EL PAPEL DE LAS PRÁCTICAS ACA-DÉMICAS EXTERNAS EN LA FORMACIÓN DE LOS ESTUDIANTES DE ECONOMÍA

EL PAPEL DE LAS PRÁCTICAS ACA-DÉMICAS EXTERNAS EN LA FORMACIÓN DE LOS ESTUDIANTES DE ECONOMÍA

Rafael Moratilla López (CV)
Universidad de Castilla–La Mancha

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Valoración de los distintos ámbitos

Los siguientes cuadros y gráficos contemplan exclusivamente las valoraciones que los estudiantes y tutores hicieron de las cuestiones planteadas en el cuestionario inicial, mensual, final y el del tutor.


3.1.- Evolución de las valoraciones a lo largo del tiempo

Los cuadros 3.5 a 3.8 recogen información sobre: a) Los porcentajes de estudiantes y tutores–profesionales que respondieron “sí” a las distintas preguntas del cuestionario inicial, mensual y final, por un lado, y del cuestionario del tutor, por otro; y b) Las valoraciones medias iniciales, mensuales, finales y del tutor. La diferencia en las valoraciones que hicieron unos y otros refleja la importancia que cada aspecto tuvo para determinar la valoración final del alumno o del tutor, respectivamente.

El cuadro 3.5 recoge un resumen de los cuestionarios iniciales a los alumnos. Muestra que el aspecto con el que los estudiantes se encuentran menos identificados cuando ha pasado una quincena desde el inicio de sus prácticas es tener claras las funciones, aunque sólo 10 por ciento manifiesta no tenerlas claras. Los factores que marcan más diferencia de cara a la valoración global son: a) Tener un ambiente de trabajo agradable; y b) Que al alumno le guste el trabajo que realiza. Cuando no se dan estas circunstancias la valoración global al inicio de la práctica cae entre 2.5 y 2.7 puntos respectivamente.

Los resultados de los cuestionarios mensuales (cuadro 3.6) ponen de relieve que el 60 por ciento de los estudiantes consideraba que su trabajo era creativo y el 61 por ciento reconocía estar utilizando los conocimientos adquiridos en la carrera. Apenas el 11 por ciento consideraba necesario el uso de idiomas para desempeñar su trabajo. Por otro lado el 92 por ciento de los alumnos señalaba interés por parte del tutor–profesional en su trabajo, el 95 por ciento confirmaba que les seguía gustando el trabajo que realizaban, y el 97 por ciento reconocía recibir ayuda de sus compañeros de trabajo. De los factores más influyentes en la valoración final, la primera posición la ocupa “me gusta el trabajo que realizo”, seguido por “mis compañeros se preocupan por mi trabajo”.

Respecto a la valoración del estudiante sobre una batería de trece aspectos al finalizar sus prácticas (cuadro 3.7), los mejor valorados son: “El ambiente de trabajo era agradable”, “las instalaciones de la empresa mostraban seguridad e higiene”, “mis compañeros me ayudaban a realizar mi trabajo”, “disponía de material suficiente para realizar mi trabajo” y “llegaba puntualmente a mi lugar de trabajo”. Con todo ello estaban de acuerdo en torno al 95 por ciento. En un segundo grupo aparecen las siguientes características: “Volvería a realizar prácticas en esta empresa”, “el tutor asignado por la empresa se preocupaba por mí”, “conocí al detalle el funcionamiento de la empresa” y “el trabajo realizado cubría mis expectativas”. En este grupo la media de respuestas positivas no alcanza el 90 por ciento. Llegado el final del periodo de prácticas, sólo un 8 por ciento de los estudiantes insiste en que precisaron del manejo de un idioma en su puesto de trabajo. Apenas la mitad realizaron labores comerciales en la empresa, hecho indicativo de escaso contacto con sus clientes, usuarios y proveedores, algo que hubiera sido positivo para el proceso de aprendizaje. Para el 47 por ciento de los estudiantes las prácticas constituyen su primer contacto con el mercado de trabajo. En la valoración final de la práctica los aspectos más influyentes en un plano positivo fueron: “El ambiente de trabajo era agradable”, “mis compañeros me ayudaban a realizar mi trabajo” y “volvería a realizar prácticas en esta empresa”. Las dos primeras corroboran la impresión generada en los cuestionarios mensuales. La última es indicativa de un alto grado de satisfacción global con la empresa.             

Finalmente, en el cuadro 3.8 se recogen las valoraciones de los tutores–profesionales. De ellas se desprende que el alumno, por lo general, se adaptaba al trabajo con rapidez, que tuvo buenas relaciones con sus compañeros de trabajo; y que su trabajo fue útil para la empresa. El 94 por ciento de los tutores señala que los conocimientos del alumno se reflejaron en su actividad, lo que contrasta con que sólo el 60 por ciento reconociera estar poniendo en práctica sus conocimientos. El 85 por ciento de los tutores indican que el alumno realizó labores comerciales de forma satisfactoria. Como sólo la mitad de los alumnos manifestaron hacer dichas labores surge la duda sobre si un “no” de respuesta significa que no desempeñaron tareas comerciales o que, haciéndolas, no les resultaron satisfactorias. Ante los buenos resultados que arrojan las preguntas anteriores nos inclinamos a pensar que, en la mayoría de las ocasiones, el tutor está reflejando con su “no” el hecho de que el estudiante ha realizado labores no comerciales. En las valoraciones del tutor, las que más marcan la diferencia en términos positivos son: “El alumno se adaptó al trabajo con rapidez”, “el trabajo realizado fue útil para la empresa” y “la relación con el resto de compañeros fue adecuada”. La adaptación rápida al entorno de trabajo marca una gran diferencia en la valoración media del tutor (3,5 puntos sobre 10). Sin embargo, algo que corrobora nuestra interpretación anterior es que la respuesta a “el alumno realizó labores comerciales de forma satisfactoria” apenas tiene reflejo en la valoración final del tutor. En otras palabras, confirma nuestra interpretación de que cuando el tutor afirma que el alumno no realizó labores comerciales de forma satisfactoria significa realmente que no las hizo, no que las realizara mal. De no ser así, este aspecto tendría gran importancia en la valoración final por parte del tutor.               

Analizando la valoración desde una perspectiva “dinámica” se advierten cambios en las respuestas de los alumnos, incidiendo en ello desigualmente los diferentes aspectos contemplados. La matriz que contiene los coeficientes de correlación bivariada de Spearman entre las cuatro valoraciones globales (cuadro 3.9) nos ofrece una primera aproximación a dichos aspectos. Con ella se advierte que hay una correlación superior al 70 por ciento entre las valoraciones iniciales, mensuales y finales. Sin embargo, la valoración del tutor–profesional apenas muestra una correlación 24 por ciento.

Cuadro 3.9: Correlaciones vibariadas de las valoraciones globales

INICIAL

MENSUAL

FINAL

TUTOR

INICIAL

1

0.764

0.630

0.055

(sign)

0.000

0.000

0.248

932

826

726

444

MENSUAL

1

0.729

0.100

(sign)

0.000

0.037

839

717

433

FINAL

1

0.239

(sign)

0.000

742

422

TUTOR

1

(sign)

468

Fuente: Ibídem

El cuadro 3.10 contiene las matrices de transición de las valoraciones a lo largo tiempo. En lo que respecta a la correspondencia entre las valoraciones iniciales y finales, un tercio de los que valoraban inicialmente la práctica por debajo de 7 la mejoraron pasado el primer mes de la práctica; el 80 por ciento de los que dieron una valoración inicial de 7 y 8, la mantuvieron en la mayoría de los casos; y el 82 por ciento de los que inicialmente estaban muy satisfechos con su práctica (valoraciones de 9 ó 10) no la alteraron. Al comparar las valoraciones mensual y final se observan mejoras más apreciables: el 65 por ciento de los que estaban poco satisfechos (por debajo de 7) elevaron su percepción al final; el 37 por ciento de los que daban una valoración intermedia (7 u 8), la mejoraron; y sólo el 15 por ciento de los que el primer mes se mostraban muy satisfechos redujeron su valoración final.

Cuadro 3.10: Evolución de la valoración a lo largo del tiempo

Valoración mensual

Valoración inicial

6 ó menos

7 u 8

9 ó 10

Total

6 ó menos

      65.87  

  31.75  

    2.38  

  100.00  

7 u 8

        6.71  

  80.58  

  12.71  

  100.00  

9 ó 10

        1.41  

  16.96  

  81.63  

  100.00  

      13.92  

  51.33  

  34.75  

  100.00  

 Valoración final

Valoración mensual

6 ó menos

7 u 8

9 ó 10

Total

6 ó menos

      34.26  

  47.22  

  18.52  

  100.00  

7 u 8

        4.61  

  58.27  

  37.13  

  100.00  

9 ó 10

        0.40  

  14.86  

  84.74  

  100.00  

        7.58  

  41.74  

  50.69  

  100.00  

Fuente: Ibídem

Los factores que más contribuyen a mejorar o el empeorar la valoración del alumno de sus prácticas queda recogido en los cuadros 3.11 y 3.12, apreciándose en ellos la diferencia entre las valoraciones mensual e inicial y mensual y final. En cuanto al paso de la valoración inicial a la mensual (Cuadro 4.11) sobresale que los jóvenes que no disfrutan con su trabajo y los que no encuentran apoyo en los compañeros de trabajo son los que más se desilusionan en el primer mes de prácticas. En cambio, los jóvenes que hacen un trabajo creativo y son conscientes de poner en práctica sus conocimientos mejoran en media su valoración mensual. Comparando a los que responden “sí” o “no” a las distintas preguntas, lo más relevante en la evolución de la percepción de la práctica son las dos cuestiones ya señaladas: Disfrutar con el trabajo realizado y recibir apoyo de sus compañeros.
Independientemente de lo que respondan los estudiantes a los ítems del cuestionario final, siempre tiene lugar una mejor valoración global en media en el cuestionario final que en el mensual (Cuadro 3.12). Una de las razones explicativas es que al final del periodo de prácticas los estudiantes tienen una perspectiva más completa de su experiencia y han superado algunos problemas de adaptación surgidos en el primer mes. Con todo, los aspectos que marcan ciertas diferencias, pequeñas y probablemente no significativas, son “conocí con detalle el funcionamiento de la empresa”, “el trabajo realizado cubría mis expectativas” y “volvería a realizar prácticas en la misma empresa”.

Para comprobar hasta qué punto hay coincidencia entre las valoraciones del tutor y el alumno, hemos realizado unas tablas de contingencia (Cuadro 3.13), cuando un alumno está poco satisfecho con su práctica (valoración inferior o igual a 6) su tutor tiene un 23 por ciento de probabilidades de estar muy satisfecho (9 ó 10) con el alumno. Cuando el alumno está muy satisfecho, la probabilidad de que el tutor también lo esté se eleva al 49 por ciento. Desde la perspectiva del tutor, cuando está poco satisfecho con la práctica, sólo en el 15 por ciento de las ocasiones el alumno tampoco lo está y, sin embargo, en el 34 por ciento de las ocasiones el alumno está muy satisfecho. De nuevo hay más coincidencias cuando ambos están satisfechos. El 56 por ciento de los alumnos asignados a tutores muy satisfechos (9 – 10) valoran su práctica en el mismo sentido. Cuando esto sucede hay que pensar que ambos se han involucrado muy activamente en el proceso de aprendizaje y la relación laboral-tutorial ha sido más que satisfactoria.
Cuadro 3.13: Comparativa de las valoraciones finales del alumno y tutor


A) % por fila

 Valoración del tutor

 Valoración alumnos

 6 ó menos

 7 u 8

 9 ó 10

 total

 6 ó menos

    16.67  

      60.00  

      23.33  

    100.00  

 7 u 8

      8.51  

      46.81  

      44.68  

    100.00  

 9 ó 10

      5.39  

      37.75  

      56.86  

    100.00  

      7.58  

      43.36  

      49.06  

    100.00  

 A) % por columna

 Valoración del tutor

 Valoración alumnos

 6 ó menos

 7 u 8

 9 ó 10

 6 ó menos

    15.62  

        9.84  

        3.38  

 7 u 8

    50.00  

      48.09  

      40.58  

 9 ó 10

    34.38  

      42.07  

      56.04  

 Total

  100.00  

    100.00  

    100.00  

Fuente: Ibídem

Respecto a los aspectos determinantes de las diferencias entre la valoración del estudiante y del tutor de la empresa (Cuadro 3.13), cuando éste responde “no” a cualquiera de las cuestiones, eso se traduce en que su valoración global será menor que la del alumno. Cuando responde “sí”, lo más habitual, su valoración es siempre, en media, mayor que la del aquél. Los aspectos que marcan una mayor diferencia entre ambas valoraciones son: “El alumno en prácticas se adaptó al trabajo con rapidez”; “la relación con el resto de compañeros fue adecuada”; y “el trabajo realizado por el alumno fue útil para la empresa”. En definitiva, cuando un alumno se integra rápidamente, el tutor queda más satisfecho que el propio alumno con la experiencia de trabajo en común (Cuadro 3.14).

Por último se analiza la evolución de las valoraciones de los distintos ítems en el tiempo con el fin de detectar si hay mejoras o empeoramientos en algunos aspectos de la calidad de las prácticas. Dados los pocos cuestionarios que hemos podido recuperar de 2007 presentamos los resultados de 2002 a 2006. Hemos dispuesto la información de los distintos cuestionarios y los resultados globales en distintos gráficos, que iremos presentando a continuación.

Partiendo del cuestionario inicial (Gráfico 3.1.), el porcentaje de alumnos que contestan “sí” se ha mantenido casi constante, con muy pequeñas oscilaciones (adviértase que la escala del eje de coordenadas sólo va de 0.8 a 1, con lo que cubre menos de la cuarta parte de todo el rango posible de valores). Entre 2003 y 2006 se advierte una mejora continua en la claridad con la que el estudiante entiende su papel en la empresa.

En lo que respecta al cuestionario mensual (Gráfico 3.2), la estabilidad es la nota dominante en la evolución de los aspectos tratados. La ayuda de los compañeros, la preocupación del tutor y el agrado con las funciones realizadas son los más valorados. No obstante hay un 40 por ciento de alumnos que señala que su trabajo no es creativo, o no responde a los conocimientos adquiridos en la carrera. El ligero repunte de 2006 no es significativo. El porcentaje de alumnos que han necesitado una lengua extranjera para desarrollar sus tareas oscila en torno al 11–12 por ciento. El uso de idiomas se da en puestos de trabajo muy específicos, vinculados al comercio exterior y a pocas actividades más. El tejido productivo de Castilla–La Mancha y su incipiente vocación exportadora explican la baja utilización de idiomas extranjeros durante las prácticas. Además, el uso de idiomas extranjeros para comunicarse con clientes y proveedores implica un grado de conocimiento de la empresa y de habilidades comerciales, que resulta difícil adquirir en el tiempo que dura el periodo de prácticas.
Observando en perspectiva el bloque final (Gráfico 3.3) la única cuestión oscilante ha sido quizá la más significativa de todas: “Volvería a hacer prácticas en la misma empresa”. La valoración ha crecido notablemente desde 2002 a 2006, lo que es un buen indicador de la mejora paulatina en la calidad de las prácticas, con la salvedad de 2005. De ahí el interés de reflexionar sobre lo ocurrido en dicho año. En este sentido, sería conveniente revisar la composición del alumnado en prácticas, la calidad objetiva de las prácticas ofertadas e incluso el perfil de las personas que colaboraron en el funcionamiento de la propia Oficina de Prácticas Externas en dicho año.
En cuanto al resto de indicadores del cuestionario final (Gráfico 3.4), se detecta también estabilidad, aunque empeora ligeramente el interés del tutor en determinados sectores de actividad y mejora de forma moderada el conocimiento de la empresa por parte del estudiante. El porcentaje de alumnos que manifiesta haber llevado a cabo labores comerciales sube diez puntos, hecho muy positivo pues ello implica un creciente contacto real con el entorno de la empresa (clientes, proveedores, competidores…) y, por ende, mayores posibilidad de ampliar la agenda de contactos del alumno en el futuro de cara a la búsqueda de su primer empleo como titulado universitario. En línea con la mejora de las tasas de ocupación en los últimos años, se aprecia un progresivo descenso del porcentaje de alumnos cuyas prácticas representan su primer contacto con el mercado de trabajo. En otras palabras dicha mejora responde a que aumentan los alumnos que participan en más de una ocasión en el Programa de Prácticas Externas.

La cuestión de la atención del tutor es difícil de abordar. Por lo general los tutores son personas que ocupan puestos de responsabilidad en las empresas y, por ende, una elevada carga de trabajo. Cuanto mayor es el rango del tutor, más difícil resulta que el alumno perciba mucho interés por su parte.
También hemos recogido la evolución de las valoraciones de los tutores (grafico 3.5). Se advierte una notable estabilidad en los buenos resultados que arrojan los conceptos: “El alumno en prácticas se adaptó al trabajo con rapidez”; “La relación con el resto de compañeros fue adecuada”; y “El trabajo realizado por el alumno fue útil para la empresa”. Es preocupante la reducción del número de alumnos que realizan labores comerciales en la empresa y la de aquellos cuyos conocimientos se reflejaron en la empresa, sí bien ambas experimentan recientemente un ligero repunte. Sin embargo, debemos recordar que para que los alumnos realicen satisfactoriamente labores comerciales precisan conocer en profundidad el funcionamiento y los productos de la empresa. Cada vez es más frecuente que las empresas ofrezcan cursos de formación a sus alumnos en el inicio de las prácticas, precisamente para que puedan acometer alguna tarea comercial. Sin esta formación les sería imposible acometerlas. Sin embargo, las tareas administrativas son más fáciles de asumir en un recién llegado a la empresa y por ello los tutores enfocan hacia tales tareas las actividades en prácticas.
El Gráfico 3.6 sintetiza las valoraciones iniciales, mensuales y finales de los alumnos, así como las de los tutores. Se advierte una tendencia, no uniforme, a la mejoría. Las valoraciones finales y del tutor rompen su tendencia creciente en 2004, año de muy buenos resultados iniciales y mensuales. Mientras para los ítems de los cuestionarios inicial y mensual dicho empeoramiento tiene lugar en 2005. Todo ello invita, de nuevo, a reexaminar las circunstancias de aquellos años para averiguar los factores determinantes de tales rupturas. Con todo, hay que relativizar el significado de estas breves caídas en la valoración, por tres razones. Primera, porque la serie es demasiado corta (cinco observaciones) como para extraer conclusiones relevantes. Segunda no coincide el año de la disminución de las valoraciones finales y del tutor (2005) con las de las iniciales y mensuales (2004), cuando se da la circunstancia de que el peor año en valoraciones finales y del tutor está entre los mejores en lo referente a valoraciones iniciales y mensuales. Tercera son caídas de apenas 3 o 4 décimas de punto, en una escala que va de 1 a 10 puntos, lo que indica la escasa magnitud del cambio. Por todo ello mantenemos la conclusión de que las valoraciones globales de las prácticas están creciendo aunque suavemente.