EL PAPEL DE LAS PRÁCTICAS ACA-DÉMICAS EXTERNAS EN LA FORMACIÓN DE LOS ESTUDIANTES DE ECONOMÍA

EL PAPEL DE LAS PRÁCTICAS ACA-DÉMICAS EXTERNAS EN LA FORMACIÓN DE LOS ESTUDIANTES DE ECONOMÍA

Rafael Moratilla López (CV)
Universidad de Castilla–La Mancha

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El rol de los empleadores. La figura del Tutor–Profesional

La participación de las empresas e instituciones en la asignatura “Prácticas Externas” designando a uno de sus trabajadores como tutor-profesional, que conozca los procedimientos para instruir a nuestros estudiantes no genera en sí mismo valor añadido, enseñar no es rentable por sí mismo. La rentabilidad se genera cuando se conoce la actividad productiva de la entidad y ello requiere un periodo previo de aprendizaje. La rentabilidad es el objetivo de cualquier empresa pues determina su capacidad de seguir produciendo y sus condiciones de intercambio. «La mayor parte de los estudios sobre estructura de mercado y rentabilidad utilizan el siguiente modelo general:  donde  es un índice de rentabilidad y C, B, y D son vectores de variables explicativas. De acuerdo con esta especificación, la rentabilidad en el mercado depende de un vector C de variables que indica la facilidad de colusión, un vector B que indica las condiciones de entrada y un vector D de variables que representan las condiciones de demanda»1 .

Colaborar con la Universidad impartiendo a los estudiantes las enseñanzas requeridas por las “Prácticas Externas” supone inicialmente costes para las empresas o instituciones. Se trata de una actividad no rentable que no entra en sus estrategias. Ahora bien, la incorporación de nuestros estudiantes, con sus conocimientos y habilidades constituye una oportunidad para ellas de mejorar su proceso productivo. Como señala Von Mises «el cálculo monetario alcanza su máxima perfección en la contabilidad del capital; indica al empresario cuál es el importe monetario de los medios de producción de que dispone, permitiéndole confrontar dicha cifra con los resultados que tanto la acción humana como otros factores pueden haber provocado. Tal confrontación proporciona cumplida información acerca de las mutaciones que hayan registrado los negocios, así como la magnitud de tales cambios; deviene entonces posible apreciar los éxitos y los fracasos, las pérdidas y las ganancias»2 . Que nuestra asignatura implique, en un primer momento, un coste para las entidades colaboradoras no quiere decir que no sea una actividad rentable. El proceso de aprendizaje genera beneficios a los estudiantes que lo reciben y a la sociedad en su conjunto. La magnitud de dicho beneficio puede obtenerse mediante «la determinación de la tasa de rendimiento interno de la educación, descansa en la comparación del conjunto de costes directos e indirectos que se derivan de la inversión en capital humano, con los beneficios que procura esta inversión, y esto tanto a nivel privado como social. Parte de los beneficios que proporciona la educación son de naturaleza monetaria, mientras que otros, de carácter más residual y generalmente más difíciles de cuantificar son de naturaleza no monetaria. Los unos y los otros recaen sobre los propios individuos, así como sobre el conjunto de la sociedad, de modo que la educación genera a la vez beneficios privados y sociales»3 .
Con todo, las entidades colaboradoras han de obtener algún rendimiento inmediato de las “Prácticas Externas” para que participen con un tutor–profesional que trasmita sus conocimientos a los estudiantes. Las empresas producen para generar valor añadido (Figura 1.4). En palabras del profesor Rojo «el capitalismo no busca la satisfacción de las necesidades humanas ni produce, por tanto, los bienes en cuanto portadores de valores de uso; sólo persigue la generación de beneficios y, en consecuencia, sólo está interesado en la producción de mercancías en cuanto portadoras de valor de cambio» 4.

Para entidades de gran tamaño con departamento de recursos humanos, colaborar en las “Prácticas Externas” es rentable como selección de futuros trabajadores. Se trata de una estrategia empresarial efectiva pues le permite conocer las habilidades, la puesta en práctica de los conocimientos y la actitud de los estudiantes que reciben enseñanzas en su empresa de forma directa y continuada. En el caso de empresas pequeñas y medianas (Pymes), el coste de formación que les suponen las prácticas lo podrán compensar mediante dos vías: a) La posible incorporación del estudiante a la plantilla; y b) El estudiante se adapta más rápido a las normas y procedimientos propios de las Pymes que a las empresas de gran tamaño. Ello implica que están en disposición de ofrecer resultados positivos de su trabajo en prácticas a más corto plazo pudiendo incluso aportar mejoras en la empresa dados sus conocimientos académicos y de mejorar la distribución de la renta pues «el aprendizaje es una gran posibilidad para el desarrollo de la microempresa, porque como generan una gran cantidad de empleos, si participan más en la generación de valor agregado, la riqueza nacional se distribuirá mejor» 5. En cualquier caso, la Universidad tiene que tener presente en todo momento los intereses de las empresas pues sin ellas y sus tutores-profesionales es imposible ofertar “Prácticas Externas” como una asignatura de calidad.

Por otro lado, el conocimiento es un activo intangible y, por ello, su rendimiento muy difícil de calcular. La «valoración del capital intelectual es un tema todavía poco trabajado. Más aún, no está nada claro que es el capital intelectual de una empresa. Y menos todavía si pretendemos valorar por separado la marca y el capital intelectual de la empresa» 6. Para destinar recursos a un activo intangible como el conocimiento hay que estimar que en un futuro los ingresos obtenidos superarán a los costes actuales. En otras palabras, hay que estar convencido de la importancia de dicho activo. La dificultad de valorar monetariamente el conocimiento incorporado al proceso productivo por los recursos humanos en general, y por los alumnos en particular, supone una barrera, un obstáculo, para su incorporación a las empresas como estudiantes en prácticas. Esta dificultad puede resolverse modificando los puntos de vista de los empleadores en materia de: a) Considerar que los gastos de contratación o de incorporación de un nuevo trabajador son un coste en vez de una fuente futura de valor; y b) Los intentos de medir la rentabilidad del capital humano se centran en los costes generados en vez de en los resultados futuros esperados.

1 Clarke, R. (1993): Economía Industrial. Madrid, Editorial Celeste, p.147.

2 Von Mises, L. (1980): La acción humana, tratado de economía .Madrid.Unión Editorial, pp.354-355.

3 Lassibille, G. y Navarro Gómez, M.L. (2004): Manual de Economía de la Educación. Madrid.Ediciones Pirámide, p.37.

4 Rojo, L.A. (2006): Ensayos de economía y pensamiento económico. Alicante. Publicaciones de la Universidad de Alicante, p.355.

5 Mungaray, A, Palacio, JI. y Ruiz, C. (2002): Potencial de la vinculación universitaria para una política microempresarial, una perspectiva comparada. México. Universidad de Baja California, p.228.

6 Fernández, P. (2008): Valoración de empresas: como medir y gestionar la creación de valor. Madrid. Ediciones Gestión 2000, p. 850.