POLÍTICA INDUSTRIAL, CLÚSTERES Y PARQUES TECNOLÓGICOS: LA EXPERIENCIA RECIENTE DE MÉXICO

POLÍTICA INDUSTRIAL, CLÚSTERES Y PARQUES TECNOLÓGICOS: LA EXPERIENCIA RECIENTE DE MÉXICO

Daniel Mora Máynez
Hiram Marquetti Nodarse

Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad Juárez

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3.1.2 Relación Gobierno, Universidad y Empresas en México

La experiencia acumulada en las relaciones universidad empresa en el contexto nacional, ha estado sujeta a las modificaciones que se han producido en la dinámica económica nacional desde que se asumió el modelo de sustitución de importaciones, momento que en el orden histórico determinó los orígenes de este sistema de relaciones, ya que resultó coincidente con el surgimiento o consolidación del sistema de universidades públicas en el país.
La gradual implementación del andamiaje conceptual y práctico del neoliberalismo, determinó el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre las universidades, las estructuras de gobierno y el entramado empresarial, el cual estuvo acompañado de cambios sustantivos en la dinámica empresarial fruto de la intensificación de las medidas de apertura económica, en tanto la evolución de este proceso estuvo acompañado de la ampliación de la presencia de filiales de empresas extranjeras en el país que trajeron consigo, la necesidad de dar respuestas al incremento de los requerimientos en la formación de capital humano y en las prácticas de asesoría directa a las empresas. Un rasgo característico del aumento de estas demandas, lo constituyó la falta de capacidad inicial del sistema universitario nacional para asumirlas, convirtiéndose la progresión de estos requerimientos en un reto tanto a escala nacional como regional.
En estas circunstancias comenzaron a emerger diferentes modelos relacionamiento universidad-empresa, que atendiendo a las peculiaridades socioeconómicas y los niveles de desarrollo del contexto regional o local, posibilitaron ir sorteando paulatinamente algunos de los retos que se derivaron de la intensificación del proceso de apertura económica.
Los diversos modelos que asumieron las relaciones entre las instituciones académicas y el sistema empresarial, fueron creados tanto en las universidades de carácter público como en las privadas. Algunos de los referidos modelos lograron estructurar un marco de relacionamiento que en muchos casos arrojó resultados exitosos.
La segunda mitad de la década de los años ochenta constituyó el momento en que comenzaron gestarse los referidos modelos en todo el país, alcanzándose los mayores progresos durante los años noventa a partir de que gobierno federal decidió estimular la creación de empresas de base tecnológicas, sistema de innovación regionales, parques tecnológicos e industriales, incubadoras de empresas, así como llevó a vía de efecto la implementación de diversos programas de carácter federal destinados a fortalecer los vínculos entre instituciones académicas y las empresa. Al respecto cabe mencionar INNOVAPYME, Innovación Tecnológica para Negocios de Alto Valor Agregado, INNOVATEC, Innovación Tecnológica para la Competitividad y PROINNOVA, Desarrollo e Innovación en Tecnologías Precursoras.
En términos estaduales y de las instituciones universitarias sobresale la labor desarrollada en Baja California con el programa de creación de empresas de base tecnológicas, las acciones realizadas con similares propósitos por la Universidad de Guadalajara en Jalisco. Otras iniciativas de interés fueron las desarrolladas en la Universidad Autónoma de México (UNAM) y el Politécnico Nacional. Asimismo, se destacan las experiencias del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), cuyos proyectos iniciales estuvieron relacionados con la creación de empleos y el mejoramiento de los índices calidad de diferentes productos, lo que a la postre representó un modo específico de estimular la elevación de la competitividad en un grupo de empresas.
Otro referente importante de relacionamiento de universidad-empresas lo van constituir múltiples iniciativas desarrolladas por el Sistema del Tecnológico de Monterrey, institución que comenzó construir en similar período un modelo propio de incubadoras de empresas y de emprendedurismo empresarial, los cuales representan en la actualidad un referente obligado a nivel nacional.
Con independencias de los progresos tangibles que se han obtenido en la vinculación entre las instituciones de la educación superior y en las empresas en todo México, aún persisten un grupo de limitantes que van desde de la propia capacidad de las universidad para producir conocimiento con aplicación productiva y tecnológica, hasta el pobre apoyo gubernamental a las labores de I + D y los exiguos fondos que destinan las empresas a las labores de innovación. 1 A esto se adiciona la presencia de marcadas diferencias en estos temas en términos de prioridad gubernamental a nivel estadual.
En general, el sistema de interacción entre las empresas, gobierno y universidades se caracteriza por presentar en México problemas de adecuada integración y/o de funcionabilidad. Una limitación inicial lo constituye el amplio entramado institucional que participa de forma directa en la dinámica de estos vínculos como son: el Congreso de la Unión, las Secretarías Federales, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), los Consejos Estatales de Ciencia y Tecnología, los organismos paraestatales, las cámaras de comercio, asociaciones industriales, el sector académico; etcétera. 2
En orden organizacional y del diseño de políticas se destaca la presencia de limitaciones en el diseño ―y en casos específicos la ausencia― de políticas de ciencia y tecnología con un enfoque regional, por tales razones resulta difícil establecer los requerimientos en materia I + D de las referidas entidades y, sobre todo la armonización de estos esfuerzos de transformaciones estructurales que se desarrollan en las entidades estaduales con los requerimientos en materia de I + D. De igual modo, es pobre la generación de tecnologías y de patentes, mientras que las relaciones hacia el interior de las instituciones de educación superior no son proclives al fomento de relaciones de cooperación sino de competencia.
La experiencia acumulada en México evidencia que se ha realizado un esfuerzo sustancial en pro de lograr un marco de vinculación o relacionamiento más orgánico entre el mundo académico, las estructuras gubernamentales y las empresas. Sin embargo, aunque existen progresos, la realidad es que aún persisten un grupo de fallas que determinan que deberá recorrerse hacia el futuro, un largo camino que conduzca al logro de una mejor integración en el denominado modelo de “Triple Hélice”.

La impostergable necesidad de corregir algunas de las insuficiencias descritas en los párrafos anteriores, condujeron a que se concibieran la creación de los Parques Tecnológicos como una opción viable para superarlas, al menos de forma parcial algunas de las restricciones enumeradas y, al mismo tiempo favorecer el fomento de un clima de innovación en las diferentes regiones de la nación.

1. Según los resultados recopilados en la Encuesta sobre Desarrollo Tecnológico (ESIDET) que realiza anualmente el INEGI y el CONACYT que sólo el 5% de las empresas mexicanas desarrollaron actividades de investigación y desarrollo en el 2011. Véase. El Economista, 23 de noviembre de 2013. 

2. Véase para mayor detalle. OCDE, 2009, Op. Cit, pp.12-13