COMPETITIVIDAD REGIONAL DE LAS EMPRESAS MANUFACTURERAS  DE MÉXICO

COMPETITIVIDAD REGIONAL DE LAS EMPRESAS MANUFACTURERAS DE MÉXICO

Genaro Sánchez Barajas (CV)

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1.1.-Marco de Referencia

a). Origen

Históricamente el ser humano se ha planteado dónde  y cómo vivir para adquirir con eficiencia y oportunidad los bienes y servicios que requiere para su sobrevivencia y para su progreso material  e intelectual. Los registros más antiguos revelan que ha procurado asentarse a la orilla de grandes cuerpos de agua, de colinas y bosques como de planicies que muestran tener potencial y disponibilidad de recursos naturales, mismos que al ser consumidos  en forma continua, en cantidades suficientes prácticamente en su estado natural, hicieron posible el paso de su vida nómada a la sedentaria, la cual   dio origen el establecimiento   de los núcleos poblacionales en los espacios geográficos que hoy conocemos en el  mundo.

Ejemplos de los asentamientos humanos así concebidos son los registros de las civilizaciones de la  antigüedad  a lo largo de  a los ríos Tigris, Éufrates y del Nilo en extensiones territoriales con una fuerte vocación agrícola, que con mucha posteridad se volvieron a repetir en Inglaterra con la construcción de la ciudad de Londres  en las riberas del río Támesis, la ciudad de París que es atravesada por el río Sena, Córdoba a un lado del Guadalquivir, Moscú y Chicago, cuyos ríos les dieron sus nombres a estas ciudades.

Con la teoría del mercantilismo que motivaba a comerciar entre países y el desarrollo pleno de la industrialización    de los siglos XVIII al  XIX, se desarrolló la transportación marítima más que en el renacimiento e hizo posible traer de otros países la mano de obra y materias primas  que demandaban los procesos productivos de los bienes manufacturados que se comercializaban en gran escala en Europa y los EEUU.
 Lo anterior en cierta forma dio origen a una división regional mundial promovida por la colonización europea en gran escala en otros continentes, situación que llegó describirse como la relación entre la metrópoli y sus colonias, donde éstas últimas proveían de materias primas y de fuerza de trabajo a las primeras, que al contar con las innovaciones tecnológicas de la época,  estaban en condiciones de procesar y vender en los dos mercados, ahora,  los bienes industriales que se caracterizaban por contener valor agregado ( la fuerza de trabajo) a las materias primas.
En pleno siglo veinte la conveniencia de industrializar zonas geográficas  hizo que se construyera en torno al río Volga en la extinta Unión Soviética, así como las grandes inversiones en infraestructura hidráulica  en Estados Unidos  como la presa Hoover o en la cuenca del Mississippi, coadyuvaron  al desarrollo regional  de las entidades federativas alineadas a su alrededor.   
Puede decirse que a medida que surgieron las innovaciones tecnológicas,  los recursos naturales fueron transformados en productos manufacturados cuya producción emanó, por lo general,  en muchos casos, del uso de la mano de obra y de los   insumos y materias primas existentes localmente. Sin embargo, a medida que creció el mercado internacional ya no fue suficiente el acopio local para procesar volúmenes  crecientes de bienes manufacturados,   por lo que hubo que pensar en traer de otras latitudes las materias primas o este tipo de  bienes en sí mismos.   
En  el siglo XX, precisamente la búsqueda de materias y su acopio correspondiente fue uno de los factores que influyó  en el estallido de las dos grandes conflagraciones  mundiales: la de 1917-1919 y la de 1939-1945.
Al término de ésta última  los EEUU emergen prácticamente como la gran potencia que, conjuntamente con otra vencedora: la extinta Unión Soviética, redefinieron el uso de la  geografía mundial.   En  este contexto, el hemisferio occidental y concretamente en el continente americano, la región de América Latina quedó en el área de influencia de los EEUU, país que llegó a considerarla como su proveedora de materias primas y obviamente pero con menor preferencia, también de mano de obra.

En este periodo  también surgen las Naciones Unidas que poco hicieron por criticar la nueva división territorial del mundo; no obstante,  impulsaron  los estudios de desarrollo regional al interior de los países. Así fue como surgieron y se difundieron por ejemplo, las teorías de Perrox,  de los polos de desarrollo; de Walter Issard, que identificó y explicó la fuerte relación económica que puede existir entre dos o más regiones, etc.

Origen y evolución de la teoría económica espacial, fuente del desarrollo regional.

En  opinión de Oreste Papescu ( 1957:X) la teoría económica espacial deriva de la evolución que ha venido experimentado la teoría económica general, la cual puede describirse en tres etapas. La primera etapa   se caracteriza por “ la toma de conocimiento y el análisis del fenómeno económico en su dimensión substancial “; en esta etapa se concibe e integra su marco teórico con diversas  teorías dentro de las que pueden mencionarse la del valor, precio, renta de la tierra, salarios, ganancia del empresario, interés, capital y algunas muy acabadas como la teoría monetaria y la del comercio exterior de un país, que culminaron con  la teoría del equilibrio general , “ con la  cual pareció que nuestra ciencia había alcanzado la forma definitiva”.
Este autor comenta que no obstante este gran logro, enseguida se escucharon voces de insatisfacción por que aun cuando se reconocía el avance alcanzado en la conceptualización, se afirmaba que ello apenas era el primer paso en la ruta del desarrollo “científico- económico”, ya que se requería de una “segunda aproximación” en la que se explicara que los fenómenos económicos requieren de tiempo para surtir sus efectos en la sociedad, dado que antes se suponía que éstos la impactaran de inmediato.
Así, la segunda etapa  se inicia  en el momento que los teóricos “encaran el análisis del fenómeno económico en su dimensión temporal.  A esta etapa se le denominó de  “Dinámica Económica” ; misma que en mi opinión constituye el fundamento del estudio de las fluctuaciones de las variables económicas, ya que se pudo identificar desde sus movimientos en el corto plazo ( estacionalidades)  hasta la tendencia secular : variación en el largo plazo. Lo anterior en cierta forma es la base de lo que hoy se conoce como “Teorías del crecimiento y del desarrollo económico”.
Puede decirse que la conjugación del pensamiento económico en las etapas uno y dos, constituye  el acervo básico de la “teoría de la forma del mercado y de su conexiones con  la teoría del circuito económico”, al igual  que de las teorías monetaria y económica general.
No obstante el notorio avance de la teoría económica en los ámbitos conceptual y temporal, ésta aun no describía satisfactoriamente la realidad en que actuaban los agentes económicos, i.e,, faltaba darle el sustento espacial en que operan éstos. Ahora parece extraño que la “vida económica” se concibiera en ausencia total del territorio en que se gestaba; pero así fue durante mucho tiempo
Esta incongruencia emanada del planteamiento irreal en que se suponía se manifestaba la economía, dio la pauta para el inició de nuevos estudios cuyos resultados posteriormente ensancharían y profundizarían  la teoría económica, porque ésta se enriqueció con el nuevo enfoque: el espacial.
Así, “la tercera etapa” de la teoría económica comienza, pues, a partir del momento en que los investigadores toman conciencia e inician el análisis económico en su dimensión espacial, por consiguiente, esta es la etapa en que surge la teoría económica espacial.
Dicha etapa en opinión de este investigador ( Popescu, 1957) apareció y se desarrolló en el lapso que comprende las dos guerras mundiales del siglo XX, “ como un producto  exclusivo de la ciencia alemana, y sobre la base de las contribuciones de Heinrich, Von Thunen y Alfred Weber; él considera que sus discípulos más sobresalientes fueron A. Predohl, O. Englander, H Retchl, H. Weignann, T. Palander y August  Losch .
¿ qué hizo August Losch?
Fue un ciudadano alemán nacido el 15 de octubre de 1906 en Oebringen ( Wurtemberg). Su buena actuación como estudiante le permitió obtener una beca para iniciar “estudios económicos, filosóficos e históricos con los profesores Eucken, Schumpeter y Spiethoff en las Universidades de Tubingen, Friburgo, Kiel y Bonn de 1927 a 1932.
Comenta Popescu ( 1957: VII) que para incursionar como alumno en la universidad tuvo que hacer estudios en economía, de suerte que un trabajo estadístico de dos años le permitió descubrir “ondas demográficas”  y ser contratado como docente en la Universidad de Bonn.  
Escribió mucho entre los años de 1943 y 1939, periodo en que publicó su obra “Teoría Económica Espacial”. Hasta su muerte en 1945 publicó bastante sobre el tema y en Estados Unidos tuvo adeptos como Walter Isard y E. Hoover. En Francia tuvo seguidores como Claude Ponsard y F. Perroux, Este último hizo una interesante aportación sobre la determinación de la naturaleza de los espacios económicos.
En lo que se refiere exclusivamente a Losch, sus contribuciones a este nuevo campo versan sobre:
1.- La localización de los mercados; y
2.- La localización de las materias primas.
Hay coincidencia general de que su contribución más original es “su exposición  de la naturaleza de las regiones económicas”, referente básico de “ la determinación de la naturaleza de los espacios económicos” de F. Perroux.
La originalidad de sus pensamientos en este campo del conocimiento es que él para determinar ua región no considera indicadores tan importantes  como el factor de la movilidad, como tampoco a existencia de mercados ni de las fuentes de materias primas ni de los transportes. Lo que hace es definir la estructura de una región, i.e., “la interrelación de todas las variables pertinentes, con un mínimo de suposiciones que, con un verdadero genio, han sido elegidos deliberadamente lo más generalizados posible” (ídem: XIV).
Stolfer dice que Losch “no intenta la definición de una región como medio para analizarla; tampoco anda en búsqueda de características especiales ( ergo, movilidad, demanda, homogeneidad o autoabastecimiento”. “Su planteamiento del problema concierne a las interrelaciones    de las unidades de producción y de consumo individuales, a la ubicación eventual de mercados y de centros de producción, de líneas de transporte, de distribución de la población  y de las ciudades; todo eso a determinarse simultánea y mutuamente. Lo decisivo es la estructura complicada, la Gestalt,  y no las características de una superficie”.    
En síntesis su enfoque metodológico consiste en identificar y cuantificar la estructura de una región, cuya fundamentación es el estudio de las interrelaciones  con otras regiones, puesto que con los datos de una sola región aislada poco se puede hacer en materia de desarrollo regional.
Así, quien se interese en profundizar en el pensamiento de este pionero del desarrollo de la teoría económica espacial,  puede iniciarse abrevando en su obra intitulada “ Teoría Económica Espacial”, publicada por Editorial El Ateneo, impresaEn Buenos Aires, Argentina, en 1957, de la cual sugiero leer su:
Capítulo I.- Localización;
Capítulo II.- Regiones Económicas;
Capítulo III.- Comercio; y
Capítulo IV.- Ejemplos.

Culminación del predominio alemán e inicio del liderazgo anglosajón en el desarrollo de la teoría económica espacial. 

     En este contexto, Juan Hortalá Arau ( 1971: XV) informa que con las investigaciones de Losch termina la hegemonía del pensamiento alemán en  la Conformación de la teoría económica espacial, en virtud de que a partir de 1940 se inicia el protagonismo de los estudios de este campo de origen anglosajón.
Dentro de estos últimos destacan los de Walter Isard (1971:XV). Él representa la continuidad de los estudios de Losch en lo que se refiere al equilibrio espacial general; en contraposición a los seguidores de Alfred Marshall, que también dieron continuidad al equilibrio pero al  parcial  (protagonizado por estudiosos como Fetter, Smithies, Ackey y Enke)
 Sobresale su obra “Location and Space Economy”  qu apareció en 1956; en ella se ve, como en la de Losch, la prioridad que se le asigna a la localización. Señala en esta obra que su objetivo es construir un modelo de carácter general, i.e., “ mejorar las bases espaciales y regionales de las disciplinas que comprenden las ciencias sociales, particularmente de la economía,  a través del desarrollo de una más adecuada teoría general de la localización  y del espacio económico”.
Puede decirse que sus estudios enfatizan la construcción de un modelo en el que la localización óptima supone la minimización del coste de transporte; con ello pone de relieve  su interés por estudiar prioritariamente con un sentido amplio al factor transporte, es decir, incluye la distancia  en el estudio económico general. En este sentido es que define al factor transporte “como el movimiento de una unidad de peso a lo largo de una unidad de distancia”. Con ese enfoque dio un gran impulso a la micro economía espacial porque involucra al concepto de distancia en el ámbito productivo y en el campo del intercambio regional de bienes y servicios. Ello dicho en otras palabras significa que estudia la producción en un territorio determinado en conjunción con el costo de transporte. Todo encuadrado en la conceptualización o marco teórico que proporcionan la economía y la geografía, padres de la región que se pretende analizar.
Al respecto, para analizarla utilizó el instrumental económico- estadístico. El primero para definir el tipo de actividades económicas a estudiar; el segundo, para cuantificar sus efectos territorialmente y para dar soporte estadístico a los resultados encontrados en el proceso de investigación espacial.
En ese contexto su obra “ Métodos de Análisis Regional: Una introducción a la ciencia regional”, comprende una gama de métodos y de indicadores con los cuales se puede tipificar económica y estadísticamente con rigor técnico, tal que sus valores sustentan la toma de valores para  el fomento de una empresa o actividad económica en un espacio determinado. Su obra consta de 13 capítulos en los que explica cómo se puede hacer análisis con la metodología allí sugerida. Así, él empieza describiendo los métodos a usar en la proyección de la población como los que usa para medir las corrientes migratorias. Enseguida expone la metodología para hacer contabilidad social y estimación de la renta regional.
Con ese referente posteriormente enuncia los principios sobre el análisis de flujos interregionales y de balanza de pagos, mismos que dan la pauta para  luego adentrarse en el análisis del ciclo regional y del multiplicador del mismo nombre.
Después introduce al lector en el análisis de la localización industrial  y medidas afines, así como al manejo de las técnicas input-output regionales e interregionales. En este sentido es que enseguida profundiza en el sector industrial al proponer cómo estudiar los complejos industriales.
 Habla de la importancia de la programación lineal intrarregional, de los modelos de interacción gravitales, potenciales y espaciales, al igual que de los canales de síntesis y culmina  con una recapitulación y perspectivas.

Desarrollos contemporáneos   

Cabe señalar que su metodología, criterios e indicadores no han perdido vigencia y que su aplicación en la actualidad se hace de manera amigable con los modernos softwares que aplicados a las computadoras procesan con rapidez la vasta información que requiere un estudio de corte regional.
Dentro de los softwares  especializados que sugiero usar con más frecuencia sobresalen: Geuda, ArcView, ApaceStat, Matlab, etc.    

En este sentido conviene señalar las obras realizadas por estudiosos del tema como las siguientes:

1.- “Econometría Espacial”, de J. Paelink, Cliff y Ord, L. Anselin;
2.-“ Econometría Espacial”, de Pätricio Aroca, IDEAR- Universidad Católica del Norte, Antofagasta, Chile;  
3.- “Ejercicio de econometría espacial o regional”, Apéndice C; http://cantarina.u de la p. ;
4.- Econometría Espacial”, ciencia regional, de Jorge A. Pérez Pineda, Investigación Económica;oct-dic., año/vol.LXV, número 258; karinanp@economía.unam.mx;
5.- “El uso práctico de las técnicas de econometría espacial: la productividad del trabajo industrial”, de Angel Alañon Pardo, Universidad Complutense, España;
6.-“Introduction to Spatial Econometrics, de James P. Lasage, Kelley Pace, Editorial Taylor & Francis;
7.-“Econometría Espacial”: nuevas técnicas para el análisis regional. Una aplicación a las regiones europeas”, de Rosina Moreno Serrano y Esther Vayá Valcarse.