EL PAPEL DE LAS PRÁCTICAS ACA-DÉMICAS EXTERNAS EN LA FORMACIÓN DE LOS ESTUDIANTES DE ECONOMÍA

EL PAPEL DE LAS PRÁCTICAS ACA-DÉMICAS EXTERNAS EN LA FORMACIÓN DE LOS ESTUDIANTES DE ECONOMÍA

Rafael Moratilla López (CV)
Universidad de Castilla–La Mancha

Volver al índice

Agentes implicados en las “Prácticas Externas”

“Prácticas Externas” como materia formativa debe ser determinada por su calidad, eficacia, y certeza de que el objetivo perseguido es alcanzable total o parcialmente. La calidad en el proceso de aprendizaje es en la asignatura que nos ocupa un concepto complejo debido «en principio al ajuste que implican los diferentes intereses de los partícipes involucrados: profesores, empleadores, instituciones y estudiantes; en segundo lugar, al diseño y gestión de un marco de referencia común; en tercer lugar, a la necesidad de imponer una disciplina rigurosa basada en la responsabilidad; en cuarto lugar a la necesidad de estimular el conocimiento profundo; y por último es menester animar a los estudiantes a utilizar y desarrollar sus destrezas» 1. La complejidad del proceso determina la calidad. La figura 1.1 sintetiza las funciones a cumplir por los agentes implicados: universidad, profesores universitarios, tutores de la empresa y estudiantes. Dichas funciones pueden ser específicas y compartidas, de manera que cualquier decisión que adopten tiene efectos sobre el resto de agentes y sobre la actividad en su conjunto. Las “Prácticas Externas” no establecen un nexo exclusivo entre profesor–alumno. Son relaciones más complejas en las que intervienen múltiples personas, cada cual con su criterio. La relación establecida entre los intervinientes es, a su vez, determinante en la consecución del objetivo perseguido: El aprendizaje del estudiante.

La Universidad y sus funciones

La Universidad es la institución que emite el título que habilita para ejercer la profesión de economista y constituye un signo diferenciador para quien lo consigue. Esta señal se ha debilitado por la masificación de los estudios superiores y, en opinión de Brunner «ha dejado de ser una avenida de pocos cursos que da cabida sólo a una minoría, para transformarse progresivamente en un servicio de masas que universaliza el acceso a credenciales en beneficio de personas de diferentes orígenes y edades y con diversos talentos y necesidades. El peso de la cuna retrocede pero no desaparece. La carrera meritocrática se expande pero no se impone. La formación universitaria abre sus puertas pero la selección se mantiene ahora en su interior. En suma, los sistemas de enseñanza se han vuelto enormemente complejos y las instituciones que lo componen enfrentan un conjunto diverso y, muchas veces contradictorio, de demandas provenientes de diversas partes interesadas: los estudiantes y sus familias, los propios académicos y administradores universitarios, los empleadores y las empresas, las comunidades locales y regionales, los medios de comunicación, el gobierno y sus agencias, los organismos evaluadores nacionales e internacionales, los financistas, etc.» 2.

La Universidad actual está inserta en un entorno globalizado marcado por la competencia, por la disputa de los mejores profesores y alumnos y por la aparición de nuevas necesidades sociales. Su papel consiste en atender dos funciones básicas relacionadas con el conocimiento: la docencia y la investigación. Viniegra señala al respecto que «la función de las universidades en circunstancias altamente complejas no consiste en responder de manera automática, inmediata y poco reflexiva a las demandas apremiantes que determinados sectores de la sociedad civil o del Estado les plantean. El papel insustituible de la Universidad tiene dos componentes que se complementan. Por una parte proyectarse hacia la sociedad, como la “conciencia crítica” de la nación, externando sistemáticamente su parecer acerca de los diversos aspectos de la vida social sin excluir de su análisis las decisiones de gobierno. […] El otro componente consiste en dotar a la comunidad que la sostiene de aquellos profesionales capaces de promover acciones anticipatorias ante las diversas situaciones que enfrenta la sociedad y cuyos efectos no son inmediatos, se manifiestan al mediano y largo plazo. La contribución universitaria, en suma, supone la aplicación creativa del conocimiento para la comprensión de la realidad, el análisis crítico de los acontecimientos sociales, la expresión permanente de sus posturas ante los hechos sociales y de gobierno, la propuesta de alternativas de solución ante las diversas situaciones problema y el desarrollo vigoroso, en los diferentes niveles educativos, de la investigación en todas sus formas que ahonda en el conocimiento de los cómo y los porqués de la de la realidad prevaleciente» 3.

La competencia entendida como pericia, aptitud o idoneidad para intervenir en el mundo del trabajo es el objetivo de la educación superior. Entre las diversas competencias se encuentran las de carácter transversal comunes a todas las materias que incluyen como las capacidades de observar, identificar, analizar, sintetizar, discriminar, comparar, averiguar, comunicar, organizar, planificar, gestionar, decidir, relacionarse, liderar, responsabilizarse, reflexionar, comprometerse o memorizar. Estas competencias transversales tienen especial relevancia en una asignatura como Prácticas Externas, pues permiten que el aprendizaje en centros de trabajo se complemente con la formación básica impartida en las aulas universitarias. «La adaptación al EEES supone una reorganización de los idearios educativos de las universidades españolas. Las propias titulaciones, los contenidos y las metodologías docentes son elementos decisivos en el proceso de adaptación. Se perfila así una reestructuración general de la educación superior que está incidiendo en el diseño de los diferentes planes de estudio, las asignaturas que configuran cada curso y el diseño que cada docente realizará de cada asignatura con su correspondiente guía docente. El paradigma educativo sitúa la visión competencial en un punto central. Todos estos elementos convergen en la responsabilidad ineludible de la institución universitaria de formular criterios académicos, competenciales y de cualificación profesional que respondan a la demanda del mercado laboral europeo y que nos permitan responder a los retos educativos, laborales y sociales actuales» 4.

Para poder realizar las “Prácticas Externas” la Universidad tiene que contemplar varias vertientes (Figura 1.2): a) Debe conocer la regulación5 que permite a los estudiantes adquirir conocimientos en una entidad ajena como si de un laboratorio experimental se tratase y aplicarla de forma escrupulosa para evitar situaciones de conflicto que perjudiquen a la propia institución o al resto de agentes participantes; b) Hay aspectos administrativos que han de protocolizar y ejecutar sistemáticamente personal de administración y servicios adscrito a la asignatura. Dichos aspectos adquieren especial significación en ciertas situaciones anómalas o de conflicto como una inspección de trabajo, un accidente laboral o una mala praxis; c) El uso de las TIC permite mantener en contacto, un diálogo permanente entre los distintos agentes participantes. Dado que los estudiantes se encuentran en espacios diferentes y con distinta localización, las TIC permiten crear espacios virtuales donde todos los participes compartan sus experiencias; d) La actividad requiere interactuar con las entidades colaboradoras en la realización de prácticas. Es preciso resolver cuestiones docentes y administrativas con personas ajenas a la Universidad, inmersas en el proceso productivo y cuyo objetivo principal no es la trasmisión del aprendizaje sino la producción y venta de un bien; y e) La información generada durante el periodo de prácticas es útil para realizar análisis y trabajos de investigación que ayuden al rediseño de las propias Prácticas Externas, luego hay que ser especialmente cuidadoso en el tratamiento y custodia de los datos.

La Universidad es el eje principal de las “Prácticas Externas”, y el resultado de las mismas dependerá de cómo intervenga y actúe. A nuestro entender su papel es clave en el diseño de la asignatura: Establecimiento de criterios de calidad, procedimientos de gestión y supervisión, capacidad de reconocimiento y valoración del trabajo hecho por el alumno, elaboración de contenidos para las actividades del alumno y su acreditación. En suma la Universidad tiene que decidir cómo se establecen las relaciones entre los agentes, cuál es el objetivo de cada uno y cuál es la responsabilidad de cada agente participante. Es, sin duda, una tarea muy compleja para la Universidad, ya que ha de liderarla aún cuando tiene lugar fuera de sus aulas y los responsables de impartir el aprendizaje son personas ajenas a ella. Como afirma Gema Pastor son «dificultades que afectan a la organización prestadora del servicio, la universidad, al tener que planificar y gestionar una asignatura tan compleja. La complejidad en la prestación de las prácticas universitarias externas se deriva, sobre todo, por la gran cantidad de recursos que son necesarios para su implementación eficaz» 6. La asignatura exige la participación del profesor y del alumno; la existencia de un órgano gestor con competencias administrativas, jurídicas e informáticas; y, cómo no, la colaboración de empresas e instituciones donde los alumnos realizarán sus prácticas.

La constitución de un órgano universitario dotado de medios y personal administrativo adecuado y suficiente que centralice en cada centro o en cada titulación la gestión y el seguimiento de la asignatura tiene connotaciones estratégicas. Sin él cual las prácticas no podrán desarrollarse con eficacia, eficiencia y calidad. «El personal administrativo es un complemento indispensable en las prácticas, ya que sin su apoyo el profesor de prácticas se verá desbordado en el ejercicio de sus funciones. Una asignatura de prácticas sin factores internos asociados a su gestión y seguimiento difícilmente podrá contribuir a acrecentar la calidad en el entorno universitario» 7.

Considerar a la Universidad como el eje principal de las “Prácticas Externas” no significa que los demás agentes, profesores, tutores de las entidades y estudiantes carezcan de importancia. Cada uno tiene asignadas funciones relevantes e imprescindibles. Ahora bien, para que el servicio educativo prestado sea eficaz, y logre el efecto esperado es preciso que la Universidad tome decisiones acordes con las necesidades planteada y, pensando que es una asignatura tan importante como cualquier otra del Plan de Estudios. Ahora bien, hay que apreciar, al menos, dos diferencias singulares: La necesidad de disponer de una gestión administrativa propia y que el conocimiento es impartido por profesionales ajenos al claustro de profesores universitarios.

También hay que tener presente que la Universidad forma a los estudiantes en investigación. Siguiendo a Ortega y Gasset «la enseñanza superior consiste, pues, en profesionalismo e investigación. Sin afrontar ahora el tema, anotemos de paso nuestra tarea al ver juntas y fundidas dos tareas tan dispares. Porque no hay duda: ser abogado, juez, médico, boticario, profesor de latín o de historia en un Instituto de segunda enseñanza son cosas muy diferentes de ser jurista, fisiólogo, bioquímico, filólogo, etc. Aquellos son nombres de profesiones prácticas, estos son nombres de ejercicios puramente científicos. Por otra parte, la sociedad necesita muchos médicos, farmacéuticos, pedagogos; pero sólo necesita un número muy reducido de científicos. Si necesitase verdaderamente muchos de estos sería catastrófico, porque la vocación para la ciencia es especialísima e infrecuente. Sorprende, pues, que aparezcan fundidas la enseñanza profesional, que es para todos, y la investigación, que es para poquísimos» 8.

Aún sin considerar la faceta de formación investigadora de la Universidad, las “Prácticas Externas” requieren una dotación de medios por parte de la Institución que no se precisa para otras asignaturas. La especificidad de dichos medios radica en que: a) Se imparte fuera del campus universitario; b) Existe una normativa específica que regula la actividad; y c) El uso de las TIC requiere aplicaciones específicas. Al impartirse fuera del campus, la Universidad tiene que implicar a personal con capacidad para relacionarse socialmente y resolver problemas de distinta índole pues «cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso ciertamente no resulta tan sencillo […] No es fácil determinar mediante la razón los límites y en qué medida sea censurable, porque no lo es para ningún objeto sensible. Tales cosas son individuales y el criterio reside en la percepción. Así pues, está claro que el modo de ser intermedio es en todas las cosas laudable, pero debemos inclinarnos unas veces hacia el exceso y otras hacia el defecto, ya que así alcanzaremos más fácilmente el término medio y el bien» 9.

La capacidad relacional exigida al personal administrativo que participará en el desarrollo de las “Prácticas Externas” se justifica también en buena medida por ser una asignatura impartida por profesionales de la empresa o técnicos del sector público. Se trata de una persona con objetivos diferentes al de un profesor universitario. Por ello, la relación con los tutores–profesionales requiere que el personal de la Universidad que interviene, profesores y administrativos, tenga una inteligencia emocional que les facilite la comunicación y la resolución de problemas, como afirma Goleman que posean «los siete ingredientes clave para esta capacidad fundamental: confianza, curiosidad, intencionalidad, autocontrol, capacidad de relacionarse, capacidad de comunicar y cooperación» 10.

Si consideramos la asignatura “Prácticas Externas” como una actividad económica, estaríamos ante un mercado competitivo donde las empresas, instituciones y organismos privados y públicos actuarían como oferentes de plazas de prácticas y los estudiantes como demandantes. Se trata de una situación donde «muchas empresas venden productos idénticos a muchos competidores, no hay restricciones para entrar a la industria, las empresas establecidas no tienen ventaja con respecto a las nuevas, y los vendedores y los compradores están bien informados acerca de los precios»11   Este mercado competitivo queda determinado por la Universidad a través del diseño de la asignatura y donde la eficacia del servicio de modo que se pretende que los alumnos que cursan las “Prácticas Externas” logren ciertas ventajas de cara a su incorporación al mercado de trabajo respecto a los que no las han cursado.

Ser eficaz consiste en considerar que el objetivo principal es establecer un espacio de aprendizaje y formación entendiendo que «nuestros estudiantes precisan, sin duda alguna, adquirir los conocimientos y destrezas que configuran su competencia profesional, pero, además, precisarán de otras experiencias y aprendizajes que les enriquezcan en lo personal y en lo social y que les habiliten para iniciar su itinerario vital como adultos bien formados» 12.

Para un correcto funcionamiento de las “Prácticas Externas” la Universidad tiene que acometer gestiones previas como: a) Acordar las condiciones con el empleador, emitir los documentos que exige la legislación, establecer la persona que asume la figura de tutor–profesional; b) Determinar las labores que, en principio, va a realizar el estudiante, ajustar el horario de las prácticas, concretar la localización, convenir si la entidad colaboradora va a facilitar alguna cantidad de dinero al estudiante en concepto de bolsa o ayuda al estudio y, c) Establecer si hay un determinado proceso para seleccionar al estudiante, o estudiantes, que van a participar en el proceso de aprendizaje.

1 Stephenson, J. y Yorke, M. (1998): Capability and Quality in Higher Education. London, Koagen, pp. 162-173. Disponible en http://www.heacademy.ac.uk/assets/documents/resources/heca/heca_cq_18.pdf(acceso, 10 de marzo de 2010).

2 Brunner, J.J. (2009): Prólogo. En Alonso, L.E., Fernández Rodríguez, C.I. y Nyssen, J.M.: El debate sobre las competencias. Madrid, ANECA, p. 20.

3 Viniegra, L. (1990): Hacia una redefinición del papel de la Universidad en la sociedad actual. México: Omnia, Vol. 6 (19): pp. 49-61.

4 García Manjón, J.V. y Pérez López, M.C. (2008): Espacio Europeo de Educación Superior, competencias profesionales y empleabilidad. Revista Iberoamericana de Educación. 46 (9), pp.1-12.

5 Entre otras el Real Decreto 1707/2011, de 18 de noviembre, por el que se regulan las prácticas académicas externas de los estudiantes universitarios.

6 Pastor Albaladejo, G. (2008): Manual de prácticas universitarias de calidad. Netbiblo, S.L. p. 7.

7 Ibídem, p. 9.

8 Ortega y Gasset, J. (1982): Op.cit., p. 33.

9 Aristóteles (2007): Op. cit., p. 67.

10 Goleman, D. (2005): Inteligencia emocional .Barcelona,Editorial Kairos, pp.287-288.

11 Parkin, M. (2009): Economía. Madrid, Pearson Education, p. 240.

12 Zabalza, M.A (2009): Practicum y Formación: ¿en que puede formar el practicum? En El Practicum más allá del empleo: Formación vs. Training. Poio-Pontevedra, Imprenta Universitaria, p. 52.