UN ENFOQUE TEÓRICO ACERCA DE LOS VALORES EN LA CONTEMPORANEIDAD

UN ENFOQUE TEÓRICO ACERCA DE LOS VALORES EN LA CONTEMPORANEIDAD

Ibón Leonor Lahera Cabrales (CV)
UCP Frank País García

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 La comunicación como intercambio de la actividad.

En los últimos años, los científicos y  filósofos han dirigido la atención con mayor fuerza que en épocas anteriores a los problemas de comunicación. En las obras de los clásicos del marxismo existen múltiples referencias, en unos casos de forma explícita y en otros, inmersas en la consideración de las relaciones sociales. Sin embargo, durante mucho tiempo este problema no fue objeto de análisis filosófico pormenorizado.   
Resulta imposible la elaboración científica de la comunicación al margen de una consideración real y objetiva de la práctica y las relaciones sociales que la encarnan lo cual es posible a partir de una comprensión dialéctico materialista del hombre y la sociedad.
El problema de la comunicación y su determinación concreta no resulta fácil, pues es tan complejo como la actividad humana en que se expresa. Su inserción en el contexto social conduce a ser abordado en el plano político, jurídico, ético, artístico, psicológico, lingüístico, sociológico, filosófico. Sin embargo, en este caso interesa específicamente en su connotación filosófica, como relación objetivo-subjetiva en un proceso recíproco de producción, distribución y consumo engendrado en la actividad. Esta perspectiva de análisis integral de la comunicación encuentra su expresión concreta de la dialéctica materialista con la comprensión materialista de la historia.
La determinación marxista de la esencia del hombre como conjunto de relaciones sociales, y estas, como concreción de la actividad práctica de los hombres, sentó las premisas teórico-metodológicas para la comprensión científica de la comunicación en su dimensión social. El marxismo estigmatiza de raíz la concepción, según la cual en el trato humano sólo se manifiesta la subjetividad vivencial humana, y lo aborda en su expresión sintética  como intercambio de actividad y conducta humanas en las esferas espiritual y material del hombre.
Las categorías actividad relaciones sociales - comunicación están estrechamente vinculadas, pero no equivalentes por su contenido y funciones. La actividad social, como práctica, trabajo, constituye la sustancia de la socialidad humana. El hombre deviene ser social  en y por la actividad en su carácter procesal. Esta se despliega como relaciones sociales (materiales y espirituales) que se van acumulando de generación en generación y encuentran su expresión efectiva, su personificación en el proceso de consumo, distribución e intercambio de actividad de los sujetos sociales, es decir, en el proceso de comunicación. En un proceso de mediación dialéctica, de lo general a lo particular, donde actividad -  relaciones sociales-comunicación, se despliegan en un movimiento peculiar de concreción e identificación social.
La relación comunicativa o de comunicación ocupa un importante lugar en la interpretación del devenir social. Sin intentar en modo alguno esquematizar el problema objeto de análisis es posible acercarnos a su esencia determinando la comunicación como relación, sujeto-sujeto, en la que, mediada por la práctica, se convierten recíprocamente los momentos material y espiritual del hombre.
En la relación sujeto-sujeto los componentes cognoscitivos y valorativos se implican recíprocamente. El intercambio de actividad personifica relaciones cognoscitivas,  prácticas y valorativas.
La comprensión sistémica de la comunicación es una premisa insoslayable para la planificación científica del trabajo con el hombre. El conocimiento de las formas polifacéticas de manifestación da la clave para su análisis integral, así como para dilucidar aquellos eslabones centrales que garantizan su eficacia.
Cuando Marx subraya que toda la filosofía premarxista estuvo orientada hacia la interpretación del mundo, y de lo que se trataba con el surgimiento de la concepción filosófica marxista del mundo era de, ante todo, transformarlo; no significaba que su filosofía dejase de ser una interpretación de la realidad, sino que ahora, por primera vez, tal interpretación adquiría un carácter científico y que la misma se   realizaba conscientemente orientada hacia la transformación  de dicha realidad, precisamente en virtud de sus estrechos lazos con la práctica.
Para el análisis del papel de trabajo se debe estudiar la obra de Federico Engels “El papel de trabajo en la transformación del mono en hombre “, donde se puede argumentar la diferencia del hombre como ser consciente con respecto a los animales, el papel de trabajo en el surgimiento del hombre y su conciencia.
Un elemento que demuestra el valor teórico metodológico de la actividad, es su análisis en función de los fines y objetivos en correspondencia con los de la sociedad se orienta a la búsqueda de sus mejores tradiciones, los cambios necesarios y las transformaciones que favorezcan los fines, propósitos y metas viables en un mundo complejo y contradictorio.
¿Cuáles son estas problemáticas y realidades de la sociedad?
¿Qué alternativas se plantea la sociedad?
Enfocar estas interrogantes en el análisis de los valores a juicio de la autora de este trabajo debe ser desde un enfoque dialéctico materialista y de ha de   tener en cuenta:

  • La necesidad de una análisis objetivo de los valores. Se refiere a su contenido.
  • La diferenciación entre ciencia y valor, entre las formas del pensamiento científico y las formas del pensamiento valorativo y su interrelación.
  • Transformar el valor en conocimientos.
  • Esclarecer la naturaleza de los valores. En este aspecto se debe referir la naturaleza de la actividad práctico social de los hombres.

De hecho se necesita en el tratamiento de los valores de:

  • Un enfoque histórico, una retrospectiva histórica en los marcos de una sociedad determinada.
  • De la naturaleza de los valores humanos.
  • Del tratamiento de los valores en las disciplinas particulares.
  • Del necesario enfoque pedagógico.

Para un acercamiento a un enfoque pedagógico en el estudio de los valores se puede realizar una valoración desde los Congresos Internacionales de Pedagogía.
No es hasta 1999, que tienen lugar los Simposios de Valores y aparecen nuevas tendencias educativas. Se habla de una educación democrática y de  teorías curriculares, donde los valores van cobrando un espacio y en el 2001 se les reconoce como un elemento integrador del proceso de enseñanza – aprendizaje apuntando a un estudio del papel y  la relación entre las diferentes influencias educativas.
Tiene lugar además el simposio: “La Formación de Valores. Un problema pedagógico y un reto a la escuela actual” cuyas tendencias principales fueron: el vínculo de los valores con la lucha ideológica, los valores que hay que formar en un mundo globalizado y neoliberal, y la labor determinante del docente en el proceso de formación de valores.
Paralelamente a los Congresos de Pedagogía tienen lugar algunos Congresos Iberoamericanos como el de Educación en Valores (Uruguay, 2000) y los de Investigación - Educación (1999 y 2000). En éstos se reconoce cada vez más el papel del docente en el proceso educativo; pero se abordan a partir de aristas como la interdisciplinariedad, los ejes transversales, el proceso de democratización, enfoques multilaterales, acerca de los problemas de la tecnología, la informática, de algunas cuestiones curriculares y la identificación hacia un aprendizaje de los valores, entre otros aspectos.
En general se puede reconocer el proceso de formación en valores como un elemento integrador del proceso de enseñanza aprendizaje y la necesidad de una formación de una cultura general integral del hombre. Propósito que corresponde esencialmente a la escuela y en específico al docente en su desempeño pedagógico, en relación con la influencia de otras instituciones y organizaciones a nivel social. La autora ha participado en múltiples proyectos de investigación, tesis de maestrías y doctorados que aplicados en la práctica así lo demuestran.
Se desarrollan además, propuestas de proyectos educativos, modelos, alternativas desde la diversidad, pues el problema de los valores se encuentra en el centro de los problemas contemporáneos.
Dentro de estos proyectos educativos se puede tener en cuenta aspectos como los reconocidos por la Escuela Cubana:

  • Modelar una escuela con características nuevas
    • Determinar los objetivos formativos
    • Establecer el sistema de relaciones entre los elementos del proceso de enseñanza – aprendizaje
    • Promover un proceso de enseñanza – aprendizaje desarrollador con la dirección pedagógica del docente.
  • Elaboración del plan de estudio
    • Su contenido flexible, actual, novedoso y deseado
    • Promover el conocimiento desde dos áreas: ciencia –tecnología y ciencias humanísticas.
  • Diseño de un proyecto educativo contentivo del ideal del proyecto social con un estilo participativo
  •  Perfeccionamiento de la concepción del trabajo metodológico desde sus diferentes niveles.
  • La interrelación de la escuela- familia- comunidad.

Es  necesario un proceso de dirección pedagógica de la formación en valores donde participan diversas instituciones y los organismos desempeñan un importante papel que adquieren significados según la sociedad y su organización, sus modelos y estilos.