PETROLEO, ESTADO Y SOCIALISMO SIGLO XXI: EP PETROECUADOR Y LA CONSTRUCCION DEL PROCESO DE INTEGRACION ENERGETICA REGIONAL

PETROLEO, ESTADO Y SOCIALISMO SIGLO XXI: EP PETROECUADOR Y LA CONSTRUCCION DEL PROCESO DE INTEGRACION ENERGETICA REGIONAL

Carina Viviana Ganuza (CV)
Universidad Nacional de Rosario

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3. Abordaje de la investigación: Constructivismo como teoría de las relaciones internacionales

El abordaje de la sociedad internacional puede ser realizado desde distintas ópticas de análisis; así varios postulados han conformado modelos teóricos de las relaciones internacionales como el positivismo, realismo 1; institucionalismo2 ; funcionalismo3 y las teorías reflectivistas, entre otras. Alexander Wendt (2005) expresó que “todas las teorías de las relaciones internacionales se basan en teorías sociales de relaciones entre agentes, procesos  y estructuras sociales” (Wendt, 2005:31). Esta investigación se basó en el constructivismo ya que de sus aportes se pudo indagar la problemática planteada, permitiéndose la interpretación como un hilo conductor de Petroecuador y la integración energética.
La sociedad del siglo XXI se caracteriza por la alta competencia, desigualdad, crecimiento inequitativo donde la globalización engloba cada unos de los múltiples aspectos de la sociedad en su conjunto; la falta de certeza en todos los aspectos de la vida se ha instituído como una permanencia, no obstante las relaciones sociales se manifestaron cambiantes como consecuencia del ritmo vertiginoso de la citada globalización. Ningún planteo puede considerarse como establecido y permanente, por lo cual, siguiendo a Emanuel Adler y Peter Haas  se pudo agregar que “las relaciones internacionales carecen de una teoría y un juego de explicaciones creíble sobre el origen de las instituciones internacionales, los intereses estatales y el comportamiento de los estados en condiciones de incertidumbre” (Adler y Haas, 2009:2).
El debate entre realistas y liberales giró entorno a la acción del estado y se preguntó si está influenciada por la estructura (es decir la anarquía y la distribución del poder) o por el proceso (interacción y aprendizaje). Para los neorrealistas la anarquía constituye un sistema de autoayuda, aquel estado que no se ajuste a la misma, será expulsado del sistema. Los liberales, reconocieron a los neorrealistas la existencia de fuerzas causales de la estructura orgánica; los liberales como Joseph Nye hablan de aprendizaje complejo en tanto que Keohane hablará de concepciones sociológicas del interés. Según Wendt, “la ironía es que sí que existen teorías sociales que buscan explicar las identidades y los intereses. Keohane los ha llamado reflectivistas” (Wendt, 2005:4), Wendt los ha denominado constructivistas. Esta postura involucró múltiples diferencias como los cognitivistas, posestructuralistas, los feministas, posmodernos entre otros (Wendt, 2005:4).
“Tanto los constructivistas modernos como los posmodernos están interesados en la forma en que las prácticas cognoscibles constituyen sujetos, un interés que no se aleja demasiado del que tienen los liberales duros en saber cómo las instituciones transforman los intereses. Ambos comparten un concepto cognitivo e intersubjetivo del proceso en el que las identidades y los intereses son endógenos a la interacción, en lugar de ser exógenos tal y como apunta el concepto racionalista conductivo” (Wendt, 2005:4).
El análisis de Petroecuador y la integración energética surgió del aporte del constructivismo. Esta teoría de las relaciones internacionales pudo ser definida como un enfoque teórico, una posición filosófica de las ciencias sociales, que ha cuestionado la separación entre el sujeto y el objeto conocido. En sí representó, una teoría consistente en la interpretación de la realidad concebida como un proceso complejo. “En otras palabras, es mediante esta interacción recíproca como se crean y se representan las estructuras sociales relativamente duraderas con las que definimos nuestras identidades y nuestros intereses” (Wendt, 2005:4). Es decir, acorde a Adler y Haas “entre las estructuras internacionales y la voluntad humana se encuentra la interpretación. Antes de poder realizar elecciones que impliquen cooperación, es necesario evaluar las circunstancias y definir los intereses” (Adler y Haas, 2009:2).
Adler destacó que los postulados constructivistas estaban influenciados por Ernst Haas y John Ruggie, por lo cual, “su intención no es explicar los procesos mediante los cuales la autoridad es transferida del estado nación a las instituciones internacionales…()… tampoco estamos meramente interesados en analizar los estilos de pensamiento científico y político en su combinación para crear distintos tipos de orden mundial. Por el contrario, contemplamos el aprendizaje como un proceso más relacionado con la política que con la ciencia y convertimos el estudio del proceso político en una cuestión de quién aprende qué, dónde, a beneficio de quién y por qué” (Adler y Haas, 2009:5).
Al considerarse la realidad como un proceso en construcción constante, ha sido necesario destacar la relevancia del factor sociológico como pieza inherente a ese proceso (Adler y Haas, 2009:4). No pudo concebirse la investigación de Petroecuador y la integración energética mediante los convenios firmados con Venezuela como un proceso acabado, no constituye un ente o un todo aislado, debió ser abordada como un proceso. Por lo cual se utilizaron las conclusiones de Adler y Haas cuando postularon adoptar “una ontología que abraza los factores históricos e interpretativos además de las fuerzas estructurales, explicando el cambio de un modo dinámico. Esta ontología refleja una epistemología que está basada en un fuerte elemento de subjetividad” (Adler y Haas, 2009:5). Por lo cual se dedujo que, para el análisis de los objetivos de la investigación propuesta, ha sido fundamental comprender su pasado histórico como económico-político como partes indispensables de un todo consistente en un proceso que se halla en elaboración.
”Un principio fundamental de la teoría social constructivista es que la gente se relaciona con los objetos, incluyendo otros actores, según el significado que estos objetos tienen para ellos. Los estados actúan de una forma con sus enemigos y de otra diferente con sus amigos por los enemigos suponen una amenaza y los amigos no” (Adler y Haas, 2009:6). Acorde a estas deducciones, se permitiría pensar que Ecuador concibió a Venezuela como un socio amigo y con cierta desconfianza o enemigo a Estados Unidos, conforme y condicionado por la experiencia y el largo proceso histórico político ecuatoriano con las empresas privadas ligadas a la explotación hidrocarburífera. Conforme a esto, se estableció un sistema de relaciones en virtud de sus intereses políticos como el Socialismo Siglo XXI, con el cual, tanto Ecuador como Venezuela se encontraban identificados, también conforme a la preocupación política y estratégica ecuatoriana devenida del rol del petróleo en Ecuador.
Ecuador al igual que Venezuela ha compartido un interés  y una identidad, que ha servido a su definición como estados insertos en una región, que ha iniciado desde la primera década del siglo XXI, una etapa de consolidación política y económica suramericana, frente a las imposiciones de Estados Unidos. Así “las identidades son inherentemente relacionales, en palabras de Peter Berger, “la identidad con sus ataduras apropiadas pertenecientes a la realidad psicológica, siempre es identidad dentro de un mundo específico y construido socialmente” (Wendt, 2005:8).
Wendt agregó que como cada individuo posee su propia identidad, “de forma similar, un estado tiene múltiples identidades como soberano, como líder del mundo libre o como potencia imperial entre otras” (Wendt, 2005:8). Así, identidad podría entenderse como “una definición inherentemente social del actor basada en las teorías que los actores mantienen colectivamente sobre ellos mismos y cada uno sobre los demás que constituyen la estructura del mundo social” (Wendt, 2005:8).
Al reconocer que Ecuador inició la construcción de una reestructuración de una empresa estatal tan importante como Petroecuador, que se inserta en un proceso político, económico y social, se halló que este proceso, estaba inmerso en un marco más amplio de análisis. Además, Ecuador consciente de sus recursos conformó un sistema de relaciones para superar y continuar su crecimiento y desarrollo mediante acuerdos de cooperación que integran un proceso aún mayor a nivel regional. En virtud de ello, la reestructuración de Petroecuador planteada desde la reformulación del aparato estatal en miras de la búsqueda de un proceso mayor denominado integración energética respondió al interés de superación de las viejas estructuras políticas, por lo cual, pudo comprenderse que “las instituciones son fundamentalmente entidades cognitivas que no existen independientemente de las ideas de los actores sobre el funcionamiento del mundo” (Wendt, 2005:9).
Wendt propuso mediante el constructivismo, crear un puente entre el realismo liberal y el racionalismo reflectivista como un “argumento constructivista extraído de la sociología interactivista estructuracionista y simbólico, en nombre de la reivindicación liberal sobre como las instituciones internacionales pueden transformar las identidades y los intereses estatales” (Adler y Haas, 2009:4). El autor explicó que estamos inmersos “en un mundo de autoyuda, es debido al proceso, no a la estructura” (Adler y Haas, 2009:4). Con lo cual, se conformó el sustento teórico para poder analizar la integración, es decir el mundo en el cual estamos inmersos, genera y provoca un sistema de vínculos que responden, en este caso, a los intereses de Ecuador pero a su vez, está vinculado con la identidad que compartió con Venezuela, es desde este punto que convergieron estos dos estados hacia la construcción del proceso de integración energética.
“El principio fundamental de la teoría social constructivista es que la gente se relaciona con los objetos, incluyendo otros actores, según el significado que estos objetos tienen para ellos” (Adler y Haas, 2009:7). Sería en vano afirmar y carecería de sentido, no reconocer los intereses compartidos entre Ecuador y Venezuela, sus vínculos o lazos políticos identificados con el llamado Socialismo Siglo XXI como también ha sido innegable reconocer sus intereses compartidos devenidos de la importancia del petróleo para sus economías como también para su inserción mundial. Es decir cada uno de estos actores sociales ha respondido a un interés pero también obedeciendo a una identificación por un lazo en común que los ha unido, no solamente en este momento histórico sino por todo su pasado político y económico. “Las identidades son las bases de los intereses. Los actores no tienen una agenda de intereses que transportan consigo independientemente del contexto social en el que estén, lo que ocurre es que los actores definen sus intereses dentro del mismo proceso en el que se definen las situaciones” (Adler y Haas, 2009:8).
Por lo antes descripto, en virtud de los intereses e identidades compartidos que se encontraron vinculados en el proceso en construcción de la integración energética, el andamiaje político y jurídico creado durante el gobierno de Rafael Correa, (que se desarrolló en Capítulo II y III) fue el que sustentó la reestructuración de la empresa Petroecuador y el análisis del sector petrolero representó la materialización de los cambios que han surgido de su seno. Las instituciones creadas a su efecto no representaron simples casualidades, en realidad “son fundamentalmente entidades cognitivas que no existen independientes de las ideas de los actores sobre el funcionamiento del mundo” (Wendt, 2005:9-11).
Se dedujo que la naturaleza de la sociedad ecuatoriana y el pasado histórico-económico coadyuvaron a la formación de un nuevo movimiento como el liderado por Correa, muy probablemente como sugirió Wendt, “que la materia prima de lo que están formados los miembros del sistema de estados es creada por la sociedad nacional antes de que los estados participen en el proceso constitutivo de la sociedad internacional” (Wendt, 2005:11), así los estados dependerán del proceso de la evolución de su sociedad civil. “Los propios parámetros de la organización social se reproducen sólo dentro de las orientaciones y de las prácticas de los miembros implicados en las interacciones sociales a lo largo del tiempo y solo mediante estas orientaciones y prácticas..()... Las configuraciones sociales no son objetivas como las montañas o los bosques, pero tampoco son subjetivas como los sueños o viajes de la fantasía especulativa. Son, tal y como la mayoría de los científicos sociales afirman a nivel teórico, construcción intersubjetivas” (Wendt, 2005:15). En este contexto pudo comprenderse la interacción como un elemento que hizo al articulado de Petroecuador en el gobierno de Rafael Correa para la integración energética, como una forma de reconocimiento de intereses e identidades. Conforme a lo cual, será como agregó Wendt “el estado soberano es un logro continuo de la práctica, no una mera creación de normas que existe fuera de la práctica y se creó de un golpe y para siempre” (Wendt, 2005:22); de esta manera se pudo concebir el sustento de la integración energética como un proceso que no está acabado.
Al partir el constructivismo de la interacción, se legitimaría el proceso de integración considerado en construcción, ya que además de la interacción de los estados hacia la cooperación (como estadío inferior a la integración) “a lo largo del tiempo y mediante el juego recíproco, cada uno aprende a formarse expectativas relativamente estables sobre el comportamiento de los otros y mediante éstos se forman hábitos de cooperación o de rechazo” (Wendt, 2005:25). La teoría tradicional consideraría la cooperación como exógena a la interacción, según el constructivismo ha sido a la inversa, ya que la construcción de identidad es producto de la interiorización de nuevas interpretaciones del yo y del otro y de la elaboración de nuevas identidades (Wendt, 2005:26). Wendt explicó que “un análisis constructivista de la cooperación es más cognitivo que conductual, ya que se ocupa del conocimiento intersubjetivo que define la estructura de identidades e intereses, del juego como endógenos a la interacción y representativos de la mismo” (Wendt, 2005:26).

3.1. Unidad de análisis, variables y valores: la Matriz de Datos y la construcción de la investigación
Como se ha explicitado, el objeto de estudio es interpretar el rol desempeñado por la empresa EP Petroecuador en la construcción del proceso de integración energética en el gobierno de Correa.
Se ha organizado esta investigación en relación a la fase de diseño del objeto de estudio de Samaja (1993), bajo la constitución de la matriz de datos. Se recurrió a ello, de acuerdo a esta perspectiva conforme al propósito del autor mencionado de “dialectalizar” las relaciones entre las unidades de análisis, las variables y los indicadores4 . Puesto que esta tesis ha perseguido no sólo como objetivo realizar un análisis cualitativamente exhaustivo del rol de la empresa Petroecuador en la construcción de la integración energética en el sector petrolero durante el gobierno de Rafael Correa, sino también, ha propuesto un abordaje cuantitativo que permitió, de algún modo, “medir” el “peso” de los factores como la exploración o la exportación, es así que ha sido necesario buscar indicadores factibles de ser analizados bajo una perspectiva estadística, como por ejemplo, la producción de petróleo expresada en cantidad de barriles o los ingresos como consecuencia de las exportaciones expresados en dólares.
Se graficó a continuación, la concepción de las unidades de análisis [UA], variables [V] y valores [R] y su organización en los tres niveles propuestos por Samaja: suprasistema (nivel supraunitario), sistema (nivel de anclaje) y subsistema (nivel subunitario) en función de las relaciones que se entablan entre ellos. Este análisis permitió, testear la coherencia general de la investigación y evidenciar la lógica de relaciones entre las unidades de análisis, las variables y los valores. Es decir, la matriz de datos consiste en tres niveles y una estructura cuatripartita por lo cual, todo dato científico está compuesto por cuatro elementos: Unidad de análisis (UA), variables (V), valor (R), indicadores (I), a su vez integrado por dimensiones y procedimientos.
A cada unidad de análisis (UA) le correspondió una variable, como atributo, relación o contexto, que han sido seleccionados para describir la UA, en este caso, la variable es la construcción del proceso de integración energética en el sector petrolero del 2008 al 2011 durante el gobierno de Rafael Correa. Es decir la UA del nivel supraunitario como se graficó en el cuadro ilustrativo es el gobierno de Rafael Correa, la variable es la integración energética  en el sector petrolero y los valores asignados constituyen instrumentos para el análisis y profundización de la investigación o como criterios de clasificación, que le corresponden a estos dos anteriores son, el análisis del sector petrolero dividido en Período de Transición 2008-2009 y Período de Construcción 2010-2011 y los Convenios entre Petroecuador y PDVSA, Es decir del nivel supraunitario, devino la interpretación de los dos niveles siguientes (nivel de anclaje y subunitario). Los valores son clases de clasificación de la variable y sirven a la definición de las variables de la integración energética en el sector petrolero, ya que la delimitan en tiempo y espacio. A su vez, cada una de estas variables, constituyeron áreas de interés, compuestos por diferentes partes o subvariables o dimensiones subalternas.
A partir de este cuadro, se justificaron determinadas cuestiones que hicieron al desarrollo de esta tesis:

  • Por qué la [UA] (Gobierno de Rafael Correa) del nivel supraunitario se convirtió en “variable contextual” en el nivel de anclaje.
  • Por qué la [V] (Integración energética en el sector petrolero) del nivel supraunitario-“variable de relación”- se convirtió en [UA] en el nivel de anclaje.
  • Por qué los [R] (Período de transición, Período de construcción, Convenios Petroecuador y PDVSA) se convierten en “variables absolutas”  en el nivel de anclaje.

 A la primera cuestión se respondió atendiendo a que las variables contextuales imponen la inclusión “parte / todo”. En tal sentido, la [UA] (Gobierno de Rafael Correa desde el año 2008 al 2011) del nivel supraunitario se erigiría en un “todo” de referencia que se utilizó en la valoración de los indicadores. De este modo, por ejemplo, cada vez que se midió la cantidad de barriles producidos o la exportación (uno de los indicadores) se lo hizo en función de un determinado período  o en el contexto de algún convenio (R del niveles supraunitario) en relación con el Gobierno de Rafael Correa.
En cuanto al segundo interrogante, se intentó, primero, dar respuesta a porqué la [V] (Integración energética en el sector petrolero) resultó una “variable de relación”. En su carácter de tal, la “Integración energética en el sector petrolero”, por decirlo de algún modo, “atravesó” todo el análisis (es por ello, precisamente, que se erigió en [UA] del nivel de anclaje), estableciendo vínculos entre la [UA] del nivel supraunitario (Gobierno de Rafael Correa) y la [UA]  del nivel subunitario  (Período de transición, Período de construcción, Convenios Petroecuador y PDVSA.). La “integración energética en el sector petrolero”, resultó una categoría englobadora, conceptualmente hablando, que luego implicará la distinción entre los dos tipos de períodos (transición y construcción) y los convenios; lo cual resultó una “variable” del nivel supraunitario en función de que se trató de uno de los “aspectos” bajo los cuales fue abordada la [UA] (Gobierno de Rafael Correa) de dicho nivel. En cambio, tal como se ha mencionado, se erigió en [UA] del nivel de anclaje en su capacidad de vincular las [UA] del nivel supraunitario y del subunitario.
En cuanto al tercer interrogante, los períodos de transición y  de construcción, como los  Convenios Petroecuador y PDVSA, (valores- [R] en el nivel supraunitario) resultaron variables absolutas en tanto se constituyeron en “predicados” de las unidades de análisis. Sumariamente, se pudo expresar que “El Gobierno de Rafael Correa” ([UA] del nivel supraunitario) produjo (predicado) un tipo de integración energética  en el sector petrolero ([V] del nivel supraunitario), y que el tipo de integración energética en ese sector ([UA] del nivel de anclaje) se dividió en (predicado) tales como los períodos (de transición y de construcción y los convenios ([UA] del nivel subunitario). Éstos últimos devienen en UA del nivel subunitario puesto que resultaron, efectivamente, los aspectos concretamente analizados en la investigación. En ello, se adhirió al criterio de Fernández  (Fernandez, 2011) para quien el nivel subunitario atañe al tratamiento de los datos; el de anclaje supone la formulación de la hipótesis, en tanto su UA de análisis se erige en el eje argumentativo de la tesis; y el nivel suprauntario permite la formulación del tema.

1 Realismo es situado en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, los autores pertenecientes a esta postura señalaron que el contexto histórico condicionó el desarrollo y el debate donde el conflicto es el punto nodal para la comprensión de todos los procesos. Entre los autores se destacaron: Edward Carr y Hans Morgenthau.

2 Institucionalismo: surgió en la década de 1970, comprende las interacciones con efectos recíprocos de las distintas partes que lo componen el proceso.

3 Funcionalismo atribuído a David Mitrany (hacia 1930), estipulará que los estados nación son poco eficaces para enfrentar la interdependencia del mundo moderno, lo cual se evidenció con la crisis de 1930 y los gobiernos totalitarios de Europa, por lo cual, separan los problemas políticos de los económicos, estableciendo la cooperación internacional en espacios técnicos específicamente; se opuso al federalismo ya que éste propugnaba una falsa unión regional

4 A partir de la crítica a la teoría de Lazarfeld y Menzen (1979), en la que, en opinión de Samaja, se confunden criterios en el abordaje de las variables con que se trata al objeto, este autor propone “deslindar dos aspectos de las variables”: a. Un aspecto de carácter lógico ( a saber: si la variable en cuestión es un ´predicado´, o una  ´relación´o una ´inclusión parte- todo´), y b. un aspecto instrumental (es decir, si la variable será medida con procedimiento de carácter  ´ analíticos´ , o ´estructurales´o globales.
La clasificación de las variables de Lazarfeld y Menzen  se sostiene sobre la distinción de las variables según sean de “colectivos” o de “individuos”, distinción que, para Samaja, es arbitraria en sí misma puesto que “todo colectivo puede  ser concebido como un individuo; y viceversa, todo  individuo puede ser concebido como un colectivo”. En opinión del autor, la “idea contenida en el par ´colectivo / miembro´ puede ser preservada, de modo más adecuado, mediante la noción de sistema (con  su dialéctica interna ´sistema/ suprasistema/ subsistema´)”. En su propuesta, es precisamente esta dialéctica entre sistema / suprasistema / subsistema, la que viene a reemplazar la distinción colectivo / individuo. Simultáneamente, se suplantan las “variables de colectivos” de Lazarfeld y Menzen   por la noción de  “tipología de variables”, y las “variables de miembros”, por  una “tipología de indicadores”.