagen en las inmediaciones de Puebla, concluyendo que:
Las empresas encadenadas de Tlaxcala son filiales de multinacionales que, además, realizan procesos de producción repetitivos: la I+D y los procesos de innovación son ejecutados en sus casas matrices, localizadas fuera del país. (…) A esto hay que agregar que las multinacionales guardan celosamente los secretos de sus procesos productivos, para no perder posiciones en el mercado frente a sus competidores, y que las relaciones que establecen con sus proveedores y usuarios tienden a ser unidireccionales, herméticas y verticales. (200784)
Lo que se aprecia es que la interacción es que estos nodos globales no han endogenizado los territorios, limitando el poder de interacción de las micro, pequeñas y medianas empresas. Con respecto a las experiencias semi-integradas, Rivera Ríos señala que las empresas locales han tenido una baja inserción y se han dado casos en los que empresas locales altamente capaces han preferido romper las relaciones con las multinacionales por las prácticas de leoninas de compras o subcontratación que imponen las grandes empresas transnacionales. Además la ruptura de relaciones no se da solo por decisión de las empresas locales, pues ante las transnacionales la necesidad de de reducir costos, elevar la calidad, productividad y ante la necesidad de recuperar mercados expulsa a los proveedores mexicanos de estos sistemas productivos locales. (Rivera Rios 2007, 87)
I.3 – Los nodos globales endogenizadores y las microempresas.
Por último, Rivera Ríos (200786-87) señala que se han registrado casos en los que las transnacionales han endogenizado recursos humanos y estos han sido capaces de generar una proliferación de empresas locales en torno a los ejes territoriales dominados por las grandes empresas transacionales. Se trata, por ejemplo, de pequeñas empresa de  software en Tijuana-Mexicali (aplicaciones y soluciones para el mercado local) y pequeñas empresas tecnológicas en Guadalajara (software embebido).
La multiplicación de empresas de servicios de software en Tijuana-Mexicali representa un caso de crecimiento inducido por el desarrollo de la industria maquiladora de esa región -algunos de los gerentes fueron empleados de empresas maquiladoras- (Rivera Rios 2007, 88). Al estudiar el clúster de software en Tijuana, Alfredo Hualde y Redi Gomis (2007209) refieren que esta forma de organización productiva es diferente a las conocidas en Baja California –principalmente maquiladoras- y hacen énfasis en la concertación de las sinergias de los actores endógenos empresariales, gubernamentales, académicos e institucionales para lograr el impulso a este clúster; concluyen que se presentan varios desafíos para cómo hacer rentables y organizar a las empresas, el sector es débil y poco profesionalizado; por ello refieren que es importante la capacitación y certificación de empresas.
Sin embargo Rivera Ríos (2007), señala que las micro y pequeñas empresas que componen el clúster de software de Tijuana su innovación es limitada, pues ubica el software fabricado en la categoría de “genérico” –aplicaciones y soluciones para el pequeño comercio, escuelas, oficinas de gobierno, etcétera-; además éstas no han crecido de su “escala modesta” durante 5 años.
Por otra parte en el caso de electrónica en Guadalajara (Ham Aburto, La importancia de la industria electrónica en Jalisco. s.f.) existe una serie de encadenamientos de proveeduría y producción entre los fabricantes de equipos originales (OEM), proveedores especializados (SS), los fabricantes de equipo por contrato. Los autores no señalan la composición de la estructura de acuerdo a su numero de empleados; pero el promedio de los empleos generados entre las firmas participantes -285 empleados-, indican la predominancia de empresas con capacidades diferentes a las de las microempresas.
La ausencia de las microempresas en la literatura académica indican que éstas unidades son excluidas de los sistemas productivos locales existentes a partir de los nodos globales. Estos resultados podrían explicarse de acuerdo a la clasificación de Andrés Solari (2002),  pues estas microempresas se desempeñan en ANLOPEs de fuertes limitaciones estructurales, en los cuales se establecen ciertas características que impiden el desarrollo de estas unidades productivas:
En las ramas donde participan las gEn/t que compiten con las MyPES, la tecnología cumple un papel muy destacado en el crecimiento de las empresas dominantes y en el control de sus dinámicas. En el caso de estas MyPES la tecnología tienen un gran diferencial de escalas, costos y obsolescencia respecto a las que se manejan en las gEn/t de la rama. Cuando existe, la innovación tecnológica de las MyPES es bloqueada, adquirida ó destruida por las gEn/t operantes en las medianas limitaciones estructurales. En muchos casos, no existe propiamente innovación, por ejemplo, en la industria de refrescos gasificados, donde algunas MyPES locales generan productos de consumo para espacios que “dejan libres” las gEn/t. Aunque algunas innovaciones puedan tener un carácter estratégico, resultan de una mezcla de actividades planeadas y fortuitas. (301)
Lo que se aprecia sobre estos nodos con respecto a las microempresas es que no han sido incluidas para generar una flexibilización productiva, ni introducido ó difundido innovaciones, ó regenerado el sistema urbano mediante una diversificación productiva ó motivado la creación de instituciones que apoyen a las microempresas para ser partícipes de estos sistemas productivos locales.
II - Las microempresas y los polos de innovación tecnológica en México.
Se han detectado seis polos de innovación tecnológica (PIT) en el país, con especialización productiva distinta: en Ensenada con telecomunicaciones, Cuernavaca en Biotecnología, Distrito Federal en servicios, Texcoco en agricultura, Guadalajara en electrónica y la zona de Querétaro y el Bajío con el sector de maquinaria. (Paunero, Sánchez y Corona 2007)
Como pudimos apreciar en páginas anteriores, las microempresas en el clúster de electrónica en Guadalajara tienen poca presencia en este polo de innovación tecnológica, dominado principalmente por grandes y medianas empresas. Por otro lado, Claudia de Fuentes (2007) estudió los vínculos establecidos entre los agentes de la Santiago de Querétaro y las pymes del sector metal-mecánico. La autora marca que la presencia de EG en Querétaro (59 ETN y 31 Nacionales) ha permitido la conformación de un aglomerado productivo y que han tenido la función de “anclas”, donde sus proveedores, generalmente son Pymes –excluidas las microempresas-, fabrican y proporcionan principalmente refacciones para maquinaria de producción, moldes y reparación de moldes, líneas de ensamble, engranes, bujías, etc.
Las Pymes del sector tienen un nivel de vinculación bajo con los centros públicos de investigación, universidades, instituciones de capacitación técnica, asociaciones empresariales, banca de desarrollo y dependencias gubernamentales. Por ello, concluye la autora:
En el caso de Querétaro no es posible hablar de la existencia de un sistema local de innovación, pues a pesar de que hay una gran riqueza de agentes, éstos no han establecido suficientes vínculos que promuevan los flujos de conocimiento. (de Fuentes 2007, 63)
Las PyMES de la localidad han desarrollado capacidades tecnológicas y organizacionales, mismas que han estado determinadas en gran medida por el tipo de vínculos de proveeduría que han establecido con sus clientes, y por los escasos vínculos que han establecido con otros agentes de la localidad. La autora Claudia de Fuentes hace referencia a pequeñas y medianas empresas, lo que indica los montos de inversión que requieren las empresas para participar en los procesos productivos.
Lo que podemos interpretar de acuerdo a los polos de innovación tecnológica de electrónica en Guadalajara y de maquinaria en Querétaro, es que las microempresas están siendo excluidas de estas formas productivas debido principalmente al monto de inversión y mano de obra requerida para la producción.
III – Las microempresas y los sectores tradicionales.
Durante la década de los setentas, las pequeñas empresas familiares3 participaron formando regiones especializadas en procesos industriales tradicionales, explotando los recursos endógenos naturales y la “maestría” adquirida de generación en generación. Como se puede apreciar, el tiempo impactó de manera diferente a los territorios y han sido diversos los factores para que su evolución quede estancada ó haya sido exitosa. En el caso de los sectores tradicionales, como lo hemos señalado antes, retomando a Paunero, Sánchez y Corona, se puede hacer una distinción en base a su éxito de mercado y tecnología: los que lograron exportar y modernizarse, los que tienen una fuerte en los mercados nacionales y regionales, y por último los que no se han modernizado y sus mercados locales sirven para sobrevivir; en cada uno de los casos ¿Cómo participan las microempresas?
III. 1 – Los sectores tradicionales modernizados exportadores.
Ramón Martínez Huerta (2007), al analizar los procesos productivos de la horticultura de exportación Sinaloense, señala que en cada etapa del proceso de producción existe la posibilidad de introducir o desarrollar innovaciones que aumenten la productividad de los recursos empleados y fortalezcan la competitividad del sector.
En todos estos procesos pudieran existir tercerizaciones a las microempresas, sin embargo el autor no las menciona, por lo que suponemos que la forma de organizar la producción que domina en esta industria es del corte fordista en el que la totalidad de los procesos productivos son generados por los empleados de la misma empresa, además por el cuidado requerido para que los frutos tengan calidad de mercados internacionales el traslado a otras empresas para una posible tercerización resulta complicado.
¿Han sido excluidas las microempresas de estas industrias? No totalmente, las empresas de hortalizas demandan insumos de producción y son las microempresas las encargadas de abastecerlos. En este sentido es donde se encuentra la complementariedad al sistema de las microempresas y sus posibles incorporaciones de innovaciones a través de innovaciones graduales respecto a la calidad y especificidades de los insumos como fertilizantes, válvulas, malla-sombras, etc; que importándolos al territorio mejorarían los procesos.
También pudieran darse microempresas que funcionen como brokers y encuentren mercados para la producción de los territorios; sin embargo el autor no refiere una existencia de ellos. Nuestra hipótesis, sobre el papel de las microempresas en las industrias tradicionales modernizadas es en el rol de comerciantes que aportan al sistema haciendo que el tejido urbano se encuentre diversificado principalmente por la oferta de insumos a la producción, siendo excluidas de la flexibilización productiva, la introducción de innovaciones radicales ó políticas orientadas para su inclusión como productores ó centros de innovación.
En el mismo sector de hortalizas, señala Jose Alberto Zarazúa et al (2007) que los cambios en los patrones de consumo mundial ha generado la necesidad de integraciones verticales y alianzas y que en este sentido se presenta una oportunidad de negocios para productos hortícolas mínimamente procesados (PHMP) que están lejos de ser simples materias primas. Los productos PHMP como brócoli o coliflor congelados, son fácilmente identificables por leyendas en empaque como listo para cocinarse ó comer, etc.
Con una metodología cualitativa, a través de entrevistas, Zarazúa et al (2007) señalan que las empresas agroindustriales para cumplir los requerimientos de tierras para cultivo establecen contratos con productores para abastecerse de materia prima, como en el caso de la empresa “X” que renta alrededor de 3100 hectáreas (100 % de la superficie controlada); y menciona que en el caso de la empresa “Y” y “Z” el 40% y 60% de los terrenos cultivados son propios, rentando las demás tierras. Además, las empresas germinan en sus viveros la plántula en cuestión, dejando de lado al productor de este proceso y en general las tecnologías son propiedad de las empresas núcleo4 . Otra muestra del carácter de control de todos los procesos, los recursos humanos son principalmente formados en la planta recurriendo a jóvenes con formación técnica en áreas afines. Por último, en cuestiones de innovación las empresas están desligadas de organismos gubernamentales y académicos.
¿Qué podemos identificar de la situación entre empresas horticultoras y productores? Los agricultores –sean micro o pequeñas empresas- están condicionados por los lineamientos impuestos por los rentistas ó quedan fuera de las producciones solamente rentando la tierra. Esto impide que los productores sean capaces de introducir innovaciones de producto, proceso ó tecnología, siendo estas impuestas por las grandes compañías. Existe una dualidad, por un lado limita a los productores y por otro podría propiciar procesos de endogenización que permita en un futuro a los productores independizarse de estas relaciones de subcontratación.
¿Qué reflexiones giran en torno a las actividades tradicionales modernizadas exportadoras? En comparación con los nodos globales de producción, las microempresas no tienen tantas limitaciones para ser incluidas como proveedores, sin embargo resultan meros giros comerciales al abastecer de tecnologías exógenas a los productores locales.
Consideramos que, de acuerdo a los ANLOPEs propuestos por Andrés Solari (2002) las limitaciones experimentadas por estas microempresas son condiciones similares a las experimentadas por las que tienen relación con los nodos globales de producción, en las que el crecimiento de los productores y comerciantes depende de los techos de crecimiento que establezcan las empresas núcleo.
III. 2 – Las industrias tradicionales consolidadas en el mercado nacional y/ó regional.
En el nivel nacional exitoso, nos es posible observar una cooperación más frecuente entre microempresas y los aglomerados locales, la historia socio-territorial ha dotado de saberes necesarios a los agentes para generar productos posicionados en el mercado nacional ó internacional; ejemplos de ellos son los muebles de la zona metropolitana de Guadalajara y los textiles de Tlaxcala; además de la industria del Zapato en los estados de Guanajuato y Jalisco.
En el caso del calzado de la zona metropolitana de Guadalajara; Katia Magdalena Lozano Uvario y Pedro Méndez Guardado (2002) indican que la industria zapatera tiene una base socio-histórica en el territorio, pues desde el año 1751 surgieron talleres y gremios, seguidos de fábricas industriales. Además existen cadenas productivas de cuero-calzado (productores, proovedores y comercializadores) y que el 23% de los 190 millones de pares fabricados en la nación se producen en Jalisco.
La industria está compuesta por un sistema de pequeñas empresas que fabrican principalmente zapatos –mas que insumos y tecnologías- de mercados locales y nacionales; aunque se observa una fuerte competencia por los mercados geográficamente definidos, es posible encontrar estrategias de integración en la fabricación de productos a través de la división de la subcontratación y el trabajo a domicilio. (Lozano Uvario y Méndez Guardado 2002)
De manera similar, menciona Rocío Rosales Ortega (2003) que en la industria de los textiles en Tlaxcala, la subcontratación y el trabajo a domicilio es también una práctica existente, que coexiste  con formas productivas organizadas. Las grandes empresas fabrican para el mercado internacional, los talleres semi-industrializados maquilan para el mercado nacional y los talleres se enfocan al mercado local/regional.
“Con respecto al sector del vestido, Antonio Alonso (1997b) elaboró un esquema de las relaciones de subcontratación entre industrias de esta rama. La tipología de maquiladoras varía desde pequeños talleres informales dedicados exclusivamente a ensamblar las piezas que conforman una camisa, falda o vestido proporcionadas por brokers de Puebla o de la Ciudad de México, quienes comercializan las mercancías hacia Estados Unidos, hasta medianas y grandes industrias confeccionistas que cuentan con todo el proceso de planeación, corte y ensamblaje de las mercancías, vinculadas a las grandes tiendas departamentales.” (Rosales 2003, 150)
Es posible apreciar tanto en Guadalajara como en Tlaxcala, la existencia de microempresas en formas de pequeños talleres de baja tecnología. Sin embargo en Tlaxcala, estas unidades productivas han servido históricamente mas de forma de sobrevivencia junto a la agricultura, siendo beneficiados los claros ganadores los brokers  incluso con la introducción de procesos industrializadores continua observándose:
En el proceso de reestructuración de las redes de producción y comercialización en las áreas textil y del vestido, es claro que el ganador por la parte mexicana es el agente social que se encuentra jugando el rol de broker en los dos sectores. Aunque los empresarios y artesanos de ambas industrias no reciben directamente las divisas, y los empleados se encuentran mucho menos beneficiados por estas cadenas de subordinación productiva, la derrama en términos de creación de empleo es un factor que no debe olvidarse del todo cuando se evalúan las consecuencias de las actividades maquiladoras en nuestro país. (Rosales 2003, 150)
 Pero el papel otorgado a las microempresas de textiles son de ensambladores de piezas, utilizando su mano de obra y un nivel mínimo de calificación que les permita introducir innovaciones al sistema, en dado caso su contribución al desarrollo económico endógeno se desempeñaría en la fuerza del desarrollo urbano del territorio otorgando a las empresas núcleo de mano de obra disponible para la producción; ya que las condiciones en las que se desempeñan estas microempresas son de subsistencia:
Marroni (1998: 170) reconoce que el campo de Tlaxcala se ha visto fuertemente transformado por las actividades industriales, entre ellas la maquila del vestido incorporada al trabajo domiciliario como estrategia de sobrevivencia que ha existido por siglos en la sociedad tlaxcalteca; todo ello, manteniendo a la propiedad como una última opción de sobrevivencia gracias al producto de la tierra. La combinación de las actividades agrícolas junto con la producción domiciliaria tradicionalmente practicada, ya sea para la producción de artesanías textiles o, más recientemente, el ensamblado de piezas (Rosales 2003, 142-143)
Esta condición ha mantenido a las microempresas como subcontratistas de las pequeñas, medianas y grandes empresas, generándoles estructuras de crecimiento limitadas; por si esto no fuera suficiente, la presencia de compañías internacionales contrae fuertes detractores para el sistema local:
Por otra parte, las maquiladoras extranjeras o los intermediarios internacionales están aprovechando las viejas estructuras sociales —las redes de subcontratación de industrias de diversas dimensiones y capacidades laborales y tecnológicas— para impulsar cadenas de ensamblaje de prendas de vestir, al mismo tiempo que están influyendo en la desarticulación de la industria textil interna, al sustituir las telas nacionales por las de importación norteamericana dimensiones y capacidades laborales y tecnológicas— para impulsar cadenas de ensamblaje de prendas de vestir, al mismo tiempo que están influyendo en la desarticulación de la industria textil interna, al sustituir las telas nacionales por las de importación norteamericana.” (Rosales 2003, 146)
La manera en que las microempresas se han adaptado a estos procesos detractores, muestra la enorme adaptabilidad ante las situaciones que más que una tendencia a la innovación productiva muestra una forma de sobrevivencia; en primera, ante las rupturas de cadenas de valor de comercio de materias primas locales sustituidas por extranjeras, las microempresas han decidido comercializar ambos productos para asegurar ventas en sus comercios; en segunda, mediante un alto grado de cooperación, mujeres microempresarias en Tlaxcala han colaborado en redes informales para intercambiar ó prestarse insumos productivos en caso de que les sean insuficientes los propios, pues como ellas lo mencionan -el chiste es sacar el producto-. (Rosales Ortega y Tolentino 2007)
Queremos hacer  énfasis en la acotación de los autores sobre la cooperación en el que creemos importante profundizar en próximas investigaciones; la cooperación compone una de las variables de la categoría del capital social. James Coleman basó una parte de sus estudios sobre el capital humano, y con relación a éste concepto, desarrolló su propia teoría del capital social. Para este autor el capital social constituye un recurso que se caracteriza por: a) ser un atributo de la estructura social en la que los individuos están insertos y no propiedad privada de quienes se benefician de él; y b) facilitar el logro de objetivos personales que no podrían alcanzarse en su ausencia o conllevarían un costo mucho más alto.  (Kliksberg y Tomassini 2000)
Aún con este capital social de las microempresas tlaxcaltecas, Rocio Rosales Ortega (2003) concluye que:
La manufactura estatal, y la de la industria textil en particular, se caracteriza por la proliferación de talleres y pequeñas empresas familiares formales o informales incapaces de competir en los mercados internacionales al no cumplir con los niveles de calidad exigidos por las cadenas de ensamblaje.” (Rosales 2003, 146)
Por su parte, Lozano y Méndez (2002) manifiestan situaciones de limitaciones estructurales medianas en el sistema productivo zapatero de Guadalajara, presentando este varias problemáticas  -agudizadas por los mercados internacionales y la macroeconomía mexicana- como la falta de modernización tecnológica y administrativa, falta de diseños mexicanos, desintegración de la cadena productiva cuero-calzado, falta de cooperación, problemas de proveeduría e insuficientes programas de capacitación de mano de obra, entre otros.
En los casos analizados, las aglomeraciones con industrias de presencia nacional como las de Guadalajara y Tlaxcala presentan procesos comunes: historia productiva territorial, presencia de empresas de todos tamaños, trabajo domiciliado; lo que nos hace suponer que en ambos territorios los procesos de las microempresas se ven relegados a efectuar trabajo subcontratado sin opciones de introducir innovaciones y recurrir a los nichos de mercado para comerciar los insumos de la producción sean locales o extranjeros. También por las actividades que realizan y al no ser empresas núcleo han quedado relegadas de la mira de las políticas públicas para su apoyo, siendo estos últimos los apoyos a la comercialización exportadora.
Las limitaciones estructurales impuestas por las grandes empresas y las transnacionales son de carácter medio; permiten la participación de las microempresas en actividades subcontratadas, además de desatender ciertos mercados residuales que aprovechan estas unidades productivas. Andrés Solari Vicente aclara las MyPES con medianas limitaciones estructurales (MyPES-MLE) son aquellas:
Ubicadas en localidades con ANLOPEs donde la presencia de gEn/t no es total ni implica una amplia dominación, facilitándose la generación de ciertas innovaciones tecnológicas. Es el caso, por ejemplo, de las panaderías locales, que a pesar de estar en una rama en donde la industrialización del pan ha restringido sus ingresos y ventas, poseen ventajas competitivas naturales que son insuperables por las gEn/t. Sin embargo, enfrentan evidentes “techos” de crecimiento, en cuya fijación es determinante la presencia de las gEn/t. Aquí las posibilidades de innovaciones tecnológicas es relativamente mayor que en las MyPES-FLE.
III. 3 – Industrias tradicionales con baja tecnología de mercados marginados.
Si bien hasta el momento, hemos observado una tendencia en la que el éxito del conjunto en los mercados depende de la presencia de empresas de mayor tamaño con tecnología moderna, es válido preguntarnos ¿Qué sucede con los sistemas en los que las gEn/t y las medianas empresas se encuentran ausentes? Nos referimos a sistemas en los que la composición estructural se compone principalmente por microempresas y algunas que han evolucionado hasta el tamaño de pequeñas en base a su éxito.
Sobre este tipo de sistemas marginados, Giova Camacho Castro (2001) analizó el rendimiento de sector productivo de muebles de las comunidades de Concordia y Mesillas; los conocimientos que ha generado son de suma importancia a nuestra investigación. En el año 2000, el tejido productivo está compuesto 140 en concordia y 50 en Mesillas que empleban a 500 personas y 590 respectivamente; sin embargo las características de cada son distintas:
Cabe destacar que en ambas localidades existen dos tipos de productores: 1) fuertes en capital: son aquellos que tienen ventas mensuales de $150,000.00 en adelante. Además poseen talleres bien acondicionados (paredes y pisos de cemento con techo de lámina galvanizada, maquinaria de fábrica, y bodegas de almacenamiento para las materias primas, insumos y muebles), vehículos grandes (camionetas ganaderas o camiones) para transportar sus muebles y emplean a más de 7 trabajadores; 2) débiles en capital: son aquellos que tienen ventas mensuales menores a $150,000, poseen talleres más chicos (paredes y techos de madera y laminas de cartón), la maquinaria que utilizan en su mayoría es obsoleta o hechiza y no poseen división entre el taller y la bodega. En la Cd. de Concordia el 93% de los productores son empresarios débiles y el resto fuertes. Por su parte, en Mesillas el 52% son fuertes y el resto débiles. Es importante mencionar que entre los productores débiles de ambas localidades encontramos que el 70% fueron trabajadores que instalaron su propio taller. (Camacho Castro 2001, 107)
Salta a la vista que existe una divergencia significante entre número de talleres débiles existentes en ambas comunidades. El autor señala que Mesillas es empresarialmente más exitoso; a partir de su investigación encontró se logra descubrir que esta comunidad genera diferentes sinergias que explican la diferencia con Concordia.
Giova Camacho (2001) describe que la contratación de la producción de un mueble es directamente con los productores, esto nos indica que no existe una fuerte división del trabajo al menos en el área administrativa.
En la industria mueblera del municipio de Concordia no está muy arraigada la cultura de la división externa del trabajo entre productores, no se da en la mayoría de las primeras fases del proceso productivo del mueble (aserrado, habilitado, canteado y cepillado, trazado, barrenado, espigado y armado ó hechura), sino en el torneado y las ultimas fases de dicho proceso (tallado, tejido, pintado y tapizado), las cuales los productores las contratan de palabra y las consideran agregados que debe poseer el mueble despues de que está hecho o armado. (Camacho Castro 2001, 123)
Por otro lado señala que en ambas comunidades se dan las relaciones de subcontratación aunque en poca medida y que estas se realizan por falta de material en los talleres o por ser dos productores los especialistas. Sin embargo esta subcontratación no ha sido suficiente para acceder a los mercados internacionales pues al ser evaluados por expertos japoneses y chinos:
Los japoneses visitaron los talleres muebleros del municipio en 1999, se dieron cuenta de que los muebles poseían cero calidad (maderas corrientes y pesadas, ensamblado débil, no secan la madera y un terminado de baja calidad); y 2) los chinos la visitaron el mismo añó, se sorprendieron de que los productores muebleros utilizan mas tiempo en elaborar el mueble, que a su terminado (pintado y tallado) no le dedican el tiempo necesario. (Camacho Castro 2001, 137)
Aunque la región mueblera de Concordia y Mesillas introducen innovaciones de muebles, estas son imitaciones de revistas nacionales e internacionales; sin embargo, los mercados están compuestos por clase media-baja e inferiores distribuyendo el 50% de la producción a todo Sinaloa y el resto distribuido a la zona noroeste de México en los estados de Nayarit, Jalisco, Sonora y Baja California. (Camacho Castro 2001)
Consideramos que el hecho de tener un mercado limitado geográficamente y de clientes de ingresos medio-bajos genera una dualidad; por un lado las grandes empresas al considerar un mercado reducido no ingresan a la estructura productiva pero por el otro existe un techo de crecimiento de las empresas limitado.
De acuerdo a las teorías de desarrollo endógeno, las innovaciones de producto son factores claves para lograr el aumento de la acumulación de capital, en este sentido las innovaciones en ambas comunidades son limitadas; en el trabajo de tesis de Giova Camacho Castro (2001) se hace referencia a que los nuevos diseños son incorporados por medio de la imitación obtenida en revistas nacionales e internacionales, quedando los muebleros como reproductores, reduciendo las posibilidades de generar nuevos diseños. Si esto no fuera suficiente, las vinculaciones con instituciones formales que podrían revertir esta situación han brillado por su ausencia:
En esta industria no existen vínculos con centros de educación, investigación y desarrollo tecnológico para la capacitación y generación de conocimientos que propicien la innovación tecnológica y la mejora del producto. (Camacho Castro 2001, 130)
Mientras que en innovaciones de tecnologías duras, los productores no han innovado pues la maquinaria utilizada ha sido la adecuada para la demanda requerida. En cuestiones de innovaciones de proceso se han dado pero son escasas y no suponen grandes cambios a la producción; por ejemplo los pobladores han organizado cundinas para adquirir muebles con los productores y en otro sentido, los productores de Mesillas  expiden recibos de anticipo del 40% cuando se realizan pedidos de fabricación. Sobre la institucionalidad formal Giova Camacho concluye que:
Se desprenden dos cosas: primero, las instituciones formales públicas del Estado y del gobierno federal han mostrado poca sensibilidad para mejorar la industria de la cabecera municipal y la mayoría de los productores de la cabecera municipal persiguen un objetivo individual y no colectivo, lo que ha propiciado que no aprovechen su concentración espacial y su identidad cultural para entablar relaciones productivas reciprocas para ser mas eficientes y competitivos y lograr con ello un fortalecimiento de su industria. Por ultimo, los apoyos mas recientes del gobierno municipal y las dependencias federales para la localidad de Mesillas solamente abarcan programas de fomento y diseño del mueble, y no se han visto apoyos financieros que se traduzcan en el fortalecimiento y desarrollo de las industrias, la cual hasta la fecha ha logrado comeptir en los mercados locales y regionales debido a que sus instituciones informales y su identidad como industria les han permitido producir eficientemente para ser competitivos. (Camacho Castro 2001, 129)
Los apoyos gubernamentales han sido difusos y sin un efecto relevante en la producción mueblera. La parte más sobresaliente indica que son las instituciones informales las que ejercen un fuerte poder en el tejido productivo de ambas comunidades.
Por un lado, en Mesillas los productores muestran una fuerte cooperación entre ellos, utilizan el dinero de anticipos para la fabricación de muebles, pagan las relaciones subcontratistas a tiempo, entregan el producto en tiempo y forma, ahorran dinero que sirve para financiar los pedidos; condiciones que se traducen en un fuerte capital social que genera cooperación y confianza para con los demás productores y compradores. Por otro lado, en Concordia la situación es diferente, existe una fuerte competencia entre los productores, el dinero de anticipos es utilizado para comprar bebidas etílicas ó el sustento familiar ocasionado que se mezclen maderas finas y corrientes ante la descapitalización, no siempre pagan a tiempo las relaciones subcontratadas ni entregan el producto en tiempo y forma, además la gran mayoría carece de ahorros propios; propiciando esto una fuerte carencia de capital social entre los productores y compradores. (Camacho Castro 2001)
Aunque la tradición ha posicionado a los muebles de Concordia y Mesillas en mercados con cierta demanda, esto también los limita ante la carencia de innovaciones o nodos enlaces mas innovadores. Si bien es cierto, las microempresas de estos sitios han logrado generar actividades productivas, estas han sido de mercados regionalizados y limitados.
Conclusiones
Las microempresas han sido excluidas de la mayoría de los sistemas productivos locales en México; si bien es cierto participan en algunos, se les ha concedido actividades de reproducción más que de producción, limitando sus capacidades de innovación y de ser blanco de políticas que busquen incluirlas.
Como vimos, en aquellos aglomerados carentes de gEn/t y empresas medianas, las microempresas dependen en gran medida del capital social que puedan generar entre los productores y con los consumidores; y si bien es cierto que los mercados son limitados, al tener la base productiva y las relaciones socio-territoriales formadas el espectro del mercado podria crecer en base a su productividad y con innovaciones en sus estrategias de comercialización, procesos y tecnologías.
¿Se puede impulsar sistemas productivos locales a través de microempresas? Creemos que si y las experiencias a nivel mundial lo demuestran, pero en México es sumamente difícil sin políticas que impulsen procesos de animación socio-territoriales; consideramos necesario y rentable comenzar a revisar y proponer experiencias de incubadoras en base a las potencialidades de cada territorio, como se han dado experiencias en Ámerica Latina y no solamente con visiones de capacitación empresarial sin una visión territorial.
Es importante fomentar un capital social entre las microempresas y pequeñas empresas para que en caso de que el sector crezca, puedan resistir el crownding-out de empresas medianas y grandes que se posicionarían en el territorio.
También es necesario poner énfasis en los nodos de enlace, los productores son especializados en la producción y no en la comercialización, si se quieren expandir mercados es necesario generar recursos humanos especializados en comercio y no solamente en las capacidades productivas.
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1 Paunero et al (2007) se refieren ellos como sistemas productivos locales, sin embargo las experiencias señaladas muestran que las condiciones económicas, sociales, culturales y políticas no generan las sinergias necesarias para llamarlos sistemas productivos locales, por lo tanto para mayor claridad de exposición hemos  decidido referirnos a ellos como aglomerados ó conglomerados.

2 Cursivas nuestras

3 Aunque los autores no indican el número de empleados, tradicionalmente se vinculan las empresas familiares con el segmento microempresarial.

4 Se entiende por empresa núcleo ó nodo núcleo a las empresas que organizan ó fabrican la producción de los productos finales, normalmente destinados al mercado para ser adquiridos por el usuario final. Por ejemplo Hewlett-Packard en Guadalajara, las maquiladoras en la franja fronteriza, las empresas exportadoras en Sinaloa, la Volkswagen en Puebla. Aunque también podrían llegar a ser brokers ó empresarios puros de acuerdo a la perspectiva de Becatinni (Becattini 1994). Otro tipo de empresa seria la empresa enlace ó el nodo de enlace, considerado las empresas dedicadas exclusivamente a comerciar (enlazar) los productos del sistema productivo socioterritorial con los consumidores finales; cabe la posibilidad de que una empresa se desempeñe como nodo nucleo y nodo de enlace a la vez.