EL CAMBIO CLIMÁTICO EN UNA COMUNIDAD ORIGINARIA<br>
Estudio de caso en Cuilapam de Guerrero, Oaxaca, México

EL CAMBIO CLIMÁTICO EN UNA COMUNIDAD ORIGINARIA
Estudio de caso en Cuilapam de Guerrero, Oaxaca, México

Julita Moreno Avendaño (CV)
Andrés E. Miguel Velasco (CV)
Julio C. Torres Valdez
(CV)
Instituto Tecnológico de Oaxaca

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2.4 El agua y el cambio climático

¿Qué tiene que ver el agua con el CC?
Por citar algunos ejemplos, las proyecciones derivadas del aumento en la temperatura y la variabilidad del clima prevén escenarios como los siguientes (CCA, 2010):
• Ciclo hidrológico afectado
• Alteraciones en la periodicidad, magnitud y duración de precipitaciones y escurrimientos
• Mayores riesgos por falta de agua: sequías, desertificación, olas de calor, pérdida de ecosistemas, disminución en la humedad del suelo, contaminación por intrusión salina y menor recarga de los acuíferos
• Mayores riesgos por exceso de agua: inundaciones, huracanes, precipitaciones más intensas, erosión, deslaves y movimientos de tierra.
• Áreas costeras de poca elevación más expuestas a inundaciones y mareas.
• Incremento de enfermedades infecciosas relacionadas con el agua, como el dengue y la malaria
• Mayor estrés y desgaste de la infraestructura hidráulica
• Afectaciones a los cultivos

2.4.1 Impacto del cambio climático en el desarrollo sustentable

El problema del CC, desde el punto de vista del desarrollo de un país o una región, cobra sentido cuando se considera la manera como las anomalías en el clima afectan a los sectores socioeconómicos. El CC, la pérdida de la biodiversidad y la desertificación son los tres problemas ambientales “estrella” de finales del siglo XX y principios del XXI que tienen mucho en común. Corresponden a procesos biofísicos y antrópicos que están fuertemente relacionados por razones y principios ambientales económicos, jurídicos y políticos; sus instrumentos pueden contribuir de manera importante a la consecución de los objetivos de los otros; además, los tres problemas también están ligados por soluciones comunes, por ello salvaguardar la diversidad biológica, luchar contra la desertificación, prevenir el CC son quizá, los principales parámetros a seguir, ya que albergan el mismo objetivo: asegurar un desarrollo durable.
En el libro Ciencia Regional: Aportes al Cambio Climático (Miguel, 2008) el análisis realizado a lo largo del texto sugiere que todas las regiones de México, las del País y del Sur-sureste en particular, son sensibles al CC, y que el conjunto de eventos ambientales, meteorológicos y geológicos que el CC despliega en las regiones naturales, tiende a afectar los niveles de desarrollo, bienestar y calidad de vida de la población de sus regiones sociales. El efecto del CC en las mismas tiende a reflejarse en: 1) la reducción de sus niveles de desarrollo y bienestar; 2) el deterioro temporal o permanente de su desarrollo logrado, retrasando su bienestar actual a niveles del pasado, debido a la destrucción y cambios desfavorables que conlleva, los cuales pueden agravarse más cuando tienden a ser permanentes; y 3) el aumento de las desigualdades y desequilibrios regionales hacia niveles altos.
Hay un acuerdo con la comunidad científica en que, en un futuro cercano, los efecto probables del CC derivados de lo anterior afectaran a los recursos naturales en aspectos como los siguientes: variación de las precipitaciones y de los recursos hídricos medios naturales; deterioro de la calidad del suelo; cambios en los sistemas naturales; reducción de los glaciares de montaña; mayor riesgo de sequias e incendios en las zonas mediterráneas; cambios en la fauna acuática y la biodiversidad de moluscos; riesgos para la salud humana; riesgos de inundaciones en las zonas litorales, pérdida de humedales y aumento de la erosión, etc.
En resumen, la información analizada indica que el CC, y la problemática que conlleva, tienden a ocasionar cambios, con una tendencia a ser desfavorables, para el bienestar de las regiones. Muchos cambios trascendentes de las regiones de México están siendo impulsados por el CC, no solamente por las políticas públicas tradicionales.

2.4.2. Incidencia del cambio climático en los recursos hídricos

El IPCC publicó un documento (editado por Bates, Z, S, & J, 2008), sobre el CC y agua, en el cual se confirma lo que otros investigadores ya habían concluido anteriormente sobre el impacto que el CC va a tener sobre los recursos hídricos del planeta. Entre las conclusiones más importantes del documento destaca el hecho de que el calentamiento global observado en décadas recientes está ligado a cambios a gran escala en el ciclo hidrológico en aspectos relacionados con el contenido de vapor en la atmósfera, cambios en los patrones de precipitación, intensidad de lluvia y tormentas extraordinarias, reducción de las capas de nieve, derretimiento de glaciares y cambios en la humedad del suelo y en los procesos de escurrimiento.
Una crisis hídrica, a partir del CC, podría afectar a distintos sectores de la vida productiva y social, como por ejemplo:

  • La menor disponibilidad de agua para riego podría amenazar la seguridad alimentaria, el desarrollo rural y las economías de países agrícolas
  • En materia de energía no es complicado pensar que la reducción de agua para hidroeléctricas (o el aumento de las fluctuaciones de los caudales de los ríos) podrían reducir la estabilidad de la red eléctrica y su confiabilidad.
  • El aumento del nivel del mar en zonas costeras podría dar lugar a la salinización de las fuentes de agua de los acuíferos costeros
  • El CC afectará negativamente el logro de la seguridad hídrica, puesto que impactara en la oferta y demanda de los recursos hídricos, a través de un incremento en la severidad y la incidencia de fenómenos hidrometeorológicos extremos, tales como las sequías y las inundaciones; complicando aún más el proceso de gestión y desarrollo de los recursos hídricos (ACC,2010).

El incremento de la variabilidad en los patrones climáticos tradicionales, tanto en tiempo como en espacio, agravado por otros cambios globales como la urbanización, el cambio en el consumo de alimentos y la migración, ha exacerbado las presiones existentes sobre los recursos hídricos en la Américas.
Los efectos generales de estos cambios radican en los eventos meteorológicos extremos, tales como periodos prolongados de sequias e inundaciones extremas. Sin embargo, quizá una de las consecuencias menos debatidas (y menos dramáticas) son los impactos en la vida diaria y el sustento de la gente, por medio del gran número de sectores económicos que dependen de la cantidad y calidad de los recursos hídricos, tales como la producción de alimentos, la generación de energía, el abastecimiento de agua y la protección del medio ambiente. El IPCC no es ajeno a lo anterior estableciendo recientemente que el CC originará una intensificación del ciclo hidrológico global y puede tener consecuencias importantes sobre los recursos hídricos regionales.
Se espera que el CC intensifique el estrés padecido por los recursos hídricos. Se estima que se alterará la estacionalidad de los flujos en regiones abastecidas por agua de nieve en las principales cordilleras, donde vive la sexta parte de la población mundial (CONAGUA, 2013).

2.4.3 El cambio climático y los recursos hídricos en México

En México existen previsiones que afirman que ningún estado del país estará exento de la escasez de agua, reducción de zonas agrícolas y enfermedades por contaminación. La escasez de agua será el primer indicio de la crisis del CC para México, según lo proyectado por científicos y autoridades encabezadas por el Nobel de Química 1995, Mario Molina, los cuales presentaron ante la comunidad internacional en Paris, Francia, su tercer comunicado sobre el CC, donde plantean que la sequía se agravara, se reducirán los espacios de aptitud para cultivo de maíz, mientras que ejidatarios y comunidades agrarias dueños de bosques, verán como estos ecosistemas y los áridos (entre ambos habitan ocho de cada 10 mexicanos), serán invadidos por la presión de la agricultura. Las superficies no aptas para el cultivo aumentaran (Miguel, 2008). Para el 2030 la disponibilidad de agua por mexicano será de apenas 11 % del mínimo adecuado que recomiendan los organismos internacionales (sólo 113 de mil metros cúbicos por año). La situación de México con respeto al agua disponible es crítica, ya que de América Latina, después de Argentina y Chile, es el tercer país de mayor consumo y es también uno de los países con menor disponibilidad per cápita de este líquido.

Sobre la base de los estudios y de los programas reseñados, se puede afirmar que el impacto directo del CC sobre los recursos hídricos presenta en México una particular relevancia para el proceso de desarrollo. Si el agua es ya asunto de seguridad nacional en nuestro país, lo será mucho más conforme avance el CC. Esta circunstancia refuerza la necesidad de adoptar enfoques ecosistémicos para la gestión del agua (SEMARNAT, 2012).

La conservación del recurso agua  no solo se refiere a cuidar la cantidad que se consume, ni a evitar en lo posible su contaminación, sino también a que las personas tomen conciencia sobre el origen y el comportamiento físico de este recurso, para lo cual es esencial comprender que se habita dentro de una cuenca hidrológica, una unidad física de cuyo buen manejo depende tanto la supervivencia como la calidad de sus habitantes (Martínez, 2004).
El Instituto Nacional de Ecología realizó una evaluación para el año 1995 y la proyectó al 2025, lo que arrojó como resultado que varios países pasaran de una situación de baja presión a una de escasez, los que ahora se encuentran en una situación de escasez pasaran a una situación crítica. En el caso de México se prevé que será el único país del continente que experimentara escasez de agua en casi todo el periodo. Por su parte el Instituto Internacional de Estocolmo cuyas siglas en inglés son SEI,  elaboró un programa para evaluar los recursos hídricos en el mundo considerando un mayor número de variables e indicadores que integran un índice de vulnerabilidad por el agua y con base a un estudio realizado en 1997 se determinó un nivel de vulnerabilidad para el año 2025 por país. Bajo este estudio México aparece nuevamente con un nivel tendiente a baja confiabilidad en cuanto a la disponibilidad de agua. El país presenta un índice de vulnerabilidad elevado, que si bien no es el más alto, si se encuentra en una posición tendiente a ello.
Así mismo, en este documento se resumen varias evaluaciones y proyecciones realizadas para México, que muestran una mayor tendencia hacia un mayor uso del agua. Es decir, el consumo y aprovechamiento el agua ha sido ascendente desde los años cincuenta y la tendencia seguirá en la misma dirección hasta el año 2025. En este sentido se espera que los problemas del agua en el país se tornaran más agudos en las próximas dos décadas.