DINÁMICA ECONÓMICA Y CONTABILIDAD INTERNACIONAL: UN ENFOQUE HISTÓRICO

DINÁMICA ECONÓMICA Y CONTABILIDAD INTERNACIONAL: UN ENFOQUE HISTÓRICO

Gustavo Mora Roa (CV)

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LA ECONOMÍA Y LA RELACIÓN CON LA CONTABILIDAD.

En la primera parte del presente capítulo se presentará las síntesis de los pensamientos económico y contable, desde la antigüedad hasta inicios del presente siglo, con el propósito de mostrar la relación entre evolución de la relaciones de producción y los grandes acontecimientos con el desarrollo del pensamiento científico y no científico de ambas disciplinas, así como el rol que juega la evolución e importancia económica de ciertas regiones del mundo en el surgimiento y evolución de las tendencias económicas y contables. De igual manera señalar aquellos registros contables de hechos económicos desde los diferentes enfoques de la contabilidad, particularmente aquellos que tienen una más contundente influencia desde la ciencia económica, así como identificar  las diferentes escuelas económicas y contables,  propósito inicial de este trabajo.

En la segunda parte se mostrará la relación de contabilidad y economía identificada a partir de una revisión bibliográfica que permitió analizar el componente gnoseológico para determinar en primer lugar la ubicación de la contabilidad como ciencia en el campo del conocimiento económico, así como las diferentes definiciones de algunos autores que ubican la contabilidad como disciplina, técnica, sistema, arte, entre otras, cuyo objeto es registrar las transacciones de carácter financiero y económico efectuadas por una unidad económica. De igual manera se referencia respecto a la normatividad internacional.

Así mismo se observará dicha relación economía-contabilidad desde el objeto y métodos contables, pues como decía Richard Mattessich (citado por Suárez, 2001a, 176)  “en contabilidad la sofisticación procede de la adaptación de los métodos y técnicas prestadas de otras disciplinas; sobre todo de ciencias como las matemáticas, la investigación operativa, la economía, las finanzas, ciencias del comportamiento e informática, pero también del derecho, la pedagogía y la filosofía, así como de la historia y la arqueología”. (Resaltado fuera de texto)

SÍNTESIS DE LOS PENSAMIENTOS ECONÓMICO Y CONTABLE

SÍNTESIS DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO

La Economía configura una ciencia relativamente nueva, cuyo nacimiento se ubica en 1758 con la publicación del  “Cuadro  Económico” de Francisco Quesnay           (Francia -  Escuela Fisiócrata-), o  según otros autores, en 1776 con la publicación de “La Investigación sobre la Naturaleza  y Causa de la Riqueza de las Naciones” de Adam Smith.(Inglaterra – Economía Política Clásica).

Lo anterior no implica la no existencia de pensamiento económico antes, sino más bien se parte de la sistematización de la Economía como ciencia independiente. A continuación, primeramente,  se mostraran algunos desarrollos del pensamiento económico no científico, desarrollado antes de Quesnay y Smith, así:

Pensamiento económico no científico:

1.1.1.1 La Economía en la antigüedad: Los puntos embrionarios  de la economía aparecen por primera vez en los famosos clásicos  griegos Jenofonte1 , Platón y Aristóteles, quienes  junto a sus juicios filosóficos, históricos y de otro  carácter, manifestaron también su opinión en cuestiones relacionados con problemas económicos, asuntos que reflejaban las relaciones de producción existente en la sociedad esclavista.

Los griegos trataron de determinar cuáles eran los principios y el mejor sistema de administrar la economía, entendida como  la producción de mercancías en la hacienda esclavista, la circulación de aquellas destinadas al cambio (cuestionando el comercio con propósitos de  beneficio y usura),  el papel del  dinero en el intercambio,  la actividad de los mercaderes  y sobre otras cuestiones económicas de la organización  y la dirección de   la ciudad-estado (pensamiento con mayor apogeo en Grecia y Roma entre los siglos V antes de Cristo y los siglos I y II después de Cristo).

Estos pensadores, como Jenofonte, consideraban en sus escritos la esclavitud como un estado natural e invariable; como un hecho positivo el enriquecimiento de los esclavistas; creían en la agricultura como una ocupación muy ventajosa que sólo podía descansar en la esclavitud;  las industrias (artesanos) las consideraban como una ocupación no digna de los hombres libres, sin embargo no  censuraban a quienes organizaban talleres en los que trabajan esclavos. Incorporaron así la división del trabajo, pensaban que los ciudadanos libres no deben ocuparse de realizar un trabajo físico, del cual sólo se deben ocupar los esclavos, los cuales deben trabajar,  en actividades según su experiencia e  inclinaciones (Platón incorpora el carácter unilateral de sus dotes y un sentimiento de repugnancia por el trabajo físico); los esclavistas debían dedicarse al trabajo intelectual, a dirigir, vigilar y controlar.

En Aristóteles,  a pesar de sus importantes avances en la filosofía (lógica y pensamiento dialéctico); en economía desarrollo el mismo cuerpo de conceptos de Jenofonte y Platón, incorporando  una diferenciación entre  la economía como creadora de valores de uso necesario para la hacienda esclavista, así como los intercambios cuyo propósito fuera satisfacer necesidades naturales, igualmente se debía ocupar de sus formas de dirección y organización de la hacienda, así como de la regulación entre esclavistas y esclavos, padres e hijos, maridos y esposas, es decir, las cuestiones de la hacienda y también del modo de vida del esclavista; mientras consideraba que el objeto de la crematística es el intercambio de mercancías con fines puramente lucrativos de la cual, según él, debían hacer parte los problemas del comercio ( cuyo fin fuera aumentar la riqueza monetaria),el crédito y los oficios. (Karataev, Ryndina y Stepanov,1964a,19 - 34).

Podríamos hacer un largo recorrido por las ideas económicas de la Roma esclavista 2, pero no se realizará dado que estas ideas no alcanzaron mayor  amplitud y profundidad al pensamiento económico de la antigua Grecia.

1.1.1.2 La economía en la edad media: Con la aparición del feudalismo en Europa cuyas nuevas relaciones de producción surgieron sobre las ruinas del imperio romano, es decir, en la segunda mitad del siglo V,  la economía feudal se desarrolla dividida en pequeños principados y reinos (nobleza), así como la nueva clase de señores feudales que ejercían su poder sobre la tierra y los campesinos que la trabajaban  (siervos de la gleba).

El proceso paulatino de justificación del  nuevo modo de producción, se comienza a desarrollar con el primer código de la Francia feudal cuyo autor fue Carlo Magno Rey de los Francos742-814, sesenta y cinco leyes  que se conocen como “Las Capitulares” que regulaban las relaciones económicas feudales.

En Inglaterra surgió también la necesidad de establecer reglas para la administración de las fincas, conservándose el libro titulado “Fleta” en el que se establecen las obligaciones del administrador y del capataz en lo que se refiere a la dirección de los siervos de la gleba, durante las labores en las tierras del señor.

La Iglesia Católica tuvo gran influencia en todo el desarrollo social  y en la concepción del mundo durante el inicio y desarrollo del feudalismo, así como el monopolio de la enseñanza y la cultura,  por eso su conocimiento teórico incluyó el pensamiento económico, con un carácter teológico y canónico.

Entre las concepciones más destacadas está la de San Agustín que vivió en la era del hundimiento del imperio romano, en su obra  “La Ciudad de Dios” critica duramente la Roma pagana  y la ideología esclavista que despreciaba el trabajo físico y establece que Dios había prescrito al hombre trabajar en los campos y los huertos, subrayando los beneficios del trabajo campesino e incluso la labor del esclavo, esclavitud que era explicada como un derecho de guerra. Las cuestiones  económicas ocupaban un lugar secundario  en sus obras, recurriendo a ellas cuando tenían una relación directa con la administración de los bienes pertenecientes a la iglesia y a los monasterios.

Estas concepciones canonistas tuvieron el máximo desarrollo en el filósofo católico Tomás de Aquino1225-1274 y en sus obras se manifiesta con extraordinaria claridad y profundidad los rasgos feudales, mostrándose defensor de la propiedad privada, donde la propiedad agrícola la consideraba la más honrosa; y de la esclavitud donde incluía a los campesinos siervos, aunque salía en la defensa de las relaciones familiares de éstos. Esbozo la necesidad de la división del trabajo y de mantener el orden en la vida económica y de asegurar la convivencia pacífica de las personas.

 Tomás de Aquino se declaró enemigo del comercio al por mayor que realizaban los mercaderes, así como de la usura ya que amenazaban el poderío económico de los señores feudales; declarándose partidario de la acumulación de dinero para el rey y los nobles y no para los comerciantes usureros, condenó las operaciones que producen intereses y era partidario del “precio justo”, que debía basarse en la cantidad de trabajo y gastos necesarios para producir la mercancía; defendió la renta agraria que era presentada como un beneficio que había creado la misma naturaleza y que por esta razón no infringía el “precio justo”.

1.1.1.3 El Mercantilismo y el Surgimiento de Capitalismo. En el último periodo del feudalismo aparece el mercantilismo como primera doctrina de la burguesía que reflejaba los intereses del capital mercantil que ayudaba a crecer y enriquecer esta nueva clase, doctrina que constituye la base de la política mercantilista de los Estados de la época.

Los mercantilistas dedicaban sus obras económicas a los problemas del comercio y el dinero contraponiéndolos a las cuestiones de la economía feudal y a los fundamentos naturales de la hacienda de los señores feudales.

El comercio interior lo consideraban útil, pero éste no permitía que en el país la cantidad de dinero aumente, por consiguiente consideraban que el comercio exterior es el que enriquece el Estado (Banco de la República, 1999, 100 – 102), por ende  el principio fundamental que defendían era obtener en el comercio exterior  más ingresos que gastos, vendiendo más y gastando menos, considerando el dinero metal como única riqueza, expresado éste en el oro,  la plata  y las piedras preciosas, por lo tanto declararon que “hacer dinero” era la misión de la sociedad.

En la última etapa del mercantilismo plantean la necesidad no sólo de acumular dinero, sino aumentar su circulación, para que así se traiga nuevo dinero, admitiendo así, ampliar las compras de mercancías en el extranjero siempre y cuando éstas fueran inferiores a las ventas de las mercancías propias, manteniéndose   favorable la balanza comercial, lo cual los hacía partidarios de la intervención estatal en la vida económica del país con el fin de asegurar dicho saldo positivo.

Los mercantilistas consideraban el dinero no sólo como medio de circulación y como tesoro sino también como capital, como dinero que producía más dinero.

Karataev, Ryndina, Stepanov y otros (1964a,78-85) continúan señalando  como una de las obras más destacadas en el mercantilismo inglés fue la publicación  titulada “Compendio o Breve Examen de Ciertas Quejas de Algunos de Nuestros Conciudadanos en la Actualidad”  escrita por John Gells y editada por William Stafford, en 1549.

En 1609 aparece la obra del comerciante inglés Thomas Mun bajo el nombre de “Disertación Sobre el Comercio de Inglaterra con las Indias Orientales” que influyó directamente en la legislación de la época.  En 1664 después de muerto Thomas Mun  se publica la edición totalmente reformada por él que aparece con el nuevo título de “La Riqueza de Inglaterra Creada por el Comercio Exterior”.

Continúan expresando Karataev y otros(1964a, 86) que en Italia el banquero Scaruffi a fines del siglo XVI publico una obra dedicada a las problemas de la circulación monetaria y propuso la creación de un sistema monetario común a toda Europa, con el fin que los banqueros italianos desempeñaran el papel de banqueros internacionales.

El italiano Antonio Serra en 1613 publico la obra “Breve Tratado sobre las Causas Capaces de Crear Abundancia de Oro y Plata en los Países que no Disponen de Minas Propias”.

Francia se adhirió al sistema de la política mercantilista, algo más tarde que otras naciones, por ello la tendencia inicial fue la de protegerla de la invasión del capital comercial extranjero (Antoine Montchrétien)3 y sólo después se revelan  los rasgos agresivos de la ideología mercantilista (Juan Bautista Colbert).

Karataev, Ryndina, Stepanov y otros (1964a, 87- 89) señalan que Colbert (1619 -1683) quien  fue ministro de Luís XIV y nombrado Inspector de Finanzas del Estado  Francés, se hallaba en una   situación extraordinariamente crítica, decidiendo elevar los ingresos del país, llevando a la práctica las políticas económicas mercantilistas; aumentando notablemente la explotación de las colonias francesas de América, incrementó la violencia de la competencia con Inglaterra en los mercados extranjeros, se hicieron guerras comerciales contra Holanda y se crearon dificultades al comercio exterior italiano, políticas que fueron acompañadas de un gran crecimiento de los impuestos, y con una agricultura dominada por los señores feudales que condujo a Francia a continuar en la saga de Holanda e Inglaterra en cuanto al naciente desarrollo capitalista.

En la sociedad feudal surgen también las ideas económicas denominadas del socialismo utópico en la Europa occidental, plantea Karataev y otros (1964a, 89 -92), donde se puede destacar el pensamiento del inglés Tomás Moro con la obra conocida  con el título “Libro de Oro, Tan Útil como Festivo, Sobre la Mejor Organización del Estado y Sobre la Nueva Isla de Utopía” en 1516. Otras ideas se desarrollaron por el filósofo dominicano – italiano Tomás Campanela quien en 1602 escribió “La Ciudad del  Sol”.

La economía política clásica capitalista,  igualmente surge en esta época con el Inglés William Petty 1623 – 1687, cuyo pensamiento se desenvolvió en el período de decadencia del mercantilismo, sentando las bases de la teoría del valor trabajo, ya que para él no cabía la menor duda de que era éste el que daba valor a los productos.  El método de Petty en sus últimas obras se advierte ya como un análisis científico que trata de profundizar en el contenido y las causas de los fenómenos económicos, a diferencia de los mercantilistas, que solían limitarse a describir los hechos y los fenómenos.

En sus obras plantea además cuestiones de estadística económica y se manifiesta  como ideólogo de la burguesía inglesa que ascendió al poder después de la revolución; entre las que se pueden destacar: “Tratado de las Tasas y las Contribuciones” (1662), “La Palabra Prudente” (1664) que trata de los ingresos y gastos de Inglaterra; “Anatomía Política de Irlanda” (1672), “Aritmética Política” (1676), “Unas Palabras sobre el Dinero” (1682)  y “Tratado sobre Irlanda” (1687).

En Francia surge Pierre  de Boisguillebert 1646 -1714, quien realizó una dura crítica al mercantilismo francés (Colbertismo) y sentó las bases de la economía política clásica.

Posteriormente surge el modo de producción capitalista que se caracteriza por la propiedad privada de los medios de producción, la libertad de empresa, cuya finalidad es la ganancia, donde supuestamente la distribución del ingreso se da a través del mecanismo del mercado y las nuevas relaciones de producción son Capital- trabajo (salario). Así mismo debe resaltarse en este tercer periodo la importancia de la Revolución Francesa (1789) que estimuló la proclamación de los Derechos Humanos y del Ciudadano, además de la liberación de las colonias inglesas de América (en 1776), acontecimientos donde se da reconocimiento a la dignidad de las personas y la autodeterminación de las naciones, surgimiento del capitalismo que impulsa la Escuela Fisiócrata de Francois Quesnay en Francia y la  Economía Política Clásica en Inglaterra con la obra de Adam Smith.

Pensamiento Económico Científico

A mediados del siglo XVIII aparece en Francia una nueva escuela que es considerada como los verdaderos padres de la economía política clásica denominados los fisiócratas.

1.1.2.1 La Escuela Fisiocrática: Consideraba que la única fuente de riqueza es la naturaleza y pensaban que la agricultura multiplica los productos y los valores. Por ende ponderan que la riqueza de un país depende exclusivamente de la economía agrícola, única actividad económica que puede brindar un excedente neto, criticando así al Mercantilismo; consideraban que la industria sólo transforma lo que ya está hecho.

Miguel Ángel Marí (1993,38 y 39) señala que al predicar que la riqueza proviene de la agricultura, en materia de impuestos piensan los fisiócratas que estos no debían gravar la tierra y sus productos, pues serian estériles e irían en detrimento del agro.

Continua Marí planteando que defendían la Teoría del Orden Natural de las Cosas ya que consideran que dicho orden rige también para los fenómenos económicos y por consiguiente rechazan la intervención del Estado, pues su intervención sería inútil y alteraría las fuerzas en perjuicio del bienestar de la sociedad, principio que se sintetiza en el lema “Laisser faire, Laisser aller”(Dejar hacer, dejar pasar).

El mérito de la Escuela Fisiocrática consiste en que desplazaron sus investigaciones de la esfera de la circulación a la de la producción y que desarrolló las bases para analizar la producción de la nueva sociedad capitalista.  El fundador de la escuela fisiócrata fue Francois Quesnay, 1694 – 1774, autor del Cuadro Económico,  ideas que fueron expuestas de forma más amplia por Ana Roberto  Jacobo Turgot1727 -1781, quien intento llevarlas a la práctica. Otros autores citados fueron Vauban, Gournay y Dupont de Nemours.

1.1.2.2 La economía política clásica en Inglaterra, tal como se expresó con anterioridad,  se desarrolló el trabajo de William Petty4 , pero tuvieron que transcurrir noventa años, durante los cuales se dio lugar a grandes transformaciones en la economía inglesa,5 para que apareciera en 1776 la obra fundamental de Adam Smith “Indagación Acerca de la Naturaleza y las Causas de la Riqueza de las Naciones”, manifestándose en ella, la economía política clásica como una rama científica completamente articulada, la cual  adopta la política del llamado libre comercio, que en aquella época significaba la libertad para las mercancías inglesas en relación con otras naciones más débiles y menos desarrolladas, defendiendo así las nuevas relaciones establecidas en el modo de producción capitalista y de la libertad económica.

Retomando a Karataev, Ryndina, Stepanov y otros, (1964a, 153 - 176), la obra de Adam Smith se planteó la tarea de aclarar la esencia y las causas de la aparición y desarrollo de la riqueza, estando su obra estructurada en cinco libros. En Ellos adopto decididamente la investigación de la sociedad capitalista pura, sin las reminiscencias feudales que acompaño las  ideas de los pensadores Fisiócratas.

El primer libro “Causas del mejoramiento en la capacidad productiva del trabajo y orden que se sigue en la distribución natural del producto entre las diferentes clases de la población”, comienza con la división del trabajo, continúa con el precio de los artículos y de las partes que lo integran: el salario, los beneficios del capital y  la renta agraria. Parte de la premisa que es el trabajo el que crea los productos de la sociedad y presta gran atención a los ingresos netos (rentas) de las tres clases sociales que el identifica como la capitalista, la terrateniente y la trabajadora, y establece las bases de la teoría de las rentas como integrantes del precio.

El segundo libro “Naturaleza, acumulación y empleo del  capital”,  lo dedica al análisis del capital; el cual lo considera como reservas que se acumulan y se transforman en capital. Estudia igualmente las partes que lo integran, su división en fijo y circulante, así como las diferentes clase de capital: el prestado a interés y el  mercantil – industrial, el capital en la industrias y en la agricultura. Retoma la cuestión del dinero pero solo como reservas  y como se transforma en capital. En esta parte resuelve la cuestión del trabajo productivo e improductivo, considerando productivo cualquier trabajo que produzca mercancías o capital.

El tercer libro “Del Diferente Progreso de la Riqueza en las Distintas Naciones” constituye una tentativa de historia económica, estableciendo Adam Smith los principios del progreso natural del bienestar que son el empleo por parte de los dueños de los capitales en la agricultura, la industria y el comercio exterior. El autor en este libro censura todas las relaciones feudales como perjudiciales y artificiales, considerando las nuevas relaciones, particularmente el comercio, como naturales y decisivas para el bienestar.

En el cuarto libro “Los Sistemas de Economía Política” ataca el sistema mercantilista y analiza críticamente el Sistema Fisiócrata, actitud explicada ante la necesidad de Inglaterra de renunciar a la política mercantilista y a las ideas de la Escuela Fisiocrática.

El quinto libro “Ingresos del Soberano o de la Comunidad” trata de las finanzas del Estado y establece en primer lugar los gastos para la defensa, la administración de justicia, para el fomento del comercio, para la instrucción de la población y para el mantenimiento del Estado.  Después analiza los ingresos públicos, los impuestos sobre la renta agraria, sobre los beneficios y el salario entre otros; terminando con el problema de la deuda pública.

En resumen los aspectos centrales de la teoría de Adam Smith parte de su concepto “del hombre económico” al que mueve únicamente el interés personal, consiguiendo los fines que persigue por medio de la competencia; asegura el autor que el interés personal no contradice los intereses generales, pues así es el orden natural. Afirma que la base de los fenómenos económicos la constituyen factores objetivos que hay que tratar de conocer.

Para Adam Smith el fundamento de la existencia de la sociedad estaba en la alianza entre el trabajo y el intercambio, entre la división del trabajo y el cambio, haciendo hincapié en la importancia de dicha  división del trabajo, ligándola a la creación de la riqueza social; énfasis que de la mano de la investigación de la esfera de la producción, sin olvidar la de la circulación, constituye uno de sus grandes méritos teóricos.

Frente a la división del trabajo, considera que eleva la productividad del mismo y el aumento de esta división incrementa el volumen de la producción. Su gran problema es identificar la división del trabajo dentro de la actividad manufacturera con la que se realiza en toda la sociedad, sin conexión alguna con la historia, sin establecer diferencia alguna, lo que no le permitió identificar los rasgos específicos que tienen las diferentes formaciones sociales.

Adam Smith igualmente busco poner en claro las leyes que determinan el valor de cambio de las mercancías, estudiando el valor en el sentido de las proporciones cuantitativas del cambio es decir como valor de cambio y no por su valor de uso; pero declarando abiertamente que el trabajo constituye el fundamento del valor como única medida universal y exacta del valor, es decir, único patrón mediante el cual es posible comparar los valores de los distintos artículos en todos los tiempos y en todos los lugares.

Respecto a la función del dinero  le asignó el papel de medio de circulación de las mercancías, como gran instrumento de cambio; pero dejo de explicar otras de las funciones del dinero que él conocía como son: medida del valor, medio de pago, instrumento de acumulación, o como dinero universal, como consecuencia de no desarrollar la esencia real del dinero.

Adam Smith siguiendo a William Petty,  diferenciaba el precio real del precio del mercado (nominal de los artículos). El precio real lo constituía el precio real de los productos resultante de la división del trabajo  y estaba determinado por el trabajo; el precio nominal lo definía como el precio de los productos en dinero; distinción que implica la comprensión de la teoría del valor - trabajo, reafirmando así la idea de que el trabajo es la medida única y real del valor de las mercancías.

Al no desarrollar la acción específica de la ley del valor en el cambio entre el capital y el trabajo asalariado, Smith termino explicando las relaciones capitalistas a partir de su teoría sobre “partes que integran el precio de las cosas”, introduciendo el concepto del beneficio como el pago al capitalista por el capital que arriesga.

Para explicar esta teoría, en las doctrinas de las rentas, establece tres tipos fundamentales: el beneficio o ganancia, la renta agraria y el salario que corresponde a las tres clases sociales mencionadas por él anteriormente: capitalistas, terratenientes y obreros.  Dichas rentas constituyen el valor de los artículos, por consiguiente, según Adam Smith, este debe venderse a un “precio natural”   que tiene origen en todas estas rentas.

Al defender la actividad de los capitalistas subraya que estos no estarían interesados en contratar obreros, si la venta de los productos fabricados por los mismos no les produjera algo más que la suma necesaria para reponer el capital, con ello se justifica el interés de obtener beneficios. Declaraba el capital como el resultado del ahorro de los capitalistas, definiéndolo así como un medio de producción en el que hay acumulado trabajo, dándole de esta manera, gran importancia al movimiento de capital, aunque consideraba que el trabajo era la fuente de riqueza y al capital la fuerza que ponía en movimiento el trabajo.

Finalmente se debe resaltar que Smith no analizó claramente las diferentes formas del movimiento del capital: capital – dinero, capital productivo, capital mercantil - comercial, no distinguía entre el capital industrial y el comercial, por consiguiente  consideraba el comercio como una rama fructífera de la producción,  lo cual constituyo en este aspecto un retroceso frente a los fisiócratas que consideraron el comercio como una ocupación no productiva.

Adam Smith ocupa un lugar importante en la historia de las doctrinas económicas dando aportes nuevos y valiosos para  la construcción de la ciencia económica; es representante fundamental de la economía política clásica ya que abarcó en su conjunto el periodo de la manufactura, constituyéndose en un gran pensador de la clase capitalista más avanzada de la  época.

David Ricardo1772 – 1823, coronó el camino del conocimiento de los fenómenos económicos del capitalismo que había recorrido la economía política clásica a través de William Petty.

El trabajo económico de Ricardo se establece en la carta anónima “El precio de oro” y la mejor y más completa exposición de sus conceptos fue hecha en “El Elevado Precio de los Lingotes, Prueba de la Desvalorización de los Billetes”; publicando un nuevo folleto en 1811 “Respuestas a las Observaciones Prácticas del Señor Bosanquet con Motivo del Informe del Comité de Lingotes”, en el cual insiste en la modificación del sistema de circulación fiduciaria, el establecimiento y la reducción del número de billetes, demostrando que la estabilidad de la circulación fiduciaria de Inglaterra era posible únicamente sobre la base del patrón oro.  Al mismo tiempo no estimaba obligatoria la circulación de monedas en oro, pues bien podían ser sustituidas por papel moneda.

La  obra cumbre de David Ricardo “Principios de la Economía Política y de la Tributación” constituye un mérito científico al haber desarrollado la Teoría del Valor  Trabajo, limpiando  de contradicciones el término “valor” que era impreciso  y sujeto a objeciones, incluso en Adam Smith, que había mezclado el trabajo empleado en la producción de una mercancía con el trabajo que se compra con ella, es decir, el trabajo social con la fuerza de trabajo.  Ricardo distinguió el valor y el valor de cambio pero no vio la relación interna  entre ellos.

Ricardo igualmente se ocupó de la distribución del producto nacional entre las distintas clases comprendiendo que la distribución la determinaba la producción,  por lo cual en los resultados de la producción es imposible separar de ella la distribución, estableciendo la relación existente entre el salario y el beneficio: cuando mayor es el primero, menor será el segundo y viceversa, llamando aquí la atención sobre el antagonismo entre trabajo y capital. (Karataev, Ryndina, Stepanov y otros, 1964a, 189 - 213).

Ricardo desarrollo la Teoría de la Renta Diferencial, así como era partidario de que las relaciones capitalistas se desarrollaban por todos los medios y creía en la firmeza inmutable del capitalismo y negaba las posibilidades de las crisis económicas.

1.1.2.3 A la par de la Escuela Clásica surgieron algunas concepciones, consideradas por algunos como no científicas,  con propósitos apologéticos de la sociedad capitalista y de presentar sus relaciones como verdaderas y eternas. Entre los pensadores de estas concepciones, se encuentra  Thomas   Robert Malthus1776 – 1834,  quien se dio a conocer en 1798 como economista con la publicación de su libro “Ensayos sobre el Principio de  la Población” que afirma que la miseria y el hambre dependen de la naturaleza del hombre, de su tendencia a multiplicarse en forma ilimitada, mientras que la producción de alimentos está sometida a la ley de la fertilidad decreciente de la tierra; afirmando que la población crece en progresión geométrica y las materias primas en progresión aritmética, justificando la existencia del poder real de los capitalistas y terratenientes,  y culpando a los propios trabajadores de sus calamidades y sufrimientos, rompiendo así con la Economía Política Clásica Inglesa.

El sacerdote Malthus en 1817 publicó el libro “Los Principios de Economía Política” declarándose  contrario de la teoría valor trabajo (Smith y Ricardo), expresando abiertamente que el valor lo constituye el trabajo comprado y no el empleado. Incluye la ganancia en los costos de producción, es decir, un suplemento al valor de la mercancía, explicando la existencia de la ganancia a partir de sí misma.

Otras manifestaciones relativas al desacuerdo con Adam Smith están en el francés Jean Baptiste Say1767-1832, quien publicó  “El Tratado de Economía Política” en 1803 en el cual busca “sistematizar” la doctrina de Smith de quien se dice partidario. En 1816 expuso el libro “Catequesis de Economía Política” donde divide la economía en producción, distribución y consumo, buscando separar la producción de la distribución y del cambio, sustituyendo la producción capitalista por la producción en general de cosas útiles como un proceso puramente técnico, separación que busca ocultar las relaciones existentes en el sistema capitalista. Señala que la producción obedece a leyes naturales, mientras que el consumo lo determina la distribución y depende completamente de la voluntad de las personas, donde el valor de las mercancías lo determina el precio, renunciando así a la teoría valor trabajo de Smith y Ricardo.(Karataev, Ryndina, Stepanov y otros, 1964a, 178 - 188).

Otros Ricardianos  que manifestaron su disposición de defender dicha doctrina pero que en su práctica lo que hicieron fue vulgarizarla, fueron los ingleses James Mill 1773-18366 John Ramsey Mac Culloch 1789-1864 7, William Nassau Senior 1790-18648 , John Stuart Mill 1806-18739 y del francés Federico Bastiat 1801-1850 10, los estadounidenses Benjamín Franklin1706-1790 y Henry Charles Carey1793-1879, mencionados por Karataev, Ryndina, Stepanov y otros (1964a, 230 - 243).

La filosofía de “laisser  faire, laisser aller” (dejar hacer, dejar pasar) defendida por los fisiócratas y los clásicos,  fue severamente criticada por las nuevas escuelas del pensamiento económico desarrolladas en la segunda mitad del siglo XIX. En este periodo, bajo la expansión del capitalismo industrial surgieron algunas crisis de sobreproducción que desmintieron las clásicas leyes del ajuste automático de la oferta y la demanda global, sino también serios problemas sociales, que generaron el surgimiento de la Escuela Histórica Alemana y la Socialista que se constituyeron  en las principales reacciones a la economía política clásica.

1.1.2.4  Escuela Histórica:

1.1.2.4.1. La Escuela Histórico Alemana proponía una amplia revisión de los  métodos de investigación de los economistas clásicos, además la sobre posición del Estado al individuo, pues postulaban que los intereses individuales debían subordinarse a los intereses colectivos y éstos a los intereses nacionales. Se planteó, desarrollando la doctrina de  Federico List, de crear una ciencia nacional, además reclamaba el estudio de las cuestiones de la economía en relación con el derecho, la ética y la psicología. Las categorías de la economía capitalista eran consideradas por esta Escuela como eternas  y su rasgo característico es la descripción de hechos históricos aislados y su renuncia a la teoría económica y las leyes económicas generales. 

El método de investigación de la Escuela Histórico Alemana se basó en un intento por explicar el comportamiento económico de las naciones mediante la investigación histórica, pues el desarrollo de un pueblo estaba ligado a los elementos de su civilización.

Entre los principales forjadores de esta Escuela se encuentra Federico List 1789-1846, cuyo pensamiento fue asumido por el fundador de la Escuela  Wilhem Roscher 1817-1894, quien con el desarrollo de la doctrina de la economía nacional publicó en 1843  su libro “Breves Fundamentos del Curso de Economía Política desde el Punto de Vista del Método Histórico”, método que en su esencia buscaba la justificación teórica del capitalismo, y en 1881 publicó su principal trabajo “La Economía del Comercio y de la Industria”.

Otros pensadores de la  Escuela  Histórica Alemana, Bruno Hildebrand 1812-1878, en 1848 publicó el libro “La Economía Política del Presente y del Futuro” donde proclamo que la clase obrera mejora bajo el capitalismo y no hay por lo tanto necesidad de luchar contra éste, como una respuesta a la obra de Engels, y Carlos Knies 1821-1898 que  publicó “La Economía Política desde el Punto de Vista Histórico” editado en 1853, donde una vez más la Escuela Histórica renuncia a las teorías de la economía política clásica del valor, del dinero, el salario, la ganancia, la renta agraria, entre otras.

1.1.2.4.2. Nueva Escuela Histórica: apareció posteriormente y sus principios metodológicos fueron los de la vieja Escuela Histórica.  También  consideraban primordial el método inductivo de investigación, negaban las leyes económicas objetivas con vigencia en todos los países capitalistas y hablaban de leyes empíricas propias de cada país, que dependían de los rasgos nacionales de la población del respectivo país.  Consideraban la tarea fundamental de la economía en reunir materiales históricos concretos y se ocupaban de escribir monografías  sobre la historia de determinadas corporaciones y ciudades alemanas, que incluían un gran número de datos, pero faltaba totalmente el análisis teórico de los mismos ya que atacaban la economía teórica.

El rasgo característico de la Nueva Escuela Histórica es la fusión de la economía política con la ética.  Igual que la vieja Escuela afirmaba que los fenómenos económicos actuales son resultado del desarrollo evolutivo de fenómenos semejantes del pasado. Consideraban, como lo plantea  Gustav Schmoller, la economía es un aparato “psicofísico”, como una comunicación basada en la concentración y el acuerdo de las fuerzas psíquicas de la sociedad. Este último autor propugnaba volver a las relaciones feudales, donde según él la vida social tenía una base más firme y consideraba importante la intervención del Estado en la vida económica.

La nueva Escuela Histórica Alemana aparece con Gustav Schmoller 1838-1917, profesor de las Universidades de Halle, Estrasburgo y Berlín, quien publicó los trabajos “Historia de la Pequeña Producción Artesana en la Alemana del Siglo XIX” (1870), “Acerca de los Problemas Fundamentales del Derecho y la Economía” (1875), y en los años 1900 y 1904 dos volúmenes de su obra “Esbozo a la Historia Económica General”.

Otros notables representantes de esta Nueva Escuela Alemana fueron: L. Brentano 1844-1931 autor de “Los Gremios Obreros Contemporáneos”(1871-1872), y “Sobre la Relación entre el Salario, La Jornada de Trabajo y la Productividad del Trabajo” (1876); Bücher 1847-1930, con sus trabajos fundamentales “Aparición de la Economía” tomos 1 y 2 (1923), “Trabajo y Ritmo” (1923);  y el Alemán W. Sombart 1863-1940 con sus obras “El Socialismo y el Movimiento Social en el Siglo XIX” (1897), “El Capitalismo Moderno” (1902) y “Vicisitudes del Capitalismo y Perspectivas de Desarrollo Económico de Europa Occidental”, entre otras.

1.1.2.5 La Escuela Socialista

1.1.2.5.1. La Escuela Socialista utópica de la primera mitad del siglo XIX: Se constituyó en una orientación  crítica de la sociedad capitalista,  planteando los problemas de la creación de una nueva sociedad. Entre los socialistas utópicos se destaca el francés  Henri Claude de Rowvroy Saint-Simon (1760-1825), cuya aspiración de reconstruir la sociedad lo mueve a interesarse por las ciencias naturales, tratando de descubrir un “principio natural” del que fuese posible deducir las leyes del desarrollo social: “ley de la atracción universal”, cuya doctrina tiene definido un carácter anti feudal,  pero al mismo tiempo está orientada contra el nuevo sistema capitalista. 

Las obras que pueden resaltarse del socialista utópico Saint Simon son  “Cartas de un Habitante de Ginebra a sus Contemporáneos” (1802), “Ensayos sobre La Ciencia del Hombre”, “Acerca del sistema Industrial”, “En torno al Nuevo y al Viejo Sistema Político”, “Catecismo de los Industriales”, “El Nuevo Cristianismo”, publicadas durante el periodo 1813 -1825.  

El Francés Francois- Marie-Charles Fourier 1772-1837, a diferencia del anterior, aborda más problemas de naturaleza económica y se dedicó a aquellos problemas que plantearían la reconstrucción de la vida económica, pero dentro de un carácter predominantemente filosófico. El mayor aporte de Fourier fue señalar de manera crítica las deficiencias y vicios de la riqueza capitalista y cómo ésta no resolvía los problemas sociales. Condenó la especulación que se desarrollaba en Francia, reveló la miseria material y moral del sistema capitalista, las deficiencias y anarquía  de la producción y del comercio capitalista, expuso la tesis que en toda sociedad el grado de la emancipación de la mujer constituye la medida de la emancipación general. El otro gran mérito de Fourier es la comprensión del carácter histórico del desarrollo de la sociedad, entre otras.

Su obra principal fue “Teoría de los Cuatro Movimientos y Juicios Generales” (1808), posteriormente publica: “Tratado de la Asociación Agrícola Doméstica”, “El Nuevo Mundo Industrial y Social”, y después de su muerte aparece una recopilación de artículos bajo el título “La Industria Falsa, Diseminada, Repelente, Engañosa, y su Antídoto, La Industria Natural Armónica Atrayente”.

El Inglés Roberto Owen 1771-1858 apareció en la escena económica muchos años después de la revolución industrial, por consiguiente pudo observar el antagonismo entre el capital y el trabajo, lo que le permitió defender un nuevo sistema social sin industriales y sin capitales. Su idea principal era la organización de cooperativas de fábricas, de cooperativas comerciales y la unión de los trabajadores, lo que hizo que las ideas de Owen no fueran de carácter  abstracto y teórico.  Las opiniones iníciales estaban estrechamente ligadas a la economía política clásica y a la doctrina económica de Ricardo,  y posteriormente partidario convencido de la creación de comunidades cooperativas en el marco del socialismo. Entre sus informes y discursos los que mayor interés despertaron fueron “El Testamento de Roberto Owen a la Humanidad” “Los Estatutos de la Comunidad La Nueva Armonía”, “Observaciones sobre la Influencia del Sistema Industrial”, “Informe Acerca del Mejoramiento de la Situación de los Obreros Industriales Agrícolas” y los artículos sobre los bancos de intercambio y las organizaciones cooperativas. 

Es necesario señalar que tanto Owen y el teórico del Owenismo William Thompson 1785-1833 y los socialistas Ricardianos como Thomas Hodgskin 1787-1869, John Grey 1799-1850, John Francis  Bray 1809-1895 y otros, aportaron muchos elementos al progreso de la economía política como ciencia, ya que continuaron desarrollando las ideas científicas de David Ricardo  con su teoría del valor trabajo y la plusvalía, y extrajeron de dicha teoría conclusiones socialistas.

1.1.2.5.2. La Teoría del Socialismo Científico tiene su mayor exponente a Carlos Marx 1818-1883, quien la elaboró a partir de comprender la fase del desarrollo del capitalismo que se vivía en ese entonces, cuando éste pasaba de su fase manufacturera a la gran industria maquinizada que dominaba a Inglaterra, Estados Unidos y a los principales países de Europa Occidental.  Las condiciones creadas por la revolución industrial intensificaron las contradicciones inherentes a la naturaleza interna de dicho modo de producción.

Marx y Federico Engels se dedicaron a examinar con espíritu crítico las doctrinas de sus antecesores y se consideran como continuadores de tres corrientes fundamentales en el siglo XIX: la filosofía clásica alemana, la economía política clásica inglesa y el socialismo francés. 

Carlos Marx mostró que lo que determina la estructura de toda sociedad son las relaciones económicas de producción entre los hombres, relaciones que a su vez, dependen del estado de las fuerzas productivas materiales.  De ello infirió Marx la conclusión  que el análisis de las relaciones económicas y de las leyes económicas que le son propias es de una importancia primordial. La doctrina económica marxista se elaboró en la lucha contra la economía política de ese entonces.

Señala Borisov, Zhamín, Makarova (1977, 140 – 142), que entre los años 1844 y 1846 Marx trabajó en cuestiones de economía política y escribió la “Critica de la Política y de la Economía Política”, la cual se editó en Alemania como “Manuscritos Económicos y Filosóficos” donde se examinan algunos problemas concernientes al salario, a la ganancia, a la renta del suelo,  a la propiedad, a la división del trabajo y algunos otros temas.

En 1845 -1846 Marx y Engels escribieron “La Ideología Alemana” de gran valor para la formación de la economía política del capitalismo y del socialismo.  En 1847 Marx escribe “Miseria de la Filosofía” como respuesta al libro de Proudhon “Filosofía de la Miseria”, en el cual trató por primera vez la metodología de la investigación económica, es decir, elaboró los problemas de la aplicación del materialismo dialéctico a la economía política; puso de manifiesto la esencia de las categorías económicas como expresión de las relaciones de producción; e igualmente investigó problemas sobre la división del trabajo,  la acumulación originaria de capital, las  tres fases del desarrollo del capitalismo,  del monopolio y la competencia, de la transformación de la lucha económica en lucha política y otros.

En su obra “Trabajo Asalariado y Capital” (1849) se formula la ley del valor, se explica la esencia del fetichismo de la mercancía, entre otros.

Continúan señalando Borisov, Zhamín, Makarova (1977) que Carlos Marx y Federico Engels publican en 1848 el “Manifiesto del Partido Comunista” donde se exponen las principales conclusiones en diversas esferas del conocimiento y en particular en el campo de la economía política e inicia sus trabajos de investigación sobre la base del nuevo método del materialismo dialéctico.

 En 1859 Marx publicó el libro “Contribución a la Crítica de la Economía Política” donde trata problemas de la mercancía y el dinero, del doble carácter del trabajo y de la mercancía fuerza de trabajo, del capital constante y variable y de la teoría de la plusvalía.

En 1863 Marx redactó un voluminoso manuscrito cuyo contenido se publicó en los cuatro tomos de “El Capital”. En 1867 vio la luz el primer tomo; el tomo dos en 1885 y el tres en 1894, la preparación  de éstos dos últimos le correspondió a su  colaborador Federico Engels. La parte fundamental de dicho manuscrito se editó bajo el título “Teorías de la Plusvalía” (1905-1910) por Kautsky cuando ni Marx y Engels vivían, cuarto y último tomo que contiene la historia crítica de la economía política.

En “El Capital” se hallan explicaciones del pasado, pero también del futuro, las características de la actividad de las fuerzas trabajadoras que conducen al capitalismo a lo que él denomino su inevitable hundimiento y a su sustitución por el comunismo, rasgos fundamentales de éste último sistema de producción que expuso en la obra de economía política “Crítica del Programa de Gotha” (1875).

Señala Borisov, Zhamín, Makarova (1977, 78 - 80) que Federico Engels 1820-1895, fue colaborador y fundador de la corriente de economía política marxista. En 1844 publica los “Anales Franco-Alemanes”. En 1845 da a conocer el libro “La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra”, en 1847 escribe “Principios del Comunismo”, en 1878 el “Anti-Dühring”; entre 1876 y 1882 escribe la obra “Dialéctica de la Naturaleza” que fue publicada en 1925; en 1884 escribió “El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado”, además de las obras mencionadas anteriormente que elaboró conjuntamente con Carlos Marx, concluyendo con la preparación para la prensa, como se señaló, de los tomos dos y tres de “El Capital”.

Se considera continuador de la obra de Marx y Engels a Vladimir Ilich Lenin 1870-1924, quien aplico las teorías marxistas a la situación histórica de Rusia, buscando la edificación de una sociedad socialista que condujera a una fase superior el comunismo; haciendo un importante aporte en publicaciones tales como “Nuevos Movimientos Económicos en la Vida Campesina” en 1893, “En Torno al Llamado Problemas de los Mercados” (1893), “El Desarrollo del Capitalismo en Rusia” (1899), “El Problema Agrario y los Críticos de Marx” (1907), “Nuevos Datos Acerca de las Leyes del Desarrollo del Capitalismo en la Agricultura” (1914-1915), entre otros.(Borisov, Zhamín, Makarova (1977, 122 - 124)

1.1.2.6 La Escuela Neoclásica o Austriaca: teoría de la utilidad marginal, surgió hacia 1870, economistas que inician una cruzada de refutación a la doctrina de Marx y Engels. El fundador de esta Escuela fue el profesor de la Universidad de Viena Carl Menger1840-1921, autor de las obras “Fundamentos de Economía Política” (1871) e “Investigación del Método de las Ciencias Sociales y de la Economía Política en Particular” (1883).(Marí,1993, 48 – 62)

El austriaco Friedrich Von Wieser1851-1926, discípulo de Menger escribió las obras “Sobre el Origen y la Ley Principal del Valor Económico” (1884), “El Valor Natural” (1889)  “La Ley del Poder” (1926), quien era contrario al empleo del método matemático en la economía política.

El profesor de economía política Eugen Von Böhm-Bawerk 1851-1919 quien se desempeñó como Ministro de Hacienda del gobierno de Austria, fue uno de los grandes expositores de las teorías de la Escuela Austriaca, pensamiento que esbozo en sus principales obras “Fundamentos de la Teoría del valor de los Bienes Económicos” (1886), “Capital y Ganancia” (1884-1889) y  “La Teoría de Carlos Marx y su Crítica” (1896), igualmente no partidario del uso de las matemáticas en la economía política.

Miguel Angel Marí (1993)continua señalando que  los economistas de esta Escuela veían que la tarea principal de la economía política era el estudio de la relación que existe entre las necesidades del hombre y los medios con que pueden ser satisfechas; suplantando así las relaciones de producción entre los hombres desarrolladas por la Teoría Marxista.  Al suplantar dichas relaciones los economistas de la Escuela Austriaca presentan las categorías económicas del sistema actual como naturales y eternas, como resultantes de la relación entre el hombre y la naturaleza que le rodea.  Estas relaciones entre individuos y cosas, entre individuos y naturaleza conducen a la afirmación de la supremacía del consumo sobre la producción.

Otro problema importante de esta Escuela es con relación al cambio, afirmando que en éste todos ganan, es decir, reciben más de lo que dan; considerando que el motor de todos los actos de los seres humanos reside en la psicología del hombre, buscando así que las leyes generales de la economía examinen como factor económico la psicología del individuo y no la producción material.

Esta Escuela quiere demostrar que el valor no está relacionado con el trabajo ya que existen para ella dos tipos de valía de los bienes económicos11 , la subjetiva y la objetiva, siendo la primera la que tienen los bienes económicos  para un sujeto dado,  y la valía objetiva corresponde a la que tienen las mercancías en el mercado; indicando que a medida que se saturan las necesidades disminuye la valía subjetiva de los bienes materiales.

La Escuela Austriaca considera que las mercancías no poseen un valor interno, pues solamente llegan a adquirirlo en el proceso de la estimación subjetiva de los bienes materiales. Los economistas austriacos identifican el valor con el valor de uso. Así el valor surge al parecer solamente como resultado del choque de las estimaciones subjetivas. Concluyen que no son los precios los que se determinan por las estimaciones subjetivas, sino que éstas parten de unos precios determinados.

Marí (1993, 49) resalta que quien termina ordenando y complementando la escuela Austriaca fue Ludwig Von Mises al analizar las teoría del dinero, de las tasas de interés y el ciclo económico, además de darle a esta clase de economía política una base  metodológica más precisa.

La Escuela Austriaca está representada, entre otros centros académicos importantes, por La Foundation for Economic Education de Nueva York que se considera pertenecen a la médula pura y ortodoxa de dicha Escuela.

La opinión generalizada es que el sucesor de Mises, quien murió en 1973,  fue Friederich A. Von Hayek, Premio Nobel de Economía en 1974; pero  para otros el heredero, fue  en su momento, Murray  N. Rothbard, autor de un voluminoso tratado de economía, el más riguroso tratado metodológico  de la Escuela Austriaca, obviamente después de L.V. Mises.

1.1.2.7. La Escuela Matemática: constituyen la versión matemática de la “utilidad límite” planteada por la Escuela Austriaca, excepción hecha de  Agustín Cournot. Fue fundada en 1838 con la publicación “Investigación  sobre los Principios Matemáticos de la Teoría de la Riqueza”  por el citado economista francés Cournot 1801-1877, tendencia que se consolido entre los años 1870 a 1880.

La Escuela Matemática de la Economía Política se caracteriza, ante todo, por el empleo del método matemático como método de investigación, en lugar de considerarlo  un medio auxiliar para exponer e ilustrar sus ideas, considerando las matemáticas como únicas capaces de garantizar los resultados correctos en el análisis de los fenómenos económicos, mediante la aplicación de un sistema de ecuaciones capaz de abarcar el proceso económico, descifrando así, según ellos, las relaciones de carácter complejo.  Estos economistas introdujeron el uso de las matemáticas superiores en el estudio de los problemas económicos, pues para la época  se recurría básicamente a las matemáticas elementales para dichos fines.

Las obras de los economistas de esta Escuela constituyen la versión matemática de la “utilidad límite” de la Escuela Austriaca, excepción hecha de Cournot quien considera el precio de las mercancías como una categoría objetiva y no subjetiva;  pero dándole un aspecto de cientificidad a dicha teoría de la citada Escuela, la cual era considerada débil científicamente por algunos pensadores económicos de la época.  La preferencia que le daban al análisis cuantitativo sobre el cualitativo les lleva a afirmar que los procesos económicos y sociales son homogéneos igualmente que en lo físico.

Los economistas de la Escuela Matemática distinguen entre la economía política pura  y la aplicada.  La primera estudia los fenómenos en forma más abstracta y la dividen en tres secciones: la estática; la dinámica que estudia una serie consecutiva de puntos de equilibrio; y la  que estudia el movimiento de los fenómenos económicos. La economía política aplicada se ocupa de todos los fenómenos que influyen en la vida económica.

Dentro de esta Escuela surge el economista W. Jewons1835-1882, quien publicó “Teoría de la Economía Política” (1871) en el que fundamentaba los puntos principales de la Escuela Matemática y se declara contrario a la teoría del valor trabajo de Marx, al expresar que no es el trabajo, sino la “rareza” del objeto el que determina su precio, y que la utilidad no es propiedad interna de la cosa, sino la relación existente entre ésta última y el hombre.

Raymond Barre (1973, 57) señala que ideas semejantes fueron expuestas en 1874 por el economista Suizo León Walras1834-1910, quien publicó entre 1874-1877 “Elementos de Economía Política Pura”  dando origen a  la conocida Escuela de Lausana que se consideraba la de  la teoría del equilibrio general, pero haciendo parte de la gran Escuela Matemática.

Un notable representante de esta Escuela es también el italiano Vilfredo Pareto 1848-1923, autor de “Curso de Economía Política” (1896), “Los Sistemas Socialistas” (1903) y “Tratado de Sociología” (1917).

Walras y Pareto muestran como todos los valores económicos se determinan mutuamente: definen la interdependencia general de los mercados de productos y de los mercados de factores de la producción,  demuestran que las relaciones entre ellos están aseguradas de una parte por la acción del empresario que compra factores de producción y vende bienes y servicios, y de otra parte, por el hecho de que los ingresos totales provenientes de las ventas de medios de producción en concurrencia pura y en equilibrio deben igualar los ingresos totales obtenidos por la venta de todos los bienes de consumo. A esta noción se añade el concepto de equilibrio estable, es decir, aquel en que como consecuencia de la existencia de fuerzas compensadoras, las desviaciones posibles tienden a volver automáticamente al equilibrio.

También se adhirieron a la Escuela Matemática otros conocidos economistas de diferentes países: Laungardt en Alemania, I. Fisher en Estados Unidos, Cassel en Suecia y Schumpeter en Austria. 

1.1.2.8. La Escuela de  Cambridge: la teoría del equilibrio parcial, se constituye alrededor del inglés  Alfred Marshall 1842-1924,  profesor de dicha Universidad con sus trabajos fundamentales “Principios de Economía” (1890) e “Industria y Comercio” (1922), quien se declaró continuador de la doctrina de Ricardo, pero desfigurando ésta al sustituir el valor por el precio; este último lo originan dos factores: el trabajo y “la abstinencia del capitalista”.

Marshall afirma que los precios los determinan: la utilidad límite y los gastos de producción,  ligando las dos teorías  con una tercera, la de la oferta y la demanda.  Con la ayuda de su teoría desarrolla el capitalismo sin crisis y concluye que el desempleo puede surgir como un fenómeno temporal y accidental. Considera que la precaria situación de los trabajadores es un lastre del feudalismo que desaparecerá en el futuro, correspondiéndole un importante papel a la productividad del trabajo que motivaría el aumento de los salarios. 

Marshall se declaraba partidario de la libre competencia y sus trabajos iníciales  encierran una crítica formal a los monopolios.  Posteriormente exaltó  la creación de monopolios para luchar contra la competencia extranjera y conseguir posiciones más firmes en el mercado mundial, proponiendo la creación de grandes compañías comercializadoras para combatir los monopolios alemanes y americanos.

Marshall utilizó el modelo de equilibrio parcial que juzgó como más real y manejable y sus instrumentos de análisis son hoy utilizados por los economistas modernos: elasticidad de la demanda, distinción entre corto y largo plazo a fin de considerar el efecto del factor tiempo en la actividad económica, y el análisis de las economías internas y externas en la teoría de la empresa.

A Alfred Marshall  le sucede en la cátedra de Cambridge A.C Pigou cuya obra “Economía del Bienestar” aparecida en 1919, analiza por primera vez las condiciones del óptimo económico.

A finales del siglo XIX igual que Marshall surge en Estados Unidos  J.B Clark 1847-1931 profesor de la Universidad de Columbia, cuyas principales obras son “Filosofía de la Riqueza” (1888), “La distribución de la Riqueza” (1899) y “Esencia de la Teoría Económica” (1907). Trata de hacer una síntesis de muchas teorías, algunas de ellas contradictorias, llegando así a un eclecticismo extremo. Este autor identificaba las leyes de la naturaleza y la sociedad; y según el principio de la mecánica teórica, dividía la economía en estática y dinámica, concibiendo las leyes económicas como leyes del equilibrio y considerando el desarrollo como un proceso de transición de un nivel de equilibrio a otro, reduciendo los cambios a magnitudes puramente cuantitativas.

Clark expone  como ley universal “la ley de la utilidad límite”, mediante la cual trata de explicar el nivel de los precios. Como segunda ley universal presenta “la ley de la productividad específica” donde intenta perpetuar los fundamentos de la producción y  la distribución en el capitalismo. La tercera ley universal es “ley de la productividad decreciente” según la cual cuando el capital permanece invariable cada nuevo obrero producirá menos que el anterior, de igual manera el último gasto consecutivo de capital dará menos producción que el precedente.

1.1.2.9. Capitalismo regulado o Keynesianismo: en la literatura económica capitalista Contemporánea, se pueden distinguir dos corrientes fundamentales (Karataev, Ryndina y otros, 1976b, 1099 y siguientes)  la partidaria del capitalismo regulado con su mayor exponente con el economista inglés John Maynard Keynes, así como algunos ilustres discípulos neokeynesianos  como Roy Harrod, E. Domar, P. Samuelson, J,Hicks, L.Metzler y A. Hansen; y la segunda corriente de los defensores del libre mercado cuyos principales ideólogos son los estadounidenses Knigth, Mises, Hayek, y Friedman;  del inglés L. Robinson, y de los suizos W. Ropke y A. Ammen conocida después de la segunda guerra mundial como neoliberalismo.

Las divergencias esenciales entre estas dos corrientes están relacionadas con una apreciación distinta del peligro que corre el capitalismo y de las medidas que conviene adoptar para eliminar este peligro, combatiendo las crisis económicas y el paro forzado; más no tienen diferencias respecto de la teoría económica del valor por el trabajo la cual niegan; tampoco sobre las causas reales del empobrecimiento de amplios sectores de la población y frente a la permanencia y/o perpetuidad del capitalismo.

El capitalismo regulado tiene su expresión en el período de la gran depresión de 1930 con John Maynard  Keynes1884-1946, quien elabora su trabajo cumbre “Teoría General del Empleo, del Interés y del Dinero” (1936), en la cual reconoce que el equilibrio económico no descarta el paro y que la demanda global no siempre coincide con la oferta global, presentándose como hecho real la insuficiencia de la primera, rompiendo con Jean Baptiste Say,  quien negaba la posibilidad de una superproducción de mercancías12 , reconociendo Keynes igualmente el paro masivo y persistente que acentúa las crisis económicas y entraña una grave pérdida de fuerzas productivas, así como la desigual distribución de la riqueza, crisis que consideraba no constituían fenómenos fortuitos.

Keynes frente a la pregunta común: ¿cómo se determina el valor general del empleo?, responde  que es básicamente por tres factores: primero, la tendencia al consumo, segundo la eficiencia máxima de las inversiones de capital, es decir, la rentabilidad del capital y tercero la tasa de interés.

Frente al problema de precios y salarios, Keynes concluye que no es el incremento de la cantidad de moneda lo que hace subir los precios cuando aumenta la ocupación, sino principalmente el crecimiento decreciente de la actividad productiva.

Considera que el nivel de inversiones y la propensión a consumir determinan el nivel de ocupación y por lo tanto el ingreso global.  Igualmente concluye que el nivel de inversiones resulta del tipo de interés y la eficiencia marginal del capital; y que dicho tipo de interés depende de la cantidad de moneda en circulación y por la disposición del público en mantener dinero líquido en su poder (motivos transacción, precaución y especulación).

Keynes ha ejercido una profunda influencia en el pensamiento económico de nuestros días que se manifiesta en la capacidad del Estado para intervenir en la economía, más aún en momentos de crisis, y en su capacidad de determinar el volumen de la producción, de las inversiones de capital, de la demanda agregada, de la tasa de interés, entre otras.

Para Keynes la política del gobierno debe complementar, pero no sustituir por completo la iniciativa privada, pero sus obras reunieron vibrantes argumentos en contra del laisser-faire, es decir, frente al radicalismo liberal clásico; constituyéndose en un término medio deseable para la época, entre la libertad económica absoluta y el control total del Estado, correspondiéndole a este autor  construir los cimientos de una nueva teoría que surgiría de un enfrentamiento entre lo macroeconómico del sistema capitalista que sustituye el enfrentamiento microeconómico que prevalecería hasta Marshall.

Keynes trató de estudiar las determinantes del nivel de empleo y del ingreso nacional y demostró que el Estado debería participar en la actividad económica, tratando de compensar la disminución de las inversiones privadas en los periodos recesivos o depresivos o de  crisis económicas. Las inversiones suplementarias del Estado irán permitiendo la recuperación económica y garantizaban el nuevo equilibrio de la actividad a partir de la expansión del ingreso y del empleo.  Eso, con base a la doctrina Keynesiana  que incluye dentro de los instrumentos de política económica, la acción en las políticas monetaria y fiscal (Rossetti, 1994, 84)

1.1.2.10. El Neoliberalismo: resalta la competencia capitalista de los mercados, asegurando que este mecanismo garantiza automáticamente las mejores condiciones para la evolución de las fuerzas productivas.  El elogio al libre juego de la oferta y la demanda está indisolublemente vinculado a la defensa de la no intervención del Estado en la economía.

Una importante particularidad del neoliberalismo es que combina la exaltación de la libre competencia  y de la restauración automática del equilibrio con la necesidad de la intromisión del Estado solo en sus funciones clásicas de soberanía, orden interno, la justicia, las garantías jurídicas para los actores del mercado y la  defensa de  la propiedad privada, así como sólo la atención a los grupos vulnerables a partir de la creación de seudomercados con la puesta en marcha  de los subsidios a la demanda. Al combatir el capitalismo regulado lo que advierte es el riesgo que representa para la economía un presupuesto deficitario y una utilización demasiado amplia de las finanzas del Estado, que conduce a  distorsionar las decisiones eficientes del mercado.

A finales del siglo XX, década del 70,  surgen en Europa y los Estados Unidos las corrientes neoliberales que se presentan como adversarios del Keynesianismo, al considerar que éste fracasó en sus políticas para resolver los problemas económicos del capitalismo. Milton Friedman13 es el máximo exponente de esta corriente, como ideólogo del liberalismo económico, publicando sus obras “Capitalismo y Libertad” y “Libertad de Elegir”.
Otro caracterizado ideólogo del Neoliberalismo es el Premio Nobel de Economía 1974 Friederich  A. Von Hayek con su publicación “Camino de la Servidumbre”, quien además es  considerado el sucesor de Ludwig Von Mises, el más claro exponente de la Escuela Austriaca pura y ortodoxa14 , quien ordenó y completó el conocimiento de dicha Escuela al terminar de analizar las teorías del dinero, de la tasa de interés y el ciclo económico; en  Hayek predominaron las ideas del enfoque de mercados, la competencia y la optimización.

El neoliberalismo presenta la libre competencia como la forma más eficaz de desarrollo de las fuerzas productivas con fundamento en la “libertad económica”, entendida ésta como libertad de empresa y libertad del mercado, lo cual  interpreta la expansión económica de los grandes capitales en los mercados del mundo,  desplazando  así a sus rivales nacionales, dada  su gran capacidad de competencia. La búsqueda de la expansión de la producción a partir  de los nuevos mercados tiene como propósito el  incremento de las utilidades, a partir de un empleo más intensivo del desarrollo tecnológico y un crecimiento acelerado en los niveles de consumo en el mercado mundial.

Este concepto de libre mercado implica el rechazo a la injerencia del  Estado en la economía, el cual sólo se debe ocupar de preservar la propiedad, de velar porque se observen las reglas de la competencia y de manera clásica al orden interno, la justicia y la soberanía. La creencia ideológica de Friedman en el mercado libre,  superpone cómodamente  su fe ideológica en el laisser – faire.

Este desarrollo neoliberal de la economía del mercado se caracteriza por la desregulación de los mercados para que se rijan mediante el mecanismo de precios y la libre competencia, lo cual representa la interpretación errónea muy característica de estos economistas, al privilegiar la circulación respecto de la producción, ya que en la realidad todos los fenómenos que ocurren en la órbita de circulación de mercancías y de dinero son determinados por procesos que suceden en la esfera de la producción. La crisis monetaria  no es la causa sino una de las formas en que se manifiestan las crisis económicas de la sobreproducción.

Con la obra Moneda Y Desarrollo Económico de Milton Friedman (1979), entre otros escritos, permite el surgimiento del monetarismo que plantea como objetivo el estudio el problema de la inflación y el empleo, estableciendo de manera clara y explícita que “La inflación es en todo momento y en todo lugar un fenómeno monetario”. Sintetizando así la doctrina monetarista que la inflación es ocasionada por un exceso general de demanda en los mercados de bienes y servicios que refleja, a su vez, una expansión demasiado rápida de la cantidad de dinero con respecto a las necesidades reales de la economía, es decir, un desajuste global entre la oferta y la demanda monetaria, interpretación que se deriva de la teoría cuantitativa clásica.  Los monetaristas condenan la inflación como perjudicial para el crecimiento económico,  presentando así el crecimiento como una consecuencia normal de la estabilidad de precios. Esta corriente considera la política monetaria, entendida esencialmente como el control de la cantidad de dinero, como el instrumento apto para alcanzar y mantener la estabilidad económica.

1.1.2.11. La Escuela de Chicago es reconocida como la madre del monetarismo, el cual pretende demostrar que el crecimiento económico depende de una adecuada y responsable conducta monetaria.

La teoría económica monetarista y su neoliberalismo es más una economía de la oferta  que afirman que el gobierno en realidad no puede logar mantener el pleno empleo; pero que si se permite que la empresa funcione con un mínimo de interferencia, ella será la encargada de invertir e innovar con el objeto de crear la demanda que requieren los bienes que ella produce, es decir, dicha economía descarga en los empresarios e inversionistas la iniciativa de crear pero también de estabilizar las economías y en los mercados la asignación optima de los recursos.

A diferencia de la teoría ortodoxa, el Profesor de Economía de la Universidad de Stanford de Estados Unidos  Ronald I. Mckinnon (1974)  concibe una posición monetarista para los países en desarrollo, colocando de relieve la importancia del desarrollo de los mercados nacionales de capital para el crecimiento económico de dichos países, planteando de igual manera los lineamientos estratégicos para lograr el desarrollo necesario del sector financiero.

Plantea que a diferencia de la teoría neoclásica del crecimiento económico que presupone la existencia de mercados de capital que operan en un régimen de competencia perfecta, los mercados de los países en desarrollo operan en forma fragmentada, es decir, los diferentes actores económicos que actúan en dicho mercado se encuentran ante diferentes precios (tasas de interés) para los mismos servicios financieros, lo cual hace que los empresarios tengan patrones de consumo desviados del optimo, operen con métodos de producción ineficiente y manteniendo inventarios excesivos o por debajo del nivel adecuado. Así mismo plantea que otras consecuencias similares se derivan de la imposibilidad de obtener fondos o de colocar el dinero sobrante a tasas de rendimiento atractivas.

 Considera que la intervención estatal ocasiona un  empeoramiento de la situación existente, concluyendo que la clave es un levantamiento de las restricciones del comercio exterior y una plena liberalización de los mercados financieros con un uso de medidas apropiadas internas para los mercados nacionales de capital, que no cohíban con sus políticas monetaria y financiera los incentivos para ahorrar e invertir. Respecto a la entrada neta de capitales extranjeros, sostiene Mckinnon que alivia los estrangulamientos de las economías fragmentadas, pero no elimina sus imperfecciones.

Para reducir la fragmentación de estas economías en desarrollo es necesario aumentar la oferta de recursos y su eficiente distribución por el sistema financiero interno.

 Frente a la inflación no es amigo de restringir la oferta monetaria, sino que las políticas antiinflacionarios tiendan a elevar la demanda de los activos monetarios (incluyendo el papel del dinero, los depósitos de ahorro y a plazo fijo) en relación con el producto nacional bruto, dejando subir libremente las tasas de interés, lo cual no producirá, según Mckinnon,  déficit de crédito y descenso en la producción de bienes y servicios, pues se elevará la oferta como consecuencia de una amplia disponibilidad de capital de trabajo, ante el estímulo al ahorro agregado.

1.1.2.12. Nueva Economía Keynesiana: regresa al Keynesianismo, pero teniendo claros adelantos en temas como el  equilibrio dinámico y el problema del ciclo económico, la distribución de la renta nacional y el crecimiento económico, el desarrollo económico, las cuentas nacionales y la econometría  constituyéndose inicialmente la corriente económica conocida como el Neokeynesianismo, con autores como  N.Kaldor, R. Harrod, E.Domar, J.Robinson, S.Kuznets , Leontieff, P. Davidson, M. Kalecki, S.Weintraub, entre otros.

 De igual manera aparece la Nueva Economía Keynesiana liderada por P. Samuelson, J.K.Galbraith y Tobin, ante los tropiezos, dificultades y contradicciones del desarrollo económico y el papel del Estado en la economía.

A continuación se presentan brevemente algunas de las tendencias:

1.1.2.12.1 El Keynesianismo Americano: se  encuentra los profesores de la Universidad de Harvard Hansen y Harris que asimilaron las tesis básicas de su maestro, pero presentando unos rasgos distintos, determinados por el análisis de  las características del Estado Norteamericano y del capital monopolista que se daban  en dicha economía al inicio de la primera guerra mundial,  ampliando los motivos de las crisis, agregando la Teoría del Estancamiento que busca explicar la  crisis a partir del debilitamiento  económico de los factores motrices como son la disminución del ritmo de crecimiento de la población, la falta de territorios libres y la lentitud del progreso técnico, buscando con ello explicar las crisis en factores externos y no en el proceso interno de la propia producción capitalista. Después de la segunda guerra mundial se utilizó dicha Teoría para hacer ver  la inevitable injerencia del Estado en la economía y justificar la demanda de grandes pedidos al Estado por las grandes corporaciones y de garantizar grandes  construcciones por parte de este.

Consideran estos Keynesianos que el aumento de las inversiones de capital por parte del Estado y en general de los gastos gubernamentales son el medio principal de evitar la crisis económica; a diferencia de Keynes donde la regulación debería estar sustentada en el control del Estado sobre las inversiones privadas y el estímulo a partir de una adecuada política de crédito y el manejo de la tasa de interés (Karataev, Ryndina y otros, 1976b, 1118).

Para garantizar tal nivel de gastos e inversiones públicas proponen recurrir a un incremento de las tributaciones.  Otros economistas de la Escuela Keynesiana sugerían que se aumente  la deuda pública por considerarlo el método principal de allegar fondos al presupuesto; otros ante el crecimiento ilimitado de la deuda sugieren recurrir a una “inflación moderada”, es decir, a la emisión adicional de papel moneda para cubrir los gastos públicos.

Los seguidores de las ideas de Keynes han completado el principio del multiplicador de la economía con el principio de la aceleración,  ya que consideran que la influencia del aumento de los ingresos mediante la ampliación de la demanda representa el acelerador de las inversiones.

Los Keynesianistas americanos, acerca de la regulación de la producción, sustentan la idea de una planificación a escala mundial.  En 1945 publicó Hansen su libro “El Papel de América en la Economía Mundial” donde insistía en la conveniencia de exportar capitales y mercancías de los Estados Unidos, plan que representaba un anticipo al Plan Marshall, que fue considerado como un modelo de planificación mundial. Estos planes estaban destinados a coordinar los esfuerzos de todos los países para conseguir la plena ocupación de la mano de obra y evitar la crisis económica, pero dichos planes fracasaron totalmente.

1.1.2.12.2 La Teoría del Incremento Económico: Los pensadores de esta Teoría Neokeynesiana  ponen especial interés en las perspectivas y en el ritmo de una larga evolución de la economía, se atribuyen el mérito de haber introducido en la ciencia económica el “factor tiempo”,  gracias a lo cual el análisis se ha tornado dinámico. Avanzan respecto a la teoría de Keynes que tenía como punto de arranque el equilibrio estático, pues se abstraía de toda modificación en el terreno de la técnica  en la cualificación del trabajo y en las necesidades de la población, teorías estáticas que resultaron poco convincentes, diametralmente opuestas a la realidad, lo cual hacía necesario buscar una nueva forma de defensa de la crisis a partir de las recomendaciones keynesianas.

Entre los pensadores de la Teoría del Incremento Económico existen sustanciales diferencias en la interpretación de los problemas de la economía: a un primer grupo pertenecen quienes se dedican a buscar ejemplos que esclarezcan el vínculo entre la inversión y el ahorro; y en el segundo figuran los que concentran su interés en factores sociológicos que según ellos tienen una repercusión decisiva en el desarrollo económico.

Harrod, teórico de esta tendencia considera decisivo para el desarrollo económico en primer lugar la acumulación de capital, es decir, las inversiones, sin embargo estima que el nivel de éstas no siempre puede bastar para asegurar un ascenso equilibrado de la producción y un empleo total de los medios de producción.  Al igual que Keynes, Harrod presta singular atención a la correlación existente entre el aumento de las inversiones de capital y el ahorro. Considera que la acumulación depende totalmente de la tasa de interés, es decir, que aumenta al disminuir el interés y viceversa.

Otro factor determinante de los teóricos del incremento económico es el aumento de la población que consideran una magnitud autónoma como determinante del volumen de la producción.

La teoría del Incremento Económico se ocupa principalmente en determinar las condiciones de un incremento equilibrado y proporcional de las magnitudes económicas nacionales y en garantizar sobre esta base un ritmo rápido de desarrollo de la economía, para lo cual se sustentan en el principio keynesiano del multiplicador y el acelerador.

Harrod propone, para superar las crisis económicas, rebajar las tasas de interés emitiendo obligaciones de deuda pública sin interés alguno, donde el Estado debe poner los medios obtenidos a disposición de los empresarios en calidad de crédito gratuito. Estima este autor que para superar las fluctuaciones cíclicas es necesario mantener un nivel constante de los precios mediante el intercambio de dinero por un conjunto determinado de mercancías.

Otros teóricos de Incremento Económico  como Rostow explican el movimiento de la producción por factores extraeconómicos y explica el desarrollo de la economía como fruto de la creciente inclinación del hombre hacia la ciencia, las innovaciones, hacia el progreso material y la comodidad, entre otros.  Consideran que las tendencias y las necesidades del hombre son inmutables, cuando en la realidad  las inclinaciones de las personas  cambian de acuerdo con el régimen social y son determinadas por éste.

Las Teorías del Incremento Económico testimonian que la tentativa de perfeccionar la doctrina de Keynes no ha tenido buen éxito económico. (Karataev, Ryndina y otros, 1976b, 1145 - 1149).

1.1.2.13. Las Teorías de la “Transformación del Capitalismo”, entre estas figuran las siguientes:

1.1.2.13.1. La Teoría de la Revolución Capitalista que fue impulsada por sociólogos y economistas de la Nueva Derecha Norteamericana como A. Burley  en su libro “La Revolución Capitalista del Siglo XX” en el cual sostiene la idea de que el capitalismo moderno es un capitalismo corporativo, que no es controlado por los capitalistas sino por gerentes asalariados que son representantes del pueblo. Igualmente escribe “El Poder sin Propiedad” donde asegura que en Estados Unidos se está llevando a cabo “una revolución social”, donde la dominación de la oligarquía financiera ha sido suprimida y la propiedad colectiva ha reemplazado  a la particular, en lo que en su conjunto se ha denominado democracia económica o el capitalismo popular, que busca revitalizar la economía privada,  elevando la función del Estado a la planificación de la economía nacional.

Otro economista norteamericano M. Nadler  publicó el “El Capitalismo Popular”, en el cual se afirma que en el capitalismo actual ha venido teniendo lugar una dispersión de la propiedad y una democratización del capital, escenario donde desaparecen las clases y sus contradicciones, se “nivelan los ingresos” y se eliminan las crisis económicas, mito que aparece a partir de la observación de las bolsas de valores donde los propietarios son hombres y mujeres y niños que han visto que sus ahorros en los bancos están invertidos en empresas industriales, observación que se hace sin ningún miramiento sobre la distribución de las acciones, su número y su valor.

Los predicadores del “capitalismo popular” afirman que al progresar las sociedades anónimas la propiedad privada se convierte en propiedad colectiva  y por este camino  se logra un estado de bienestar general, la justicia en la distribución, la libertad  y democracia económica.

Entre los pensadores de la nivelación de los ingresos  figuran E. Johnston, A. Hansen, A Burley, J. Galbraith  y Küznets, este último  autor del libro “La Cuota de los Grupos que Poseen Altos Ingresos en la Renta y el Ahorro”.

1.1.2.13.2. La Teoría de la Revolución Administrativa es una de las Teorías de la Transformación del Capitalismo, la cuales propagada también por el economista americano  Galbraith en su obra “La Sociedad de la Abundancia”, donde se muestra el capitalismo americano como una sociedad de abundancia sin precedentes.  Asevera que la desigualdad de ingresos va disminuyendo al aumentar los salarios y que la abundancia es el excedente de mercancías, pasando por alto la diferencia entre las necesidades y la demanda efectiva; según Galbraith la finalidad de la producción capitalista no es la ganancia sino la satisfacción de las necesidades.  Igualmente afirma que en los Estados Unidos no existe paro económico.

1.1.2.13.3.  La Teoría de la Economía Coordinada se ha extendido en Francia y se presenta como un tercer camino de desarrollo de la sociedad y como una síntesis de las ideas capitalistas y socialistas; régimen en el cual los representantes del Estado y de las empresas se reúnen para discutir los problemas de las inversiones de capital de la producción y del cambio para adoptar decisiones al respecto.

Esta teoría se sustenta en la idea de un “modo de vida único” de toda la población como resultado del supuesto aumento del bienestar.  Algunos pensadores que datan desde los años 30 son F. Blok-Lené y  Jeanneney Cousté.

1.1.2.13.4. Otra teoría de la Transformación del Capitalismo están sustentadas en el Humanismo Económico y las Relaciones Humanas, considerando que las condiciones de opresión del individuo han pasado a la historia, dando paso a las relaciones humanas entre empresarios y obreros que estructuran sus relaciones sobre los principios del humanismo y la moral cristiana, relaciones que van extendiéndose poco a poco a toda la sociedad y no sólo en las empresas industriales, tendencia que ha llevado a la creación de institutos de relaciones humanas o facultades en las universidades americanas.  La obra más caracterizada al respecto es una recopilación de artículos de conocidos economistas holandeses, británicos y americanos bajo el título “Las Relaciones Humanas y la Dirección Moderna”.

1.1.2.13.5. Entre las variables modernas de la transformación del capitalismo encontramos la que se conoce como “Segunda Revolución Industrial” y otras teorías tecnocráticas que han venido recorriendo el mundo. Entre sus promotores aparecen los economistas americanos Drucker y Deebold, el francés Fourastier y otros, sustentadas en los progresos cualitativos que en materia tecnológica han venido garantizando una mayor automatización del trabajo, el aprovechamiento de otros tipos de energía,  tendencia que  se muestra como una revolución que rejuvenecerá el régimen económico y social actual, la supresión de las crisis y la miseria, ya que permitirán aumentar la demanda de los medios de producción, elevar la productividad del trabajo y abastecer a la población de medios de consumo baratos.

1.1.2.13.6. Una última tendencia de la literatura económica contemporánea tiene que ver con Teoría de La Integración que ha pasado a ocupar una de las preocupaciones centrales tanto de los defensores del capitalismo regulado como de los neoliberales, ante los crecientes procesos de globalización  del conocimiento, tecnológica, económica y  política y ante  los progresivos problemas de  desequilibrios ambientales, inestabilidad económica como la actual recesión mundial, los altos niveles pobreza y la confrontación geopolítica, entre otros.

El proceso de integración, para estos pensadores busca la tendencia a la aproximación económica de las naciones y la búsqueda del progreso.

Entre los economistas no hay criterio unificado frente a la integración: los partidarios del capitalismo regulado la interpretan como un medio de planificación económica mundial, mientras que para los neoliberales representa el retorno a la libre competencia en el mercado mundial, discrepancias que no son de carácter básico. (Karataev, Ryndina y otros, 1976b,1120 – 1128 y 1153 - 1163). 

1.1.2.14. El Maltusianismo Contemporáneo: Los estadounidenses Vogt autor de “El Camino de la Salvación” y de “¡Hombres! el Medio de Sobrevivir”, Pierson y Harner autores de “El Hambre Universal”  y Cook autor de “La Fecundidad Humana, Dilema Actual”, frente a la refutación de las tesis de Malthus ante la disminución de la tasa de la natalidad y la no ocurrencia del incremento catastrófico de la población, aparecen con la teoría del “envejecimiento” de la población dada la creciente disminución de la mortalidad, lograda gracias a los progresos de la medicina y a las condiciones de vida en el mundo desarrollado, que ha aumentado la edad de esperanza de vida.

El  Maltusianismo moderno ha acuñado la teoría de la población óptima según la cual hasta un determinado punto, el aumento de la población es un factor positivo, pero llegando el  momento en que se rebasan esos límites, entonces el aumento poblacional repercute desfavorablemente en el nivel de bienestar de la gente.  Afirman igualmente que toda la superficie terrestre apta para la agricultura está en explotación, además de la fertilidad de las tierras cultivadas están descendiendo gradualmente y las nuevas inversiones de trabajo y de capital en la agricultura produce un beneficio cada vez menor, lo cual explica la existencia de un  nivel óptimo de población; reflexión que ha sido refutada en la actualidad donde los habitantes ocupados en las actividades agrícolas van disminuyendo y la producción continua creciendo.

Estos teóricos consideran el incremento numérico de la población como un proceso puramente biológico, a su juicio existe una ley de súper población permanente e inmutable, desconociendo que a cada régimen económico  le es inherente una ley demográfica, que determina el nivel y el carácter de la utilización de la población así como su crecimiento natural. (Karataev, Ryndina y otros, 1976b, 1126 - 1128).

1.1.2.15. Economía de los Problemas del Subdesarrollo: Durante las últimas décadas se han publicado en los países numerosas obras sobre los problemas de los países en desarrollo, cuya característica común plantea la negación de las posibilidades de un camino propio de evolución de los países económicamente débiles y las fuertes contradicciones existentes entre los países desarrollados y los subdesarrollados.  Entre las obras de economistas norteamericanos vale la pena resaltar “El Futuro de los Países Desarrollados”   de Staley, “Problemas Económicos de la Década del 60” de Hansen, “Formación del Capital y de las Inversiones Extranjeras en los Países Subdesarrollados” de Wolfe y Safrin y “Política Económica. El Negocio y la Dirección” de Watson; así como “La Exportación de Capitales hacia los Países Subdesarrollados” del economista alemán W. Gut, entre otros.

1.1.2.16 Enfoques económicos alternativos 15: Para finalizar es importante resaltar algunas propuestas en el marco del  desarrollo:

1.1.2.16.1 Enfoque Estructuralista surgió la propuesta para superar el subdesarrollo en América Latina, la cual tomo auge desde los años cincuenta, conocida como pensamiento Cepalino16 , que comprende la teoría relacionada con la concepción del sistema centro-periferia; la versión “contable” de la teoría del deterioro de la relación de términos de intercambio que explora su significado en términos del ingreso, de los ciclos y la industrialización, las cuales están destinadas a develar las causas del problema del subdesarrollo (Rodríguez, 1980, 1-15).

Este pensamiento Estructuralista fue liderado por Raúl Prebisch y sus desarrollos aparecen en documentos tales como “El Desarrollo Económico de América Latina y Algunos de sus Principales Problemas” y “El Estudio Económico de América Latina”, “La Inflación Escolástica y la Moneda Argentina”, “Observaciones sobre los Planes Monetarios Internacionales” , “La Conferencia Económica y la Crisis Mundial”, “Interpretación del Proceso de Desarrollo Latinoamericano”, entre otros. 

Estos aportes teóricos (Rodríguez, 1980, 2-3) conllevan  a algunas políticas de desarrollo  tales como la conducción deliberada del proceso de industrialización, una política de criterios de asignación de recursos, y de selección de tecnología, la planificación del desarrollo y el papel del Estado en la economía, posteriormente el desarrollo de la teoría de la inflación y el análisis de los obstáculos estructurales al desarrollo, las cuales despliega a través de políticas en materia de relaciones económicas internacionales (protección  selectiva del mercado interno, integración latinoamericana, asistencia técnica, financiamiento externo, política anti cíclica y/o compensatoria del deterioro de las relaciones de intercambio, exportaciones de manufactura); políticas  agrarias (en materia de investigación y extensión, incentivos tributarios, reformas agrarias, entre otras), políticas en materia social, laboral y de ingresos (redistribución del ingreso, políticas activas de empleo, políticas en el ámbito social), políticas anti-inflacionarias  de corto plazo, acentuación del intervencionismo de Estado y su papel en la conducción deliberada del desarrollo y reforma fiscal.

1.1.2.16.2. El Neoestructuralismo: a finales de los años 80surgió esta tendencia, expresando  Sunkel (1991,17) que buscaba intentar aportar soluciones menos recesivas y regresivas a problemas inflacionarios y de desequilibrio comercial, enfoque de corto plazo que busca presentar una versión teórica distinta al enfoque ortodoxo neoliberal, propuestas que sustentó en el legado positivo de un ideario propiamente Latinoamericano sobre el desarrollo.  El Neoestructuralismo afirma que la condición de subdesarrollo que persiste en los países de Latinoamérica no se debe tanto a distorsiones inducidas por la política económica sino que son de índole endógeno y estructural.

Continua Sunkel afirmando que las tres características decisivas de la economía latinoamericana de los años 80 eran: la vigencia de un modelo de inserción comercial que dadas las tendencias del comercio internacional conduce a una especialización empobrecedora; el predominio de un mercado productivo desarticulado, vulnerable y altamente heterogéneo y concentrador del progreso técnico, incapaz de absorber productivamente el incremento de la fuerza de trabajo;  y por último, la persistencia de una distribución del ingreso altamente concentrada y excluyente, que evidencia la incapacidad del sistema para disminuir la pobreza.

Este entronque entre el corto y el largo plazo ha permitido la consolidación y el desarrollo de la renovada propuesta sobre “Transformación Productiva con Equidad” para la región de América Latina. Esta transformación se expresa en la propuesta del mencionado economista chileno Osvaldo Sunkel “Del Desarrollo Hacia Adentro al Desarrollo Desde Dentro” (1991, 35-80), reafirmando que lo verdaderamente crítico no es la demanda sino la oferta: acumulación, calidad, flexibilidad, combinación y utilización eficiente de los recursos productivos; la incorporación del progreso técnico, el esfuerzo innovador y la creatividad; la capacidad organizativa y la disciplina social; la frugalidad en el consumo privado y público, el acento en el ahorro nacional, así como la adquisición de la capacidad para insertarse dinámicamente en la economía mundial. En suma, concluye Sunkel (1991, 19) es el esfuerzo propio “desde dentro” para un desarrollo sostenible.

Sunkel (1991,20), señala que otro elemento trascendente de esta estrategia es la restauración y respeto de los equilibrios macroeconómicos básicos, que sin ser condición suficiente si son necesarios para lograr  la sustentabilidad del proceso de desarrollo.

Otro objetivo irrenunciable de esta nueva agenda para el desarrollo es la equidad y la justicia social.  Sunkel citando la contribución del trabajo de Nora Lustig “Equidad y Desarrollo”17 destaca que en el contexto de las restricciones el mayor hincapié ha de situarse en los problemas de extrema pobreza y en las políticas para aliviarla y erradicarla definitivamente, y en el mediano y largo plazo la búsqueda de la equidad, entendida como distribución del ingreso y mejorar las condiciones de vida en general.

1.1.2.16.3. Desarrollo a Escala Humana: como una propuesta alternativa surge esta línea de pensamiento económico que crítica al pensamiento monetarista neoliberal y a las frustraciones del desarrollismo, cuyos máximos exponentes son  Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martín Hopenhayn

En su obra ‘Desarrollo a Escala Humana. Una Opción para el Futuro’ Max-Neff y otros (1995,14-15), abordan la temática que se concentra y sustenta en la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, en la generación de niveles crecientes de auto dependencia  y en la articulación orgánica de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de los procesos globales con los comportamientos locales, de lo personal con lo social, de la planificación con la autonomía, y de la  sociedad civil con el Estado. Este pensamiento propone lograr la transformación de la persona–objeto en persona–sujeto del desarrollo el cual se considera un problema de escala humana. El desarrollo por lo tanto debe referirse a las personas y no a los objetos, por consiguiente lo que se debe medir no es el producto interno bruto sino el crecimiento cualitativo de las personas, a partir de satisfacer las necesidades fundamentales.

Este enfoque supera el error típico que se comete entre lo que son las necesidades propiamente dichas y lo que son los satisfactores de esas necesidades. Las necesidades humanas pueden desagregarse conforme a múltiples criterios, tales como: según categorías existenciales las cuales incluyen las necesidades de ser, tener, hacer y estar y según las necesidades axiológicas como la subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad; categoría de necesidades que pueden combinarse para la búsqueda de satisfactores que puedan contribuir a la satisfacción de diversas necesidades, satisfactores que pueden variar según el tiempo, lugar y circunstancias.

Diferenciando el concepto de necesidad y de satisfactor se pueden formular dos postulados de este enfoque: primero las necesidades humanas son finitas, pocas y clasificables y segundo, las necesidades fundamentales son las mismas en todas las culturas y en todos los periodos históricos; lo que cambia son los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades  (satisfactores).

Max- Neef, Elizalde y Hopenhayn (1995, 27-28)reinterpretan el concepto tradicional  de pobreza que se refiere a la situación de aquellas personas que se encuentran por debajo de un umbral de ingreso, noción que consideran estrictamente economicista y sugieren varias pobrezas según la necesidad humana fundamental que no es adecuadamente satisfecha, por ejemplo pobreza de subsistencia debido  a la alimentación y abrigo insuficiente, pobreza de entendimiento debido a la deficiente calidad de la educación, entre otras.  Cada una de estas  pobrezas generan patologías, toda vez que rebasan los límites críticos de intensidad de la duración, por ejemplo, un individuo cesante de manera prolongada cae en una “montaña rusa” emocional que comprende por lo menos cuatro etapas: shock, optimismo, pesimismo, fatalismo, esta  última etapa representa la transición de la inactividad a la frustración, y de allí a un estado de apatía donde la persona alcanza su más bajo nivel de autoestima; pero así mismo existen patologías colectivas de la frustración propias de la actual crisis, lo cual se constituye en uno de los grandes desafíos de dicho enfoque.

El desarrollo a escala humana apunta hacia una necesaria profundización democrática. Al facilitar una práctica democrática más directa y participativa    puede contribuir a revertir el rol tradicionalmente semi-paternalista del Estado latinoamericano, en un rol estimulador de soluciones creativas que emanen desde abajo hacia arriba, y que resulten más congruentes con las aspiraciones reales de las personas.  El desafío va más allá del tipo de Estado democrático y se extiende hacia la capacidad de la propia sociedad civil para movilizarse y adecuar un orden político representativo a los proyectos de los diversos y heterogéneos sujetos sociales. Estos procesos de protagonismo creciente  resultan decisivos para articular proyectos que expandan la autonomía nacional  y que socialicen de manera más equitativa los frutos del desarrollo económico, a partir de poder conciliar participación con heterogeneidad.

1.1.2.16.4. Economía del Bienestar: Autores reconocidos de las diferentes corrientes son: El  profesor de Economía y filosofía de las Universidad de Harvard y Cambridge  Amartya Sen, los profesores de la Universidad de Brown EUA en filosofía y literatura Martha C. Nussbaum y de filosofía y valores humanos en medicina Dan Brock, el profesor de teoría social y política de la Universidad de Oxford de Inglaterra G.A. Cohen, los profesores de sociología de la Universidad de Helsinki Finlandia Erik Allardt y de la Universidad de Stockholm Suecia Robert Erikson,y el profesor de economía de la Universidad de Rótterdam Holanda Bernard M. S. Van Praag, entre otros.

 Consideran que más que medir el producto interno bruto PIB u otros indicadores económicos, como signos  de prosperidad de una nación o región del mundo, es necesario medir la capacidad de las personas, esto es, lo que sean capaces de hacer y ser en varios aspectos de la vida. Lo anterior hace que se concentren en la calidad de vida 18entendida como las formas en que las personas pueden realmente funcionar en varias áreas, y no vista de manera única como la medida de la opulencia o la utilidad.

Para meditar  bien sobre este problema se requiere una descripción rica y compleja de lo que las personas pueden hacer y ser, es decir, de la profunda complejidad de valorar la vida humana, medida y evaluación que enfrenta a los economistas que toman decisiones políticas con los científicos sociales y los filósofos, además porque también se requiere saber cómo le va a la gente en las distintas partes del mundo. (Nussbaum y Sen,1996, 16).

La búsqueda para encontrar criterios adecuados para valorar la calidad de vida ha llevado a varios enfoques: Para Sen lo refiere a la capacidad, Cohen  además de la capacidad, plantea que se deben concentrar en lo que él llama la ‘vía media’ que la aproxima a la idea de los “funcionamientos”,  que no son otra cosa que considerar la vida que lleva una persona como una combinación de varios quehaceres y seres, los cuales varían desde aspectos tan elementales como el estar bien nutrido y libre de enfermedades, y más complejos como el respeto propio, la preservación de la dignidad humana y tomar parte en la vida de la comunidad, entre otros.

En la obra citada, plantea Sen (1996, 56) que la  capacidad de una persona se refiere a las diferentes combinaciones de “funcionamientos”, entre los cuales cada uno  puede elegir la clase de vida que tendrá. Considera que la libertad de llevar diferentes tipos de vida se refleja en el conjunto de capacidades de la persona. La capacidad de una persona depende de características personales y de arreglos sociales, pues una explicación total de la libertad de un individuo debe ir más allá de las capacidades de la vida personal y prestar atención a los otros objetivos de la persona como las metas sociales, donde las capacidades humanas constituyen una parte importante de la libertad individual. Sen indaga, por ejemplo, sino se tiene el valor de elegir vivir de cierta manera, aunque se pueda  vivir de esa manera si así se elige, la  pregunta es ¿se tiene la libertad de vivir de esa manera, es decir, la capacidad correspondiente?.

Continúan Nussbaum y Sen (1996, 19 y 20) expresando que otras vertientes prestan importancia a las cuestiones de las tradiciones locales al evaluar la calidad de vida de las personas en diferentes partes del mundo, para tener en cuenta las esenciales en el florecimiento, o en cambio, buscar una explicación universal de una buena vida humana y evaluar las tradiciones locales en comparación con ella. Plantean que apegarnos a las tradiciones tiene la gran ventaja de tener un punto de partida definido y un camino claro para conocer lo que queremos saber. También puede ofrecer la ventaja  de lograr el respeto a las diferencias (dada la pluralidad y complejidad de las tradiciones), en vez de decirles a las personas en regiones distantes del mundo lo que deben hacer y ser, se deja a ellas la elección. Advierten  que las mayorías de tradiciones contienen elementos de injusticia y opresión, tan arraigados que muchas veces es difícil encontrar una base para enjuiciar estas desigualdades, sin pensar en el funcionamiento humano de una manera más crítica y universal, que permita defender la vida de aquellos que la tradición ha oprimido y marginado, lo cual implica conocer de dónde provienen las normas y de qué manera se puede saber que son las mejores o no.   

Nussbaum y Sen (1996, 20) referenciando a Walzer, afirma que de igual manera juega gran importancia el relativismo cultural, donde se presta atención, por ejemplo, a los tipos de críticas y descontentos que podrían surgir dentro de la sociedad, lo cual permitiría entender que es una buena vida para una sociedad en su conjunto.

Nussbaum y Sen (1996, 20) referenciando a Scanlon quien pone en duda que el deseo sea una medida adecuada de la calidad de vida  y propone un escrutinio critico de una “lista sustantiva” de los elementos que hacen que la vida humana sea valiosa.

Taylor estudia las formas de razonamiento que usan las personas cuando argumentan que una forma de vida es mejor que otra para los seres humanos.

 Nussbaum ofrece una importante explicación de calidad de vida en término de la lista de funciones humanas básicas (Aristotélicas), que pretende ser válidas para todos los seres humanos, lista de funciones que converge de manera sorprendente con las propuestas de Sen, Erikson, Allardt y Brock, aunque provienen de tradiciones intelectuales diferentes.

Finalmente esta escuela explora las preguntas sobre la calidad de vida en la economía del Bienestar y la formación de la política pública, estudiando los criterios de asignación de recursos, toda vez que la forma en que las personas perciben sus condiciones de vida, muestra las percepciones relativas con respecto a los problemas sociales circundantes.

1 Jenofonte, discípulo de los sofistas y de Sócrates, escribió un manual dedicado a la organización  de la economía esclavista titulado El Económico , que equivale  a “economía doméstica”  u “organización de la casa”, la cual se extendía a la hacienda que se hallaba fuera del hogar, incluso en otra ciudad, es decir, a toda la hacienda esclavista.

2 Las principales obras versan sobre la agricultura y  las  haciendas agrícolas esclavistas cuyos autores más representativos son: Marco Porcio Catón 234-149 a.C.; Marco Terencio Varrón 116 a27 a.C; Lucio Junio Moderato Columela siglo I a.C.  y  las concepciones políticas y económicas plasmadas los artículos y discursos del  ideólogo de los grandes esclavistas romanos  Marco Tulio Cicerón  106 a43 a.C.

3 publicó en 1615 el “Tratado de Economía Política, Dedicado al Rey y la Reina”

4 Las obras de William Petty sepublicaron entre 1622 y 1687

5 Entre los antecesores inmediatos de Adam Smith se pueden mencionar al filósofo John Locke 1632-1704; el economista Dudley North 1641-1691 y el conocido filósofo, historiador y economista inglés David Hume 1711-1776, todos ellos declarados enemigos del mercantilismo. Igualmente figura James Steuart 1712-1780 quien intento crear un sistema de economía política basado en el mercantilismo, doctrina económica que para entonces era anticuada.

6 Sus conceptos económicos están contenidos en  “Principios de Economía Política” editado en 1821 y en “Análisis de los Fenómenos del Espíritu Humano” en 1829.

7 Publico en 1825 su libro “Principios de Economía Política”

8 Expuso sus reflexiones  económicas “Principios Fundamentales de la Economía Política” en 1836 y en las “Cartas Acerca de la Legislación Fabril” en 1837.

9 Publico “Fundamentos de la Economía Política”

10 Reflexiones acerca de “las demandas de Burdeos, el Havre y Lyon, relativas a la aduana”, “Armonías económicas”, entre otras.

11 En lugar del término “valor” emplean otro llamado “valía”, al tiempo que sustituían el término “mercancía” por el de “bienes económicos”.
Se llama valía al significado que desde el punto de vista del bienestar del individuo, tiene un bien material o un conjunto de bienes materiales, escribía Böhm-Bawerk.

12 Say enunciando la “ley de los mercados” expresaba que toda oferta crea su propia demanda, por consiguiente no era posible la sobreproducción.

13 Conocido como orientador de la Escuela de Chicago, también llamados monetaristas, diferenciándose de los austriacos por su rechazo al patrón oro, pero iguales a éstos al rechazar los sistemas de seguridad social y las legislaciones anti-monopólicas.

14 Como se señaló con anterioridad algunos autores piensan que el jefe de los austriacos en el momento de la muerte de Mises (1973) fue Murria N. Rothbard autor de un voluminoso tratado de economía que sigue rigurosamente la metodología austriaca.

15 Propuestas que brinden a los países en desarrollo enfoques que favorezcan estrategias de desarrollo propias, tales como el Modelo Asiático comentado por Joseph Stiglitz (2002, 35)

16 Pensamiento de la Comisión Económica para América Latina CEPAL

17 Este trabajo se puede leer en la obra citada de Osvaldo Sunkel como compilador (1991, 81-111).

18 Muchos autores prefieren  el termino calidad de vida porque consideran que no es posible medir todos los elementos que conforman el estándar de vida y en oposición a las mediciones de bienestar que han utilizado conceptos exclusivamente económicos como el PIB per cápita.