LOS HUERTOS FAMILIARES EN UNA PROVINCIA DEL SUBTROPICO MEXICANO

José Isabel Juan Pérez

CAPÍTULO V
MULTIFUNCIONALIDAD DE LOS HUERTOS FAMILIARES

Funciones e importancia de los huertos familiares

Como la diversidad vegetal es amplia en los huertos de la Región Sur del Estado de México, la utilización de los productos obtenidos de ellos también es muy diversa. El uso de los productos puede ubicarse con relación a las condiciones ambientales, ecológicas, económicas, culturales y sociales. Se observa que cuando la diversidad de plantas en los huertos del medio rural es mayor, entonces la alimentación de las familias campesinas también es variada. En este sentido, los pobladores de las comunidades rurales son actores sociales importantes que fomentan la agrobiodiversidad en esta porción del territorio mexicano.

Los huertos familiares son importantes y desempeñan múltiples funciones, tanto a nivel familiar como a nivel comunitario y comercial. Mariaca (2012), señala que independientemente de las funciones ecológicas, atribuibles al agroecosistema huerto familiar, esto es, los flujos energéticos dentro y fuera del agroecosistema, por ejemplo, interacciones bióticas y redes tróficas, el ser humano, le asigna consciente e inconscientemente las siguientes cualidades a los huertos:

  1. Protege de insolación a la vivienda, evitando cambios bruscos de temperatura y humedad ambiental (mitigación al cambio climático).
  2. Protege a la vivienda de vientos.
  3. Es un banco dinámico de germoplasma animal, vegetal, fúngico y microbiológico.
  4. Es un laboratorio de domesticación vegetal y animal.
  5. Es conector de un corredor biológico, formado por todos los huertos de una comunidad.
  6. Es un medio donde se producen múltiples satistactores para la familia, principalmente productos con valor de uso.
  7. Es un medio donde la familia puede asegurar un autoabasto mínimo.
  8. Representa un medio donde la familia puede generar ahorros, o incrementar sus recursos económicos por inversión en productos de valor de uso, transformados a bienes con valor de cambio.
  9. Es un espacio donde se transmite cultura y se reproduce la unidad familiar.
  10. Representa un espacio de habitación, trabajo, recreación y prestigio.
  11. Es un espacio de convergencia de productos de otros sistemas de producción: leña, fauna y flora silvestres.
  12. Representa un espacio social.
  13. Es un espacio ritual – ceremonial.

Con base en las observaciones directas en el manejo de los huertos familiares, las entrevistas y los cuestionarios aplicados a las familias campesinas, y estableciendo asociación con los fundamentos teóricos de otras investigaciones realizadas en México, se analizan las funciones más importantes de los huertos en las comunidades de la Región Sur del Estado de México.

Función ecológica y ambiental
Las partes de las plantas de los huertos rurales y en menor proporción las de los huertos urbanos tienen múltiples funciones y usos. En el cuadro número dos se muestra la diversidad de usos que las familias hacen de las partes de algunas plantas presentes en los huertos. En el ámbito ecológico, estos agroecosistemas familiares desempeñan varias funciones, tanto a nivel familiar como a nivel local y regional. Muchas especies arbóreas y arbustivas son utilizadas para delimitar el huerto y como cercos de protección, pero al mismo tiempo, representan una ecotecnia para conservación de suelo y agua (evitan y controlan los procesos erosivos).

Las plantas ornamentales están intercaladas entre los postes de los cercos perimetrales e influyen en la generación de microclimas. De acuerdo con las condiciones climáticas de la Provincia Fisiográfica de la Sierra Madre del Sur, los árboles al proporcionar sombra, generan el proceso de evapotranspiración e influir en la circulación del aire, coadyuvan en la existencia de microclimas en el ámbito de la vivienda, las calles y caminos.

Otras plantas, como el epazote, la ruda, la hierbabuena y la albahaca son utilizadas para controlar y evitar la dispersión de plagas en los árboles de los huertos. El tepozán (Buddeleia cordata) es utilizado como trampa biológica, funciona como hábitat de muchos insectos que afectan a las plantas cultivadas (esta planta generalmente se encuentra en los límites de los huertos y no es considerada como parte de los mismos, sin embargo desempeña una función importante).

Los huertos familiares son sistemas multifuncionales (Martínez y Juan 2005) que realizan procesos como ecosistemas con características intermedias entre un ecosistema natural y uno donde participa la acción humana (Juan y Hernández, 2008). Estos agroecosistemas se han convertido en refugio para muchas especies vegetales silvestres que han desaparecido de su hábitat natural, convirtiéndose en espacios importantes para conservar la biodiversidad (Villa y Caballero, 1998; Juan et al., 2007). Es decir los  huertos familiares son espacios geográficos adyacentes a las viviendas de las familias campesinas, los cuales favorecen el incremento de la biodiversidad y fomentan la conservación del germoplasma in situ (Rebollar et al., 2008; Jiménez et al., 1999).

El conocimiento tradicional de los múltiples usos que se hace de cada una de las partes de las plantas y que se transmite de generación en generación, ubica a los huertos familiares en un importante espacio geográfico para mantener la continuidad de la estructura y funcionamiento de los agroecosistemas domesticados, preservar los recursos fitogenéticos y mantener la agrobiodiversidad a nivel local y regional.

En la Región Sur del Estado de México, los huertos familiares o agroecosistemas representan una reserva de plantas cultivadas, y por lo tanto, es una manera de conservar especies que tradicionalmente las familias han plantado y que conducen al mantenimiento de la agrobiodiversidad regional. Por supuesto, que la interacción de las condiciones fisiográficas, ambientales y ecológicas, asociadas con los patrones socioculturales de esta provincia, favorecen la agrobiodiversidad, la diversidad gastronómica y representan alternativas para el tratamiento de enfermedades en personas de escasos recursos económicos.

Denisen y Nichols (1998) en su obra Laboratory Manual in Horticultura, señalan que, los árboles, arbustos y flores existentes en los huertos familiares, comúnmente son llamadas plantas ornamentales. En los espacios de las viviendas, éstas, pueden adicionalmente servir como sombra, defensa, vallado de zarzas, horizonte, rompevientos y fronteras. Algunas veces proporcionan productos comestibles, alimento para los pájaros, hábitat para fauna silvestre, y los materiales para ciertas aficiones en la horticultura. Son versátiles en su uso, pues desempeña una función conservadora de germoplasma. La función ecológica y ambiental de los huertos coadyuva en la preservación de la biodiversidad en el Subtrópico Mexicano.

Función económica
El solar o huerto familiar es un sistema donde las familias campesinas producen diversas especies animales y frutales durante todo el año. Su aprovechamiento y venta en tiempos de crisis ayuda a sufragar gastos eventuales, funcionando como un sistema de ahorrro. Además, la producción se complementa con lo que se obtiene de la milpa y el trabajo asalariado para contribuir al ingreso familiar (Arias, 2012).

La función económica de los huertos es importante para las familias campesinas. Éstas recolectan los frutos en proceso de maduración, pues las condiciones climáticas provocan que los frutos ya cortados maduren o se descompongan fácilmente, utilizan para ello algunas varas largas (maderos de 3 a 5 metros de longitud)  que contienen en uno de los extremos una bolsa de tela, ixtle o carrizo. Esta herramienta es conocida localmente con el nombre de “garrocha” y es utilizada para recolectar mangos, aguacates, granadas, limones, ciruelos, anonas, hilamas, naranjas, guayabas, mameyes, zapotes y ciruelas. De esta manera se evita que los frutos caigan directamente al suelo y se rompan por efecto del golpe. Los frutos rotos o deteriorados no se venden fácilmente.

Después de que las familias campesinas han recolectado los frutos, éstos son colocados en recipientes de plástico, lámina o peltre (cubetas, botes o cajas) y son vendidos a pobladores de las zonas urbanas que no poseen en su huerto este tipo de productos, a familias que no tienen huerto en su vivienda, y, a comerciantes establecidos en los días de tianguis o plaza.

En los asentamientos urbanos de la Región Sur del Estado de México es común destinar un día de la semana para la comercialización local y regional de todo tipo de productos. Esta actividad tiene antecedentes prehispánicos, principalmente en el área de Mesoamérica, y tradicionalmente se le conoce con el nombre de “plaza”, “tianguis”, “día de plaza” o “día de mercado”. En estos lugares fueron identificados la mayor parte de los productos que se obtienen de los huertos familiares de la región. Las familias campesinas al comercializar los productos o partes de las plantas que se recolectan en sus huertos (túberculos, tallos, hojas, flores, cortezas, semillas, raíces, frutos), obtienen dinero, el cual es utilizado para adquirir, en ese mismo lugar, otras mercancías para complementar la alimentación familiar.

Los mercados en esta región de México desempeñan funciones importantes, en éstos se establecen diversas comunicaciones, se transmite información de los acontecimientos sociales, ambientales, políticos, religiosos, culturales y comerciales, y representan museos vivos, ya que se expenden los productos cosechados en los campos de cultivo y huertos familiares; además, hay compra – venta de plantas, semillas, legumbres y verduras, también son comercializados diversos tipos de animales, tanto silvestres, como domésticos; así mismo, los productos derivados de éstos (queso, requesón, mantequilla, nata, crema, grasas, pieles, huevos, plumas).

En los mercados de la región, las familias campesinas y las que viven en comunidades urbanas, compran plantas, semillas, bulbos y tubérculos  procedentes de otros ambientes y regiones de México, por lo que, de manera directa e indirecta influyen en el incremento de la agrobiodiversidad local y regional.

En la región, los días de plaza o tianguis son importantes para comercializar los productos de los huertos familiares, por ejemplo, el domingo, es día de plaza en Tejupilco, Villa Guerrero, Ixtapan de la Sal, Santo Tomás de los Plátanos, Acatitlán y Valle de Bravo; el martes hay una plaza regional muy importante en Luvianos (este mercado es uno de los más antiguos e importantes en la región sur, pues en éste se comercializa todo tipo de productos de los campos agrícolas, de los huertos, de los ambientes naturales, así como animales domésticos); en Tenancingo, el tianguis es jueves y domingo. Hay un sistema de mercados en las comunidades de esta provincia mexicana  (Malinowski, B. y De la Fuente, J; 1957). En este sistema, cada día de la semana, los comerciantes con sus mercancías se desplazan por las ciudades y comunidades de los municipios, por lo que es común encontrar los mismos productos, y por supuesto, los mismos comerciantes, en todos los mercados de la región.

En la RegiónSur del Estado de México es frecuente que después de satisfacer las necesidades alimenticias de las familias, los campesinos que desean vender directamente los productos del huerto en los mercados locales, colocan sacos de plástico, tela o henequén en el piso, y utilizan diversas medidas para la venta de los productos, por ejemplo, las jícamas son vendidas en conjuntos de cuatro o cinco piezas, cada conjunto tiene un precio de $ 10.00 (diez pesos); los chiles se venden en cuartillos (cubos de madera de aproximadante 1 500 gramos), el precio de cada cuartillo es de $ 20.00 (veinte pesos); un recipiente de lámina con 500 gramos de tomatillos, tiene un costo de  $ 10.00 (diez pesos);  cada caña de azúcar es vendida en $ 10.00 (diez pesos);  un recipiente de lámina de aproximadamente 750 gramos de ciruelas, se vende en $ 15.00 (quince pesos); siete plátanos tienen un precio de $ 5.00 (cinco pesos). Es importante considerar que al no ser comerciantes establecidos, entonces utilizan medidas convencionales, conocidas por las familias campesinas1 .

Los espacios de las zonas urbanas destinados a la comercialización de cualquier tipo de producto, tienen un costo. Para el caso de comercialización de productos del campo y de los huertos familiares (frutos, cortezas, tallos, tubérculos, semillas, flores, raíces, hojas, animales silvestres y animales domésticos, el campesino debe pagar entre $ 10.00 y $ 15.00, según el espacio ocupado (derecho de piso)2 . Estas cantidades de dinero son cobradas por empleados de los Ayuntamientos Municipales (Tesorería Municipal).

En las poblaciones del territorio mexicano que comprende la Región Sur del Estado de México es común el trueque entre productos cosechados en los huertos familiares y productos procedentes de otras regiones. El trueque se establece entre campesinos del comercio ambulante o con comerciantes permanentes de los mercados locales. Por supuesto, en esta forma de intercambiar los productos, también participan las familias que viven cerca de los mercados locales o regionales. Los productos del campo y de los huertos utilizados en el trueque son los siguientes: tomates, chiles, limones, mangos, ciruelos, aguacates, nanches,
hongos, calabazas, guayabas y naranjas. El trueque es una manifestación sociocultural y de ayuda, por lo que favorece la subsistencia de las familias campesinas.

 Función cultural
La función cultural de los huertos se manifiesta en diversos momentos de la vida cotidiana de los habitantes, y desde luego es muy variada en las poblaciones de la región. La importancia cultural de las plantas está presente en todos los huertos. Las flores recolectadas en los huertos y recipientes “macetas” tienen diversos usos: a) son utilizadas durante la velación de un difunto, b) se colocan en las lápidas de los cementerios durante las festividades del día de muertos, c) se usan como adorno en los comedores y salas de las viviendas, d) son colocadas en los altares de las imágenes religiosas, y e) son llevadas a la iglesia para recibir la bendición del sacerdote durante la festividad del “Domingo de Ramos” (Semana Santa), las cuales serán utilizadas posteriormente en rituales y ceremonias para controlar o evitar los efectos de riesgos hidrometeorológicos y ambientales, así como posibles daños de manifestaciones sobrenaturales (brujería).

Las flores de sempasúchil, geranios, bugambilias,  malvones, alcatraces y otras, son utilizadas para el diseño de altares durante las festividades del Día de Muertos (31 de octubre y 1 de noviembre)3 . Realmente, es mínima la cantidad de flores que compran las familias campesinas, para este fín, excepto en los municipios de Villa Guerrero y Tenancingo donde se cultivan diversas variedades de flores en grandes superficies y con fines comerciales (principalmente en sistemas de invernaderos. Las flores que se cultivan en los huertos son alcatraces, bugambilias, geranios, malvones, margaritas, cempasúchil, hortensias, noche buena, clavel y rosas, principalmente.
El poseer huertos en las viviendas, es símbolo del esfuerzo familiar, por su cuidado, crecimiento y desarrollo de las plantas y la obtención de productos. Independientemente, de que los huertos representan una fuente potencial de recursos para la subsistencia, genera orgullo familiar, sentimientos, satisfacción, refuerza la fe y ciertas creencias relacionadas con la organización social de las comunidades. Malinowski (1935) en el estudio Coral Gardens and their Magic, realizado con los habitantes de las Islas Trobriand, señala la importancia religiosa, ritual, mágica, sentimental y de subsistencia de la horticultura para la vida de ese grupo social, afirma que se consume una cantidad considerable de energía en efectos puramente estéticos, para que el jardín parezca limpio, llamativo y refinado. Puede decirse que entre las fuerzas y creencias que se aplican a la horticultura, la magia es la más importante aparte, por supuesto del trabajo práctico. Los alimentos obtenidos de los jardines son exhibidos en todas las ocasiones –en la muerte y en el baile, en el matrimonio y en los banquetes.

Otra función cultural de los huertos es el uso que las familias campesinas de la región hacen de las partes de las plantas para tratar padecimientos y enfermedades. En esta Región de México, las familias poseen un conocimiento tradicional sobre las propiedades curativas de las plantas. Muchas mujeres y hombres mayores de edad tienen conocimientos ancestrales para el tratamiento de personas enfermas, por lo que, una amplia diversidad de partes de las plantas de los huertos y de los ecosistemas naturales son utilizadas con fines terapeúticos. En el cuadro No. 2 se muestra la diversidad de plantas utilizadas en la medicina tradicional.

Función Alimenticia
Los huertos en la Región Sur del Estado de México son fundamentales para la alimentación de las familias, principalmente de las que viven en el medio rural. Todas las familias campesinas que poseen huertos en sus viviendas, consumen los productos de éstos. Enseguida se expone de manera concreta la importancia alimenticia y modo de preparación de algunos de los productos que se obtienen directamente de los huertos familiares. Siempre un producto tiene diversos usos y formas de consumo.

La calabaza (Cucurbita spp), es consumida de cuatro maneras diferentes: a) tierna (legumbre) para la preparación de guisados, b) tierna y mezclada con verduras y carne de pollo, bovino o cerdo, c) tierna y hervida con un poco de sal, y d) cuando las calabazas han alcanzado su maduración, éstas permanecen por varios meses en los pasillos de las casas, y cuando la familia desea consumirlas, entonces, éstas son abiertas, se extraen las semillas y se hierven con dulce o azúcar, y forma parte de la ofrenda en el altar durante la festividad de día de muertos. Las calabazas maduras también son utilizadas para alimentar a los cerdos y asnos, principalmente en la época cuando no hay suficientes plantas herbáceas arvenses en los huertos y campos de cultivo.

De la planta de la calabaza también son utilizadas las flores, las semillas y las hojas tiernas. Los guisados preparados con flores de calabaza, son muy apeticibles por las familias  campesinas, y desde luego por los habitantes de las zonas urbanas de México. Las flores, las hojas y las calabazas son recolectadas entre los meses de agosto y octubre, época de lluvia, además, en estos meses, las familias campesinas poseen escasos recursos económicos, por lo que, los productos obtenidos de los huertos, son una alternativa para proveerse de dinero.

Es de vital importancia el papel de los huertos en la alimentación de las familias, pues es parte de la cultura de las sociedades establecidas en esta provincia mexicana. Además, es importante referir que tradicionalmente en Mesoamérica,  la alimentación de la población se sustenta en el maíz, frijol, chile y calabaza; vegetales presentes en la mayoría de los huertos familiares.

Como se mencionó anteriormente, los huertos como agroecosistemas, tienen múltiples componentes, los cuales en interacción favorecen la dinámica y funcionamiento del sistema. Los animales son componentes importantes del sistema, en la región fueron identificados 14 apiarios en el interior y zonas adyacentes a los huertos. Existe cierta relación entre la presencia de los apiarios, los cultivos agrícolas y los huertos, ya que la diversidad de plantas ofrece néctar y polen a las abejas durante todas las épocas del año.

Los pobladores de las comunidades ubicadas en los municipios de Luvianos,  Tejupilco y Zacazonapan que cultivan en sus huertos jícamas y poseen apiarios, generalmente consumen la miel untada sobre las rebanadas de jícama. Este elemento sociocultural, es importante en la región, pues está asociado con el final del ciclo agrícola de la jícama y la recolección de miel, cera y polén.

El árbol de guaje es relevante en la alimentación de las familias. De esta planta, son consumibles las siguientes estructuras: follaje tierno, ovarios, vainas y semillas (tiernas o secas). Las familias prefieren consumir las semillas tiernas, y son complemento en los guisados. Las semillas secas se someten a la acción del fuego para su cocimiento y son utilizadas para preparar salsas (mezcla de semillas de guaje, chiles, ajo, cebolla y sal), este alimento es consumido principalmente en los meses de diciembre, enero, febrero y marzo.

En ciudades mexicanas ubicadas en la Provincia de la Sierra Madre del Sur o cercanas a ésta, el consumo de las semillas de guaje, está siendo utilizado en restaurantes y centros gastronómicos exclusivos, por ejemplo, en las Ciudades de Cuernavaca, Taxco, Chilpancingo, Acapulco y la Ciudad de México. El uso más importante de las semillas de guaje en los centros gastronómicos urbanos es la preparación de un guisado de carne de cerdo o pollo con salsa de guaje, chile, tomate, ajo y sal. Como se muestra en el cuadro número dos, siempre una especie vegetal tiene diversos usos, como en este caso, el guaje.

La parota (Enterolobium cyclocarpum) es una especie silvestre, que cuando existe en los huertos familiares se le encuentra generalmente en la orilla del huerto, ya que su follaje no permitiría la entrada de los rayos solares a las especies arbustivas y herbáceas, lo cual impide el crecimiento y desarrollo de éstas. Los frutos de la parota son cápsulas y en el interior se encuentran las semillas, éstas, son semejantes al tamaño de un haba, pueden consumirse hervidas cuando son verdes, o someterse al secado por acción de los rayos solares. La cocción de estas semillas se realiza sobre una placa de lámina o barro (comal), con la acción del calor y el fuego de las estufas o fogones.

Las semillas de parota representan un ingrediente importante para la preparación de un guisado tradicional mexicano denominado mole, el cual es una mezcla de chiles, semillas, hierbas, chocolate y harinas. Otro uso de las semillas de parota es en la preparación de chimpa.  La chimpa es un guisado regional que preparan y consumen principalmente las familias urbanas y rurales de los municipios de Tejupilco, Luvianos, Tlatlaya, Amatepec y Zacazonapan. Los condimentos y variedades son diversos, se prepara principalmente con semillas de calabaza, puede agregarse semillas de parota y un poco de cacahuates, se tuestan en comal y se muelen con chiles secos, la mezcla se fríe en aceite o manteca, se agrega pollo o carne de cerdo. El guisado es muy parecido a lo que se conoce en otras regiones mexicanas con el nombre de pipian. Generalmente, la chimpa es consumida con tamales nejos.

Los frutos de guayaba ácida, es otro ejemplo, de la importancia de los productos del huerto en la alimentación de las familias de la Región Sur del Estado de México. Estos frutos son utilizados en la preparación de salsa (mezcla molida de guayaba, chiles verdes o secos, ajo, cebolla y sal). En este caso, los frutos de guayaba, representan un ingrediente semejante al tomate verde. Generalmente, la salsa de guayaba es preparada en un recipiente de roca denominado en México, molcajete (generalmente, los molcajtes son elaborados con la roca de origen volcánico, llamada basalto).

Las plantas de plátano tienen diversos usos, por ejemplo las hojas son básicas en la envoltura de los tamales de maíz conocidos localmente con el nombre de “tamales nejos”. La preparación de estos tamales es hirviendo el maíz (nixtamalización) con ceniza. Después de hervir el maíz con la ceniza, se prepara una masa, cuyo color es amarillento, se elaboran tortillas gruesas ligeramente cuadradas o rectangulares, envueltas en las hojas de plátano).  La ceniza, es un polvo grisáceo, producto de la quema de leña de diversas especies vegetales, principalmente de encino. Los tamales nejos se consumen con la chimpa o el mole, y hacen la función de las tortillas. Una variación de este tipo de tamal es formar varias capas intercaladas entre la masa del nixtamal y una capa de masa de fríjo, ejotes o calabazas tiernas.

En México, el sustento de la alimentación es el maíz (verde o seco), del cual se preparan una amplia diversidad de alimentos. Uno de los más importantes es la tortilla, que se prepara con una mezcla de maíz molido, el cual previamente ha sido hervido con cal (nixtamalización). En 175 huertos de la Región Sur del Estado de México fueron observadas plantas de maíz intercaladas entre los tres estratos de vegetación. En Mesoamérica, el maíz es un rasgo cultural asociado con la alimentación de las familias que viven tanto en ambientes urbanos como en ambientes rurales. La planta de maíz es multifuncional, pues prácticamente todas sus estructuras son utilizadas, ya sea para la alimentación de las familias, como forraje para los animales domésticos, con fines medicinales, para actividades rituales y ceremoniales, elaboraciónde artesanías, preparación de bebidas alcohólicas, como combustible (leña) y para obtención de diversos productos en la industria alimenticia.

Con el cacahuate (Licacia arborea) también se preparan diversos alimentos, por ejemplo, salsa (mezcla molida con cacahuates, chiles secos, cebolla, ajo y sal), esta mezcla es consumida con tortilla, y es semejante al guisado que se prepara en otras regiones de México, conocido con el nombre de almendrado o encacahuatado. Los cacahuates son utilizados en la preparación de diversas variedades de mole. En la región, es frecuente observar que las familias del ambiente rural acompañan sus alimentos con cacahuates tostados. Cuando el cacahuate es cultivado en los huertos familiares, las semillas son sembradas en espacios donde la mayor parte del día incide los rayos solares.

Los alimentos anteriores son ejemplos de la diversidad de usos, combinaciones, relaciones de la agricultura con los huertos y formas de consumo que hacen los pobladores con los productos cosechados. El uso de los productos obtenidos de los huertos es muy importante en la alimentación. En esta región de México, las familias preparan y consumen infusiones (tés) de diversas hojas, tallos, frutos y cortezas de vegetales, por ejemplo, de hojas o flores de naranjo, hojas y frutos de  guayaba, hojas de limón, corteza de fruto de limón o naranja, hojas de hierbabuena, flores y follaje de manzanilla y frutos de tamarindo. Siempre una especie de planta tiene utilidad versátil.

Del total de productos obtenidos en los huertos, el 63% es utilizado en la dieta alimentaria, festividades religiosas, rituales y eventos sociales; el 15% es utilizado para complementar la alimentación de los animales domésticos; 18% se vende al interior de las comunidades, mercados municipales y mercados regionales y el 4% se regala a los vecinos, así como a los parientes, amigos y compadres que viven en otras ciudades y localidades fuera de la región4 .

Función medicinal
En México, las plantas medicinales constituyen uno de los principales recursos terapéuticos, tanto en el medio rural como suburbano, donde aproximadamente 40 millones de mexicanos que no tienen acceso a los servicios de salud, acuden a terapeutas tradicionales (especialistas de la medicina tradicional) (Osuna et al., 2005), Lozoya et al., (1987) y Lozoya (1990) mencionan que existen en promedio de cuatro a cinco terapeutas tradicionales por cada médico alópata, corroborando con esto la importancia actual que tienen las plantas en la medicina tradicional. La mayoría de los terapeutas tradicionales en México son depositarios de una vasta información herbolaria, ya que ellos, independientemnte de contar con absoluta confianza de la población, proveen de remedios herbolarios así como de diferentes terapias físicas y en algunos casos sicológicas (Osuna et al., 2005).

Este conjunto acumulado y dinámico de saberes teóricos, es la experiencia práctica que posee el pueblo mexicano sobre el uso y manejo de sus recursos vegetales,  debido a que posee una larga historia de interacción con su medio natural. El desarrollo de investigaciones científicas de carácter etnobotánico coadyuva a preservar el conocimiento tradicional campesino, evita la disminución y desaparición de especies nativas y silvestres, y contribuye a la conservación de los recursos naturales, en particular los medicinales, mediante la regulación de su extracción y procesamiento, que debe aplicarse desde su colecta, transporte, almacenamiento y venta al público (Hersch, 1996). Como lo señala Arias (2012), Los solares o huertos familiares son sistemas muy dinámicos y el manejo etnoecológico que realizan las familias propietarias permite mantenerlos en diversos momentos de estabilidad. Sus componentes se relacionan de manera sinérgica y mantienen un balance positivo entre ellos. Esto ha permitido su permanencia en el tiempo y al formar una red de solares que funcionen como corredores biológicos ayudará a mantener la diversidad y conservar el germoplasma local (Arias, 2012).

En la actualidad, México dispone de más de 30,000 especies vegetales (Toledo, 1993), de las cuales más de cinco mil  presentan posibilidades de resolver algunos problemas primarios de la humanidad, esencialmente problemas de salud, en donde las plantas medicinales son materia prima fundamental para el tratamiento de enfermedades de la población (Estrada et al., 2000; Estrada, 1992; Osuna et al., 2005).

La función medicinal de las plantas existentes en los huertos es relevante, siempre una planta con propiedades curativas es utilizada para controlar o tratar más de una enfermedad, padecimiento o síndrome. Los padecimientos más comunes en las familias que viven en comunidades rurales de la Región Sur del Estado de México son el dolor de estómago, cólicos y diarrea (enfermedades del aparato digestivo). Éstos son tratados principalmente con plantas de las familias Lamiaceae  (toronjil, hierba de la ventosidad, tapa cola, hierbabuena, chía, salvia y albahaca) Asteraceae (prodigiosa, ajenjo, manzanilla y anís de campo).

Las infecciones respiratorias agudas (tos, dolor de pecho, gripe, resfriado) también son tratadas con plantas existentes en los huertos familiares. En este tipo de padecimientos, las plantas de la familia Asteraceae son importantes: gordolobo, manzanilla, cempasuchitl y anís de campo. Para el tratamiento de dolores de pulmones y bronquios y congestión nasal se utilizan las siguientes plantas: borraja, anacahuite, tabachín, palo dulce, meshishi, tabachín, bugambilia y chicalota.

Las enfermedades relacionadas con la nutrición y el sistema endócrino también pueden ser controladas con el uso de plantas. El número de personas enfermas de diabetes está incrementándose en la región, y desde luego en todo el territorio mexicano. Para paliar esta enfermedad, las plantas de la familia Asteraceae son importantes, por ejemplo, prodigiosa, ajenjo y mozote. En el caso  de la familia Bignoniaceae, son importantes la tronadora y el cuajilote.

Los padecimientos denominados como síndromes de filiación cultural o síntomas y estados morbosos mal definidos, son complejos mórbidos percibidos, clasificados y tratados conforme a claves culturales propias de los grupos y en los que es evidente la apelación a procedimientos de eficacia simbólica (Zolla et al., 1988). Entre estas “enfermedades” destacan aquellas cuyo agente causal se asocia con el “susto o espanto”. Para el tratamiento de personas con este síndrome  son importantes las siguientes plantas: prodigiosa, ajenjo, endivia y santa maría. Otro síndrome frecuente de filiación cultural en la región es “el aire”, “mal de aire” “personas airosas”. Este padecimiento es controlado y tratado con siete plantas: ruda, albahaca, pirú, colorín, ojito de pajarito, toronjil y salvia. Desde luego mezcladas o complementadas con otras sustancias y materiales, por ejemplo, alcohol, huevos y agua.

Otra situación semejante a los síndromes anteriores ocurre con las plantas nuevas que las familias campesinas introducen al huerto. Se tiene la creencia entre los pobladores de la región de proteger las plantas nuevas o que recientemente han germinado, para esto se coloca en alguna de sus ramas o tallos, una cinta de color rojo para evitar que las personas de mirada fuerte o envidiosas puedan causar algún mal a la planta “le hacen ojo” “mal de ojo”, de ser así, ésta se secará rápidamente o sus frutos serán de muy mala calidad. Esto mismo puede ocurrirles a los animales recientemente nacidos.

Función social
Otro aspecto importante de la existencia de los huertos en las viviendas de la Región Sur del Estado de México es la función social, ésta consiste en cultivar plantas con la finalidad de ofrecer en determinadas épocas del año, productos a los familiares, amigos o compadres procedentes de otras regiones de la República Mexicana o de los Estados Unidos de Norteamérica. Cuando esto ocurre se recolectan los frutos del huerto que son ofrecidos y comidos durante las visitas, o son obsequiados para llevarlos consigo a sus lugares de procedencia. El ofrecimiento de frutos, flores, semillas, verduras y legumbres refuerza las relaciones de parentesco, compadrazgo y amistad. Siempre se trata de mantener temporalmente en las plantas, en refrigeración o mediante técnicas de conservación, determinadas cantidades de productos para los momentos de visita o festividades. Para las familias campesinas de la región es importante proporcionar productos de los huertos a las personas que les visitan, ya que refuerza la amistad y afecto.

Las familias campesinas de la región aplican diversas técnicas para conservar los productos cosechados. Las técnicas de conservación de alimentos son diversas, por ejemplo, la deshidratación o secado de ciruelas (Prunus domestica), guajes (Leucaena esculenta), semillas de calabaza (cucurbita spp), guamuchiles (Acacia pringlie) y parotas (Enterolobium cyclocarpum) (Martínez, 1987). Otra técnica es conocida regionalmente con el nombre de conserva, ésta consiste en hervir frutos con azúcar, panela o dulce de caña de azúcar. Con esta técnica se prepara y conserva por varias semanas la calabaza y el chilacayote. La técnica del almíbar es útil para conservar duraznos y ciruelos. El escabeche favorece la conservación de cebollas, chiles, ajos, coliflor, y zanahorias.

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1 Los precios de los productos del campo y de los huertos familiares son variables. Éstos se obtuvieron durante los días de plaza o tianguis del Mercado de Luvianos, Estado de México en e año 2012.

2 Las familias campesinas enfrentan retos para comercializar los productos de los huertos durante los días de tianguis o plaza. El problema no es la cantidad de dinero a pagar por el derecho de piso, sino la inconformidad de los comerciantes establecidos “reglamentados”quiénes han integrado organizaciones y sindicatos para evitar y controlar el acceso a la comercialización. En algunas ciudades y localidades de la región, ocasionalmente, las autoridades municipales acompañadas de comerciantes sindicalizados decomisan los productos de las familias campesinas.

3 Durante las festividades del día de Muertos, en la región es común que las familias campesinas coloquen grandes cantidades de flores, frutos y alimentos (ofrendas) a los difuntos fallecidos. En México, el 2 de noviembre es un día importante para las familias campesinas, y por supuesto, para toda la población católica del País, durante todo el día, las familias acuden a los cementerios y llevan consigo muchas flores para ofrecerlas a sus difuntos. Es un día de fiesta en todos los cementerios del país.

4 Los porcentajes obtenidos son aproximados, ya que algunas partes de las plantas o frutos pueden ser utilizados en la alimentación de las familias, para alimento de los animales domésticos, para venderse en los mercados o para obsequiarse a familiares, amigos o compadres. Siempre, los productos de los huertos son múltiples. Por ejemplo, la guayaba es consumida por las personas, sirve de alimento a los cerdos, es vendida en los mercados y en ocasiones se regala a las personas o amigos.

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