COMORBILIDADES MÉDICAS EN PACIENTES CON TRASTORNO MENTAL GRAVE DEL MEDIO COMUNITARIO

COMORBILIDADES MÉDICAS EN PACIENTES CON TRASTORNO MENTAL GRAVE DEL MEDIO COMUNITARIO

Rocío Torrecilla Olavarrieta*
Universidad de Cádiz, España

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      3. Factores que contribuyen a la morbi-mortalidad.

Una de las principales causas que hacen a los enfermos con TMG más vulnerables a las enfermedades físicas es un estilo de vida poco saludable. Así, entre estos pacientes, hay un porcentaje de fumadores habituales cercano al 70% y diferentes estudios realizados con esquizofrénicos integrados en la comunidad han puesto de manifiesto una elevada prevalencia de hábitos sedentarios y de prácticas dietéticas poco equilibradas (67, 68).

Como ya hemos mencionado, un elevado porcentaje de estos enfermos tiene patología dual, lo que contribuye aún más a una salud física deficiente, aumentando el número y la gravedad de las enfermedades médicas, y una reducción de los controles médicos y psiquiátricos (69).

Otras de las causas que contribuyen a mermar la salud física en los TMG son los posibles efectos secundarios de los antipsicóticos, entre los que destacan la ganancia de peso, la dislipemia y la diabetes, que se suman a lo que ya es considerado por algunos autores como una especial vulnerabilidad de los esquizofrénicos al sobrepeso y al desarrollo de diabetes (15, 70).

Además de las causas citadas, también influye en el aumento de la morbi-mortalidad el alto porcentaje de patología médica no diagnosticada. Es sabido que los antipsicóticos pueden reducir la sensibilidad al dolor lo que, sumado a la escasa conciencia de enfermedad y a la presencia de síntomas negativos, puede dar lugar a que comuniquen con menor frecuencia sus problemas físicos, contribuyendo de esta manera al infradiagnóstico (71, 72).

También, algunos aspectos relacionados con los profesionales sanitarios pueden contribuir al infradiagnóstico de las enfermedades “orgánicas”. Así, la necesidad de atender de forma inmediata la psicopatología grave y la creencia de que los exámenes físicos pueden interferir en la relación transferencial, a menudo hacen que los profesionales de salud mental desatiendan las enfermedades físicas (73).

En algunas ocasiones, el estigma de la enfermedad mental, los aspectos relacionados con la contratransferencia y la atribución de las quejas corporales a cenestopatías o síntomas psicosomáticos pueden contribuir igualmente a una deficiente atención médica de los pacientes con TMG (74).

A veces, un erróneo “descarte de organicidad”, por parte de otros especialistas, atribuye a la esquizofrenia síntomas psicóticos que pueden deberse a enfermedades médicas de difícil diagnóstico. De este modo se estima que un 3% de los nuevos casos que se presentan como esquizofrenia se deben a patologías médicas tales como epilepsia, traumatismos, tumores cerebrales, enfermedades desmielinizantes, trastornos metabólicos y autoinmunes (Enfermedad de Wilson, LES), encefalitis y otras infecciones (VIH, Lues, etc.), corea de Huntington y porfiria aguda intermitente (75).

Entre los factores relacionados con el sistema sanitario, la falta de coordinación entre atención primaria y salud mental supone una barrera para los enfermos mentales integrados en la comunidad. También, una situación socioeconómica “marginal”, algo relativamente común entre las personas con TMG, puede contribuir a un mayor hacinamiento y a limitar la accesibilidad a los servicios sanitarios (76).

Por tanto, como mantienen Dixon et al, en la realidad cotidiana de la vida comunitaria, todavía queda camino por recorrer, ya que son múltiples las dificultades  que los enfermos mentales graves encuentran para recibir una atención sanitaria integral, lo que aumenta la morbimortalidad y empeora su calidad de vida (77).