LA PLANEACIÓN ESTRATÉGICA MUNICIPAL Y SU PAPEL EN LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADES PROSPERAS EN MÉXICO

LA PLANEACIÓN ESTRATÉGICA MUNICIPAL Y SU PAPEL EN LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADES PROSPERAS EN MÉXICO

Octavio Reyes López (CV)
Romina Iliana Castaños López
(CV)
Universidad Virtual del Estado de Guanajuato

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Marco Teórico Conceptual (conceptos de estudio)

Concepto de Prosperidad.

De acuerdo con el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, éste define prosperidad como:
-.Curso favorable de las cosas.
-.Buena suerte o éxito en lo que se emprende, sucede u ocurre.
A pesar de ello este es un concepto generalmente relacionado con la economía y la acumulación de la riqueza. La toma de decisiones en torno a la urbanización ha estado siempre inclinada hacia lo económico, esto ha sido así no solo en México, sino en general en todas las ciudades del mundo desde que el desarrollo ha estado ligado a la economía. Actualmente, UN-Hábitat (2013) busca darle un enfoque urbano para integrar en él otras dimensiones como calidad de vida, infraestructura adecuada, equidad y sostenibilidad del medio ambiente, que son necesarias para hablar de curso favorable y éxito. La prosperidad es una muestra de justicia social, entonces debe ser el objetivo último de la administración municipal sin importar si estos son urbanos o rurales, de esta forma describiré prosperidad como el incremento de la calidad de vida mediante una productividad desarrollada con la infraestructura adecuada y en un ambiente sano y de la que todos los individuos son partícipes.

Participación Ciudadana.

La participación ciudadana se señala como un factor determinante del éxito del Plan Nacional de Desarrollo y ha estado presente desde que el ex Presidente Miguel de la Madrid introdujera las reformas que se han señalado como el origen de la cascada de cambios en la administración pública, para el ex Presidente De la Madrid (1983), la planeación democrática tiene sus cimientos en un proceso de participación ciudadana conocido como consulta popular, esto significa que no se está hablando de la participación que se da con la elección de los representantes en el Órgano Legislativo, sino más bien de una participación en el gobierno.

La Comisión Intersecretarial para la Transparencia y el Combate a la Corrupción (CITCC, 2008, p. 5) la define como "la posibilidad de la sociedad de contribuir e influir en las decisiones gubernamentales que le afectan, sin necesidad de formar parte de la administración pública o de los Poderes Legislativo o Judicial". Para Merino (2001, p. 31), la participación ciudadana "supone la combinación entre un ambiente político democrático y una voluntad individual de participar". Hablar de voluntad significa estar decidir a hacer algo, Merino amplía diciendo que desde lo individual, hay dos decisiones importantes: primero, actuar o no y luego cómo actuar y estas dependerán de la formación personal y de los intereses que se tengan. La participación ciudadana desde la perspectiva de la iniciativa de "Ciudades Prósperas" basa su importancia en la voluntad que cada individuo pone en el alcance de un objetivo común.

Desarrollo Sustentable.

El desarrollo sustentable es un concepto relativamente nuevo y comenzó a emplearse cuando científicos comenzaron a alertar sobre el impacto que las decisiones inclinadas siempre a favorecer el aspecto económico estaban teniendo sobre el medio ambiente. El Informe denominado "Nuestro Futuro Común" emitido en 1987 por la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo, el organismo de las Naciones Unidas, alertó sobre el cambio climático y sus efectos, apareciendo por primera vez el concepto de desarrollo sustentable, definiéndolo como "aquel que garantiza las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades." Uno de los desafíos comunes a todos los pueblos del mundo y que fue señalado en el Informe fue del desafío urbano, se tomaba conciencia del crecimiento acelerado de las ciudades y de los retos que significarían para el desarrollo armónico esperado de los países del mundo, esta situación urgía la cooperación internacional para atender el problema. Han pasado casi 27 años desde entonces y aunque México se ha mostrado siempre ante la comunidad internacional como un país preocupado por tal situación, pareciera que en la acción no ha cambiado nada.

Esta situación nos obliga a voltear a la toma de decisiones al interior del municipio y las limitaciones que existen si consideramos el régimen urbano que reconoce la existencia de coaliciones de poder que han seguido manteniendo la balanza inclinada hacia lo económico, esto solo puede revertirse con la voluntad de actuar de los demás vecinos del municipio que son los únicos que pueden equilibrar la balanza.

El Derecho a la Ciudad.

Mathivet (2009) apunta que este concepto surgió en 1968 como propuesta del filosofo francés Henri Lefebvre cuando en su libro El derecho a la Ciudad denunciaba que la ciudad se había vuelto "una mercancía al servicio exclusivo de los intereses de acumulación del capital", las diferentes crisis que han afectado de manera global fueron el indicador que hacía falta para que a nivel mundial se reconociera la verdad expuesta por Lefebvre. Diversos estudios sobre el estado de las ciudades del mundo realizados bajo el patrocinio de ONU-Hábitat lo confirman como un fenómeno que se replicó en todo el orbe; y a pesar de que en 1987 se había alertado sobre los peligros que significaba para el medio ambiente, una mala planeación del desarrollo urbano, ahora puede asegurarse que afecta también el desarrollo humano y el desarrollo económico por la desigualdad social y el despilfarro de recursos que conlleva.

En las ciudades habita la mayor parte de la población, donde cada individuo busca satisfacer sus necesidades básicas y hacer realidad sus más profundas aspiraciones, (UN-Hábitat, 2013), para lograrlo, toda persona cuenta con ciertos derechos garantizados por el gobierno que se encargará de asegurarlos para su optimo desarrollo como persona, Harvey (2012, p. 20) señala que: "el derecho a la ciudad es por tanto mucho más que un derecho de acceso individual o colectivo a los recursos que esta almacena o protege; es un derecho a cambiar y reinventar la ciudad de acuerdo con nuestros deseos."

Es evidente pues que para poder ejercer un derecho a la ciudad se requiere de la sensibilidad, voluntad y compromiso para equilibrar las cosas. Y para mover las voluntades individuales al cambio que se necesita se han creado mecanismos como la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad presentada por primera vez en el Foro Social de las Américas en julio de 2004 y que mediante la concientización social sobre los problemas urbanos, establece compromisos de parte de las redes y organizaciones sociales, los gobiernos nacionales y locales, los parlamentos o congresos, los organismos internacionales; en su réplica de la Carta de la Ciudad de México por el Derecho a la Ciudad, Zárate (2011) resume los fundamentos estratégicos con los siguientes puntos:

  1. El ejercicio pleno de la ciudadanía;
  2. La función social de la ciudad, la tierra y de la propiedad;
  3. La gestión democrática de la ciudad;
  4. La producción democrática de la ciudad y en la ciudad;
  5. El manejo sustentable y responsable de los bienes comunes naturales, patrimoniales y energéticos de la ciudad y su entorno;
  6. El disfrute democrático y equitativo de la ciudad.

Políticas Públicas sobre el Territorio.

Con mucha frecuencia nos confundimos entre la idea de la política y las políticas públicas y se pudiera llegar a asumir que son lo mismo, sin embargo Lahera (2004, p. 7) nos aclara que, aunque ambas tienen que ver con el poder social, "la política es un concepto amplio, relativo al poder en general, las políticas públicas corresponden a soluciones específicas de cómo manejar los asuntos públicos". Así pues, podemos hablar de muchos tipos de políticas públicas cada una respondiendo al tipo de problema que desea solucionar; las políticas sobre el territorio buscan solucionar los problemas que se encuentran en este.

Así como los políticos se encargan de la política, la administración pública es quien se encarga de la operación de las políticas públicas. Lahera continúa diferenciando entre políticos y la administración pública y señala que:
"El objetivo de los políticos -tanto conservadores como radicales, idealistas o motivados por el interés propio- consiste en llegar a establecer políticas públicas de su preferencia, o bloquear aquellas que les resultan inconvenientes."

Como ya se ha señalado, la independencia del municipio sobre el poder central tiene su base en la autonomía para decidir las políticas públicas territoriales y con la evidencia de los resultados, se puede afirmar que algo sucede en el entorno local. El estudio de las políticas públicas puede darnos un panorama más amplio sobre esta situación. González (2005) recuerda que este proceso es necesario llevarlo a cabo para entender como la decisión política influye en la acción del gobierno; al hacer un análisis inverso de los problemas sociales señalados el informe El Estado de las Ciudades de México 2011(ONU-Hábitat-SEDESOL, 2012) y la acción pública local que debió establecerse para lograr esos resultados, podemos deducir que las políticas territoriales han sido contrarias al objetivo último de toda política pública: la solución de problemas. Elizalde (2003) propone la planificación estratégica como la base de la política territorial:
"...máxima participación en la selección de objetivos y acciones, máxima divulgación de las estrategias seleccionadas, organización específica para la puesta en marcha de una política de planificación urbana, organización mixta en la que participen los máximos responsables del gobierno local junto a los máximos responsables de los actores económicos y sociales, realización de acciones emprendidas sectorialmente con proyección multi o transectorial y búsqueda de bienestar colectivo fundado en la satisfacción de intereses diversos."