LA ORALIDAD EN LA EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA

LA ORALIDAD EN LA EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA

Rebeca Revilla Moreno (CV)
Universidad de Almería

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1. Introducción

Como todos sabemos, la lengua constituye el medio por el que circulan todos los demás conocimientos, por ello la expresión oral se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de la sociedad actual. Así pues, las posibilidades de trabajo, estudio, relaciones sociales y superación, cada vez dependen más la capacidad de interactuar con los demás, teniendo como herramienta fundamental la expresión oral.

De este modo, una sociedad democrática, como la nuestra, precisa ciudadanos que sepan expresarse con fluidez y claridad, con óptima pronunciación y entonación, que empleen con pertinencia y naturalidad los recursos tanto verbales como no verbales (mímica, gestos, movimientos del cuerpo), que se hagan escuchar pero que también escuchen a los demás.

Así pues, cada vez se hace más necesario reivindicar la enseñanza de la comunicación oral. Una didáctica que desarrolle técnicas metodológicas mediante las que el alumnado sea capaz de desenvolverse con facilidad en distintos contextos (bien sean formales bien informales) sabiendo así adaptar el registro lingüístico al contexto en el que se encuentre.

En ese sentido, se hace necesario potenciar en las aulas actividades como la conversación, el diálogo, el debate o la presentación de informes a través de los cuales los estudiantes logren adquirir y desarrollar distintas técnicas de oralidad que le posibiliten interactuar con los demás individuos sin encontrar ningún tipo de traba.

Por todo ello, las siguientes páginas están dedicadas al desarrollo de un estudio epistemológico que ofrecerá una visión actual de la modalidad hablada del lenguaje y su relevancia en la globalidad del proceso comunicativo. Se trata de un estudio a pequeña escala mediante el que se han entrevistado a tres alumnos de un centro de enseñanza secundaria de la zona del poniente almeriense.

Tras analizar dichas muestras se creará una descripción de los errores más frecuentes cometidos durante las entrevistas. En función de dichos fallos se llevará a cabo una serie de propuestas didácticas mediante las que se pretende erradicar dichos errores.

2. La oralidad en la Educación Secundaria Obligatoria

Al igual que un recién nacido necesita romper el silencio para dar a entender que está vivo, el individuo también lo precisa para poder integrarse social y personalmente. Así pues, hubo un momento en el que “comunicarse” fue necesario para transmitir sentimientos, emociones, pensamientos, necesidades ect. Será a partir de dicho momento en el que el acto de comunicación se convierta en una pieza fundamental para el crecimiento cognitivo del humano.

En ese sentido, tal y como afirmó en el siglo XX Eduardo Benot, el hecho de que las personas necesiten la capacidad de comunicarse para poder convivir será lo que nos distinga del resto de seres vivos. Puesto que las personas, al igual que el resto de seres, sienten, ríen, lloran, se mueven, manifiestan su alegría o sus necesidades físicas, pero por encima de todo sienten un ansia socializadora que las conducirá a sentir la necesidad de escuchar y ser escuchado. Se trata pues de un factor elemental y básico que hasta el propio Pablo Neruda dejó plasmado en sus poemas:

Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas…
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que las oigas.

El código lingüístico se convierte así en un instrumento desarrollado por el humano cuya naturaleza no responde a necesidades físicas sino a una urgencia psicológica por socializarse. Todo ello conduce a una serie de interrogantes como: ¿qué hubiera sido del hombre sin un código lingüístico? o ¿podría existir el pensamiento sin lenguaje?. Se trata de interrogantes que hacen plantearse la importancia de todo código de comunicación.
Por otro lado, sería importante señalar que al mencionar “código” da la impresión de que nos encontramos ante un elemento inalterable e inamovible al que los hablantes han de acatar sus dictámenes. Sin embargo, si se concibe el lenguaje como un sistema estático sin posibilidad de cambios ni de modificaciones tendríamos que aceptar como válida una única manifestación: la escritura.

Sin embargo, sabemos que la comunicación es una herramienta útil y cotidiana que debe estar al servicio de los hablantes por lo tanto hallamos así la otra modalidad del lenguaje: la oralidad. Los miembros de una sociedad no se suelen relacionar escribiendo, a excepción de contextos muy limitados. De modo, que las personas suelen relacionarse a través del ámbito de la oralidad. Brindándole así al arte de hablar una gran capacidad comunicativa dotada de la riqueza, vivacidad y dinamismo que necesita el lenguaje.

Así pues, tal y como establece Saussure1 lengua y habla se convertirán en dos campos vertebrados del amplio concepto de lenguaje. Encontramos así un sistema de la lengua que representa la fijación del idioma, las cuales rigen y plantean las normas reguladoras del código lingüístico y por otro lado, la realización real de tal código normativo. De ese modo, al igual que en torno a la lengua proliferan estudios teóricos sobre el origen y la constitución de las lenguas alrededor del habla han nacido nuevas disciplinas como la Sociolingüística, la Pragmática o la Etnografía del Habla.

Con la aparición de todo ello se pudo comenzar a suponer que el lenguaje no sólo se comprendía por las reglas gramaticales, sino que existía mucho más allá de la evolución de un código escrito. Es más, tales evoluciones se cumplían por el uso cotidiano de la lengua, por lo que se ha de considerar el habla como un elemento con entidad propia.

 

1 Ferdinand de Saussure, Curso de Lingüística General, traducción, prólogo y notas de Amado Alonso, Buenos Aires, 1955 (2º Ed).
Todo ello, unido al hecho evidente de que la lengua hablada es la primera toma contacto del humano con el lenguaje (de hecho ya en la primera etapa de la infancia encontramos una predisposición del individuo por aprender el código idiomático a través de protopalabras o balbuceos) hacen que el habla cobre mayor importancia. De hecho, un pequeño aprende a interpretar el leguaje sin necesidad de normas gramaticales ni de estructuras lingüísticas.

Así, a pesar de desconocer los mecanismos de codificación del lenguaje es capaz de identificar las palabras, a familiarizarse con su entorno a zambullirse en el engranaje social.
De ese modo, la oralidad poco a poco ha ido ganando mayor protagonismo en la sociedad hasta tal punto que se ha convertido en una herramienta fundamental para el desarrollo de una sociedad democrática. Así, la expresión tanto individual como colectiva es cada vez más importante para el ser humano y será precisamente mediante la forma oral como nos relacionamos y nos comunicamos con el resto de seres.

Será por ello, por lo que el habla, que hasta no hace mucho, estaba prácticamente relegada del ámbito educativo se está abriendo camino entre el terreno de la pedagogía. Cada día se siente más la necesidad de poner en práctica técnicas didácticas que contribuyan al estudio y al aprendizaje por parte del alumno del dominio de la expresión oral. Para que así, el niño o el adolescente que pronto se convertirá en hombre sea capaz de desenvolverse en una sociedad en la que cada más se trata de influir en las opiniones personales.

En ese sentido se hace necesario mencionar el informe realizado por José Manuel Trigo Cutiño titulado Desarrollo de la oralidad en la Educación Secundaria. En efecto, tal y como apostilla Cutiño, actualmente existe un clamor general por parte de lingüísticas, pedagogos, docentes y didactas por el mal uso que se hace de la lengua tanto a nivel escrito como oral, pero especialmente en este último. Según Cutiño una de las principales causas se podría hallar en los mal denominados -ya que no se llega a entablar una verdadera relación comunicativa con ellos -“medios de comunicación”. Dichos medios se han convertido para mucha gente en una poderosa escuela paralela al sistema educativo, ya que se trata de un elemento que está presente día a día en prácticamente todos los hogares. A través de ellos, en muchas ocasiones, podemos convertirnos en testigos de verdaderos “desmadres comunicativos” en los que la incorrección, lo vulgar e incluso lo soez se convierten en los auténticos protagonistas. Así pues, no resultaría muy complicado constatar, sobre todo en la denominada “telebasura”, cómo muchas <<pseudofamosas>> hacen alarde de un lenguaje mal articulado como símbolo de progresismo y libertad. Algo que, como ya se sabe, significa precisamente lo contrario, más esclavitud y pobreza cultural.

Según Cutiño la mejor manera de evitar este tipo de hechos consistiría en una continua relación comunicativa programada, no sólo en los centros educativos, sino también en el núcleo familiar. Una relación comunicativa que diera lugar a tertulias con los amigos, coloquios en algún tipo de asociación o club. Sin embargo, el ritmo de vida tan acelerado que se está imponiendo, tanto en el ámbito escolar, como en el profesional impide cada vez más esta clase de actividades. Se quiera o no, este tipo de cosas crea un pobre bagaje cultural que hace mella en la capacidad lingüística de los jóvenes.
A ello, se le ha de sumar el tradicional modelo de alumno pasivo al que está acostumbrado el docente, el cual debe transmitir tal cantidad de información que le es muy complicado tener tiempo para realizar ejercicios relacionados con la lengua oral.

Según El Diseño Curricular Base para la Educación Secundaria Obligatoria creado por el MEC los alumnos deberán terminar la etapa obligatoriedad escolar estando preparados para ser ciudadanos de una sociedad democrática. Además, en todos los cursos de la etapa de la Educación Secundaria Obligatoria el área de lengua y literatura está considerada como una pieza elemental en el engranaje del sistema. Ello se debe a que tanto la lingüística como el conocimiento que brinda la mayoría de las obras literarias ayudará al alumnado a la creación de textos y a adquirir los recursos de expresión necesarios para desarrollar sus ideales. Así, al concretar las finalidades del área, se exponen cuatro declaraciones, de las cuales, las dos primeras aluden a la oralidad abogando por la mejora de la capacidad comprensiva (tanto de mensajes verbales como no verbales) y la mejora de la capacidad expresiva (aludiendo así a la corrección, la coherencia, la corrección y la propiedad expresiva).

Sin embargo, a pesar de que la LOE apuesta por la mejora de la capacidad lingüística del alumnado, la mayoría de los estudiantes no logra desarrollar un buen nivel de destreza comunicativa.

Por todo ello, a continuación se presenta un estudio epistemológico que ofrecerá una visión actual de la modalidad hablada del lenguaje. Se trata de un estudio a pequeña escala mediante el que se han entrevistado a tres alumnos de un centro de enseñanza secundaria de la zona del poniente almeriense. Seguidamente se crea una presentación de las distintas entrevistas que se han realizado.