Al hablar de desarrollo sostenible nos parece oportuno dedicar unas líneas dirigidas específicamente a subrayar el alcance que tiene el concepto de ecología, debido a la relación tan estrecha con el sostenibilidad del desarrollo.
El término interdependencia constituye el centro de todo el discurso ecológico y es tan inabarcable que todos los estudios publicados sobre la salvaguardia del planeta se encuentran con que las ciencias se quedan cortas en la explicación de esta situación.1 Se han abierto diferentes caminos para que el problema ecológico entre a ser parte de toda la actividad humana. Se puede hablar por tanto de eco-tecnología (aceptando el modelo de sociedad con su respectivo paradigma de desarrollo, se trata de insertar modificaciones técnicas para obviar el degrado ambiental), de eco-política (es la capacidad de gestionar, desde el poder, un desarrollo que tenga en cuenta la salvaguardia del medio ambiente considerado como un bien común), de ecología social (el modelo de desarrollo como dominio sobre la naturaleza también se basa, a nivel social, en el dominio del hombre sobre el hombre sin tener en cuenta las diferencias y la interdependencia entre naturaleza y sociedad. La ecología social tiene que recuperar la relación entre sociedad y naturaleza y educar a una armonía con la naturaleza), de ética ecológica (de una ética utilitarista y antropocéntrica hay que pensar a una ética ecocéntrica para reconstruir la relación entre los hombres y entre éstos y la naturaleza) y de ecología mental (existe una estrecha relación entre la actuación del hombre externa y los mecanismos psicológicos internos que le llevan a ello. Si el universo está enfermo es muy probable que la psique humana también lo esté. Hace falta por tanto un cambio de la mente para que se de el cambio de la relación entre persona y naturaleza).
La evidencia de esta interdependencia hace que se consideren aspectos del problema que trascienden nuestra capacidad de dominio sobre las cosas. Así nos vemos obligados a relacionar entre ellos una biodiversidad desconocida con elementos como el aire, el agua, el clima, que no podemos controlar. Así se podría hablar de la relación entre la humanidad actual y las generaciones futuras que sabemos que vendrán solo por la experiencia de que hasta ahora estas se han sucedido ininterrumpidamente, o de la relación entre desarrollo y supervivencia, etc. La ecología se perfila como un problema global, que abarca toda la existencia del ser humano en el planeta. Es una problemática que tiene un carácter más sintético que analítico. Se trata más que nada, de desarrollar una visión y una actitud holística de la realidad que presupone el saber científico analítico y permita una visión de conjunto que parece imponerse por la conciencia adquirida de la interdependencia de las cosas.
1 Es recurrente en todos los informes que hemos utilizado en este trabajo como los informes del Club de Roma, Los límites del crecimiento, y Más allá de los límites del crecimiento, o el estudio de la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del desarrollo, Nuestro futuro común.
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