Esta valoración, dice Gligo, descansa sobre el principio planteado por John Hicks, se-gún el cual, el in-greso representa el consumo máximo que puede efectuarse sin que se modifique el patrimonio de una sociedad o individuo. Con ese concepto en mente, se restó del valor bruto de la producción el costo de los insumos y se obtuvo lo que el autor llamó el “Ingreso Económico”. Luego se estimaron los costos ambientales deri-vados de las distintas actividades económicas sobre la base del cálculo de la ero-sión, la pérdida del bosque, la pérdida de retención de capacidad hídrica, el incendio de árboles adultos y nuevos y la pérdida de la masa forestal reproductiva. Con el objeto de estimar la proporción del ingreso económico que representaban los costos am-bientales, se calculó un coeficiente de costo ambiental por unidad de ingreso econó-mico. Con el objeto de calcular el impacto de la reducción del patrimonio en la dispo-nibili-dad de recursos (agua, bosque, tierra) simplemente se calculó la diferencia de las existencias físicas antes y después del proceso de explotación.
El modelo DELC afirma que no basta calcular la diferencia de las existencias físicas antes y después del evento, pues debe tomarse en cuenta el hecho de que un ecosiste-ma sin bosque tiene un valor inferior a uno con bosque en una proporción que excede el simple cálculo económico de los recursos naturales absorbidos en el proceso productivo.
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