TALLERES METODOLÓGICOS PARA LA PREPARACIÓN DE LOS INSTRUCTORES DE MÚSICA DE SECUNDARIA BÁSICA EN LA EDUCACIÓN AUDITIVA O PERCEPTIVA

TALLERES METODOLÓGICOS PARA LA PREPARACIÓN DE LOS INSTRUCTORES DE MÚSICA DE SECUNDARIA BÁSICA EN LA EDUCACIÓN AUDITIVA O PERCEPTIVA

Lisbé Fleites Suárez, Yamilet Marín Cabrera, María Esther Hernández Padrón, Carmen Rosa Pérez García y Edelia Teresa Díaz Muñoz (CV)
Filial Universitaria de Salud Yaguajay

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1.2- La enseñanza de la música y su importancia en la formación multilateral y armónica de la personalidad.

La música surge vinculada al proceso de evolución por el hombre a lo largo de la historia, tanto en lo biológico como lo psicológico. Aunque existan diferentes teorías sobre el origen de la música, nuestra interpretación materialista necesariamente la integra a la actividad concreta y práctica del ser humano, es decir, al trabajo. El hombre imprimió un sello característico a su voz para estimular a los animales que lo acompañaban en las faenas agrícolas en tiempos remotos, o una determinada cadencia rítmica para ayudarse con los rudimentarios instrumentos de labranza. Así aparecieron los “cantos de trabajo”, que existen y se emplean hoy día en todos los países del mundo.
A partir de que ya existía la actividad práctica, se genera el concepto abstracto de trabajo. De igual modo aparece el concepto musical. El hombre crea el trabajo en la medida que se hace más humano porque, entre otras cosas, trabaja, y el trabajo humaniza al hombre. En la música ocurre igual: surge a partir de que existe el ser humano y a la vez la música permite al hombre, a través de ese grado de abstracción, humanizarse más. Por eso es que podemos definir la música, igual que el trabajo, como una actividad social del hombre, ella aparece solo en relación con el surgimiento y desarrollo del ser y la conciencia social. Cuando la música forma parte de la riqueza espiritual del  hombre se logra una existencia más plena y una concepción del mundo transformadora y altamente creativa. La  adquisición por el individuo de una estado emocional satisfactorio y el desarrollo de su sensibilidad mediante la música, tiene ascendencia en las relaciones interprétales, en la actividad laboral y en el adecuado uso y disfrute del tiempo libre.
La música, como una de las manifestaciones del arte y como expresión  de belleza que constituye el principal objeto de estudio de la estética, es uno de los medios que utiliza el hombre para expresarse artísticamente, de ahí su importancia y trascendencia. Si analizamos su evolución a través de la historia, observaremos que desde la época primitiva hasta la actualidad ha estado profundamente relacionada con la vida misma de la sociedad, pues posee un gran poder de comunicación y contagio.
Es un hecho incuestionable que la música tiene dos elementos esenciales: el ritmo y la melodía, tanto en la occidental como en la oriental. Según el misucólogo  Leonardo Acosta (1983: 325) si la analizamos como un conjunto de representaciones acústica, la  consideramos un fenómeno abstracto, neutro, apolítico, que expresa sonidos en sí mismo. Por ello, además de cambiar y organizar artísticamente los sonidos, tiene que establecerse un sistema de comunicación en el que transmita información con altos valores estéticos, tanto desde el punto de vista afectivo como cognoscitivo entre el autor, intérprete, educador y público.
Esta manifestación artística:
… posee, connotaciones ideológicas estrechamente vinculadas al lugar, tiempo y coyuntura histórica en que surge, y de acuerdo a distintos códigos que los músicos  y los pueblos se van  creando: una música puede ser esgrimida como símbolo de identidad nacional y de resistencia y otra impuesta como señal  de superioridad de un invasor… (Leonardo Acosta, 1983: 292)
La música esta vinculada directamente con la vida del individuo desde tiempos remotos. Las propias específidades o particularidades del lenguaje musical proporcionan que el hombre sienta y exteriorice diversas emociones y sentimientos. Ella está presente en nuestra vida cotidiana en el trabajo, en el hogar, en los actos políticos, culturales, en la calle, en la naturaleza, en las conmemoraciones, en los medios de difusión masiva, etc. En la sociedad actual y entre todas las artes, en la de mayor consumo y poder de comunicación. Por consiguiente, al estar presente en la  vida del hombre, cumple diversas funciones:

  • Político – ideológico: manifiesta de forma explícita en la letra de  himnos, marchas, canciones, también en el carácter que se le imprime a la ejecución de la  figura.
  • Educativa: a través de la actividad musical es posible cambiar la conducta del hombre, influir en la formación de valores, por ejemplo, la utilización de la musicoterapia y  psicoballet. En la  propia escuela  general básica la interacción con los distintos tipos de música  contribuye al perfeccionamiento del colectivismo, el amor, la responsabilidad, la disciplina así como otras cualidades de la personalidad.
  • Estética: debe estar implícita en la propia obra, ya sea música de concierto, popular, profesional o folclórica, lo esencial es que cada una de ellas en sus diversos géneros, posea altos valores estéticos y cumpla una función determinada.

En relación con las funciones de la música se clasifica esta como para ser cantada, bailada y escuchada. Esta clasificación parte del creador, es decir de cual fue su intención al crear la obra (V. Eli y Z. Gómez, 1989: 11) 
Es oportuno retomar las conceptualizaciones tradicionales sobre el concepto de música y apoyarse en las fuentes: “Música y descolonización”, del musicólogo Leonardo Acosta, y “Las dos cara de la música”, ensayo del Dr. Olavo Alín, a fin de proponer una solución conceptual que medie entre la educación  artística y la educación musical, de manera que sirva de guía al trabajo pedagógico de los docentes: “La música es una manifestación del arte, en la que se combinan y organizan artísticamente los sonidos, para producir el establecimiento de un sistema de comunicación cognoscitiva y afectiva con altos  valores estéticos entre creador, intérprete, educador y público”.(P. Sánchez, 1982: 7)
Teniendo en cuenta la derivación lógica de estos conceptos se define la educación musical como el proceso educativo de la música dirigido “Al desarrollo del individuo en las  capacidades, conocimiento, habilidades y hábitos  que le permitirán tener un juicio musical de la realidad, a partir de la vivencia y análisis del fenómeno sonoro, lo que garantiza poseer valoraciones respecto al hecho musical en su conjunto”. (P. Sánchez, 1992: 8)
El fin de la educación musical es la musicalización del hombre, y su aporte al enriquecimiento de su vida interna, expresado en un mejor comportamiento profesional y humano como ciudadano dentro de la sociedad. Al respecto Paul R. Lehman (1988: 22) plantea: “Nada de lo que se enseña en la escuela contribuye más inmediata o más directamente que la música a mejorar las condiciones que promueva el crecimiento individual y la calidad de vida”.
En el siglo XX  se manifiestan cambios sustanciales  en la espera de la educación musical. Personalidades como: Emile J. Dalcroze (1865 – 1950), llamado el padre de la rítmica, a principios del siglo renueva todos los fundamentos anteriores. La rítmica corporal y la expresión de los elementos de la música desempeñan un papel esencial en el aprendizaje. Sus aportes en el campo de la enseñanza musical. Junto a Zoltán Kódaly y Carl Orff influyen prioritariamente en la educación musical contemporánea.
Distintas personalidades, en algunos momentos del siglo XX  han elaborados sistemas, métodos o concepciones encaminadas al mejoramiento del aprendizaje de la música y de la educación musical de educandos de diferentes edades. Estas propuestas didácticas han de venido en guías de acción para los maestros. De hecho, se han ocupado de la musicalización del alumno y de las mejores vías para impartir el contenido. Zoltán Kódaly  es uno de los máximos exponentes de coherencia y organicidad en la estructuración de la educación musical en su país, desde las  edades preescolares hasta la enseñanza media y de la preparación de los docentes.
A continuación se relacionan, sucintamente, los autores de los métodos esenciales de finales de los  siglos XIX y XX que brindan propuestas metodológicas, indistintamente, para los niños y para los maestros. Estas aparecen según  Violeta Hemsy de Gainza (1995: 3) “como consecuencia de los nuevos desarrollos artísticos, científicos y tecnológicos”. Emile J. Dalcroze ( Australia, 1865 – 1950 ), Carlos Orff ( Alemania, 1895 – 1982), Maurice Martenot ( Francia, 1898 – 1980), Héctor Villalobos ( Brasil, 1887 – 1959), Justine Ward ( EE.UU. 1879 – 1975), Edgar Willems( Bélgica, 1890 – 1978),Zoltán Kódaly( Hungría, 1882 – 1967), Dimitri Kabalievsky ( URSS, 1904 – 1987), Shimichi Susuki ( Japón, 1898) Murria Schafer( Canadá, 1933), Patricia Stokoe( Argentina, 1927 – 1996), Violeta Hemsy de Gainza   ( Argentina), Ana Lucia Frega ( Argentina).
Estos pedagogos han conservados en sus propuestas de lenguaje musical sus individualidades, estéticas y técnicas manifiestas entre otros factores, en la inclusión o no de la notación musical, la sensopercepción, la rítmica, el canto, la creación – improvisación, el juego, el folclor  y los materiales sonoros utilizados, con su correspondiente tratamiento metodológico en el proceso de musicalización y en mayor y menor medida para la preparación de los docentes.
Para algunos, el centro de la educación musical de individuo es del canto, para otros para la apreciación musical consistente en audiciones de material grabado en las que el educando tiene una actitud muy pasiva, no participativa. De ahí la importancia de precisar el objeto de estudio de la educación musical y de la música, “la relación entre los sonidos, como dicho sonoro, concreto y material, la cual representa el núcleo  de la musicalización del individuo”. Los instrumentos, esto influye en todo el trabajo curricular, desde la confección del diseño hasta la realización de la clase.
Las tareas y principios de la educación estética también son balidos para la educación musical, pero acordes con el objeto de estudio de la música.

  • Desarrollar la percepción auditiva, lo que redundara  en la ampliación de la esfera cognoscitiva, afectiva y psicomotora de la personalidad.
  • Desarrollar las capacidades musicales y la creatividad del individuo.
  • Formar el gusto musical, ideas estéticos musicales y valores universales de la humanidad.

Sobre la base de  los estudios históricos  y de educación musical comparada, teniendo  en cuenta las tradiciones, el folclor, la idiosincrasia de cada pueblo, se define que contenidos dominantes deben conformar el proceso de musicalización del individuo y las características de cada uno de ellos.
En nuestro contexto nacional y en aquellos países de condiciones socio cultural similar se considera pertinente trabajar seis componentes en la educación musical: educación vocal, rítmica, auditiva o perceptiva, creativa, lecto -  escritura y expresión corporal. De forma similar, el trabajo curricular de la preparación y superación del educador musical tiene que ser en plena correspondencia con estos seis componentes, lo que constituye un sistema que debe estar manifiesto en la formación y superación musical del docente y la educación del sujeto del proceso  educativo de la escuela general.
Diferentes autores en el  plano internacional y nacional han fundamentado el papel de la música en  la formación multilateral del hombre, lo que ha servido de base para profundizar y sistematizar la contribución de cada uno de los componentes de la educación musical al desarrollo de las esferas cognoscitiva, afectiva y psicomotora de la  personalidad y su influencia en la conducta. Desde el punto de vista práctico se ha comprobado el efecto de la música en el sujeto de proceso educativo. Este conocimiento es  un instrumento esencial en la  labor del docente. Los temas psicológicos medulares y su relación con el aprendizaje de la música contrarrestan  en gran medida la enseñanza reproductiva y mecánica de la música, así como las muestras de subvaloración de esta especialidad en la escuela general.
Del mismo modo el docente será capaz  de explicar sobre estas bases la importancia de la educación musicales la escuela y estructural el proceso educativo con mayor calidad y eficiencia.
La influencia sistémica  homogénea de todos los componentes de la educación musical va moldeando la personalidad del educando desde distintas facetas. Los procesos psíquicos que conforman la actividad cognoscitiva: la sensopercepción, la memoria, la imaginación y el pensamiento, se desarrollan con la realización de actividades auditivas, vocales, rítmicas, creativas, corporales, de lectura  y escritura.
El proceso de la sensopercepción es condición en el aprendizaje de la música. La observación sonora, visual, táctil y cinética de los objetos, del cuerpo humano y de la realidad, es una acción propia de las metodologías de las audiciones, del montaje de obras vocales  e instrumentales, de la lectoescritura y de la improvisación – creación. La percepción  y la emisión de las diferentes graduaciones de la intensidad y el movimiento facilitan el desarrollo y control de la musculatura fina, la sensibilización y la educación del hombre. En las actividades de discriminación  auditiva se pueden realizar diversas tareas con el sonido o fuentes sonoras tales como: reconocimiento, repeticiones, apareamiento y clasificación. La percepción sonora requiere de un entrenamiento constante en la etapa de musicalización, en continua interacción con el desarrollo del pensamiento.
Las  operaciones mentales de análisis, comparación con  abstracción y generalización deben estar implícitas en la conformación de sistema de tareas en relación con el adiestramiento auditivo, la lectoescritura, la rítmica, la entonación de sonido, en el reconocimiento, ejecución, lectura y creación de ritmos y melodías diversas. Los ejercicios y juegos musicales de preguntas – respuestas y lo relacionado con la actividad rítmica propuesto por V. Hemsy de Gainza (1973:65): disociación, polirricmia, inversión, aumentación y disminución, garantizan una ampliación de todas loas operaciones mentales en el aprendizaje de la música. Los procesos de abstracción y generalización están presentes en la creación de melodías, pues se tienen que aislar cualidades, tales como: sonido, figuras, extensión de la melodía, entre otros elementos.
La realización de los diferentes contenidos de la educación musical asegura un constante desarrollo de la memoria, el montaje de obras vocales  e instrumentales requiere del razonamiento y elaboración mental, no debe convertirse en una simple reproducción mecánica de la obra. La interpretación del repertorio vocal e instrumental es un vehículo idóneo para aumentar el volumen y calidad de la memoria. Los contenidos de la educación musical también influyen positivamente en  la esfera afectiva de la personalidad. Las audiciones de música diversa producen emociones muy placenteras, sentimientos de satisfacción y de otra índole: pánico, sobrecogimiento, tensión, tristeza, etc.  El descubrimiento percepción e interacción con las sonoridades del entorno y del propio cuerpo humano, como paso previo para disfrutarlo o llegar a convertirlo en música garantiza vivencias positivas y negativas, agradables y desagradables, relajantes, todas ellas muy naturales. Es decir  estados de ánimos satisfactorios y positivos. El dominio por el educador del contenido de la educación musical le permite demostrar: rasgos de sensibilidad  ante hechos determinados; comunicación  adecuada manifiesta en un tono de voz, postura y modales que garanticen buenas relaciones afectivas y a la vez sirve de modelo o patrón afectivo ante sus alumnos.
La persona expresa sus sentimientos y emociones de diversas formas, que incluyen: los gestos, el  tono de la voz, la delicadeza o la agresividad al dirigirse a otras personas, entre otros aspectos. Las múltiples formas de explosión de la voz, de la rítmica, de la expresión corporal, de la improvisación – creación coadyuvan a educar el comportamiento del hombre para su desempeño en la sociedad, en un colectivo determinado. Así mismo, la realización de ciclos de audiciones, la asistencia a conciertos, recitales, la ejecución de instrumentos como el piano, la guitarra, la participación en grupos musicales y coros favorecen el mejoramiento de las cualidades volitivas de la personalidad, se desarrolla la independencia, la decisión y la perseverancia. El desarrollo del autocontrol y autodominio  esencial en la ejecución vocal e instrumental, tanto en el proceso de entrenamiento y montaje de las  obras como en el momento de la interpretación.
La participación en grupos vocales  e  instrumentales permite la eliminación de muestras de sobre valoración y a su vez repercute directamente en los casos de timidez e inhibiciones  pues el individuo asume responsabilidad al tener que demostrar el mismo nivel que ejecución a los restantes intérpretes, no puede quedar ni por encima, ni por debajo de la interpretación que es la masa  sonora.
Para lealmente, en el interior de la esfera cognoscitiva y afectiva de la personalidad, se encuentra la atención como una prioridad de la psiquis  del hombre. Una organización adecuada del proceso de enseñanza – aprendizaje de la música desarrolla la concentración de la atención, que repercute la organización física del individuo. Los ejercicios de relajación concentración, respiración y vocalización, previe al montaje de obras y a la percepción del material sonoro, entrenan en este sentido. De forma similar, la ejecución vocal e instrumental  requiere un alto grado de concentración de la atención. Su desarrollo debe ser paulatino, teniendo en cuenta que una de las grandes dificultades en el aprendizaje de esta especialidad es la concentración auditiva prolongada. El aumento de la estabilidad, el volumen y la distribución de la atención se logra mediante las actividades de la educación musical, adecuadamente dirigidas y organizadas.
 La musicalidad es una capacidad resultada del dominio por parte de los educandos de la generalización de los procedimientos de la actividad musical; se puede tener en  mayor o menor cuantía de acuerdo con el entrenamiento recibido y las condiciones anatomofisiológicas de base que tiene la persona, condicionada por el desarrollo histórico de la sociedad.
Luego de la recopilación teórica  de elementos y conceptos necesarios para la investigación, la autora se adscribe al concepto de música dado por la doctora Paula Sánchez Ortega  donde define: “La música es una manifestación del arte, en la que se combinan y organizan artísticamente los sonidos, para producir el establecimiento de un sistema de comunicación cognoscitiva y afectiva con altos  valores estéticos entre creador, intérprete, educador y público”.( 1982: 7).En este concepto se tiene muy en cuenta la función comunicativa de la música ,tanto en la esfera cognoscitiva como afectiva y su estrecha relación  entre los entes fundamentales del proceso musical.