VIVIENDA, RIESGO Y VULNERABILIDAD SOCIAL EN LA DESEMBOCADURA DEL RÍO PÁNUCO

VIVIENDA, RIESGO Y VULNERABILIDAD SOCIAL EN LA DESEMBOCADURA DEL RÍO PÁNUCO

José Luis de la Cruz Rock
Alfonso Tello Iturbe
María Eugenia Rosas Rodríguez
(CV)
Universidad Autónoma de Tamaulipas

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Vivienda precaria

La autoconstrucción es una práctica común de los grupos más desprotegidos que habitan estas zonas irregulares, donde la mayoría de las viviendas guardan ese  estado  de  heterogeneidad  y  precariedad, que no brinda seguridad a sus moradores; por el contrario, constituye la vía informal a través de la cual se han solucionado parcialmente los problemas de residencia, ya que los pobres  al carecer de recursos y acceso a programas de vivienda, hace que las estrategias de sobrevivencia y de autoconstrucción sean las alternativas a las que tienen acceso para protegerse y obtener un espacio para vivir.

Los accesos a los asentamientos irregulares son muy limitados, con frecuencia el transporte no llega a todos los sitios, por lo que la gente debe caminar largas distancias para llegar a sus trabajos, escuelas, hospitales.

Las calles no están pavimentadas, en temporada de lluvias se inundan los accesos y permanecen en esas condiciones a veces hasta por largo tiempo, y esto desencadena enfermedades y epidemias como las ya antes mencionadas.

Algunos grupos marginados, ante la falta de servicios como drenaje y recolección de basura, vierten sus desechos domiciliarios a las lagunas y a los ríos. Esto propicia contaminación, y problemas sanitarios, dando lugar a conflictos y demandas de estos grupos que se traducen en movimientos sociales de presión, ante los municipios responsables de brindarlos, aunque la política es de no proporcionarlos por ser espacios que han sido invadidos. La lógica seguida por las autoridades es que si los otorgan constituye el principio de la regularización

Los botaderos a cielo abierto que funcionan sin ningún tipo de control y que son fuentes de contaminación, se localizan en la periferia de la ciudad, a distancias relativamente cortas de las zonas habitadas, por lo que representan una amenaza a la salud pública.

En la zona conurbada existen grandes núcleos de población que requieren ser reubicados por el riesgo que representa su permanencia en esos espacios. Se cuenta con reserva territorial en  algunos municipios para construir la infraestructura urbana necesaria, sin embargo, el proceso de negociación de los habitantes y el Instituto Tamaulipeco de la Vivienda Urbana (ITAVU), suele llevar mucho tiempo para su reubicación, a veces por burocracia y otras por no convenir a los implicados.

Desde  la  percepción  de  los  habitantes,  la  mayoría no están dispuestos a reubicarse, pues los sitios que se les proponen se encuentran muy alejados, sin infraestructura y pocos servicios, además de que la vivienda y el terreno que se les ofrece son muy pequeños y no representan condiciones evidentes que les permita
mejorar su situación actual de vida y seguridad.  Otro  problema  de  un  número  importante  de asentamientos humanos, es que se han apropiado de espacios por el que corren ductos que transportan sustancias peligrosas que provienen de la refinería de Pemex y  que atraviesan tramos importantes de la ciudad. Esta situación representa un peligro para las comunidades que se han establecido sin respetar los derechos de vía. A esto se agrega un sinnúmero de accidentes por fugas y derrames, así como las “ordeñas clandestinas” en tuberías de esta paraestatal que han causado graves desastres, pérdidas materiales y vidas humanas.

En la periferia de la conurbación de Tampico proliferan los asentamientos humanos irregulares, donde predomina la pobreza, inseguridad y vulnerabilidad social. Algunos asentamientos están ubicados en zonas de alto riesgo, sobre los ductos de PEMEX, cerca de empresas petroquímicas, o de las vías del ferrocarril que transportan sustancia químicas peligrosas para la salud y el ambiente.