MOVIMIENTOS Y LUCHAS SOCIALES, TERRITORIO  Y DESARROLLO SUSTENTABLE

MOVIMIENTOS Y LUCHAS SOCIALES, TERRITORIO Y DESARROLLO SUSTENTABLE

Rivera Espinosa Ramón (Coordinador)
Universidad Autónoma Chapingo

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TEORÍA DE LA PEDAGOGÍA DE LA RESISTENCIA

Francisco Gonzales lópez

SINOPSIS:

A través del empleo de las palabras apelamos al uso de una clasificación reflexionada: en este sentido podemos relacionar y aislar; analizar; ajustar; empalmar contenidos concretos hacia la instauración de un orden de las cosas y ello exige que no nos dejemos llevar únicamente por la proliferación de cualidades y de formas que nos sugieren las palabras.
Requerimos del uso de definiciones, de emplear o implementar un orden de las cosas ajustado a la elaboración de semejanzas o de distinguir o diferenciar otras por medio de diferencias, pero estas diferenciaciones o semejanzas es producto de operaciones precisas y de la aplicación de criterios previos. 1

El uso del lenguaje nos implica un determinado conocimiento y elaboración conceptual del mundo. A través del lenguaje elaboramos formas de contacto y comunión con los otros. 2

Existen términos que nos refieren situaciones, circunstancias, significados diversos, aún cuando un mismo término pueda remitirnos a diversos significados y contextos. Este es el caso de la palabra “resistencia”: el uso de esta expresión abarca varios campos del conocimiento: es posible encontrar su definición en el campo de la física, electrónica, química, arquitectura, educación, psicología, psiquiatría, psicoanálisis, las ciencias sociales, la política, la historia, la filosofía y el derecho entre otros. Para los fines de este trabajo se presentan algunas definiciones del término “resistencia”, con la intención de elaborar una depuración y adoptar aquellas acepciones que más se acerquen a ubicar una noción de la pedagogía de la resistencia. Dicha revisión no pretende ser erudita, ni exhaustiva: como ya se ha señalado a partir de esas definiciones se pretende construir una definición acorde con el trabajo que realizan las radios comunitarias.

PALABRAS CLAVE: Clasificación reflexionada, estrategias de sobrevivencia, viabilidad de la utopía, trabajo radial.

I.- CONCEPTOS DEL TÉRMINO RESISTENCIA
Desde la perspectiva histórico-política se entiende el término resistencia como los movimientos o formas de oposición surgido en Europa durante la segunda guerra mundial. En su acepción lexicológica, puede ubicarse a la resistencia como una reacción, más que como una acción; una actitud defensiva más que ofensiva; de una oposición más que de una revolución. 3

Durante el siglo XX pueden ubicarse tres vertientes que han dado sentido y viabilidad a la resistencia:
En un primer momento se ubica a la resistencia ligada a la lucha patriótica de liberación nacional en contra de un ejército extranjero.

En segundo lugar, la resistencia asume como ideal no sólo la defensa de la nación de la ocupación, de la explotación económica, a esto se agrega la defensa de la dignidad del hombre en contra del totalitarismo y adquiere su principal símbolo en contra de la persecución y el exterminio.

En tercer lugar, se ubica la resistencia comunista basada en la construcción de la sociedad socialista cuya estrategia se cimentó, de manera constante, en la alianza con los partidos burgueses, el planteamiento primario consideraba prioritaria la liberación.

El surgimiento de la resistencia puede ubicarse como un movimiento espontáneo; es decir, parte de un acto voluntario o de la forma de conciencia de individuos o pequeños grupos decididos a rebelarse. El proceso de unificación entre los diversos grupos y las fuerzas políticas no ha sido siempre terso, ha estado surcado de desconfianzas y hostilidades. Dentro del proceso de conformación de la resistencia  no todos los grupos o sectores que intervienen en ella alcanzan formas organizativas unitarias pues la diversidad de orientaciones políticas, programáticas y doctrinales pueden obstaculizar una guía u orientación unitaria a la resistencia.

Desde una perspectiva jurisprudencia se define a la resistencia  como “delito contra el orden público consistente en asumir frente a la autoridad en el ejercicio de sus funciones una actitud de oposición resistente, reiterada y violenta en forma tal que implique desprestigio manifiesto para aquella. En la escala de los delitos contra la autoridad y sus agentes, la resistencia reviste mayor gravedad que la desobediencia y menor que el atentado, del que solo se diferencia por las circunstancias de lugar, tiempo y modo en que tiene efecto”. 4

En Psicología se define como resistencia a la “tendencia frecuente a evitar la novedad, incluso si el cambio puede ser mejor para el individuo o la organización. Como causa de este fenómeno, está principalmente la ansiedad profesional en cuanto a la competencia del trabajador frente a nuevas técnicas o procedimientos de producción, así como las incertidumbres en cuanto a las modificaciones sociales y a las perturbaciones de las relaciones humanas que acompañan a estos cambios técnicos” 5( Por lo que respecta al psicoanálisis, en el proceso de cura psicoanalítica “se denomina resistencia a todo aquello que, en los actos y palabras del analizado, se opone al acceso de éste a su inconsciente. Por extensión, Freud habló de resistencia al psicoanálisis para designar una actitud de oposición a sus descubrimientos, por cuanto estos revelaban los deseos inconscientes e infligían al hombre una “vejación psicológica” 6 En el campo de la filosofía el término resistencia adquiere gran importancia y significación: una de las primeras tesis a plantear en éste ámbito expone que cierta resistencia ofrecida por el mundo se esboza como una de las mejores pruebas de su existencia. Esta premisa ha sido expuesta en diferentes momentos, bajo diferentes argumentaciones. La noción de resistencia en un sentido físico ha sido expuesta por una gran cantidad de filósofos, Filósofos estoicos emplearon el vocablo ANTITIPIA para definir a la resistencia y fue la misma acepción utilizada por Leibnitz. En la definición de este término debe distinguirse entre el concepto en sentido físico como en sentido gnoseológico, psicológico y metafísico.

Con el propósito de plantear una visión acotada del término resistencia, se expondrán aquí las versiones que la han abordado con relación a posibles modos de reacción ante los cuerpos físicos. De este modo Destutt de Tracy expone:

“…cuando un ser organizado para querer y actuar siente en sí una voluntad y una acción y al mismo tiempo una resistencia a esta acción querida y sentida, se halla asegurado de su existencia y de la existencia de algo que no es él” 7

A esta idea se agrega que “…. toda idea de los cuerpos exteriores supone impresiones de resistencia, y que tales impresiones de resistencia solamente se hacen distintas por medio de la sensación de movimiento…….esta misma sensación de movimiento está relacionada con la de voluntad que lo ejecuta o que se esfuerza en ejecutarlo, que solamente existe a través de ella: que, por consiguiente, la impresión o la conciencia del yo experimentado, del yo reconocido como algo distinto de las demás existencias, únicamente puede adquirirse mediante la conciencia de un esfuerzo querido; que, en una palabra, el yo reside exclusivamente en la voluntad”. 8

Sobre esta perspectiva de resistencia, con una clara orientación psicológica, se encuentra la noción que ofrece Maine de Biran  basado en su análisis de la conciencia de voluntad y de libertad: de acuerdo con este autor se trata de un hecho primitivo del sentido íntimo, el cual retoma el principio pienso, existo desarrollado por Descartes. A través de esta caracterización se pretende ubicar cuál es el pensamiento primitivo, trascendente en el que se constituye toda la existencia personal y que se ubica identificado en su fuente con la sensación de una acción o un esfuerzo querido. Dicho esfuerzo puede definirse en lo individual como el hecho primitivo o el modo fundamental en que se busca y del que se deben analizar caracteres o signos. Esta idea de esfuerzo encuentra significativas aproximaciones con el modo con que otros filósofos (Locke, Hume) han abordado las nociones de esfuerzo, actividad, substancia y fuerza.

De acuerdo con  Friedrich Bouterwerck las nociones de esfuerzo y actividad se conocen a través de la separación que realizan los sujetos entre el esfuerzo y los objetos que se resisten a él; mientras que este autor emplean un lenguaje psicológico de su análisis de la idea y el sentimiento del esfuerzo para otros filósofos es más viable abordar la idea de resistencia con una orientación metafísica y moral. Para Fitche hay una clara demostración moral de la existencia del mundo exterior, así como la idea de que el mundo exterior aparece como una resistencia opuesta a la perpetua aspiración del Yo.

Estas consideraciones so tomadas en cuenta por Wilhelm Dilthey y elabora, a partir de ellos, un fundamento psicológico-descriptivo y gnoseológico. Para Dilthey una de las formas de explicar la resistencia consiste en partir de los hechos de conciencia para alcanzar la realidad exterior con la intención de fundar una verdad con validez universal.  Para él el punto de vista preponderante en la filosofía es el fenoménico. Sin embargo, acota que al adoptar el punto de vista fenoménico no debe caerse en una degeneración intelectualista asociacionista del fenomenismo.

Para ello expone “la creencia en el mundo exterior no por una conexión mental, sino partiendo de una conexión de vida que se da en el impulso, en la voluntad y en el sentimiento y que luego es mediada por procesos equivalentes a los mentales”.

La distinción que hace Dilthey entre un yo y un objeto, entre un exterior y un interior  surgen de la propia vida y de sus impulsos, sentimientos y voliciones.

Para este filósofo puede definirse al hombre como un sistema de impulsos que llega pronto a una experiencia de la resistencia imperfecta e insuficiente, por tratarse de una impulsión autoexhortativa: en consecuencia la impulsión volitiva como la experiencia de resistencia se cubren de determinaciones cualitativas y espaciales que dan al mundo exterior no sólo un bloque indiferenciado, sino también un sistema con diversas cualidades. 9 Por otra parte, Max Scheler señala que la existencia de los objetos no debe confundirse con la objetividad de lo existente; dicha existencia  “se da sólo inmediatamente como objeto resistente a la relación de impulso y voluntad, no a un saber de ningún género”.10 Para Charles Sanders Peirce la aprehensión de la realidad como resistencia precede a toda aprehensión de la realidad e indica que toda duda con respecto a la realidad del mundo externo se diluye a partir del momento en que el suspicaz debe afrontar alguna situación real que le impele a intervenir en el mundo. Para Peirce en este sentido la acción desencadenada por la resistencia soluciona un conflicto intelectual que la pura razón se muestra incapaz para decidir y va más allá al afirmar que la resistencia muestra al hombre que algo independiente de él está ahí. 11 Esta afirmación se complementa cunado José Ortega y Gasset afirma: “nada aparece ante nosotros como realidad sino en la medida en que es indócil” 12 Finalmente, a diferencia de Dilthey y Scheler, Martin Heidegger aborda la resistencia como como un fenómeno psicológico, gnoseológico o fenomenológico-vital, sino como algo que tiene como condición previa el hecho de que la existencia está abierta al mundo. Como lo refiere en su texto Ser y tiempo la experiencia de la resistencia y el impulso y la voluntad revelados en ella son modificaciones del cuidado, pues sólo un ser como la existencia puede chocar con lo resistente como algo intramundo. De aquí se deriva, en la visión de Heidegger, el motivo por el cual la conciencia de la realidad es un “modo de ser del Ser en el mundo” 13 

II.- LA PEDAGOGÍA DE LA RESISTENCIA EN LAS ONDAS HERTZIANAS

Dentro de sus propias vicisitudes la radio comunitaria (La Voladora) ha debido buscar y encontrar sus estrategias de sobrevivencia, las cuales le han permitido luchar contra su situación desventajosa en el cuadrante de Frecuencia Modulada.
Esta búsqueda de estrategias puede constituirse como un plan de acción político-pedagógico, alejado del espontaneismo, pues el trabajo radiofónico no debe tener sustento en el trabajo de última hora. El combate al espontaneismo al interior de la radio debe partir de la orientación que ha de darse a la emisora y una comprensión rigurosa de adónde se quiere ir.

El trabajo de los medios y específicamente de la radio debe tomarse con extrema cautela: lo que dicen los medios suele tomarse como verdad inequívoca y a ello no escapan siquiera las radios comunitarias; la negación del espontaneismo radiofónico plantea una comunión con el público radioescucha a partir de una radio fecha para la audiencia y por encima de ella.

El estar en comunión con la audiencia significa trabajar con ella y no en una posición en la que se pretende de imponer una programación ya organizada, sin la cual supuestamente estarían perdidas en el limbo (las audiencias).

El trabajo radiofónico emprendido por La Voladora no parte de absolutos: el partir de absolutos y como algo ya concluido por sí mismo puede llevarnos a considerar que basta únicamente con el trabajo de difusión radial para que la realidad pueda transformarse mecánicamente. La realidad cambia de forma permanente independientemente de la voluntad de los radialistas: ello debe tomarse en cuenta pues el trabajo radiofónico por sí mismo, sin considerar la participación del radioescucha es incapaz de transformar por sí mismo la realidad.

Las propuestas, las ideas surgidas del trabajo radiofónico son grandes sólo cuando pueden transformarse en acciones con acompañamiento de la comunidad y para ello se debe ser consciente de que cada comunidad de escuchas tiene sus características propias y esenciales, las cuales es preciso comprender como parte de la transformación de la cual la radio es sólo un acompañante.

La situación que viven actualmente las radios comunitarias (La Voladora) es de suyo complejo y difícil; sin embargo, se hace necesario comprender ese presente lleno de limitaciones como un presente también rodeado de posibilidades. Se ha mencionado aquí que el trabajo de las radios comunitarias es el sueño de la utopía. Entonces se hace necesario entender ese sueño, esa utopía como algo que es posible, pero también como una necesidad viable que para lograrlo debe impulsarse como algo no preconcebido.
A través de esta utopía, y su correspondiente viabilidad, pueden gestarse una serie de aprendizajes fincados en aceptar que lo diferente está en el otro y que a través de esa diferencia que posee el otro pueden decirnos algo que no sabemos. Este aspecto se contrapone al verticalismo que se ejerce en la radio; como medio de comunicación y como tecnología se parte del modelo autoritario en el que sólo quien está frente al micrófono es portador de la verdad y no permite que exista derecho de réplica por mínimo         que sea. La verdad impuesta de este modo: al radioescucha se le cataloga invariablemente como ignorante y el único derecho que le asiste es escuchar lo que se le difunde a través de una programación planeada, pensada y diseñada para satisfacer sus gustos y necesidades.

A partir de ese momento la viabilidad de La utopía toma forma a través de las formas que gesta la radio comunitaria en propiciar el acercamiento con su audiencia y su participación en el rumbo programático de la misma: esto genera un mayor acercamiento hacia los niveles de resistencia; es decir, dónde se encuentran, cómo se expresan y la forma en que la propia radio puede entenderlo y puede o sabe trabajar sobre ello, pero no sólo para su propio beneficio como radioemisora, sino para construir en modo efectivo esa comunión con el público escucha. Al trabajar sobre esta concepción se impone  reflexionar sobre la cotidianeidad que permita descubrir los momentos de resistencia y sus expresiones, mismas que pueden ubicarse a través de las expresiones culturales de la comunidad, las características del lenguaje, en la religiosidad y en la comprensión del mundo.

El trabajo de las radios comunitarias debe encaminarse a unir el sentir y la comprensión las vertientes que toman dichos aspectos estriba en que el radialista como intelectual debe estar atento a dichas manifestaciones de su audiencia y no estar por encima de ellas, únicamente como intérprete: debe partir de reflexionar sobre la realidad cotidiana de sus radioescuchas y a partir de ella generar ideas para comprenderla y transformarla en acciones radiales. Esto implica una búsqueda constante, permanente, una forma de conocimiento propiciado a través de la radio, el cual implica todo proceso que sólo puede tramitarse con el diálogo y el acercamiento con el radioescucha.

Otra de las formas de dar viabilidad a la utopía reside en hacer de la pregunta un instrumento valioso para el trabajo radiofónico. Si partimos de aceptar que el medio radiofónico posee amplios atributos educativos estamos en condiciones de sustentar que una base de enseñanza está constituida en el valor pedagógico de las preguntas: todo conocimiento comienza por la pregunta, pues a partir de ella se genera la curiosidad.

El autoritarismo radial principalmente en la radio comercial inhibe, adormece la capacidad-curiosidad. Esta capacidad posee una naturaleza desafiante y por medio de ella se vislumbra el génesis de la pedagogía de la resistencia. Esto implica que a través de la programación pueda desarrollarse la capacidad de vivir la pregunta, la indagación, a aceptar que el radioyente es capaz de vivir la curiosidad.

Esto no es sencillo, implica en términos radiofónicos un gran reto; significa ir creando en ellos y con ellos el hábito de preguntar y junto con él recrear  su capacidad de admiración. Dentro de este proceso de enseñanza radial, el radialista debe plantearse que no existen preguntas tontas, ni tampoco respuestas definitivas: ello implica que el acto de preguntar como estrategia de trabajo radial no debe reducirse a la pregunta por la pregunta misma o hacer de esta estrategia algo fútil y sin mayor trascendencia.

La futilidad y la intrascendencia del acto de preguntar conduce a desarticular el interés y la curiosidad del radioescucha y eso es lo óptimo para la radio comercial. Aunque en cambio de propicie y pregone una forma de hacer radio que se abroga para sí misma el derecho de detentar el saber, el poder, las respuestas y la racionalidad.

Bibliografía:

BOBBIO, Norberto (2011) Diccionario de política. T. II. Siglo XXI. México.

DILTHEY, Wilhelm (1990) Teoría de las concepciones del mundo. CNCA. México.

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FERRATER Mora, José (2009) Diccionario de Filosofía. T.4. Barcelona Ed. Ariel.

FOUCAULT, Michel (1995) Las palabras y las cosas. Siglo XXI. México.

HEIDEGGER, Martin (2009) Ser y tiempo. Trotta. Madrid.

LAPLANCHE, Jean (2013) Diccionario de psicoanálisis. México. Paidós.

ORTEGA Y GASSET, José (2000) La rebelión de las masas. Alianza. Madrid.

PEIRCE, Charles Sanders (1978) Lecciones sobre el pragmatismo. Aguilar. Buenos Aires.

RICCI Bitti, Pío  (1990) La comunicación como proceso social. CNCA/Grijalbo. México.

SCHELER, Max (1973) Sociología del saber. Siglo Veinte. Buenos Aires.

THINES, Georges (1975) Diccionario de Ciencias Humanas. Ed. Cátedra. Madrid.

1 FOUCAULT, Michel (1995) Las palabras y las cosas. Siglo XXI. México. pp. 6

2 RICCI Bitti, Pío  (1990) La comunicación como proceso social. CNCA/Grijalbo. México. pp 56

3 BOBBIO, Norberto (2011) Diccionario de política. T. II. Siglo XXI. México. pp.

4 FCE. Diccionario de Sociología. FCE. México. pp.

5 THINES, Georges (1975) Diccionario de Ciencias Humanas. Ed. Cátedra. Madrid. pp

6 LAPLANCHE, Jean (2013) Diccionario de psicoanálisis. México. Paidós. pp.

7 Citado por José Ferrater Mora (2009) Diccionario de Filosofía. T.4. Barcelona Ed. Ariel. pp.

8 Oeuvres de Cabanis. Reportes de psicología y de moral del hombre, Citado por José Ferrater Mora (2009) Diccionario de Filosofía. T.4. Barcelona Ed. Ariel.

9 DILTHEY, Wilhelm (1990) Teoría de las concepciones del mundo. CNCA. México. pp.96

10 SCHELER, Max (1973) Sociología del saber. Siglo Veinte. Buenos Aires. pp 42

11 PEIRCE, Charles Sanders (1978) Lecciones sobre el pragmatismo. Aguilar. Buenos Aires. pp.  

12 ORTEGA Y GASSET, José (2000) La rebelión de las masas. Alianza. Madrid. pp. 

13 HEIDEGGER, Martin (2009) Ser y tiempo. Trotta. Madrid. pp.