ACCIONES DE GOBIERNO Y SU IMPACTO EN EL INDICE DE  DESARROLLO HUMANO DE LA COMUNIDAD DE TORIM, GUAYMAS SONORA, 1997-2009

ACCIONES DE GOBIERNO Y SU IMPACTO EN EL INDICE DE DESARROLLO HUMANO DE LA COMUNIDAD DE TORIM, GUAYMAS SONORA, 1997-2009

Rodrigo Esquer Rosas (CV)
Universidad Popular Autonoma del Estado de Puebla

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2.2 LOS INDICES DE DESARROLLO HUMANO

La desigualdad regional ha sido un tema de gran importancia en México, especialmente a partir de la implementación del programa de reformas estructurales y apertura comercial, iniciado durante los ochenta. Existe evidencia de que el proceso de convergencia en niveles de ingreso, después de un proceso de desaceleración, se revirtió hasta alcanzar un patrón divergente durante las décadas de los ochenta y noventa. (Esquivel y Messmacher, 2002; Hanson, 2003; Chiquiar, 2002).

En general, este proceso se ha asociado a los diferentes niveles de dotaciones de capital humano entre regiones, barreras a la migración, carencia de infraestructura y, en general, ausencia de una política que integre a las regiones del sureste a los mercados globales de manera exitosa (Dávila, et al., 2002). Existen análisis a largo plazo de los indicadores de desarrollo humano a nivel nacional, mas no por regiones que pueda corroborar la tendencia que se señala y arrojar algunas lecciones de política importantes. Esto es importante por varias razones, especialmente por el hecho de que las políticas de educación y salud tienen un carácter federal durante la mayor parte del período, sin embargo en lo regional no aplica.

Por lo que nuestra investigación se enfoca precisamente en el análisis de evolución de indicadores de desarrollo humano a nivel local, y hacer énfasis en lo regional, así como en la exploración de vínculos entre desarrollo humano y crecimiento económico.

Es por esto que dentro del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo/México Oficina Nacional  de Desarrollo Humano, nos presentan información que nos sirve para un mejor análisis del estudio en cuestión; ya que nos referimos en el ámbito municipal para lo cual presentamos la información de referencia.

En 1990, México fue clasificado como un país con un alto desarrollo humano. Sin embargo, al variar el procedimiento de medición del IDH, a partir de 1999 se incluye dentro de los países de desarrollo medio, aun cuando con un IDH de 0.796 reportado para 2002 el país se encuentra muy cercano a pertenecer al grupo de naciones con alto desarrollo humano. En la actualidad, para alcanzar dicha clasificación se debe tener un IDH igual o mayor a 0.8. Los países con nivel de desarrollo humano medio tienen un IDH entre 0.5 y 0.799; y son considerados países con nivel bajo de desarrollo humano los que presentan un IDH menor a 0.5.

Además de esta reclasificación, la posición de México respecto a otras naciones ha variado en el tiempo. Según el Informe sobre Desarrollo Humano 1990, el país ocupaba en ese año la posición 40 en relación a 130 considerados. En la clasificación de 2002, México ocupó el lugar 54 de 173 países.

Para calcular el IDH en el ámbito municipal en México (IDHM), se han llevado a cabo algunos ajustes debido a las restricciones en la disponibilidad de información, en el ámbito municipal, de los indicadores establecidos en su definición original (ver tabla 1). Es importante enfatizar que estos ajustes no alteran la naturaleza del IDH.

Tabla 1: Variaciones en los indicadores empleados en el cálculo del IDH municipal


Dimensión

Indicador establecido por el PNUD

Indicador utilizado a nivel Municipal

Salud

Esperanza de vida al nacer

Tasa de supervivencia infantil

Educacion

Tasa de Matriculación escolar
Tasa de Alfabetización

Tasa de asistencia escolar
Tasa de alfabetización

Ingreso

PIB percapita anual en dólares estadunidenses PPC

Ingreso municipal per cápita anual en dólares estadunidenses PPC

Fuente: Procedimiento descrito en Székely, López-Calva et al. (2007).

Ahora, pasemos a la definición de indicadores en los componentes del IDH municipal, donde:
Índice de salud
El índice de supervivencia infantil se utiliza como proxyde la esperanza de vida al nacer y se construye de la siguiente manera para cada municipio i:

 

Donde:
Tmi: Tasa de mortalidad infantil en el municipio i
Di: Número de defunciones de niños menores de un año en el municipio i
Bi: Número de nacidos vivos en el municipio i
Índice de educación
Debido a que no hay información disponible de la tasa de matriculación escolar a nivel municipal, se utiliza como proxyla tasa de asistencia escolar y se obtiene de la siguiente manera:
                       

La tasa de alfabetización municipal se obtiene de manera similar dividiendo el número de personas de 15 y más años que saben leer y escribir entre el número de personas de 15 años y más en cada municipio.

Ambos indicadores se construyen con la información del Censo General de Población y Vivienda así como del Conteo de Población y Vivienda para el IDH 2000 y 2005, respectivamente.

Índice de Ingreso
Debido a que tanto para 2000 como para 2005 no se dispone de información sobre el Producto Interno Bruto per cápita (PIB) a nivel municipal, se realizó una imputación del ingreso de los hogares de cada municipio empleando el concepto de Ingreso Corriente Total per cápita neto de transferencias (INTPC) de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) anualizado y ajustado a cuentas nacionales.  ”Producto Interno Bruto por entidad federativa, 2000”. Banco de Información Económica. México.

Para describir este procedimiento considérese el caso de 2000. En una primera etapa se estima el ingreso de los hogares con periodicidad mensual empleando la ENIGH 2000. A continuación se obtiene una estimación del ingreso municipal mediante un proceso de imputación al Censo General de Población y Vivienda 2002 siguiendo la metodología desarrollada por Elbers, Lanjouw y Lanjouw (2003). (PNUD 2009) (Esta metodología permite combinar información censal con información de encuestas, las cuales se levantan para una muestra de la población pero que permiten obtener información detalladas de los ingresos.) La metodología consiste en elaborar modelos que caractericen el ingreso como función de las características del hogar, del tipo de vivienda, de la educación de los miembros del hogar, y variables de la localidad, obtenidas en las encuestas para aplicarlas a los datos del censo con el fin de predecir el ingreso (o el consumo) del hogar. El proceso requiere la selección de variables que sean comunes al censo y a la encuesta de hogares seleccionada.

A continuación se describe: En México, por ejemplo, en términos de información para los años 2000 y 2005, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI), provee una amplia gama de información útil para la medición del ingreso. Sin embargo, el tamaño y la representatividad de la encuesta sólo permiten crear medidas representativas a nivel nacional y para los estratos urbano y rural. El Censo General de Población y Vivienda y el Conteo de Población y Vivienda, por su parte, contienen información sociodemográfica para cada vivienda enumerada en el país; sin embargo, los datos de ingreso que contienen no poseen el grado de detalle y confiabilidad que la medición del desarrollo humano municipal requiere.

Así, el ingreso municipal utilizado en el cálculo del índice de desarrollo humano municipal en México, es una estimación con base en la metodología desarrollada por los autores citados anteriormente, que combina el uso de las dos fuentes de información antes mencionadas en un proceso de imputación de ingresos*la ENIGH y el Censo en el caso del año 2000 y la ENIGH y el Conteo para el 2005*. La metodología consiste en elaborar modelos que caractericen al ingreso como función de las características del hogar, del tipo de vivienda, de la educación de los miembros del hogar, y de variables de la localidad, todas obtenidas en las encuestas, para ser aplicadas a los datos del Censo o Conteo con el fin de predecir el ingreso. El proceso de imputación de ingresos requiere la selección de variables que sean comunes al censo o conteo y a la ENIGH, de manera que se obtengan los mejoresmodelos de predicción de ingreso en la encuesta de hogares, para ser aplicados a la población en su conjunto. ”Producto Interno Bruto por entidad federativa, 2000”. Banco de Información Económica. México.

A manera de ejemplo considérese el caso específico de la imputación de ingresos para el año 2000. La lista de variables comunes en la ENIGH 2000 y el Censo 2000 es la siguiente:
a) Vivienda: disponibilidad de agua; disponibilidad de electricidad; combustible para cocinar; material en pisos; material en muros; material en techos; cuarto para cocinar; disponibilidad de drenaje, y tenencia;
b) Bienes en la vivienda: teléfono; radio; televisión; videocasetera; licuadora; refrigerador; lavadora; calentador de agua; automóvil o camioneta propia, y computadora;
c) Demográficas: sexo; estado civil, y parentesco;
d) Educación: asistencia escolar; alfabetismo, y escolaridad, y
e) Laborales: condición de actividad; ocupación; horas trabajadas, y posición en el trabajo.

Para anualizar el ingreso estimado y expresarlo como ingreso municipal se multiplica por la población respectiva en cada municipio y se multiplica por 12. Posteriormente el ingreso municipal se ajusta al PIB nacional de manera que la suma del ingreso municipal anual de todos los municipios sea igual al PIB nacional del año correspondiente. Para expresar el ingreso municipal en términos per cápita se divide entre la población de cada municipio; por último se aplica un factor de conversión a términos de Paridad de Poder de Compra en dólares estadounidenses (dólares estadunidenses PPC) publicado por el Banco Mundial en World Development Indicators. Este procedimiento también corresponde al empleado al año 2005 con el uso de fuentes de información correspondientes. Banco Mundial. 2007. “Factor de conversión de moneda local a dólares PPC de 2005”. World Development Indicators 2007. Washington, DC: The World Bank.

La medición del desarrollo humano es un elemento fundamental para el diseño de las políticas públicas de un país. Entre otros factores, permite evaluar los avances o retrocesos en las condiciones de vida de sus habitantes, establecer la magnitud del problema del desarrollo, caracterizar el fenómeno para el diseño de políticas, programas y acciones del sector público y definir claramente los objetivos que se persiguen en términos de bienestar.

Existen en el mundo diversas maneras de medir el desarrollo humano. El indicador más comúnmente utilizado es el Producto Interno Bruto (PIB), que cuantifica la capacidad de una economía para generar satisfactores para su población; sin embargo, este indicador tiene sus limitaciones para reflejar el desarrollo en un sentido más amplio.

Precisamente para hacer frente a estas limitaciones, se han desarrollado una serie de alternativas en las que se incluye información adicional sobre múltiples facetas del desarrollo y, en particular, indicadores relacionados con las condiciones sociales de la población.

En la literatura (López-Calva, Luis F., y Roberto Vélez-Grajales., (2002) sobre medición del desarrollo se toman en cuenta dos decisiones básicas que determinan finalmente la metodología a utilizar: la dimensión del desarrollo a considerar, y la agregación de los distintos elementos en caso de existir más de una dimensión. Dichas decisiones, generalmente, se toman en función del objetivo que se persigue en el ejercicio de medición y tienen consecuencias para el diseño de política, ya que sus resultados pueden dirigir las acciones públicas hacia variables o resultados determinados.

Por ejemplo, si se decide tomar como medida de desarrollo el producto por habitante o el ingreso per cápita, el sector público puede privilegiar acciones totalmente distintas a las que resultarían en caso de tomar a la diversidad cultural como punto de referencia para evaluar el progreso de una nación.

De los esfuerzos realizados en el mundo para medir de manera sistemática el desarrollo humano, quizás el más destacado sea el Índice de Desarrollo Humano (IDH), propuesto por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Dicho índice combina tres elementos para evaluar el progreso de los países en materia de desarrollo humano: el Producto Interno Bruto (PIB) por habitante, la salud y la educación; cada uno se incluye con la misma ponderación. Debido a su simplicidad y a requisición de información, generalmente disponible para su construcción, se ha convertido en el punto de referencia más utilizado para realizar comparaciones internacionales e incluso muchos países han adoptado los índices de desarrollo humano como instrumento de política y como indicador del éxito o fracaso de sus políticas nacionales.

El Índice de Desarrollo Humano(IDH) se publica una vez cada año en el Informe de Desarrollo Humano Mundial y, adicionalmente, alrededor de 150 países producen su propio Informe Nacional de Desarrollo Humano con el objetivo de contar con un análisis al nivel regional y mayor detalle local. Aunque en México se han elaborado y aplicado metodologías para medir el desarrollo humano de manera intensiva, durante los últimos años sorprende el hecho de que nuestro país haya sido, hasta el año 2003, uno de los pocos en el mundo que no contaba con un Informe Nacional de Desarrollo Humano.

Los indicadores agregados para el país se han incluido, desde sus inicios, en el Informe de Desarrollo Humano Mundial, pero no se contaba con un análisis desagregado que permitiera evaluar las diferencias entre regiones, estados y municipios, así como la ubicación de cada uno de ellos en el contexto internacional.

En el 2002, el gobierno de México y el PNUD acordaron que el organismo internacional realizara el primer Informe de Desarrollo Humano al nivel nacional. El énfasis de dicho informe se centraría precisamente en estudiar la diversidad y las desigualdades en desarrollo humano, al nivel regional y estatal por primera vez.

Para la realización del Informe se desarrolló un conjunto de documentos de investigación como material de soporte y fuente original de investigación, bajo el liderazgo del PNUD.

El enfoque de desarrollo humano propone que lo que un individuo puede ser o hacer define su bienestar. La libertad existente para elegir formas de vida alternativas de acuerdo a metas propias es entonces indicativa del desempeño de una
 sociedad. El objetivo básico del desarrollo es ampliar las oportunidades de la gente para vivir una vida saludable, creativa y con los medios adecuados para participar en su entorno social. En este enfoque, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) selecciona tres dimensiones para medir el desarrollo: longevidad, conocimientos y acceso a recursos. Como sus indicadores toma la esperanza de vida al nacer, la tasa de alfabetización, la matriculación escolar y el PIB per cápita. Para construir el índice general, los indicadores de cada capacidad consideran los logros con respecto a magnitudes de referencia y las dimensiones se agregan con igual ponderación. El IDH constata que lo que las personas pueden ser o hacer difiere de un área geográfica  a otra. En el Informe sobre Desarrollo Humano México 2002 (IDH-Mex 02), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó por primera vez el IDH para todas las entidades federativas mostrando las considerables desigualdades regionales del país. Así, para el IDH y sus índices componentes, consistentemente surgieron como casos extremos el Distrito Federal y el estado de Chiapas, aunque con diferencias notables para cada capacidad medida.

Dicho cálculo se hizo utilizando datos para el año 2000 y siguiendo de la forma más cercana posible el método utilizado en los informes sobre desarrollo humano que, con el cuidado debido, permite ciertas comparaciones internacionales. Sin duda, el primer Informe de Desarrollo Humano para México arrojó un panorama de elevada desigualdad entre las entidades federativas.

Sin embargo, cabe preguntarse si estas disparidades pueden ser aún mayores al interior de los estados y la importancia que cobrarían para la desigualdad nacional. Por ello resulta particularmente pertinente examinar lo que ocurre con unidades de menor tamaño, como los municipios, incluso localidades.