APORTES DE LA CIENCIA REGIONAL AL ESTUDIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

APORTES DE LA CIENCIA REGIONAL AL ESTUDIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Andrés E. Miguel Velasco (CV)
Pedro Maldonado Cruz (CV)
Julio César Torres Váldez (CV)
Nestor Solís Jiménez(CV)

1.3a. El modelo economicista

Inició en el Siglo XIX. Destaca en su formulación inicial la "escuela clásica" a través de las propuestas de Adam Smith (1723-1790), David Ricardo (1772-1823), Thomas Malthus (1766-1834) y John Stuart Mill (1806-1873) entre otros. El mundo económico clásico está compuesto de muchas empresas competitivas, muchos compradores y vendedores sin barrera de entrada a los mercados (pues no hay monopolios y el gobierno solo regula las anomalías de los ciudadanos), y combina el papel del mercado y del gobierno como los principales agentes de la economía.

Variantes fundamentales de este enfoque han sido formuladas por la "escuela neoclásica" y “neoliberal”. Según la primera, puede beneficiarse del sistema económico todo aquel que sea capaz de aportar algo al mercado, y este pague un precio por lo aportado. La relación más importante que debe preservarse es el libre juego mercantil, que básicamente debe conducir a que la relación entre la oferta y la demanda sea la que finalmente determine el precio de los productos y la eficiencia de las empresas. Por su parte, el "neoliberalismo" defiende la economía de la libre empresa, y considera que el desarrollo económico puede regularse a través de la cantidad de dinero e inversión que se inyecta a la economía, tanto internamente como a través de las exportaciones.

En 1826 se planteó por primera vez el análisis espacial en este paradigma. Se resolvió el problema de la localización agraria a través de la determinación de un modelo estructurado a partir de la formación de zonas óptimas que, de acuerdo con las distancias de producción, se distribuyen alrededor del mercado a modo de círculos concéntricos, de tal manera que la distancia es una función de los fletes de transporte (Von Thünen 1966).

Otros autores delimitaron el ámbito formal de los estudios de la localización industrial, con la intención de producir una teoría sistemática de Li tanto industrial como agrícola capaz de definir el equilibrio en el ámbito espacial (Weber 1909, Lösch 1954). El neoclasicismo y neoliberalismo también llegan a la conclusión que Li depende de la distancia al mercado, y de los costos de transporte (ver apartado I.1 del Anexo: Síntesis matemática de las teorías de la región).

Lo más reciente de la visión económica lo es la “globalización”, esta es la expansión de la economía a través de las fronteras políticas nacionales y regionales. Se manifiesta por la ampliación del movimiento de los bienes y servicios corporales e incorporales, y la multiplicación de las migraciones. A la globalización se aúna un desarrollo técnico acelerado que entraña cambios profundos por los avances de la tecnología en informática, la robótica, la electrónica, las telecomunicaciones, la biotecnología y los nuevos materiales, avances que han dejado en un segundo plano los sectores tradicionales como la manufactura y la siderurgia (Marín 1997). Todos estos cambios tienden a manifestarse en la “competitividad” empresarial y regional (ver apartado I.2 del Anexo: Síntesis matemática de las teorías de la región).

En este caso la regionalización es un proceso que implica el movimiento de dos o más sociedades y economías hacia una mayor integración. Puede adoptar la forma de un Tratado de Libre Comercio de mercancías o de comercio preferencial. Globalización y regionalización forman un "sistema-mundo" que tiende a modificar el orden local a partir de su interacción con el exterior (Wallerstein 1996:16).

La Я global puede visualizarse a través del concepto de "centralidad y competitividad". La primera se entiende como la influencia de una localidad o ciudad determinada por el excedente de infraestructura, servicios, y su aprovechamiento en beneficio de la población de su área de influencia, la cual determina su jerarquía y operatividad ante el conjunto de localidades con las cuales se interrelacionan. Fue expuesta originalmente en la "teoría de los lugares centrales”, la cual considera que las ciudades y localidades desarrollan una estructura jerárquica entre ellas con base al excedente de infraestructura y servicios que poseen (Christaller 1966). La evolución subsecuente de esta centralidad es el sistema de ciudades (Bourne 1975), los cluster, distritos industriales y las redes espaciales. Estos conceptos analizan el conjunto de asentamientos que, bajo la supremacía de uno o de varios centros urbanos, mantienen relaciones estrechas y complementarias de índole demográfica, política, social, económica, tecnológica y cultural.

Para el paradigma globalizador, el ÐЯ depende de la competitividad de las ciudades y regiones, avaladas por la Li de las actividades en forma redes complejas, en las que se interrelacionan organizaciones empresariales, sindicatos, asociaciones, administraciones locales, institutos tecnológicos y universidades, que dan pie a las cadenas productivas, clusters y redes espaciales de industrias, servicios y tecnología informática. Así, para crear ventajas competitivas se necesitan políticas selectivas y específicas que rebasan el ámbito regional e incluso nacional, junto con las condiciones que promueven la innovación, la instrucción básica y los estímulos fiscales de la investigación y el desarrollo.