EL SECTOR COOPERATIVO EN EL MERCOSUR DURANTE LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XXI

EL SECTOR COOPERATIVO EN EL MERCOSUR DURANTE LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XXI

Sandra Colombo (CV)
Paula Oxoby


  5. Conclusiones preliminares

Una mirada sobre el sector cooperativo en los países del MERCOSUR con énfasis en las organizaciones que lo representan, sus grados de desarrollo y articulación con otros actores sociales y públicos, presenta un escenario tan dispar como el que se observara a propósito de los datos sobre tamaño, funcionamiento y presencia en la economía nacional.
Argentina y Brasil tienen instituciones creadas en los años 60, mientras que CUDECOOP aparece a fines de los años ochenta y CONPACOOP a principio de los noventa.
También la  organización territorial es dispar. COOPERAR se apoya en el INAES y en organismos locales competentes pertenecientes al sector gubernamental para llegar a todo el país, mientras que en el caso de Brasil hay representantes de la OCB en todo el territorio nacional a nivel municipal inclusive, a través de las OCE's.  En el caso de Uruguay y Paraguay, el tamaño de sus territorios nacionales no demanda -como en los casos anteriores- representantes adicionales.
Todas las instituciones del sector cooperativo analizadas comparten las atribuciones de representación, defensa, fomento y difusión del cooperativismo.
Se observa en todos los países una fuerte presencia del cooperativismo en el ámbito de la capacitación, promoción, seminarios y cursos de sensibilización. Prueba de esto es la existencia en casi todos ellos -a excepción de Paraguay- de  instrumentos de difusión: “La Gaceta COOPERAR” (Argentina), “Radiocoop” (Brasil)  y “Neticoop” (Uruguay).
En el caso de dos de los países del MERCOSUR -Brasil y Uruguay- la articulación entre la representación civil y el sector público se encuentra institucionalizada más fuertemente con la existencia de organismos mixtos de apoyo al sector, siendo estos los casos de Sescoop y la Comisión Honoraria de Cooperativismo. Esta situación actúa como resguardo de los altibajos políticos coyunturales tan frecuentes en la región.       
En el caso argentino esta articulación descansa menos en la institucionalización de la relación entre el sector cooperativo y el sector público, que en la existencia de una política de Estado en favor del sector.
La articulación entre los representantes civiles y los del sector público estatal se denota  más fluida y densa en los casos de Argentina y Brasil, mientras que este vacío es llenado -en el caso de los otros países- por convenios con organismos internacionales.
Todos los organismos de representación del sector tienen presencia en instituciones del MERCOSUR, lo cual es altamente positivo al reseñar su concientización a propósito de la importancia de la región y del proceso de integración, destacándose -tal vez en un intento por compensar la carencia a nivel nacional- el caso de Paraguay, quien denota una proyección altamente regional a través de programas tales como el Proyecto Red del Sur y EMFESS.
Del lado de los programas e iniciativas de apoyo al sector, Cooperar es el único caso en el que no se observan programas propios específicos, sino a través de su articulación con el sector público mediante el sistema de cooperación interinstitucional y su participación directa en el Directorio y en la organización de las comisiones ad-hoc por actividad en apoyo al sector. Todos los demás países del bloque cuentan con programas de apoyo al sector, sin embargo en la mayoría de los casos no se presenta información sobre su impacto y alcance.
En lo concerniente a la cantidad, calidad y alcance de los programas en apoyo al cooperativismo, Brasil lidera dentro del bloque, siguiéndole Argentina. Los países más pequeños por su parte, presentan esfuerzos no articulados ni institucionalizados, al tratarse en su mayoría de convenios que tienen una duración determinada y no de una política estatal.
En cuanto a las relaciones interinstitucionales, los socios mayores del MERCOSUR demuestran una relación más estrecha y orgánica entre los representantes civiles y los organismos gubernamentales. En el caso de los países más pequeños en cambio, se constata una escasa presencia del Estado en apoyo a sus iniciativas.