INVESTIGACIONES Y EXPERIENCIAS EN ECONOMÍA SOLIDARIA: MÉXICO-COLOMBIA

INVESTIGACIONES Y EXPERIENCIAS EN ECONOMÍA SOLIDARIA: MÉXICO-COLOMBIA

Ramón Rivera Espinosa (Coordinador)
Universidad Autónoma Chapingo

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APROXIMACIÓN A LA CONSTRUCCIÓN DE LA ECONOMÍA DE LA SOLIDARIDAD:
Una mirada a los factores medios materiales y financieros, de acuerdo a la teoría económica comprensiva

Magister.  Julián Mauricio Vélez Tamayo. 
Coordinador de Investigaciones de la Facultad de Economía
 Universidad Autónoma Latinoamericana-UNAULA
 Medellín, Colombia. 

Introducción

Se caracterizaron las asociaciones de pequeños y medianos productores agropecuarios que han asumido la responsabilidad de la autogestión y potencializado las capacidades de las personas, para contribuir con la construcción del propio desarrollo y del entorno que recibe su influencia. Dicha  caracterización de algunas de las organizaciones  de economía solidaria, requirió el reconocimiento de los factores Comunidad, Gestión, Tecnología y Trabajo -con su problemática de protección social-, además de los Medios materiales y Financieros definidos en la Teoría Económica Comprensiva desarrollada por Razeto (1994).

El problema científico indagó por los factores propuestos, en las organizaciones que figuran registradas en la Cámara de Comercio del Oriente, identificadas como entidades sin ánimo de lucro y en otras fuentes gubernamentales y no gubernamentales.  Principalmente se encontraron asociaciones y algunas cooperativas, pero fueron descartadas éstas últimas del análisis, dada su condición de cooperativas financieras o de Ahorro y Crédito, pues sólo se considerarían las de carácter agropecuario.

Adicionalmente, la investigación aportó comprensión a los problemas actuales relacionados con contexto regional y nacional, en tanto abordó un tema de interés que pretende aportar reflexión sobre la situación de grupos poblacionales que intentan resolver su situación de manera autónoma y autogestionaria. De igual manera se hicieron recomendaciones a las organizaciones que les permita argumentar sus necesidades, para orientar la definición de la política pública relacionada con la búsqueda de mejores condiciones de vida de los productores agropecuarios asociados en organizaciones de economía solidaria.

La investigación identifica cuáles son las características de los medios materiales y financieros de las asociaciones de pequeños y medianos productores agropecuarios de las zonas del altiplano y embalses del oriente antioqueño especialmente en los municipios de Alejandría, Concepción y San Vicente Ferrer que permita la sustentabilidad económica, ambiental y social.

Los municipios de Alejandría y Concepción pertenecen a la zona de embalses y San Vicente Ferrer a la zona del altiplano, históricamente estas zonas encontraron en el sector agropecuario su fuente primaria de crecimiento y desarrollo, allí se asentaron asociaciones dedicadas a esta actividad con potencialidades que redundan en desarrollo.
Estos municipios disponen de unas ventajas comparativas propicias para la actividad agropecuaria como la tierra y el clima, además de algunas ventajas absolutas teniendo en cuenta el capital social allí conformado. De otro lado, los medios financieros de que disponen en esta área geográfica son un factor preponderante en la búsqueda del desarrollo y el crecimiento.

Introducción

La teoría económica tradicional identifica tres factores de producción importantes, como lo son: la tierra, el trabajo y el capital con sus respectivas retribuciones y remuneraciones.  En este sentido, la tierra, por la participación en el proceso de producción hace que su poseedor -que normalmente se le conoce como Terrateniente (Teniente de la tierra, o tenedor de tierra)-  reciba una contribución o retribución por permitir que su propiedad participe en el proceso productivo; a esta retribución se le conoce como Renta; de igual manera para el capitalista, por permitir que su capital participe en el proceso de producción, se le retribuye con una tasa de ganancia o tasa de interés; de forma que permite la reproducción de este factor primordial en el modo de producción capitalista.  En el caso del dueño del factor trabajo, el trabajador, sucede algo particular, puesto que, no es que permita la participación de su desgaste de energía, sino que se ve obligado a vender el trabajo realizado por su mano por la retribución que le corresponde, es decir, el salario.

Sin embargo, Razeto (1997) hace la diferenciación entre “Recursos Económicos” y “Factores Económicos”.  Los primeros, son todos aquellos elementos, fuerzas materiales e inmateriales, naturales y humanos que tengan la potencialidad de ser aprovechados en algún proceso o actividad económica; mientras que los factores económicos son todas aquellas fuerzas, elementos materiales e inmateriales que participan actualmente en los procesos y actividades económicas, es decir, son aquellos recursos que se encuentran organizados económicamente. Podría decirse, por tanto, que la diferencia entre los recursos y los factores, está determinada en la participación efectiva dentro del proceso de producción, que siempre será de tipo económico; en este orden de ideas, los recursos pueden convertirse en factores, este proceso de conversión, supone la “Valorización económica de estos recursos o medios” (pag:39).

Además, concibe que actualmente, se involucran en el proceso económico cinco principales factores como lo son: Factor trabajo, Factor Tecnológico, Factor Medios Materiales, Factor Financiero o medios de pago, Factor administrativo o gerencial (Razeto, 1997).  Para el caso que nos interesa aquí sólo se toman dos de los cinco factores enunciados; ellos son: El factor medios materiales y el factor Financiero o medios de pago; todos estos factores unidos en un proceso de producción e interrelacionados entre sí, hacen que surja un nuevo factor: el Factor C o factor comunidad.

Aproximación hacia una comprensión de la economía Capitalista:

El mercado capitalista se determina mediante las diferentes versiones o estructuras de mercado, que son estudiadas desde la microeconomía: Competencia perfecta, Oligopolio, Monopolio y Monopsonio.  De estas opciones, las observables en la realidad tan solo se tiene el Oligopolio y quizás, el caso del monopsonio 1; para los otros, hay condiciones que se acercan los modelos a la realidad, pero que no se cumplen la totalidad de los supuestos.

El ejemplo real que más se utiliza, para el caso de competencia perfecta,  es el de una plaza de mercado; sin embargo, si bien puede haber muchos oferentes y muchos demandantes, no necesariamente se cumple el principio de "libre movilidad", no se cumple el supuesto de "libre acceso a la información" y sobre todo, los precios no necesariamente son determinados por el "mercado" sino que pueden ser afectados por algún tipo de autoridad (no necesariamente política). 

Además, la tasa de beneficio no tiende a cero, en algunos casos, ésta se torna negativa por lo que no es posible aseverar que efectivamente existe un mercado de competencia perfecta en la realidad de acuerdo a los planteamientos teóricos.

La competencia, como concepto, surge de una acción egoísta de "adquirir ventaja", fundamento, en todo caso, del mercado capitalista.

El desarrollo de la economía capitalista está muy determinado por el desarrollo teórico de pensadores como Adam Smith (1776), que establece el egoísmo como principal elemento motivante de las relaciones económicas.  Smith como Escocés que era, tenía fuertes influencias protestantes de tipo calvinista, lo que permitía el tratamiento de los conceptos de interés y con ello, los orígenes de la actividad financiera; contraria a la posición tradicionalmente católica de Santo Tomás de Aquino que consideraba "inmoral" el cobro o efecto de los intereses, identificándolo con la "usura" y por lo tanto, con el pecado. 2

1.2  Indagaciones sobre la economía social y solidaria a partir de la propuesta del pensamiento económico tradicional.

      Para comprender mejor la propuesta de la Teoría Económica Comprensiva, y en particular el área de la Economía solidaria, se hace necesario hacer algunas claridades, para que de este modo, el acercamiento a estos conceptos sea más familiares.

1.2.1  La Economía Social y Solidaria como una propuesta alternativa al Modo de Producción Capitalista, sin llegar a ser un Modo de Producción Solidario

Se hace siempre "comparación" entre la forma capitalista de la economía y las denominadas alternativas, identificables con los caminos de la economía solidaria.  Sin embargo, no se ha establecido si la economía solidaria cumple las condiciones en sí mismas para configurarse como un modo de producción desde el punto de vista de la economía política.

Es claro que la intencionalidad de la Economía social y solidaria no es la de involucrarse como un “modo de producción”; de hecho, la evidencia histórica ha demostrado que puede germinar semilla de economía solidaria en modos de producción de transición como lo es el Socialista, además de aflorar en las diferentes versiones de la estructura Capitalista.  Inclusive, podría decirse que en modos de producción como el esclavista se vieron aspectos propios de la economía solidaria como los mencionados en el libro de los hechos de los apóstoles y en la estructura feudal, con la formación de grupos como los valdenses y otros grupos calificados como heréticos en la edad media.

Por tanto, esta forma de economía supera las dimensiones propias de una estructura productiva denominada “modo de producción” y se constituye en una categoría superior, aún pendiente de establecer desde el punto de vista conceptual, y que no es intencionalidad de este documento desarrollar.

1.2.2  Los factores productivos tradicionales reducción de los factores económicos de la Teoría Económica Comprensiva

En cuanto el reduccionismo de la tierra, trabajo y capital, no logran explicar la totalidad de los fenómenos económicos que afectan las unidades productivas porque la forma de Economía Social y Solidaria se constituye en una categoría superior, la forma de asimilar los factores ha de ser epistemológicamente distinta y diferenciada, no excluyendo así la tradicional forma de considerar los tres factores productivos, permitiendo de esta forma que la tradicional sea un caso particular de la visión propia de la economía solidaria; pero para ello, se hace necesario teorizar más de tal manera que permita el desarrollo de una propuesta académicamente seria, científicamente aceptable y socialmente aplicable, pero como se dijo más arriba, esta investigación no busca desarrollar esos conceptos teóricos, sino simplemente, presentarlos.

1.2.3 La fraternidad o solidaridad misma, podría ser el elemento que mueve la economía social y solidaria

Si el determinante o elemento que mueve la economía capitalista es el Egoísmo, según la posición de Adam Smith cuando dice: "al buscar su propio interés, el hombre a menudo favorece el de la sociedad mejor que cuando realmente desea hacerlo" (Smith, 1776).  Sería éste el camino para garantizar la formulación epistémica de la economía solidaria, la propuesta solidaria desde el punto de vista histórico ha de tener mayor bagaje que garantice la formulación científica que se reclama. 

Definir epistemológicamente una teoría desde la vivencia axiológica se constituye en una tarea ardua y difícil, pero que puede tener la suficiente ilustración y demostración casuística e histórica que le permita acceder a las discusiones académicas de hoy, de mañana, con la rigurosidad que ésta demanda. La filosofía de la economía social y solidaria, busca un apoyo reciproco entre las entidades que profesan éste sistema; pero en la praxis, la economía solidaria es un centro de cooperación, de reciprocidad.

2  Una propuesta de conformación del sector de la economía solidaria

La economía solidaria puede ser también una economía basada en los principios de otras propuestas alternativas. Se busca, como economía solidaria, el equilibrio entre el bien común y la libertad personal asentado en la justicia, la equidad y la proporcionalidad.  Sin embargo, la economía solidaria no es propiamente "comparable" con algún sistema o Modo de Producción – puesto que la economía solidaria no tiene el "deseo" o la "presunción" de asimilarse como un modo de producción. Y no lo es, en cuanto no alcanza a cubrir los aspectos de un sistema de este tipo, en el sentido de que si bien se establece como estructura productiva con la interacción de los factores económicos (Medios materiales, Medios Financieros, Tecnología, Gestión, Trabajo y Factor C), no así en términos de estructura de poder3 , pues no entiende la jerarquización de los factores, y por lo tanto, no se evidencia existencia o diferenciación de clases, ni una relación de dominación. 

Es por esto que la economía solidaria puede incorporarse tanto en una estructura capitalista, en cuanto puede establecer relaciones con estructuras de poder que jerarquizan el capital (medios financieros y medios materiales) o con estructuras que jerarquizan el trabajo, como usualmente se ha hecho durante los últimos dos siglos.  Por tanto, considerar la Economía Solidaria como un modo de producción propiamente dicho, no tiene sentido, sencillamente porque no es la intencionalidad propia de esta propuesta y si lo fuera, dejaría de ser Economía Solidaria.

Lejos de la conformación de un bloque teórico y una estructura académica definida, como el caso de las posiciones economicistas de varias escuelas de pensamiento económico, la economía de la solidaridad es una respuesta pragmática a una situación de “necesidad”.  Para la mayoría de economistas, la llamada “economía solidaria” no es ninguna propuesta novedosa que permita “pugnar” con las teorías económicas convencionales; precisamente por carecer, de facto, de un pensamiento estructurado como estructura productiva. 

Por otro lado para muchos, la opción cooperativista es una respuesta ante las “injusticias” de un sistema Capitalista “enfermo”.  Sin embargo, esta opción cooperativista está plagada de idealismo, doctrina e inclusive una especie de “realismo mágico ensordecedor” que pareciera mostrarlo como la panacea a las dificultades sociales, posicionando este camino a la economía de la solidaridad, como única expresión de la misma, quedando en un reduccionismo que poco ayuda a la comprensión de la propuesta de la Teoría Económica Comprensiva. 

2.1 La propuesta cooperativista, como camino de la economía solidaria

Si es observada por separado de las demás corrientes o “caminos” de la economía de la solidaridad, si bien durante mucho tiempo se consideró que el cooperativismo era equivalente a la economía solidaria, este tan solo es un camino (Razeto, 1997). Según Jiménez Arcila (1930), el cooperativismo considera la cuestión social como algo primordial, al punto que su categoría de análisis sea la “sociología de la cooperación”, -donde surge y fundamenta el pensamiento cooperativista- basado en los teóricos solidaristas derivados de la pastoral de la “rerum novarum”, y por tanto, la solidaridad se reduce a cooperación. Es por tanto, un intento primigenio desde el punto de vista académico, pero no definitivo en el continuo caminar de la Solidaridad.

Tanto el cooperativismo, el mutualismo y otras formas de economía solidaria no pueden constituirse en modos de producción estrictamente hablando, pues las economías solidarias funcionan perfectamente dentro de la lógica de una estructura capitalista, así como podrían funcionar dentro de estructuras feudales, esclavistas, e inclusive propuestas de carácter comunista.  Y esto sucede, no porque se contrapongan a estas estructuras o sistemas, sino porque como bien lo dice el profesor Razeto (2000) obedecen a necesidades y éstas necesidades no se delimitan a un determinado modo de producción. 

Podría decirse que la intencionalidad misma de la economía solidaria está determinada en el libro de los hechos de los apóstoles (Hch 2, 44-47) “vendían sus posesiones y los repartían a todos según la necesidad de cada uno… partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón” que en últimas es en lo que se funda la Doctrina Social de la Iglesia aunado a lo escrito en “Rerum Novarum” del P.P León XIII (1891).

La disciplina económica se define como la ciencia que estudia los procesos de producción, distribución y consumo de bienes y servicios que son escasos; en este orden de ideas, es posible pensar en opciones solidarias u opciones de solidaridad diferentes de producción, distribución y consumo; de hecho, en la realidad las experiencias cooperativas, mutuales y experiencias similares precisamente se destacan por participar en estos aspectos (Guerra, 2008).  Esto indica que la economía solidaria debe ser estudiada por la ciencia económica con profundidad y más específicamente por la economía política, dada su marginal consideración y la falta de claridad al respecto.

2.2  Propuesta democratizadora del mercado: opción de la economía de la solidaridad

Si se entiende la propuesta democratizadora diferente a la propuesta capitalista convencional, el primer paso es desmontar la fundamentación inicial de competencia, basado en el principio de egoísmo y de “adquirir ventaja” para garantizar que las relaciones económicas se basen en condiciones de igualdad; en otras palabras, si la opción capitalista se basó en propuestas originadas desde lo axiológico por una propuesta religiosa protestante de corte calvinista, el  primer paso podría ser volver a la propuesta económica tradicionalmente católica, o por lo menos, compararla; por ejemplo, que sea posible el no cobro de intereses, entendido este como el mecanismo por el cual, un factor productivo, en términos de la teoría económica comprensiva, como es el factor financiero, tenga una remuneración, no necesariamente pecuniaria, sin participar el proceso productivo, diferente a la posición capitalista, donde este factor genera una remuneración por el efecto de la tasa de interés, a pesar de no participar en el proceso productivo real.

2.3  Un acercamiento a la Teoría Económica Comprensiva

Para comprender mejor la Teoría Económica Comprensiva, se hace necesario dar un viraje hacia los factores, que para este caso, se considerarán los factores Medios Materiales y Medios Financieros, ambos asimilables al tradicional factor Capital, propuesto por la teoría económica tradicional.

2.3.1 Factor Medios materiales

Constituye todos los elementos físicos, instalaciones, instrumentos, equipamiento, insumos y materias primas; en general, todo lo referente a propiedad, planta y equipo, maquinaria, equipo de transporte, equipo de comunicación y computación, equipo de oficina, muebles y enseres, inventarios, construcciones y edificaciones, terrenos y demás bienes y enseres que se mantienen en el interior de la organización y que están relacionados, directa o indirectamente con el proceso de producción.

En este sentido, Mora (2012) para el caso de los medios materiales establece, refiriéndose a los medios materiales, que

Los recursos y factores llegan del mismo sector solidario pueden hacerlo a través de donaciones, cooperación, reciprocidad o comensalidad.  De igual manera, el proceso de remuneración de factores y la distribución de excedentes, cuando se hace bajo el prisma de las relaciones económicas del sector solidario, presentan un menor grado de conflictualidad, pues tanto la retribución a cada factor como la distribución serán más equitativas. (p. 16)

2.3.2  Factor financiero o medios de pago

En los procesos de producción, uno de los factores se constituye como factor organizador de unidades y actividades económicas; en efecto, en la economía convencional o en las llamadas empresas convencionales o capitalistas, el factor organizador lo asume el factor financiero o de medios de pago, en cuanto es este factor el que permite establecer relaciones de contratación con los demás factores; es decir, los medios de pago permiten relaciones contractuales con los demás factores en cuanto permite la compra o alquiler de materiales, maquinaria, propiedad, equipo, muebles, enseres, vehículos, equipo de transporte, inventarios (en general todo lo que constituye los medios materiales) así mismo, contrata mano de obra (factor trabajo), compra mejoras tecnológicas (know how, patentes, procesos de innovación), permite el desarrollo de actividades administrativas, pues reconoce la consecución de material y personas que desarrollen esta actividad. 

Es por ello, que suele identificarse a este factor con el tradicional factor capital; sin embargo, para este análisis en el que se busca establecer un recurso “organizador” el capital es solamente diferenciable con el factor comunidad.

El capital, en una estructura capitalista, asume una condición distinta y diferenciable a la de recursos económicos o factores económicos, para configurarse en una Categoría Económica es decir, se configura como un factor que asume la condición de organizador de las unidades económicas, permitiendo convocar, subordinar, guiar o controlar los demás factores. (Razeto, 1997). En otras palabras, en las economías capitalistas convencionales, el factor financiero, identificado como capital, asume la condición de Categoría Económica. Lo importante de este factor, no es su representación, sino la capacidad que tenga para “convocar, atraer y adquirir los recursos y factores necesarios” (p. 47) con esto, se aparta considerablemente de la teoría económica tradicional, abriendo la posibilidad de que coexistan diferentes formas de representación adicionales al dinero. 

La Teoría económica Comprensiva no busca “reemplazar” la teoría económica tradicional; al contrario, la explica en otros términos, no considerando una forma metafísica del concepto “capital”, si se quiere etérea, sino algo más concreto, en cuando puede expresar el capital en términos de dos factores que son los estudiados aquí: el Factor Medios Materiales y el Factor Medios financieros, se trata por tanto, de una explicación -si se quiere- más amplia del concepto tradicional de Capital, donde caben: instalaciones, edificaciones, plantaciones, semovientes  y demás, que son, precisamente, medios materiales. Además de las expresiones de financiamiento como créditos o aportes en dinero que constituyen los medios financieros.

Sin embargo, las pequeñas asociaciones o cooperativas campesinas, carecen de un fuerte factor financiero o de medios de pago, por lo que su actividad no está organizada por el factor financiero y en consecuencia, el capital no asume condiciones de categoría, como sucede en la empresa capitalista convencional.  Si bien es cierto que muchas de estas sociedades, asociaciones y cooperativas siguen la existencia y la actividad productiva durante un tiempo, no sobreviven precisamente por la existencia del capital en abundancia.  Se sabe que los campesinos aportan en sus asociaciones medios materiales de su propiedad personal y es bajo estos medios que se constituyen como asociaciones o cooperativas (según el caso legal colombiano) y que es mediante esta forma que logran “subsistir”, en cuanto permanecen con la actividad productiva durante un periodo de tiempo.

2.4  Factor C (Comunidad): Categoría Económica en la Economía Social y Solidaria

Con la existencia del factor C en las organizaciones comunitarias, comunales y cooperativas, se despliegan modos propios de producir, distribuir, consumir y acumular con solidaridad (Razeto, 1994). Las organizaciones que manifiestan la existencia de este factor se agrupan en el sector de economía solidaria. Este factor permite la formación de un grupo, asociación o comunidad, que opera cooperativa y coordinadamente, además de  proporcionar un conjunto de beneficios a cada integrante

En este orden de ideas, si se pudiera establecer el Centro, es decir, el factor C en condiciones de cohesión, podría generarse una dinámica que denominaríamos “Factor C-céntrica” que alimente los demás factores y que los caminos de la economía de la solidaridad identificados con el respectivo peso de su factor, en sus condiciones particulares puedan ampliarse; no como una construcción atomizada de organizaciones y asociaciones, sino de una mega organización que permita una constante retroalimentación.

3.  Medios materiales de las asociaciones de los municipios de Alejandría, Concepción y San Vicente Ferrer.

Aunque las asociaciones de estos municipios se caracterizan por la limitada capacidad de recursos de carácter financiero y de medios materiales, en cuanto la existencia de estos elementos es extremadamente pobre ya que se limitan a tener las herramientas, utensilios, bienes estrictamente necesarios para la producción de los bienes agrícolas definidos en sus respectivos objetos sociales como asociaciones, la voluntad de mantener viva la asociación como mecanismo que garantice una calidad de vida digna se evidencia, en cuanto es posible establecer relaciones cohesionantes.  Es decir, la existencia de algún elemento particular que pueda ser utilizado socialmente, permite que la propiedad no sea de carácter individual sino que pueda ser colectiva, es decir; la propiedad siendo de todos, no le pertenece a nadie sino que se aprovecha la existencia de la personería jurídica de la asociación para hacer uso de ella, como es el caso de los trapiches comunitarios que permiten el proceso de transformación de la caña de azúcar en panela y sus derivados. 

Además, permite que los procesos de innovación necesarios, producto de la demanda misma del producto, como de factores exógenos como las exigencias de carácter fitosanitarios también sean asumidos de forma socializada.  Sin embargo, en muchos casos presentan problemas ya que implica la asignación adicional de recursos, muchas veces inexistentes para garantizar la continuidad de la asociación como elemento cohesionante de asociatividad.

Con todo, puede decirse que la importancia de los medios materiales es fundamental para la conformación y consolidación del Factor Comunidad dentro de la óptica de la Teoría Económica Comprensiva.  En cuanto son los medios materiales lo que permiten esa relación de asociatividad entre los diferentes miembros de la asociación y constituyen en relaciones de solidaridad, camaradería y compañerismo, no como una identificación propia como subjetividad colectiva, sino como la conformación de una entidad que permite, dentro de la misma diferencia y los intereses diferenciables, establecer una serie de prioridades y conformación de unos intereses sociales o solidarios, que permiten la continuidad de la asociación como entidad jurídica y como ente de direccionamiento comunitario hacia el mantenimiento de condiciones de subsistencia y condiciones de vida específico de este tipo de comunidades.

3.1 Municipio de Concepción:

El municipio de Concepción se encuentra en el centro del área geográfica estudiada, es el municipio con mayor número de asociaciones, sin embargo, los resultados, como se aprecian en el cuadro 5, son particulares.

El estrato socioeconómico de las asociaciones oscila entre el 2 y el tres, es de particular interés que la propiedad que es utilizada por una de las asociaciones en condición de comodato, sea menor de 1 hectárea, es el caso de la asociación de mujeres, que producen dulce de guayaba y productos derivados de la fruta que tienen la planta de tratamiento en un lugar adjudicado por el municipio.  La utilización de herramienta de este tipo, en su gran mayoría fue facilitado por los organismos gubernamentales y se encuentra de desuso.  Esto muestra una faceta triste de las asociaciones en general, la dependencia a recursos públicos o de carácter exógeno que subsisten en ayudas limitadas en el tiempo que no perduran, y no permiten la cohesión de los asociados.

En contra partida, se encuentra una asociación de mayor de 5 hectáreas, que a pesar de no utilización de su razón social como productores de leche, siguen en una relación de cohabitación, cohesión y ayuda mutua.  En este último caso, es posible aseverar que el apoyo económico exógeno no es característico, al contrario, la existencia se debe a una existencia de un factor organizador como el factor Comunidad, que es apoyado por la existencia de unos medios materiales que fueron consiguiéndose en el tiempo en que la asociación explotaba su objeto social.  En este sentido, los medios materiales fueron un elemento preparador para la cohesión en factor C.  Los asociados, en otras palabras, consiguieron los medios materiales, y para evitar acciones “egoístas” de división de los recursos, continuaron con la asociación dándole un carácter social y comunitario.

3.2  Municipio de San Vicente Ferrer

De forma similar a lo visto en el municipio de Concepción se tiene le municipio de San Vicente, como se vio más arriba, este municipio cuenta con una cantidad productiva mayor, aun sin la existencia de una fuerte tendencia solidaria en la organización de sus asociaciones.

La tendencia es similar a la observada para el caso anterior, sin embargo, es de anotar que las asociaciones existentes, utilizan mayor cantidad del factor bienes materiales producto de los aportes de los socios y de actividades como el arrendamiento solo el 25% de las asociaciones encuestadas y entrevistadas, muestran una relación de comodato, como se aprecia en la tabla 6; que en todo caso, difieren en las vistas anteriormente, puesto que, a pesar de que los espacios son limitados a menos de una hectárea las actividades productivas se realizan en las mismas unidades productivas independientes de los asociados, solo cuentan, por tanto, con un espacio de “acopio” de los productos para la eventual comercialización.  En este caso, el factor medios materiales no es un elemento cohesionador en cuanto no se requiere de una utilización extensiva del factor para garantizar la vigencia y utilización del objeto social de la organización.

Llama la atención el hecho de que la propiedad, que constituye un elemento de encuentro para los asociados sea determinante en la mayoría de las asociaciones estudiadas, así mismo, los mayores valores de ingresos, se dan en las sociedades que poseen una propiedad ya sea en arriendo o de la misma asociación y cuya extensión sea superior a 4 hectáreas.  Difieren los tiempos de producción en cuanto son tiempos determinados por las mismas actividades productivas de las asociaciones.

3.3  Alejandría

El caso de Alejandría aparece de forma distinta, la mayoría de las asociaciones estudiadas poseen propiedad exceptuando una que tiene en comodato.  Llama la atención que la mayoría también tiene su sede en el centro urbano del municipio, lo que denota la necesidad de acopio de todas las actividades.  En términos generales, las propiedades son locales comerciales que sirven para el intercambio de bienes y servicios, sirven como centros de acopio de los productos desarrollados al amparo de la actividad económica principal, pero éste se realiza en las unidades productivas independientes de cada uno de los asociados.  Es posible aseverar que la asociación existe como un mecanismo que garantice la comercialización y rotación de productos campesinos.

Es importante anotar que el municipio de Alejandría a diferencia de los demás, tiene actividades principales destinadas al turismo en lugar de actividades económicas o productivas dedicadas al sector agropecuario, esto explica la limitada información de las asociaciones y el pequeño número de las estudiadas.

3.4 La Economía Campesina, contexto de las organizaciones solidarias.

Con respecto a la producción, la economía campesina participa activamente en la producción nacional de bienes del sector primario de la economía y produce “algo más de los alimentos que se consumen en Colombia” (PNUD, 2011: 64).

Los cultivos campesinos también incluyen la producción de las asociaciones de pequeños y medianos productores, adicionales a la producción familiar.  Se evidencia, por tanto, que para Colombia, el nivel de producción campesino, y con ello, de las asociaciones y organizaciones de este sector de la población, es muy fuerte.

3.5  Resumen General de Caracterización

Para comprender y a modo de resumen, se hace necesario presentar un cuadro que de fe de la identificación de los principales elementos que constituyen los factores estudiados.  Por eso, la tabla 8, presenta una lista de elementos denominados de una forma genérica que permite mostrar y comprender los medios materiales y financieros de las asociaciones.

Se evidencia la existencia de los factores, en términos generales en las asociaciones estudiadas con los elementos establecidos en la tabla 8.  El orden está establecido por el nivel de recurrencia, en este caso, las asociaciones, mayoritariamente tienen sus medios materiales (por propiedad, arriendo o comodato) Muebles y Enseres, además de Maquinaria y Equipo, se ubica en último lugar, lo relacionado con vehículos.

Para el caso de los medios financieros, los fondos rotatorios, entendidos como recursos en caja menor son los determinantes y existen para procesos de “colaboración” hacia un vecino o socio que tenga alguna dificultad, es en este elemento donde se visualiza con mayor fuerza, la existencia del factor C.

Conclusiones

De los tres municipios investigados, San Vicente Ferrer, se caracteriza por una economía de minifundio, un mayor número de actividades agropecuarias productivas y una mayor existencia de asociaciones y cooperativas del sector agropecuario.

Respecto a la existencia del Factor Medios materiales y Financieros, según la teoría económica comprensiva de Luis Razeto, se nota una relación directa entre la existencia de este factor con la existencia de las mismas asociaciones.  Es decir, que la existencia de las asociaciones están íntegramente vinculadas a la presencia del factor Medios materiales, sin embargo, el caso no es siempre éste dado que el factor de “cohesión”, si pudiese llamarse de alguna forma, está determinado por el factor Comunidad, como es el caso de la Asociación de lecheros del municipio de Concepción.

En términos generales, la existencia de las asociaciones y cooperativas de medianos y pequeños productores agropecuarios, no está determinada por la “rentabilidad” de las mismas, sino por el interés de los integrantes (socios) de éstas en cuanto la experiencia asociativa, les sirve para el aprendizaje comprensivo de la realidad productiva.  Por otro lado, la participación del Estado en los procesos comunitarios se ve limitada así como la misma actividad por otros procesos.  Aunque exista participación de las alcaldías municipales, mediante los contratos de comodato, no se garantiza la existencia de las asociaciones en cuanto están limitadas a la voluntad política del gobierno de turno.  Esto sin duda, no permite procesos de cohesión y reconocimiento de estas asociaciones y cooperativas, ni tampoco permite procesos de crecimiento o acumulación del factor financiero.

En cuanto al factor financiero, es importante destacar que éste puede entenderse como la monetización de los demás factores que intervienen en la teoría económica comprensiva que propone Luis Razeto.  En este sentido, la existencia de este factor está íntimamente relacionada con los demás factores existentes, teniendo en cuenta el mismo factor Medios Materiales, Factor Gestión, Factor Tecnológico, inclusive, el factor comunidad, tan profundamente desarrollado dentro de la teoría económica comprensiva.

Algunas organizaciones que pueden alimentar esta condición pueden ser: Cooperativas de Trabajo Asociado, encargada de garantizar el factor trabajo; Universidades, encargada de garantizar gestión; Cooperativas de Ahorro y Crédito o Financieras, encargadas de garantizar Medios Financieros, Organizaciones, fundaciones y corporaciones solidarias, encargadas de dotación de medios materiales; cooperativas productoras, comercializadoras e industriales, encargadas del factor tecnológico, todas alimentando el centro de la economía solidaria, es decir, el Factor C. Permitiendo por tanto, la necesidad de que la Economía Solidaria sea “FactorC-céntrica”.

Existe predominio de Economía campesina de auto subsistencia y con algún tipo de vinculación con el mercado; sin embargo, la producción de valor es escasa debido principalmente a la limitada utilización de los factores analizados, sin embargo, el factor comunidad parece ser indispensable para el mantenimiento de estas asociaciones en el tiempo; a la constante fluctuación de los precios de mercado de los productos y la limitada productividad de este sector, además de las constantes variaciones de la población, que desde el periodo de la violencia ha sido inconstante, no solo en el proceso de emigración hacia las grandes ciudades, sino también por el arribo de nuevos habitantes, que muchas veces chocan con la realidad productiva de la región.

Podría pensarse que, una organización vinculada a la economía solidaria no debería:

  1. Derivar su actividad principal a acciones propiamente financieras.  Aunque esto no signifique que no pueda ser una entidad que permita la captación de recursos para que funja como entidad “redistribuidora” dentro de las demás entidades de economía solidaria, evitando en todo caso, el cobro de intereses; esto necesariamente implicaría la aplicación de un sistema alternativo desde el punto de vista monetario que pueda evitar los efectos inflacionarios; o por lo menos, el cobro de la retribución debe ser exactamente lo correspondiente a la pérdida del poder adquisitivo de la moneda, en el caso de la existencia de créditos.
  2. No observar a los demás agentes que se destinen a actividades productivas similares como “competencia”, sino más bien como colaboradores de un mismo proceso, que permita a los agentes demandantes las decisiones a partir de sus gustos personales y necesidades específicas; evitando en todo caso, los procesos especulativos y variaciones estrepitosas de precios que perjudiquen el flujo pecuniario tanto de la organización solidaria inicial como la de su vecino.  Al tiempo, permitir verse como proveedoras de experiencias, conocimientos y hasta de los mismos productos.
  3. Permitir el acceso a la información de manera libre y “democrática”, además de la libre movilización de los agentes, pero condiciones de solidaridad.  Esto por lo tanto, concedería el cumplimiento de los supuestos tradicionales de la economía clásica en el caso de competencia perfecta, pero ya en términos “democráticos”.
  4. Establecer una red de integración diferente a las propuestas por las escuelas de administración, es decir una red propia de una economía de la solidaridad, donde no se propenda por establecer estructuras oligopólicas o monopólicas, sino donde todo el sistema se mantenga en equilibrio constante, precisamente por la coexistencia de los subsistemas que lo componen.

Desde las acciones que se pueden realizar desde la academia, está la del estudio y aproximación teórica de alternativas para la economía solidaria, identificando los motivantes axiológicos que fundamentan el pensamiento tradicional, presentar las propuestas alternativas desde esos mismos motivantes y empezar a construir desde lo ya hecho, que permitan la construcción del proyecto de la Economía Solidaria; y así, como la fundamentación de la economía clásica se basa en elementos metafísicos y conceptuales, establecer relaciones que hagan de la economía solidaria una realidad.

Una posible forma en la que se puede constituir el sector de la economía solidaria, en términos reales, está en la identificación de las organizaciones que la componen de su condición de “economía solidaria” dejando a un lado las limitaciones conceptuales donde solo ciertas formas de asociatividad se podrían relacionar con el término.  Dejar de identificar únicamente al cooperativismo como economía solidaria, así como la economía popular, la economía campesina y los demás “caminos” de la economía solidaria.

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1 Se refiere a una estructura de mercado donde existe un solo demandante y muchos productores.  Normalmente se utiliza el ejemplo del Papa y los productores del “Papa-móvil” donde solo el Papa es el posible consumidor de este bien, existiendo tantos productores como fabricantes de automóviles.

2 Basado en las posiciones que, al referente, se encuentran en el libro del Levítico, Deuteronomio, y la vivencia misma del cristianismo primitivo descrito en el libro de los Hechos de los Apóstoles.

3 Teniendo en cuenta una estructura basada en el planteamiento de Bagú (1993), y en términos generales a la propuesta de la Economía Política cuando propone la Estructura Social.  En este orden de ideas, la Estructura Social es asimilable a un modo de producción.