COMPETITIVIDAD REGIONAL DE LAS EMPRESAS MANUFACTURERAS  DE MÉXICO

COMPETITIVIDAD REGIONAL DE LAS EMPRESAS MANUFACTURERAS DE MÉXICO

Genaro Sánchez Barajas (CV)

Volver al índice

I.3.4. La extensión del modelo de Porter

I.3.4.1 Teoría de la competitividad sistémica: Altenburg, Esser, Hillebrand y otros. 

La teoría de Porter sirvió de referencia para que se elaboraran  estudios en Latinoamérica sobre la competitividad a través del desarrollo de  la teoría de la competitividad sistémica durante la década pasada. El Instituto Alemán de Desarrollo creó el concepto de competitividad sistémica, la que define como “medidas dirigidas a objetivos y entrelazadas en cuatro niveles sistémicos (meta, macro, meso y micro) que contribuyen a fortalecer la competitividad  de las empresas locales”. Marcelo (2002: 13) describe teórica y gráficamente la interrelación de los cuatro niveles en la  figura No. 3.
En ella se observa que la competitividad surge de la articulación, simbiosis y sinergias  que se gestan  entre los elementos de la economía industrial con los sociológicos, políticos y las innovaciones de las empresas.  Por otra parte, al analizar de manera separada cada uno de los cuatro niveles se verifica que en el caso del macro, éste se refiere a la existencia de un entorno económico y político estable. Que el nivel micro, es aquel en el que las empresa operan con costos bajos, calidad en sus productos y con flexibilidad para enfrentar oportunamente los cambios en la demanda; en lo que atañe al nivel meso, éste corresponde a la formulación y aplicación de políticas concretas para crear un entorno favorable para el desarrollo de las empresas y, finalmente, el nivel meta, en él se expresa la participación de la sociedad aportando valores culturales, consensos en torno a la dirección del cambio y en las habilidades de los agentes sociales para formular políticas y estrategias que, en opinión de Alburquerque (1997: 153), influyen en la determinación de la competitividad de la empresa.
Esser Klaus ( 1999: 243 ) hace una excelente  contribución que puede ser útil para las MYPES mexicanas, al ilustrar cómo pueden reforzarse los esfuerzos para desarrollar ventajas competitivas nacionales, así como la demanda interna y regional  mediante nuevas iniciativas de integración en Latinoamérica, tomando como referencia la experiencia de las ETN japonesas, que desde hace tiempo transfirieron las etapas menos competitivas  del ciclo productivo a países vecinos con bajos niveles salariales, con el propósito de: a). Proveer a los productores nacionales de insumos baratos; b). Dominar los mercados locales; c). Exportar de esos países productos terminados  a otras regiones y , d). suministrar productos intermedios más baratos a sus filiales en otras regiones del  mundo. Indica que al existir ETN’s en México, se pueden fortalecer los procesos de aprendizaje tecnológico –organizativo y la creación de redes de producción para que las PYMES mexicanas industriales accedan a las exportaciones.

En esta  línea de investigación iniciada por los especialistas del Instituto Alemán de Desarrollo y de la CEPAL, sobre cómo aumentar la competitividad en  América Latina y en México en particular, Altenburg, Qualman y Weller ( 2001) realizaron un  estudio en el que señalan que los programas crediticios y de capacitación hasta ahora aplicados no contribuyen significativamente a “ superar la segmentación de las estructuras  de las empresas y de los mercados laborales” , razón por la que son pocas las pequeñas empresas que crecen y que llegan a convertirse en unidades productivas formales que coadyuvan en el mejoramiento de la producción y a crear empleos estables y bien remunerados. Para acrecentar su número sugieren la interrelación de tres áreas cuya simbiosis permite generar el potencial para la creación de empleos, en consonancia con el fortalecimiento de la productividad y eficiencia, a la vez que con la generación de nuevas ventajas competitivas basadas en el conocimiento.
Las áreas son: 1. mayor integración de la PYME (no incluyen microempresas) en sistemas de producción modernos e internacionalmente competitivas; 2. Fomento y mejoramiento de la industria maquiladora y 3. el desarrollo de la industria y los servicios en base a una modernización incluyente de la producción de bienes primarios. En cada una de ellas proporcionan los elementos necesarios para su conformación con indicadores objetivos que se pueden construir directamente o servir de referencia para elaborar otros (con la información estadística disponible) en México.