GUÍA DE DISEÑO DE PROYECTOS SOCIALES COMUNITARIOS BAJO EL ENFOQUE DEL MARCO LÓGICO

GUÍA DE DISEÑO DE PROYECTOS SOCIALES COMUNITARIOS BAJO EL ENFOQUE DEL MARCO LÓGICO

Marco A. Crespo Alambarrio

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CAPÍTULO 1

CONCEPTOS BÀSICOS SOBRE PROYECTOS SOCIALES

El presente capítulo se propone exponer el concepto de proyecto, precisando su objetivo de estudio, los elementos básicos de todo proyecto y sus principales características. Para tal propósito, se relaciona con los conceptos de comunidad, proyecto social y, principalmente, proyecto social comunitario, por ser este último tipo de intervenciones la que, con mayor frecuencia, llevan delante las comunidades, en la búsqueda de la solución de sus problemas inmediatos. A tales efectos, nos ocuparemos de aspectos tan importantes en la planificación de un proyecto, como son los objetivos y su formulación bajo el enfoque del  Marco Lógico. También haremos referencia a los factores que inciden en el éxito o fracaso de un proyecto, y la forma práctica de su clasificación, para llegar a una tipología lógica y congruente.   

El capítulo incorpora, igualmente, el concepto de problema comunitario, así como una explicación sobre los tipos de población asociada a este tipo de problemas, entre la cual destaca la población objetivo o beneficiaria, que viene a ser la población realmente posible de atender por el proyecto. Se dejan para el final, algunas reflexiones sobre el impacto de un proyecto social, por ser éste el resultado deseable de toda intervención.

¿QUÈ ES UN PROYECTO? 

En términos generales, un proyecto es la búsqueda de una solución racional a un problema planteado mediante el cual se busca resolver una necesidad humana. Esto indica, de inicio, que los proyectos siempre están dirigidos a satisfacer necesidades humanas de diferente naturaleza, entre las cuales se identifican las relacionadas con los problemas sociales. 

Definiciones de proyecto existen muchas, la mayoría de ellas provenientes  de organismos públicos o privados, y de especialistas en la materia. Toda definición, sin embargo, debe tomar en cuenta, que un proyecto es una herramienta o instrumento que permite alcanzar objetivos y metas propuestas, orientados a cubrir necesidades, en un tiempo y un lugar determinados. Por ello, a nuestro juicio, no creemos necesario una nueva definición de proyecto; en su lugar, hemos seleccionado la que presenta la FUNDACIÓN LUIS VIVES (s/f, p. 45), por considerar que incluye los elementos básicos de este tipo de intervenciones.

¿CUÀLES SON LOS ELEMENTOS BÀSICOS DE UN PROYECTO? 
De acuerdo con la anterior definición, todo proyecto, sea o no de tipo social, debe comprender, como mínimo, los siguientes elementos:

  • Recursos materiales y humanos: son los medios disponibles para realizar las actividades previstas, sean materiales (construcciones, equipos, suministro) o humanos (personal dedicado a tiempo parcial o completo a la ejecución del proyecto, de forma voluntaria o remunerada, propio o externo).
  • Actividades: son las acciones que se realizan, de forma secuencial o simultánea, mediante el uso de determinados recursos, con el fin de alcanzar resultados concretos.
  • Metodología: es la explicación pormenorizada del procedimiento sistemático seleccionado, para el diseño y formulación del proyecto.
  • Tiempo: plazo previsto para la ejecución del proyecto, representado gráficamente en un cronograma, donde se combinan las actividades y plazos de ejecución, especificando momento de inicio y de finalización.
  • Coste:hace referencia a losrecursos económicos necesarios para cubrir los gastos del proyecto (sueldos y salarios, adquisición de bienes y servicios, entre otros), y que se reflejan en el presupuesto.
  • Resultados: especificación de lo que se quiere alcanzar con el proyecto, una vez realizadas las actividades programadas. Son los productos que el proyecto puede garantizar como consecuencia de sus actividades.
  • Objetivo específico: es el efecto que el proyecto pretende conseguir en un plazo razonable. Hace referencia al logro de una nueva situación, en la que el problema central del colectivo beneficiario ha sido solucionado parcial o totalmente.
  • Deseo de cambio: voluntad de los promotores del proyecto de lograr la modificación de una realidad, la solución de un problema o la satisfacción de una necesidad.

¿CUÀLES SON LAS CARACTERÌSTICAS DE UN  PROYECTO? 
Todo proyecto debe ser:

  • Pertinente: adecuado a las necesidades de los beneficiarios.
  • Coherente: en la medida que exista una relación causal lógica y necesaria entre todos sus elementos.
  • Viable: que se pueda llevar a cabo.
  • Eficaz: que defina objetivos y resultados alcanzables.
  • Eficiente: que asegure la consecución de los resultados optimizando los recursos disponibles.
  • Sostenible: capaz de garantizar que los beneficios del proyecto continuarán en el tiempo, aun cuando la ayuda externa finalice.
  • Evaluable: al poderse verificar de manera fiable y creíble el valor generado o los resultados esperados.

¿QUÈ LUGAR OCUPAN LOS PROYECTOS DENTRO LA CATEGORÌA DE PLANES? 

Los proyectos constituyen una categoría de planificación que se inserta en otras tres de nivel superior: las políticas, los planes y los programas. En Venezuela, a partir de la vigencia de la Constitución de 1999, y luego de  la aprobación en 2010, de la Ley Orgánica de Planificación Pública y Popular (LOPPP) –reformada en 2014-, el proceso de planificación debe ser participativo, en la medida que los órganos y entes del Poder Público incorporen a los ciudadanos y ciudadanas, a través de los consejos comunales, comunas y sus sistemas de agregación, en las etapas de formulación, ejecución, seguimiento y control de los planes respectivos. (Art. 7 de la LOPPP)

Política:son guías de la planificación que emanan del más alto nivel de gobierno, y sirven de base para las acciones, que mediante los planes, programas y proyectos, desarrollen los órganos y entes que conforman el Poder Público y las instancias del Poder Popular (comunas y consejos comunales).

Las políticas –políticas públicas- son definidas por el Gobierno Nacional, y son determinantes en la vida de los ciudadanos, especialmente cuanto concierne a poner a su disposición los bienes y servicios indispensables para mejorar sus condiciones de vida. A este respecto, ACOSTA RICO (2013, p. 64), define política pública, en los términos siguientes: “un programa de acción de una autoridad dotada de poder político y de legitimidad gubernamental, que afecta a un colectivo de la sociedad o bien a un espacio geográfico determinado”. Para este mismo autor, la definición de política pública debe emanar de las necesidades o problemas de un colectivo determinado, para ser cumplidas directamente por el gobierno o a través de la comunidad organizada, la cual ejercerá una influencia determinante sobre la vida de los ciudadanos y ciudadanas. 

Plan: ocupa el segundo nivel de jerarquía en la planificación. Se caracteriza por ser formulado a largo plazo y englobar un conjunto de programas con un objetivo común, proponiendo una estrategia de acción compartida. De acuerdo con la LOPPP, Art. 5, los planes son “instrumentos de planificación pública, que establecen en forma sistemática y coherente, las políticas, objetivos, estrategias y metas deseadas, en función de la visión estratégica, incorporando los proyectos, acciones y recursos que se aplicarán, para alcanzar los fines establecidos”.

En Venezuela existe, a nivel público, un Sistema Integrado de Planes,  compuesto por planes estratégicos, operativos y los que demande el proceso de planificación de políticas públicas, todos ellos sometidos a las directrices vinculantes de una jerarquía programática ubicada en la cúspide del sistema: el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, el cual es formulado por el Presidente o Presidenta de la República y aprobado por la Asamblea Nacional.

Dentro del Sistema Integrado de Planes, existen tres, necesarios de destacar por su vinculación con los proyectos comunitarios: el Plan Comunal de Desarrollo, el Plan Operativo Comunal y el Plan Comunitario de Desarrollo Integral.

  • Plan Comunal de Desarrollo.

Es el instrumento de gobierno que permite a la comunas establecer los proyectos, objetivos, metas, acciones y recursos dirigidos a darle concreción a los lineamientos plasmados en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, a través de la intervención planificada y coordinada de las comunidades y sus organizaciones, promoviendo el ejercicio directo del poder, de conformidad con la ley, para la construcción del estado comunal (Art. 42, LOPPP). El plan lo formula el Consejo Comunal de Planificación y los consejos comunales de la comuna respectiva; lo aprueba, en su formulación, el Parlamento Comunal; lo ejecutan las instancias de autogobierno de la comuna, aplicando los instrumentos dispuestos por el Sistema Nacional de Planificación, y le dan seguimiento y evalúa, el Parlamento Comunal, los consejos comunales, las organizaciones sociales y los ciudadanos y ciudadanas en general. 
  

  • Plan Operativo Comunal.

Es aquel que integra los objetivos, metas, proyectos y acciones anuales formulados por cada gobierno comunal, a los fines de la concreción de los resultados y metas previstas en el Plan Comunal de Desarrollo. Este plan sirve de base y justificación, para los recursos a ser asignados a la Comuna en la Ley de Presupuesto del ejercicio fiscal al cual corresponde (Art. 79 ejusdem); lo  formula el gobierno de la comuna y su Consejo de Planificación; lo aprueba el gobierno de la comuna, previa opinión favorable emitida por el Consejo de Planificación Comunal; se ejecuta a través del gobierno de la comuna y le da seguimiento y evalúa, el Consejo de Planificación Comunal, y los consejos comunales que conforman la comuna.

  • Plan Comunitario de Desarrollo Integral.

El Plan Comunitario de Desarrollo Integral, es el documento técnico que identifica las potencialidades y limitaciones, las prioridades y los proyectos comunitarios que orientan al logro del desarrollo integral de la comunidad (Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 2009, Art. 4, Numeral 9, LOCC en adelante). Estos planes, atendiendo a las actuaciones inherentes a la Planificación Participativa –incorporación de los ciudadanos, a través de los consejos comunales, comunas y sus sistemas de agregación- se apoyan en la metodología del Ciclo Comunal, conformado por cinco fases: diagnóstico, plan, presupuesto, ejecución y contraloría social, según lo dispone el Art. 45 de la LOCC y que analizaremos en su oportunidad.

Los planes comunitarios de desarrollo integral son aprobados por la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas del Consejo Comunal (LOCC, Art. 23, numeral 5); coordinados por el Colectivo de Coordinación Comunitaria, en su elaboración, ejecución y evaluación, con los planes de desarrollo municipal y estadal, de conformidad con las líneas generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación; son impulsados y promovidos, en su formulación, por la Unidad Ejecutiva del Consejo Comunal (LOCC, Art. 29, numeral 9).

Es de observar, que en el contexto dinámico donde surgen los proyectos comunitarios –las comunidades, según las hemos definido-, pueden surgir problemas no previstos y, por consiguiente no incluidos en el Plan Comunal de Desarrollo Integral, pero que ameritan de una pronta solución. Tal sería el caso de la situación que confrontaría una comunidad, como consecuencia de un deslave producido por lluvias continuas e intensas, en un mes determinado del año. Aquí estaríamos en presencia de una posibilidad distinta a la de concebir el proyecto como una unidad operativa dentro de un programa, pues se trata de darle solución inmediata a un problema concreto, mediante una intervención no planificada. 

Programa: se define como el conjunto organizado, coherente e integrado de proyectos, coordinados entre sí para la consecución de un mismo objetivo. De acuerdo con COHEN y FRANCO (1997, p. 86), citado por LARA GONZÀLEZ (2005, p. 25), los programas establecen las prioridades de la intervención, identifican y organizan los proyectos, definen el marco institucional y asignan los recursos a utilizar.

Proyecto: se considera como el nivel operativo en el proceso de planificación, o un instrumento para el logro de objetivos predefinidos, en un período de tiempo, en una zona determinada y para un grupo de beneficiarios identificados, en procura de solución a sus problemas y mejoramiento de su nivel de vida.  La LOPPP, en el Art. 5, numeral 6, define Proyecto como: “instrumento de planificación que expresa en forma sistemática, un conjunto de acciones, actividades y recursos que permiten, en un tiempo determinado, el logro del resultado específico para el cual fue concebido”. Esta definición coindice, en sus aspectos básicos, con la que dimos en el Recuadro 1, al principio del capìtulo, en cuanto a sus elementos fundamentales, como son: conjunto de acciones y recursos, que permiten el logro de un objetivo específico.

LARA GONZÀLEZ muestra en la Figura 1, un ejemplo de una categoría de planes en el área social.

¿CÒMO DAR TÌTULO A UN PROYECTO? 
Un aspecto importante en el diseño de un proyecto es la escogencia apropiada del nombre o título bajo el cual se identificará, por cuanto ello contribuirá, en mucho, a dar una idea precisa de lo que se desea hacer. En principio, el título del proyecto debe surgir directamente de la definición del Propósito en la Matriz de Planificación del Proyecto, cuando se sigue la metodología del Marco Lógico.
El título del proyecto debe dar respuesta a tres preguntas: 1) ¿Qué se va a hacer?, esto es, cuál es el carácter o naturaleza de la acción que se va a desarrollar, para darle solución al problema planteado; 2) ¿A quién va dirigido el proyecto?, en otros términos, a quién o quiénes se dirige la acción, trátese de personas o instituciones y, 3) ¿Dónde se desarrollará el proyecto?, es decir, la ubicación geográfica o localidad donde se llevará a cabo la acción. Un ejemplo de nombre de proyecto que reúne las condiciones anteriores sería: Mejoramiento del servicio de aseo urbano en la comunidad El Pedregal, Municipio los Salias, del estado Miranda.
¿CUÁLES SON LOS OBJETIVOS DE UN PROYECTO?

Los objetivos de un proyecto son los resultados que se espera alcanzar con la intervención. De acuerdo con ANDER EGG (s/f), “los objetivos son los enunciados de los resultados esperados o los propósitos que se desea alcanzar dentro de un período determinado, a través de la realización de determinadas acciones”. 

Al formular los objetivos del proyecto, se debe diferenciar entre generales y específicos. El objetivo general se desprende del problema planteado, por tanto, se identifica con el propósito central del proyecto, con lo que se desea al final de la intervención. Los objetivos específicos, se derivan del objetivo general, y representan los pasos intermedios para lograrlo. A través de estos objetivos se establecen las metas, como expresión cuantitativa de los pasos intermedios para lograr el objetivo general (¿Qué? ¿Cuánto? y ¿En qué tiempo?).

¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS OBJETIVOS DE UN PROYECTO?

Tanto los objetivos generales como los específicos deben ser:

  1. Claros: esto es, expresados en lenguaje inteligible o fácil de comprender.
  1. Precisos: esto es, concisos, exactos y rigurosos, y no en forma genérica y abstracta.
  1. Pertinentes: se refiere a ser apropiados, oportunos o que viene a propósito.
  1. Medibles: posible cuantificar los beneficios.
  1. Realizables: que sean factibles de logar con un esfuerzo razonable, teniendo en cuenta los recursos y las capacidades a disposición de la comunidad.
  1. Limitados en el tiempo: significa que debe establecerse el período de tiempo en el que se completará cada objetivo.

¿CÒMO SE FORMULAN EL OBJETIVO GENERAL Y  LOS OBJETIVOS ESPECÌFICOS? 

Una forma práctica de formular el objetivo general de un proyecto es la siguiente:

  1. Se selecciona un verbo en infinitivo que mejor exprese la acción que se pretende ejecutar en el proyecto (por ejemplo, analizar, evaluar, describir, identificar); sin embargo, debe evitarse el uso del verbo promover, cuando en realidad se trata de mejorar realmente la calidad de vida de una comunidad; o de utilizar la expresión impulsar la participación, cuando lo que en realidad se desea es que los beneficiarios del proyecto participen.

Cuando se redacta un objetivo se utilizará solamente un verbo en infinitivo; si se utilizan dos verbos, podría interpretarse que se trata de dos objetivos formulados simultáneamente.

  1. Se identifica el fenómeno que se asocia a la acción y el lugar donde se presenta. Por ejemplo, si el problema es deficiente servicio de aseo urbano en la comunidad El Pedregal del Municipio Vicente Salias, el verbo seleccionado sería: analizar (que indica la acción de separar los distintos elementos que constituyen un fenómeno), el servicio de aseo urbano (fenómeno a ser analizado), en la comunidad El Pedregal del Municipio Vicente Salias, durante el primer semestre de 2015.
  1. Se señala la/s condiciones bajo las cuales se realiza la acción. Puede tratarse de una norma legal o de un procedimiento aceptado. Por ejemplo, en la Ley de Gestión Integral de la Basura (2010), existen normas que condicionan la prestación del servicio de aseo urbano y domiciliario.
  1. Se establece el propósito de la acción: ello significa describir para qué se realiza la acción, que no es otra cosa, que la búsqueda de un resultado final. En el ejemplo, ese resultado sería: disminuir el índice de enfermedades infecto-contagiosas entre los habitantes de la comunidad.

En resumen, el objetivo general del ejemplo sobre la comunidad El Pedregal, sería: analizar el servicio de aseo urbano en la comunidad El Pedregal del Municipio Vicente Salias, durante el primer semestre de 2015, de acuerdo con las normas establecidas en la Ley de Gestión Integral de la Basura (2010).

MIRIAN BALESTRINI (2001), nos muestra en el cuadro siguiente, una lista de verbos que pueden utilizarse en la formulación de objetivos.

Los objetivos específicos se redactan con un verbo en infinitivo al principio del texto, que reflejen acciones concretas que conduzcan al logro del objetivo general. Algunos objetivos específicos que se desprenden del objetivo general enunciado para la comunidad El Pedregal, serían:

  • Realizar un censo poblacional de la comunidad.
  • Estimar la cantidad (peso) de basura que produce la comunidad diariamente.
  • Ubicar los sitios de disposición de la basura que utiliza la comunidad.
  • Analizar las normas que contiene la Ley de Gestión Integral de la Basura.

OBJETIVO GENERAL Y OBJETIVOS ESPECÍFICOS DE ACUERDO CON LA METODOLOGÍA DEL MARCO LÓGICO.

Cuando se aplica la metodología del Marco Lógico como herramienta del Ciclo del Proyecto, que veremos en su oportunidad, el objetivo general se identifica con una situación futura deseable y positiva, que resulta de resolver el problema definido en el árbol de problemas, y que ocupa el nivel central del árbol de objetivos. Este vendría a ser el FIN en la Matriz de Planificación del Proyecto.

De igual manera, los objetivos específicos corresponden con el Propósito en la Matriz de Planificación de Proyecto. Cada proyecto ha de tener un solo objetivo específico, de lo contrario habría tantos proyectos como objetivos específicos, lo que conformaría un Programa. Este objetivo debe ser factible de medir para poder conocer el éxito del proyecto.

¿CUÀLES SON LAS PRINCIPALES RAZONES DE FRACASO DE UN PROYECTO? 

Un proyecto puede no alcanzar sus objetivos por diversas razones, lo que trae consecuencias negativas, tanto para los responsables de su implementación, como para los beneficiarios que aspiran ver resuelto su problema, en el menor tiempo posible. TAPELLA (2007), considera varias razones del fracaso de un proyecto, entre ellas destacamos:

  1.  No identificar adecuadamente el problema: es decir, que el problema identificado durante el diagnóstico participativo, en la etapa de Identificación del Ciclo del Proyecto, no coincida realmente con la necesidad más urgente sentida por los beneficiarios.
  1. Objetivos demasiados ambiciosos: sucede cuando los objetivos formulados son muy difíciles de lograr con los recursos disponibles, creando falsas expectativas entre los beneficiarios.
  1. Falta de organización y coordinación entre los actores directamente involucrados en el proyecto: beneficiarios, equipo responsable del proyecto y organismos de financiamiento.
  1. Mecanismo de desembolso burocrático: en muchos casos, el tiempo que trascurre entre la formulación del proyecto hasta su financiamiento es de meses, e inclusive años, lo cual atenta contra el logro de los objetivos, no sólo por el nivel de incertidumbre que se crea entre los beneficiarios, sino también, porque los problemas están sujetos a cambio. En tal sentido, suele suceder que cuando al fin se logra el financiamiento, el problema ya no es el mismo para el cual se solicitaron los fondos.
  1. Cambios en la política del gobierno, sobre áreas prioritarias de financiamiento, para la solución de los problemas sociales: es muy común que cuando hay cambio de gobierno y de funcionarios, se produzcan también cambios en la política de financiamiento de los proyectos sociales, lo que puede llevar al abandono de las intervenciones que estaban en proceso de desarrollo.
  1. Ausencia o mal diseño de mecanismos de evaluación (ex-ante, durante y ex-post): muchas instituciones, especialmente las gubernamentales, son reacias a implementar programas de monitoreo y evaluación de los proyectos sociales, por temor a ser objeto de  críticas, cuando los resultados son negativos. Olvidan de esta manera, que una evaluación adecuada y oportuna es herramienta fundamental para asegurar el éxito de un proyecto.

En el caso concreto de los proyectos comunitarios, habría que agregar, a las causas anteriores, la desorganización que se observa en muchos consejos comunales, lo cual limita su capacidad de participación en la gestión del proyecto.  

FACTORES NECESARIOS PARA EL ÈXITO DE UN PROYECTO. 

TAPELLA (2007), también resalta algunos factores necesarios para el éxito de un proyecto:

  1. Implementar técnicas participativas y de capacidad de personal.
  1. Generar espacios de discusión y negociación con los actores involucrados.
  1. Dar suficiente tiempo al proyecto para que la propia comunidad asimile las propuestas presentadas.

Se destaca entre los factores para el éxito de un proyecto, la acción participativa de los beneficiarios. Sólo una fluida comunicación entre las partes interesadas y la contribución voluntaria de los beneficiarios del proyecto, mediante trabajo, dinero e incluso aporte de ideas, puede garantizar una intervención exitosa durante todas las fases del ciclo del proyecto.

CLASIFICACIÓN DE LOS PROYECTOS.

Existen diversas maneras de clasificar los proyectos, o de generar una tipología mediante la cual se logre dar orden o agrupar los proyectos de manera lógica y congruente. Así, tendríamos, por ejemplo, clasificaciones basadas en la categoría, sector de la economía al cual están dirigidos y  carácter del proyecto.  De acuerdo con su categoría, los proyectos pueden ser de producción de bienes, prestación de servicios y de infraestructura; según el sector de la economía al cual están dirigidos, encontramos proyectos agropecuarios, manufactureros y de infraestructura, entre otros.
Finalmente, por su carácter, existen proyectos económicos y proyectos sociales. Los primeros son aquellos que tienen ánimo de lucro, es decir, que permiten una rentabilidad mínima al capital invertido por inversionistas, mientras que los proyectos sociales o de inversión social   están orientados a producir impactos sobre la calidad de vida de una población determinada, que se denomina población objetivo o beneficiaria.
Los proyectos sociales han sido objeto de estudio por la mayoría de los organismos de financiamiento de intervenciones nacionales o internacionales y de especialistas en la materia, quienes coinciden en considerarlos como “unidad mínima de asignación de recursos, que a través de un conjunto integrado de procesos y actividades, pretende transformar una parcela de la realidad, disminuyendo e eliminando un déficit, o solucionando un problema”(COHEN y MARTÌNEZ. CEPAL, 2009). Por su parte, el Decreto con Rango y Fuerza de Ley para Establecer los Lineamientos de Financiamiento a las Organizaciones de Base del Poder Popular (2014), en el numeral dos del Art. 10, considera como proyectos sociales: “al conjunto de actividades orientadas a satisfacer las necesidades más urgentes y apremiantes de la comunidad, para la construcción y desarrollo de su hábitat, que impacten aspectos diferentes a los económicos, como calidad de vida, salud, recreación, educación, cultura, entre otros, en correspondencia con el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación”.
Sobre la base de los conceptos antes expuestos, el proyecto social deja de considerarse solamente como la unidad operativa de políticas y planes, que genera bienes y servicios, y se constituye en una herramienta o instrumento de cambio de una situación inicial, en la que están presentes problemas sociales plenamente identificados –educación, vivienda, salud, empleo, inseguridad, entre otros- a otra situación futura o deseada, en la cual las necesidades han sido satisfechas, mejorándose la calidad de vida de los beneficiarios, tal como se muestra en la Figura 2.                    

COHEN y MARTÍNEZ también sostienen, que los proyectos sociales deben cumplir con varias condiciones, entre las cuales señalan:

  1. Definir el o los problemas sociales que se persigue resolver (especificar cuantitativamente el problema antes de iniciar el proyecto).
  1. Tener objetivos de impacto claramente definidos (proyectos con objetivos imprecisos no pueden ser evaluados).
  1. Identificar la población objetivo a la que está destinada el proyecto (la que teniendo necesidades no puede satisfacerlas autónomamente vía mercado).
  1. Especificar la localización espacial de los beneficiarios.
  1. Establecer una fecha de comienzo y otra de finalización.

Corresponde, generalmente, al Estado, impulsar y financiar los proyectos sociales, lo que no impide a organizaciones no gubernamentales, asociaciones e incluso empresas privadas, desarrollar este tipo de iniciativas.

PROYECTOS COMUNITARIOS.

Una categoría especial de proyectos sociales, son los proyectos comunitarios, que la LOCC define de la siguiente manera (Art. 4 numeral 7):
Los proyectos comunitarios son elaborados por los distintos comités de la Unidad Ejecutiva del Consejo Comunal, integrados en lo que se podría denominar consejo de planificación -o cualquier otra denominación similar- creado por dicho consejo, y que actuaría de manera vinculada con el Consejo de Planificación de la Comuna o de cualquier instancia del Poder Constituido. Este consejo de planificación sería el que, a futuro, se responsabilizaría por cumplir con todas las etapas del Ciclo del Proyecto, con la participación activa de la comunidad, como se explica en el Capítulo 3.
TIPOS DE PROYECTOS SOCIALES DE ACUERDO CON SU FINANCIAMIENTO.

Se consideran dos tipos de proyectos sociales, de acuerdo con su financiamiento: los financiados con recursos no retornables, y los  financiados con recursos retornables.

  • Recursos no retornables: son los recursos financieros destinados a ejecutar políticas, programas y proyectos, con alcance de desarrollo comunitario, que tienen carácter de donación, asignación o adjudicación. Estos recursos no se reintegran al órgano o ente financiero que hizo el aporte, ni a la Unidad Administrativa y Financiera Comunitaria del Consejo Comunal.
  • Recursos retornables: son los recursos que están destinados a ejecutar políticas, programas y proyectos de carácter socioproductivos, con alcance de desarrollo comunitario, que deben ser reintegrados al órgano o ente financiero, mediante acuerdo entre las partes (LOCC, Art. 48, numeral 1). De acuerdo con el Art. 6, numeral 17 de la Ley Orgánica del Sistema de Economía Comunal (2010), se considera proyecto socioproductivo al:

Conjunto de actividades concretas, orientadas a lograr uno o varios objetivos, para dar respuesta a las necesidades, aspiraciones y potencialidades de la comunidad o la comuna, formulado con base en los principios del Sistema Económico Comunal, en correspondencia con el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, y el Plan de Desarrollo Comunal.
Los proyectos socioproductivos son elaborados por el Comité de Economía Comunal de la Comuna, en estrecha vinculación con el Plan Comunitario de Desarrollo Integral (Art. 46 de la LOCC, 2009). Son proyectos de este tipo, los destinados a la instalación o ampliación de pequeñas industrias, turismo regional o local y servicios conexos.

¿QUÈ ES UNA COMUNIDAD?
        
La definición de comunidad, como otras definiciones de tipo social, admite muchos significados. Para el autor, el término hace referencia al conjunto de personas unidas por lazos de parentesco, políticos, económicos, religiosos y sociales, que comparten un espacio geográfico común.

Para el Diccionario CLAVE (1999), “comunidad es un grupo de personas que viven unidas bajo ciertas reglas o que tienen características, intereses u objetivos comunes”.

Según la LOCC, Art. 4:

Comunidad es el núcleo espacial básico e indivisible constituido por personas y familias, que habitan un ámbito geográfico determinado, vinculadas por características e intereses comunes; comparten una historia, necesidades y potencialidades culturales, económicas, sociales, territoriales y de otra índole.

De la definición anterior se desprende, que el criterio fundamental utilizado por el legislador para calificar de comunidad a un colectivo, es el espacio o ámbito geográfico donde conviven personas vinculadas por intereses comunes, y que comparten esos intereses.  En este sentido se entiende por:

Ámbito geográfico: el territorio que ocupan los habitantes de la comunidad, cuyos límites geográficos se establecen o ratifican en Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas, de acuerdo con sus particularidades, y considerando la base poblacional de la comunidad (LOCC Art. 4, numeral 2).

Base poblacional de la comunidad: el número de habitantes dentro del ámbito geográfico que integra una comunidad. Se tendrá como referencia de base poblacional: en el ámbito urbano, entre ciento cincuenta y cuatrocientas familias; en el ámbito rural, a partir de veinte familias, y para las comunidades indígenas, a partir de diez familias, manteniendo la indivisibilidad de la comunidad (LOCC Art. 4, numeral 3).

Una vez que un colectivo califica de comunidad, procede su organización y participación en el ejercicio directo de la soberanía popular, a través del Consejo Comunal, instancia de participación regulada por la LOCC en cuanto a su constitución, conformación, organización y funcionamiento.

¿QUÈ ES UN PROBLEMA COMUNITARIO?   

Problema comunitario es una situación negativa que afecta las condiciones de vida de una comunidad, en un tiempo concreto y en un lugar específico. Se trata de la falta algo bueno o la existencia de algo malo, que afecta el normal desenvolvimiento social del colectivo, y que es necesario erradicar. Estos problemas, según opinión de PAUL B. HORTON y GERALD R. LESLIE, citados por PANTANO (1993), se consideran de tipo social, en la medida que afectan a un número importante de personas -que los califican de inconvenientes- y porque la solución requiere de la acción social colectiva. Para MORÁN ESPARZA (2007), problema social es aquel que afecta las condiciones de vida y la integralidad social de los grupos con menos posibilidades de enfrentar sus condiciones de pobreza y, en consecuencia, su calidad de vida. A estas definiciones se puede agregar, que los problemas comunitarios no pueden fundamentarse en suposiciones o carencias, sino en la observación empírica que luego será objeto de un análisis científico y técnico.

En este contexto, cuando se habla de condiciones de pobreza, o simplemente de pobreza, nos estamos refiriendo a un término cuya identificación y caracterización ha sido objeto, históricamente, de discusión, por su complejidad y dificultad de conocer y definir de un modo preciso sus características y magnitud. Por ello, nos limitaremos, simplemente, a decir, que en su acepción más usual, la pobreza se entiende como la limitación de muchos seres humanos para tener acceso a los bienes básicos que aseguren su subsistencia: alimentos, vestidos y vivienda. Sin embargo, como sostiene la FUNDACIÓN ESCUELA DE GERENCIA SOCIAL, del Ministerio de Planificación y Desarrollo (2003, p. 40): “no basta tener bajos ingresos para pertenecer a la categoría social de pobre. La pobreza afecta múltiples dimensiones de la vida social y, además de sus carencias objetivas, se deben considerar las dimensiones subjetivas o culturales y la experiencia de descalificación y de desigualdad social, que afecta las posibilidades de romper con el circulo vicioso de la pobreza”. En consecuencia, la pobreza no se debe a ingresos insuficientes y necesidades insatisfechas solamente, sino a diversidad de factores que las distintas corrientes del pensamiento económico tratan de explicar, resaltando entre ellas la que considera que se trata de una situación resultado de la llamada economía de mercado o capitalista, que ha llevado a muchos países, entre ellos Venezuela, a un estado de subdesarrollo, con una creciente población en condiciones de desigualdad frente a la distribución de la riqueza.

De este modo, una estrategia que busque reducir el nivel de pobreza debe combinar esfuerzos tanto para incrementar el crecimiento económico, como para hacer más igualitaria la distribución del ingreso. Para lograr este último objetivo, uno de los instrumentos utilizados ha sido el gasto social, cuyo fin es disminuir las inequidades en la dotación del capital humano, físico y social, ofreciendo oportunidades para que la población pobre alcance un mejor nivel de vida. Ello requiere una inversión que permita, a futuro, una población más productiva y, por ende, con mayores ingresos y un bienestar en crecimiento, tales serían los casos de programas de salud, educación, capacitación laboral y viviendas, entre otros.

En el Capítulo 3, se aborda la manera de identificar un problema comunitario; por ello, en esta sección, sólo apuntamos que en el momento de identificar este tipo de problemas, se tomará en cuenta: 1) Los efectos directos en la población afectada, lo visible y lo sentido por ellos, como sería el caso de la acumulación de basura en las áreas comunes de una comunidad; 2) Los efectos indirectos o consecuencias intangibles del problema, que en nuestro caso podrían ser los olores senso-ofensivos que se desprenden de la basura en fermentación o descomposición, y la proliferación de insectos y roedores y, 3) Los orígenes o causas del problema, los cuales hay que identificar para poder definir los medios a través de los cuales se erradicarían las causas.

De igual manera, se deberán tomar en cuenta las siguientes características, que debe tener un problema comunitario, según apunta ACOSTA RICO (2013, p. 121).

  1. Debe estar en el ámbito territorial de la comunidad que lo plantea.
  1. Debe ser medible cuantitativa y cualitativamente.
  1. Debe ser solucionable.
  1. Debe ser localizable espacialmente, indicando: estado, municipio, urbanización, barrio, comuna y consejo comunal.
  1. Debe afectar los intereses de los diferentes actores comunitarios.

¿CÙALES SON LOS PROBLEMAS COMUNITARIOS MÀS COMUNES?

COHEN y MARTÍNEZ (s/f) señalan algunos de los problemas más comunes que confrontan las comunidades, asociados con la pobreza, clasificados por sectores o temas específicos: los vinculados a Salud, comomorbilidad, mortalidad, epidemias, pandemias, malnutrición, daño, discapacidad, calidad de vida, etc.; Educación: como analfabetización, baja escolaridad, repitencia, deserción, ausentismo, etc.; Vivienda: como hacinamiento, allegados, mala calidad de viviendas, etc.; Empleo: como desempleo, bajos ingresos, falta de seguridad social, informalidad, productividad, etc.; además de Violencia, Delincuencia y Drogadicción.

Los problemas comunitarios también se pueden asociar con segmentos particulares de la población. Por ejemplo, Juventud: mala inserción social, frustración, drogas, alcoholismo, prostitución, embarazo precoz, etc.; Tercera edad: calidad de vida, recreación, salud mental, etc.; Género: baja participación, derechos, inserción social y laboral,maternidad, etc.; Familia: violencia, desestructuración, divorcio, paternidad y maternidad, etc.; Ruralidad: trabajo, productividad,migración, etc.; Mundo urbano: contaminación, estrés, consumismo, recreación, transporte, etc.

¿CÓMO SE ENUNCIA CORRECTAMENTE UN PROBLEMA COMUNITARIO?
Enunciar un problema comunitario es expresar o exponer, en forma precisa y concreta, los elementos de una situación que afecta a la comunidad, y que ha sido identificada en el diagnóstico comunitario participativo.
Para enunciar correctamente un problema comunitario, se exigen dos requisitos:

  • Expresarlo como una condición negativa.
  • Especificar su ubicación geográfica (¿dónde ocurre?).

La condición negativa viene dada por un nivel de insatisfacción (déficit, desabastecimiento, insuficiencia, insatisfacciòn) o un bajo nivel de calidad de la oferta de servicios. Por ello, resulta inapropiado utilizar en la enunciaciòn de un problema expresiones como falta o escasez de servicios, o baja cobertura de un servicio determinado, por cuanto ellas, por si solas, no califican la naturaleza del problema.
Adicionalmente, resulta de gran ayuda, para la formulaciòn del problema, plantearse algunas cuetiones, segùn sostiene el EQUIPO DEL OBSERVATORIO DEL TERCER SECTOR DE BISKAIA (2010):

  1.  ¿En què entorno fìsico/geogràfico se expresa la necesidad o el problema?
  1.  ¿Còmo surgiò el problema o la necesidad y còmo ha ido evolucionando? ¿Què respuestas se han ido dando?
  1. ¿Quiénes son y que hacen –respecto a la necesidad o el problema- las y los destinatarios ùltimos?
  1. ¿Cuántos son? ¿Cómo expresan la necesidad o el problema?
  1. ¿Cómo expresan la necesidad o el problema otras partes involucradas y qué hacen en relación a la necesidad o el problema (para generarlo o resolverlo)?
  1. ¿En qué plazo debería articularse una respuesta (¿cuándo hay que empezar?) y cuánto tiempo sería necesario para llevar a cabo el proyecto?

¿CUÁLES SON LAS FALLAS MÁS COMUNES EN LA FORMULACIÒN DE  PROBLEMAS COMUNITARIOS?

  • Confundir problema con causas: todo problema tiene una o varias causas que le dan origen, por lo que serìa un error señalar la causa o causas como el problema en cuestion. Asì, por ejemplo, no serìa correcto decir que el problema de la comunidad consiste en la rotura de los tubos que la surten de agua potable (causa), cuando el verdadero problema serìa el insuficiente abastecimiento de agua que sufre la comunidad. 
  • Confundir problema con soluciones: la soluciòn de un problema es lo que conduce a la situaciòn deseada; mal podrìa, entonces, confundirse con el problema formulado. Asì, en el ejemplo anterior serìa erròneo afirmar que el problema consiste en la reparaciòn de las tuberìas averiadas y no, como se ha dicho, en el insuficiente abastecimiento de agua potable.

En el Cuadro 2 se muestran ejemplos de problemas mal formulados y bien formulados.

POBLACIÒN ASOCIADA AL PROYECTO.

Es necesario conocer, adecuadamente, los tipos de población asociada al problema central, identificados en el diagnóstico comunitario participativo. SANIN (1992, p. 62) considera tres tipos de población asociada al proyecto:

  • Población de referencia:cifra de población global de la comunidad, que se toma como marco de referencia para el cálculo, comparación y análisis de la demanda del bien o servicio que el proyecto va a satisfacer. Esta población, denominada también beneficiarios indirectos, debe ser igual a la población que se tomó en cuenta para constituir el Consejo Comunal.
  • Población afectada: segmento de la población de referencia que requiere de los servicios del proyecto, para satisfacer la necesidad identificada como problema central. También se denomina población carente.

Los siguientes elementos son básicos para un mejor conocimiento de la población afectada:

  • Diferentes características, especialmente las que sean relevantes para el tratamiento del problema, como las socio-económicas, culturales, edades y grado de avance del problema;
  • Dimensión geográfica: zona donde está ubicada la población y áreas de influencia correlacionadas con el problema;
  • Dimensión temporal: volumen actual de la población afectada y estimación del crecimiento de dicha población durante los próximos años.
  • Población objetivo:parte de la población afectada a la que el proyecto está en condiciones reales de atender, una vez examinados los criterios y restricciones del proyecto. Son los usuarios del proyecto o beneficiarios directos, ubicados en una localidad específica. A esta población se le define por su pertenencia a un segmento socio-económico, grupo etario (menores de seis años, por ejemplo), localización geográfica (zona rural o urbana) y carencia específica (insuficiente abastecimiento de agua potable).                              

El EQUIPO DEL OBSERVATORIO DEL TERCER SECTOR DE BIZKAIA (2010), considera conveniente hacer algunas preguntas que pueden servir como criterio para delimitar la población beneficiaria de un proyecto:

  • ¿Qué persona o población se encuentra en una situación de mayor gravedad o necesidad?
  • ¿Qué población puede aprovechar en mayor medida los beneficios que aporta la intervención?
  • ¿Con qué población es posible alcanzar más fácilmente resultados?
  • ¿El proyecto responde a una necesidad sentida o expresada por la población? O, de otro modo, ¿qué personas estarían más dispuestas a participar activamente porque sienten la necesidad?

En cualquier caso, a la hora de tomar decisiones con base en estos criterios, debe tenerse en cuenta, que generar las condiciones más positivas para el desarrollo del proyecto puede contribuir a su éxito, pero, quizás, no a su generalización posterior.

Para SANIN lo ideal sería que la población objetivo fuese igual a la población afectada; es decir, que el proyecto pueda atender efectivamente la totalidad de la población necesitada. No obstante, restricciones de índole tecnológica, financiera, cultural e institucional, generalmente hacen que la demanda supere la capacidad de atención, por lo que en muchos casos será necesario aplicar criterios de factibilidad y definir prioridades para atender el porcentaje de población carente, que permitan los recursos disponibles (por ejemplo, preguntarse por los estratos de la población que padecen con mayor rigor o riesgo el problema).

El porcentaje no atendido por el proyecto se constituirá en una población objetivo postergado, la cual será objeto de atención por parte de las autoridades públicas, para proyectos posteriores, que se ejecutarían tan pronto se disponga de los recursos necesarios, o mediante otro tipo de acciones. La población objetivo resulta, entonces, la meta del proyecto y base de su dimensionamiento. En la Figura 3, se muestra la forma cómo se integra la población asociada al proyecto.              

Cuando se desea conocer la población asociada al proyecto, se recurre, normalmente, a los resultados del último censo de población. Esta fuente, sin embargo, no ofrece gran utilidad, si se tiene en cuenta que los censos se realizan cada diez años, y la información que presentan no llega al nivel mínimo de comunidades, sino de parroquias. Es por ello, que la fuente más confiable es el Censo Poblacional y Socio-económico, que se realiza cuando se va a constituir un consejo comunal, el cual se debe actualizar periódicamente1 .

¿QUÈ SE ENTIENDE POR IMPACTO DE UN PROYECTO SOCIAL? 
El impacto de un proyecto social es la magnitud cuantitativa del cambio o efectos a mediano y largo plazo, positivos o negativos, en la población objetivo o beneficiaria y para el entorno, sean estos efectos o consecuencias deseados (planificados) o no deseados, como resultado de la entrega de productos (bienes o servicios). El impacto no se produce inmediatamente de haberse ejecutado el proyecto o programa, requiere de tiempo para desarrollarse, tiempo durante el cual el número de factores que intervienen en el cambio pueden aumentar, haciendo más difícil la medición.
La sumatoria de todos los cambios o efectos producidos por un proyecto, se engloban en los denominados resultados, que pueden ser a corto, mediano o largo plazo. Los de largo plazo están relacionados con el Fin definido en la Matriz de Planificación del Proyecto -cuando se utiliza la metodología del Marco Lógico, como veremos en la Capítulo 2-, los cuales están o no influenciados,  positiva o negativamente, por la existencia de factores externos, no controlables por los responsables del proyecto; los resultados de corto y mediano plazo, son los efectos probables o logrados por los Componentes de una intervención, en los beneficiarios, generalmente asociados con cambios en el comportamiento de las personas.
Se consideran impactos positivos,  todos los cambios que representan una mejora o un aumento en las condiciones de vida de los beneficiarios. Por ejemplo, un aumento en la esperanza de vida o una disminución en la tasa de mortalidad. Gran parte de los efectos positivos de las intervenciones son anticipados en el diseño del programa o proyecto, y conforman los objetivos de la intervención. Por su parte, los impactos negativos son aquellos cambios no deseados, que deterioran las condiciones de vida de los beneficiarios.

La evaluación de impacto de un proyecto social resulta una tarea compleja; por una parte, debido a la presencia de un gran número de factores externos a las intervenciones, que influyen en las condiciones de vida de los beneficiarios, lo que hace difícil medir los cambios exclusivamente generados por el proyecto o programa; y por la otra, por la necesidad de asociarla con un estudio de la eficacia y la eficiencia, si se toma en cuenta que los recursos disponibles para los proyectos sociales, son generalmente, escasos y objeto de una demanda competitiva.

Las herramientas más utilizada para medir la eficiencia de una intervención son los modelos de evaluación económica y social de proyectos (o evaluación socioeconómica de proyectos), metodología que se ha expandido en las últimas décadas, gracias a las agencias del sistema de Naciones Unidas (Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Comisión para América Latina y el Caribe (CEPAL), Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES, entre otras) y al trabajo meritorio de autores como ERNESTO COHEN y ROLANDO FRANCO. Dentro de los modelos más utilizados para medir la eficiencia, destacan el Análisis Coste Beneficio (ACB) y el Análisis Coste Efectividad (ACE), el primero de mayor aplicación a los proyectos económicos y, el segundo, a los proyectos sociales. Estos modelos resultan más útiles cuando se trata de comparar los costos y los beneficios de varios proyectos sociales, para la toma de decisiones sobre su financiamiento.

El ACB consiste, básicamente en poner en práctica la comparación entre los costes y los beneficios de un proyecto, ambos expresados en unidades monetarias, considerando todos los ingresos y todos los egresos del mismo, el valor relativo del dinero en el tiempo y la tasa de interés equivalente (cuando se comparan magnitudes monetarias en momentos distintos). Para ello se utilizan varias formas de cálculo como el valor actual neto (VAN), la tasa interna de retorno (TIR) y la relación costo beneficio (RCB).

El ACE se utiliza cuando los beneficios de los proyectos –proyectos sociales- no pueden ser expresados en términos de unidades monetarias. En este caso, se comparan los costos del proyecto con la potencialidad de alcanzar más eficaz y eficientemente los objetivos propuestos en la evaluación ex-ante y, analizar la eficacia y la eficiencia, en la evaluación ex-post. A este respecto, comenta LARA GONZÀLEZ (2005):

El análisis costo-efectividad permite comparar y ordenar de modo gradual los programas en términos de sus costos para alcanzar las metas dadas, o los diversos ingresos requeridos para cada grado de consecución de las metas. Sin embargo, como todos los beneficios no se convierten a un común denominador, no se puede asegurar el valor o mérito de la intervención dada, ni comparar cuál de dos o más programas en diferentes áreas produce mejores retornos. Sólo se puede comparar la eficacia relativa de las metas o programas unas con respecto a otras, en que la eficacia es una función del costo mínimo, tal como firma Rossi y Freeman, 1989).

Para medir la eficacia y la eficiencia se hace uso de indicadores, mediante los cuales se evidencie o mida el logro o resultado de la intervención y la estimativa de los costos asociados. Desde este punto de vista, la evaluación de impacto viene a ser, esencialmente, una actividad de cuantificación, en donde el resultado es la diferencia entre los datos observados en dos líneas de base: una inicial y otra de comparación, ambas con indicadores susceptibles de ser confrontados. La línea de base inicial se elabora antes de la ejecución del programa o proyecto, preferiblemente en la etapa de Identificación del Ciclo de Proyecto. En ella se establece el indicador que se fija como punto de partida para evaluarlo y darle seguimiento. Para definirlo se utiliza la información disponible del proyecto en el período inicial. Se trata, en la práctica, de establecer el valor inicial que el proyecto tomará como referencia, respecto del cual se determinan las metas.

La línea de base de comparación se construye luego de la etapa de Ejecución del proyecto, con indicadores que correspondan con los de la línea de base inicial, a los efectos de la comparación.

De lo expuesto se deduce que, en la práctica, la evaluación de impacto requiere que el evaluador encuentre variables para estimar lo que habría ocurrido con la población objetivo, si el programa o proyecto  no se hubiese llevado a la práctica.
En los proyectos comunitarios, el impacto se mide a nivel del objetivo Fin de la Matriz de Planificación, comparando la situación inicial o Línea de Base, con una situación posterior o Línea de Comparación (el antes y el después de la intervención), eliminando la influencia de factores externos. De modo que el éxito de este tipo de proyectos es la medida de su impacto en función de los objetivos perseguidos, asociándose directamente al problema social que le dio origen. En los proyectos socioproductivos, en cambio, el impacto es su beneficio económico.
Para COHEN y MARTÍNEZ (2004), el impacto esperado de un proyecto depende de su sustentabilidad y sostenibilidad. Un proyecto o programa social es sustentable, en la medida que exista capacidad instalada (recursos físicos, humanos y financieros) para que los procesos requeridos sean adecuadamente implementados; es sostenible, cuando los impactos producidos perduran en el tiempo. Hay impactos que son sólo sostenibles durante la operación del programa o proyecto.
La sustentabilidad de un proyecto también puede asociarse al concepto de desarrollo sustentable, definido así por la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo, de Naciones Unidas, en 1983: “Desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin comprometer las capacidades que tienen futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”. En consecuencia, un proyecto comunitario sustentable es también aquel que, en la medida de su planificación y ejecución, no compromete al medio ambiente, al tiempo que satisface las necesidades sociales y culturales presentes en la comunidad, sin afectar las expectativas de las generaciones futuras.

1 Nota: Para la estimación de la población se pueden acudir a la Oficina Central de Estadística e Informática, la cual dispone del programa “REDATAM” Plus (Recuperación de Datos Censales para Áreas Pequeñas por Computador).