ADMINISTRACIÓN ESTRATÉGICA Y COMPETITIVIDAD AGRÍCOLA

ADMINISTRACIÓN ESTRATÉGICA Y COMPETITIVIDAD AGRÍCOLA

Octavio Reyes López (CV)
Universidad de Celaya

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1. REVISIÓN  DE  LITERATURA.
Para la construcción del marco teórico de esta investigación, se consideró relevante revisar los conceptos de la teoría general de sistemas para articular los modelos de las organizaciones empresariales con las configuraciones de las cadenas productivas regionales, para de esta forma, abordar el problema de competitividad de las unidades de producción rural y estar en la posibilidad de ofrecer nuevas alternativas de explicación.

1.1. Teoría General de Sistemas.
La Teoría General de Sistemas nació en 1925, cuando Bertalanffy hizo públicas sus investigaciones sobre el sistema abierto. Aunque fue hasta 1945 cuando este concepto adquirió su derecho a vivir, es ya en la actualidad una herramienta que permite la explicación de los fenómenos que se suceden en la realidad y también hace posible la predicción de algunos eventos futuros (Johansen, 2004). Para esto la realidad ha sido dividida y sus partes explicadas por distintas ciencias, así que la Teoría General de Sistemas es un corte horizontal que pasa a través de todos los diferentes campos del saber humano, para explicar y predecir la conducta de la realidad; es un enfoque interdisciplinario y por lo tanto, aplicable a cualquier ámbito tanto natural como artificial.

1.1.1. Definición y Objetivo de los Sistemas.
Un sistema es un conjunto de elementos, dinámicamente interrelacionados, que realizan actividades para alcanzar un objetivo; operando sobre datos, energía o materia para poder así transformarlos en información, energía y materia (Arrascaeta, 2007; Eguiluz, 2007). De la definición anterior hay que destacar dos conceptos básicos:

  • El propósito u objetivo: Todo sistema tiene uno o más propósitos. Los elementos u objetos, como también las relaciones  y el esquema de organización, definen un todo que trata siempre de alcanzar sus metas.
  • Globalidad o totalidad: Un cambio en una de las unidades del sistema probablemente producirá cambios en otra; el efecto del mismo será algún tipo de ajuste a todo el sistema; existen entre ellos  relaciones de causa y efecto. De estos cambios y ajustes se derivan tres propiedades: entropía, entropía - negativa (neguentropía) y homeostasis.

La teoría general de sistemas, es una corriente iniciada por Von Bertalanffy y continuada por Boulding;  el esfuerzo central de este movimiento es llegar a la integración de las ciencias, y el segundo movimiento es más práctico y se conoce con el nombre de “ingeniería de sistemas” o  “ciencias de sistemas” iniciada por la Investigación de Operaciones  (Johansen, 2004).
En general se puede señalar que los sistemas son un conjunto de partes coordinadas y en interacción para alcanzar un conjunto de objetivos, es decir, un grupo de partes y objetos que interactúan y que forman un todo o que se encuentran bajo la influencia de fuerzas en alguna relación definida  (Eguiluz, 2007; Johansen, 2004).
La organización internacional de General Systems Society Research define a los sistemas como “un conjunto  de partes y sus interrelaciones” (Johansen, 2004). Se pude señalar que cada una de las partes que encierra un sistema puede ser considerada como subsistema, es decir, un conjunto de partes e interrelaciones que se encuentran estructural y funcionalmente, dentro de un sistema mayor y que posee características propias. Aunque estos también requieren tener ciertas características sistémicas como: el principio de la recursividad, es decir, lo que es aplicable al sistema lo es para el subsistema; viabilidad, significa la capacidad de sobrevivencia y adaptación de un sistema a un medio cambiante.
La Teoría General de Sistemas [TGS] se fundamenta en tres premisas básicas (Arrascaeta, 2007):
a) Los sistemas existen dentro de sistemas; cada uno está dentro de otro más grande. Cada sistema que se examine, excepto el menor o mayor, recibe y descarga algo en los demás.
b) Los sistemas abiertos se caracterizan por un proceso de cambio infinito con su entorno, que son otros sistemas. Cuando el intercambio cesa, el sistema se desintegra, pierde sus fuentes de energía y muere.
c) Las propiedades de los sistemas no pueden ser descritas en términos de sus elementos separados; su comprensión  aparece cuando se estudian como un todo.

Los recursos del sistema son los elementos de que dispone para llevar a cabo el proceso de conversión y para mantener la estructura interna, específicamente para sobrevivir, es decir, todo aquello que el sistema puede cambiar o utilizar para su propia ventaja (Johansen, 2004). Para hablar de los recursos del sistema, se hace referencia a su interior, es decir, a sus Recursos Internos. Por su parte los Recursos Externos, son las fuentes de energía o de información que llegan al sistema a través de sus corrientes de entrada
Una forma de observar y determinar los recursos de un sistema social es a través de su balance general, en él aparecen diferentes recursos que el sistema posee, esto es, todos aquellos recursos cuyo valor puede ser transformado en dinero. Para poder contabilizar los recursos reales del propio sistema, no sólo es necesario incluir los recursos reales, sino considerar también los recursos potenciales y las posibilidades que existen para transformarlos en reales, pues los mecanismos o componentes que sirven para aumentar o amplificar los recursos del sistema pueden ser los más importantes (Johansen, 2004).
Los recursos propios forman la reserva general del sistema a partir de la cual se puede desarrollar su conducta para alcanzar sus objetivos reales. Las acciones específicas que se llevan a cabo las realizan sus componentes, sus partes o sus subsistemas (Johansen, 2004).  La razón real para la separación del sistema en componentes es para proveer al investigador del tipo de información necesaria para diagnosticar apropiadamente el sistema y decidir lo que haya que hacer después.

1.1.2. Características y Elementos de los Sistemas.
Las principales características de un sistema son: la corriente de entrada, su proceso de conversión, su corriente de salida y como elementos de control, la comunicación de retroalimentación (Eguiluz, 2007; Johansen, 2004). Las corrientes de entrada se refieren a la energía suministrada al sistema, específicamente se dice que es “importada” del entorno mientras que la corriente de salida equivale a la “exportación” que el sistema hace al medio; generalmente no existe una sino varias corrientes de este tipo. Podemos dividir estas corrientes de salida como positivas y negativas para el medio y el entorno, entendiéndose aquí por el medio como todos aquellos otros sistemas que utilizan de una forma u otra la energía que exporta ese sistema. Se dice que es positiva cuando es “útil” a la comunidad y negativa en el caso contrario.
Johansen (2004), afirma que el proceso de conversión implica una transformación y comunicación, y significa que la energía que importa en los sistemas sirve para mover y hacer actuar sus mecanismos particulares con el fin de alcanzar los objetivos para los cuales fueron diseñados, los sistemas convierten o transforman la energía que importan en otro tipo de energía que representa la “producción” característica del sistema en particular; es importante saber que cada uno de los subsistemas posee un proceso de conversión mediante ese subsistema.
La comunicación de “Retroalimentación” es la información que indica cómo lo está haciendo el sistema en la búsqueda de su objetivo, y que es introducido nuevamente al sistema con el fin de que se lleven a cabo las correcciones necesarias para lograr su objetivo.  Desde este punto de vista, es un mecanismo de control que posee el sistema para asegurar el logro de su meta (Eguiluz, 2007; Johansen, 2004). No sólo puede provenir de una corriente de salida del sistema, sino de cualquier otra que se estime necesario controlar
La retroalimentación es un tipo especial de información que tiende a mantener al sistema dentro del programa o plan que éste se había fijado para alcanzar su objetivo, es decir, cuando el sistema se desvía de su camino, la información de retroalimentación advierte este cambio a los centros decisionales del sistema y éstos toman las medidas necesarias para iniciar acciones correctivas que deben hacer retornar al sistema a su camino original (Johansen, 2004).
Arrascaeta (2007) y Eguiluz (2007), coinciden en afirmar que los parámetros a considerar en un sistema deben ser:

  • Entrada o Insumo (Input): Es la fuerza de arranque del sistema, que provee el material o la energía para la operación del mismo
  • Salida, Producto o Resultado (Output): Es la razón por la cual existe el sistema. Son resultados de los procesos que lo integran, deben ser coherentes con el objetivo del sistema. Los resultados de los sistemas son los productos finales, mientras que los resultados de los subsistemas son los intermedios.
  • Procesamiento o Transformación (Throughput): Es el fenómeno que produce los cambios, es el mecanismo  de conversión de las entradas en salidas. Generalmente, se representa como una caja negra en la que entran los insumos y salen cosas diferentes: los productos.
  • Retroalimentación (Feedback): Es la función de retorno del sistema que tiende a comprar la salida con un criterio preestablecido, manteniéndola controlada  dentro de aquel estándar o criterio.
  • Entorno o Ambiente (Enviroment): Es el medio que envuelve externamente el sistema. Está en constante interacción con el mismo: Su supervivencia depende de su capacidad de adaptarse, cambiar y responder a las exigencias y demandas del ambiente externo. El entorno, por  si mismo, no es bueno ni malo, dependiendo del tipo de sistema y su capacidad de adaptarse, puede ser un aliado o una amenaza.

De los elementos de la Teoría General de Sistemas, se puede empezar citando la Sinergia lo cual significa que la suma de las partes es diferente del todo; a este respecto Fuller (citado por Johansen, 2004), señala que un objeto posee sinergia cuando el examen de una o alguna de sus partes en forma aislada, no puede explicar o predecir la conducta del todo. Las totalidades provistas de sinergia son denominadas conglomerados, y en este sentido, un conglomerado, se supone sin sinergia, cuando la suma de sus partes es igual al todo.
En opinión de Arrascaeta (2007), los fenómenos que distinguen un sistema pueden ser definidos de la siguiente forma:

  • La Entropía: Tendencia de los sistemas a desgastarse, a desintegrarse, con el consecuente relajamiento de los estándares y el aumento de la aleatoriedad. La entropía aumenta con el correr del tiempo y el crecimiento
  • La Neguentropía (sintropía): Para detener el proceso entrópico, los sistemas abiertos necesitan moverse y reabastecerse de energía manteniendo indefinidamente su estructura organizacional: Si aumenta la energía y la información, disminuye la entropía, pues esto es la base del orden.
  • Homeostasis: Es el equilibrio dinámico entre las partes del sistema. Los sistemas tienen una tendencia a adaptarse con el fin de alcanzar un equilibrio interno frente a los cambios del entorno.

De acuerdo con Bertalanffy (1968), el “Crecimiento” del sistema es directamente proporcional al número de elementos presentes, que según el crecimiento del sistema éste será positivo o negativo, y el sistema aumentará o disminuirá respectivamente. En matemáticas, a la representación exponencial se le denomina “Ley de Crecimiento Natural”;  en las ciencias sociales, se llama “Ley de Malthus” y representa el crecimiento ilimitado de una población cuya tasa de natalidad es superior a la de mortalidad.
En la opinión de Eguiluz (2007), el sistema total es aquel representado por todos los componentes y relaciones necesarias para la realización del o los objetivos, los componentes (subsistemas) pueden operar, tanto en serie como en paralelo.
Para hablar de Totalidad hay que mencionar que un sistema se conduce como un todo y los cambios en cada elemento dependen de todos los demás, es decir, un cambio en un elemento del sistema va a traer alteración en el sistema, por mínima que sea (Bertalanffy, 1968).

En cuanto a su naturaleza, los sistemas pueden ser cerrados o abiertos (Arrascaeta, 2007; Valverde et al., 2005):

  • Sistemas Cerrados: No tienen intercambio con el medio ambiente que los rodea, son herméticos a cualquier influencia exterior. No reciben recursos externos y no envían nada hacia fuera. Excepto en la física simple, en la naturaleza no existen sistemas cerrados puros. Se da el nombre de sistema cerrado a aquellos cuyo comportamiento es determinístico y programado. A veces, también se aplica el termino a sistemas completamente estructurados en los cueles lo elementos y relaciones se combinan de una manera particular y rígida, produciendo una salida invariable, como las máquinas.
  • Sistemas Abiertos: Tienen intercambio con el ambiente, a través de entradas y salidas. Intercambian energía y materia con aquel. Para poder sobrevivir a su interacción con el medio exterior, son adaptativos, tal cualidad suele ser una medida de su éxito: La adaptabilidad de un continuo proceso de aprendizaje y de autoorganización.

1.1.3. El Principio de Organicidad y el Modelo de Sistema Abierto.
“El Principio de Organicidad”, señala que la organización de un sistema es un principio que no se puede referir solo a fuerza o materia. Parece ser que existe una tendencia natural, inherente de los sistemas vivos hacia la organización y esta tendencia en muchos casos es independiente de los centros decisionales (Bertalanffy, 1968).  
La acción equilibrada de la totalidad frente a la gran variabilidad que experimentan sus partes puede ser explicado a partir de dos concepciones diferentes (Bertalanffy, 1968).  Una de ellas es el aparente equilibrio del sistema según la mecánica Newtoniana y la Teoría General de Sistemas
Isaac Newton (citado por Bertalanffy, 1968), definió varias leyes sobre el movimiento o la mecánica. La primera de ellas señala que “cada objeto o cuerpo persiste en un estado de descanso o inmóvil, o con un moviendo uniforme en línea recta; a menos que sea forzado a cambiar de este estado por fuerzas ejercidas contra él”. Así también, la tercera ley, la cual dice que “a cada acción sigue una reacción igual en sentido opuesta; la acción mutua de dos cuerpos, del uno sobre el otro es siempre igual y en dirección contraria”. Esta última ley ha dado origen al principio de acción – reacción que señala que cada acción se encuentra acompañada por una o más reacciones; esto se explica a través del concepto de equilibrio estadístico (cuando en promedio sus condiciones internas permanecen constantes, o cuando el todo permanece inmóvil durante el tiempo);este equilibrio representa un tenue balance entre los ciclos hacia arriba y hacia abajo, entre la vida y la muerte, entre las acciones y las reacciones que representan la conducta característica de los subsistemas que conforman al sistema en particular.
Este estado permanente o de equilibrio estadístico no es inerte. En el corto plazo, las acciones y reacciones que se suceden dentro del sistema no aparecen reflejadas en el carácter general del sistema, pero son fuerzas latentes que tratan de llevarlo a un cambio, auque éste sea imperceptible. Esto nos lleva a que la acumulación de incrementos en el tiempo produce cambios más dramáticos (Betarlanffy, 1968).
Existen entonces, dos fuerzas o dos aspectos en el comportamiento de los sistemas. Uno de ellos son las fuerzas que promueven los cambios bruscos, súbitos y severos  (Betarlanffy; 1968). Por otra parte, existen en la naturaleza fuerzas que buscan mantener un tipo particular de equilibrio al resistirse a los cambios rápidos, son fuerzas que demandan cambios, pero producidos por procesos lentos y evolutivos.
Al hablar de las fronteras del sistema nos referimos a aquellas líneas que separa al sistema de su entorno y que define lo que le pertenece y lo que queda fuera de él (Johansen, 2004). Sin embargo, es difícil fijar estas fronteras, principalmente por tres razones a saber: 1º) Aislar los aspectos estrictamente mecánicos de un sistema; 2º) El intercambio o la relación entre  sistemas no se limita exclusivamente a una familia de sistemas y 3º) Existe un continuo intercambio de interrelaciones tiempo-secuencia y llegamos a pensar que cada efecto tiene una causa.
El Modelo de Sistema Abierto es aquél cuya corriente de salida no modifica a la corriente de entrada. Es el que interactúa con su medio y debe estar condicionado de tal modo que sea él y los subsistemas quienes ejecutan las transacciones, para que exista un intercambio de energía y de información entre los subsistemas, el intercambio es de tal naturaleza que logra mantener alguna forma de equilibrio continuo y las relaciones con el entorno son tales que admiten cambios y adaptaciones como el crecimiento en el caso de los organismos biológicos.  Así que lo podemos definir como “aquél sistema que interactúa con su medio, importando energía, transformando de alguna forma ese energía y finalmente exportando la energía convertida” (Valverde et al., 2005; Johansen, 2004).
Los sistemas abiertos no pueden vivir aislados, restauran su propia energía y reparan pérdidas en su propia organización. El concepto de sistema abierto se puede aplicar a diversos niveles de enfoque: del individuo, del grupo, de la organización y de la sociedad (Arrascaeta, 2007). Al igual que los organismos vivos, las empresas (vistas éstas como sistemas), también tienen funciones primarias estrechamente relacionadas entre si:

  • Ingestión. Las empresas hacen o compran materiales para ser procesados; adquieren dinero, máquinas e incorporan personal del ambiente; tal como los organismos vivos  ingieren alimentos, agua y aire para cubrir sus necesidades.
  • Procesamiento. Los animales procesan los alimentos para ser transformados en energía. En la empresa la producción es equivalente a este ciclo. Reprocesan materiales y se desecha lo que no sirve, habiendo una relación entre entradas y salidas.
  • Respuesta al ambiente. El ser vivo reacciona a su entorno, adaptándose para sobrevivir, debe huir o atacar. La empresa reacciona también, cambiando sus materiales, consumidores, empleados y recursos financieros. Se puede alterar  el producto, los procesos y la estructura.
  • Regeneración de parte. Las partes de un organismo pierden eficiencia, se enferman o mueren, y deben ser regenerados para poder sobrevivir. Miembros de una empresa envejecen, se enferman, se desligan. Las máquinas se vuelven obsoletas. Tanto hombre como máquinas deben ser mantenidos.
  • Organización. En el caso de los animales, hay mecanismos para la adaptación. En la empresa, se necesita un sistema nervioso central, un sistema de comunicaciones para el control y toma de decisiones, por medio de las funciones puedan ser coordinadas. En un ambiente de constante cambio, la previsión, el planeamiento, la investigación y el desarrollo son aspectos necesarios para que la administración pueda hacer ajustes.

Kenneth E. Boulding (citado por Eguiluz, 2007 y Johansen, 2004) propuso una escala jerárquica de sistemas, partiendo desde el más simple para llegar a los más complejos:  1º) Es aquel formado por las estructuras estáticas denominado marco de referencia;  2º) Son sistemas  dinámicos simples con movimientos predeterminados movimiento de reloj;  3º) son los mecanismos de sistemas cibernéticos, llamado de termostato; 4º) Lo constituyen los sistemas abiertos células; 5º) Es el sistema denominado genético-social y se encuentra tipificado por las plantas; 6º) Involucra organismos y animales inferiores, con incremento de movilidad y transmisión de información; 7°) Es el sistema identificado como del nivel humano, implica una comunicación por medio del lenguaje; 8º) Lo constituyen las organizaciones sociales, tiene implícitos un conjunto de roles interconectados; 9º) Se les conoce como los sistemas trascendentales comprende la lógica matemática, algoritmos y la filosofía, existe una interacción entre todos los niveles antes mencionados, y al conjunto en general se le conoce como sistema ecológico, conocido como ecosistema.
De acuerdo con Valverde et al. (2005: 106). El planteamiento del concepto de ecosistema, constituyó un gran avance en el pensamiento ecológico y el principio organicista por las siguientes razones:

  • Reconoce la complejidad con la que realmente funciona la naturaleza.
  • Es inclusivo, ya que incorpora al hombre y sus actividades. Una ciudad, un campo de cultivo o de pastoreo pueden ser estudiados desde el punto de vista ecosistémico.
  • Su enfoque es holístico, es decir, trata de entender a la naturaleza como una unidad que incluye a todos sus componentes (bióticos y abióticos).
  • Permite reconocer las conexiones que existen entre los componentes y sucesos que pueden estar separados en el espacio o en el tiempo.
  • Constituye el escenario en el que ocurren los cambios evolutivos de los seres vivos. En el ecosistema cada población evoluciona por las múltiples presiones de la selección natural existente entre los elementos que los componen: depredadores, competidores, mutualistas, la disponibilidad de agua, luz y alimento, así como la estacionalidad y frecuencia de los disturbios, entre otros.
  • Representan la unidad básica de conservación de la naturaleza; el ecosistema más grande que podemos concebir es la biosfera, la cual aglutina todos los ecosistemas del planeta.
  • Los ecosistemas constituyen la base de la existencia humana, pues son la fuente de materia prima para muchos de los productos que consume el ser humano, además de que ofrecen una serie de condiciones (ciclo del agua, temperatura ambiente, relieve y paisaje entre otras) de las que depende en mayor o menor medida el desarrollo de las sociedades humanas.

Estos beneficios que se obtienen de los ecosistemas se conocen como servicios ecosistémicos; sin los cuales la existencia humana y su estilo de vida serían insostenibles.

1.1.4. El  Enfoque  de  Sistemas.
Existen dos enfoques para el desarrollo de la Teoría General de Sistemas, que la misma teoría sugiere.  Estos enfoques, deben tomarse más bien como complementarios que como competitivos o como dos caminos cuya exploración tiene valor (Johansen, 2004). El primer enfoque es observar al universo empírico y escoger ciertos fenómenos generales que se encuentran en las diferentes disciplinas y tratar de construir un modelo teórico que sea relevante para esos fenómenos. El primer enfoque, a diferencia del segundo, en lugar de estudiar un sistema tras otro en forma interconectada, considera un conjunto de todos los sistemas concebibles y busca reducirlo a un conjunto de un tamaño más razonable.  
El razonamiento en términos de sistemas desempeña un papel dominante en muy variados campos, desde las empresas industriales y de armamentos hasta temas reservados a la ciencia pura (Bertalanffy, 1968). El objetivo de un enfoque de sistemas es encontrar caminos o medios, y para alcanzarlo requiere que el especialista en sistemas considere soluciones posibles y elija las que prometen optimización, con máxima eficiencia y mínimo costo en una red de interacciones complejas.
Es importante saber que los acontecimientos parecen envolver mucho más que las decisiones y las acciones individuales, y están determinados más bien por sistemas. Esta teoría está “enmarcada en una filosofía que acepta la premisa de que el único modo significativo de estudiar a una organización es estudiarla como sistema” y el análisis de sistemas trata de la “organización como sistema de variables mutuamente dependientes”, (Bertalanffy, 1968).
De acuerdo con Johansen (2004), las diferentes funciones que debe llevar a cabo un sistema para ser viable y lograr sobrevivir son:

  • La misión de Producción: la conversión de energía en el bien y/o servicio característico del sistema.
  • La misión de Apoyo: las funciones por las cuales se provee de suficiente energía al  proceso de producción.
  • La misión de Manutención: las funciones destinadas a lograr que los componentes del sistema permanezcan dentro del sistema, cuando éste los requiere.
  • La misión de Adaptación: las funciones destinadas a observar los cambios que se suceden en el medio, predecir las consecuencias que éstos tendrán para el sistema y proponer las medidas necesarias para adaptar el sistema a las nuevas condiciones del medio.
  • La misión de Dirección: el gobierno del sistema.

La dirección del sistema fija los objetivos de los componentes, distribuye los recursos y controla la actuación y el comportamiento del sistema; el control no sólo significa el examen del correcto desarrollo de los planes y metas señaladas, sino que también implica su evaluación y los consecuentes cambios de planes y metas (Johansen, 2004).
En la opinión de Ludwig Von Bertalanffy (1968), otro modo esencial de ver al mundo; es el mundo como organización, esta tendencia está señalada por el surgimiento de un haz de nuevas disciplinas como la cibernética, la teoría de la información, la teoría general de los sistemas, la teoría de los juegos, de la decisión, de las colas, y otras; en la aplicación práctica están el análisis de sistemas como: la ingeniería de sistemas, la investigación de operaciones, etc.  Difieren en supuestos primordiales, técnicas matemáticas y metas, con frecuencia resultan insatisfactorias y hasta contradictorias. Coinciden, no obstante, en ocuparse, de una u otra manera, de sistemas, totalidades u organización, y en conjunto anuncian un nuevo enfoque.
El enfoque de sistemas no se limita a entidades materiales en física, biología, etc., sino que es aplicable a entidades que son en parte inmateriales y heterogéneas en alto grado. Podemos decir que el hombre tiene valores que son más que biológicos y que trascienden la esfera del mundo físico (Bertalanffy, 1968).
Resumiendo, dice Eguiluz (2007:119), se puede decir que dentro de la Teoría General de Sistemas, existen fundamentalmente tres diferentes tipos de conceptos teóricos utilizados para describir y explicar el enfoque de sistemas. El primer grupo se refiere a la clasificación y descripción (sistemas abiertos y cerrados, orgánicos e inorgánicos, sistemas jerárquicos, suprasistemas y subsistemas, etc.). En el segundo grupo caen los conceptos de regulación y mantenimiento (limites del sistema, equilibrio estable e inestable, homeostasis, entropía negativa, feedback, input y output, etc.). El tercer tipo de conceptos se refieren a la dinámica que lleva al cambio o a la desintegración de los sistemas (adaptación, aprendizaje, coevolución, ciclo vital crisis, entropía negativa, etc.).
De los aspectos mencionados Gutierrez Pantoja (1984; citado por Eguiluz, 2007), señala que los aspectos principales que pueden darle la solidez necesaria para ser considerada una teoría general al enfoque de sistemas son tres elementos a saber: la ciencia de los sistemas, la tecnología de los sistemas y la filosofía de los sistemas.

1.1.5. Las Organizaciones como Sistemas Sustentables.
Arrascaeta (2007) comenta que la empresa vista como un sistema abierto, es un conjunto de partes en interacción, constituyendo un todo sinérgico, orientado hacia determinados propósitos y en permanente relación de interdependencia con el ambiente externo.
Por lo anterior, la Teoría General de Sistemas refuerza la visión de que es necesario dirigir nuestra atención a la interacción de diversos elementos de las organizaciones como sistemas para comprenderlos y que estos no pueden ser entendidos completamente si se analizan sus elementos en forma individual (Belausteguigoitia, 2004).
En las empresas familiares se identifica la interacción de dos sistemas sociales (familia y empresa), lo cual constituye un sistema dual; Whiteside y Brown (citados por Belausteguigoitia, 2004) quienes consideran que este enfoque dual resulta importante para reconocer características relevantes de este tipo de organizaciones, pero también aseguran que si son enfatizadas las diferencias entre estos sistemas, se puede caer en errores de tipo conceptual como: 1) Estereotipar el funcionamiento de los sistemas, 2) Elaborar un análisis inadecuado o inconsistente de la dinámica interpersonal, y 3) Realizar un análisis deficiente de la empresa como un todo, así como exagerar las nociones propias de las uniones entre sistemas.
Belausteguigoitia (2004), cita que el término sistema en el griego antiguo significaba mantenerse unidos, por esta razón el enfoque de sistemas plantea dos formas de observar una misma cosa. La primera se refiere a su función como totalidad con otras cosas que existen en su entorno; la segunda distingue una cosa como el conjunto de sus partes, que significa la integración de gran variedad de elementos. Ambas formas de visualización constituyen los “paradigmas sistémicos”. El primer caso se conoce como método de construcción sistémica por composición, concepto que aplicado a las empresas se refiere a las relaciones que mantiene la organización con su medio ambiente, esto es con sus clientes, sus competidores, el gobierno y  los proveedores, entre otras entidades; el segundo caso es el método de construcción sistémica por descomposición funcional, bajo el cual se visualiza a la empresa como un sistema integrado por diversas partes que se relacionan entre sí de modos muy variados, entre éstas se encuentran las instalaciones, los equipos, los recursos y por supuesto de las personas.
A partir de los conceptos citados, y para lograr el desarrollo de las sociedades y sus organizaciones se hace necesario el uso racional de sus recursos naturales, ya que de ellos dependen sus actividades productivas, tanto las primarias (agricultura, ganadería, pesca y explotación forestal), así como las actividades industriales; de las actividades productivas se obtienen alimentos, medicinas y diversos materiales (de construcción, textiles, cosméticos, ornamentales, rituales, etc.). Estos recursos pueden ser renovables o no renovables, los primeros son aquellos que tienen la capacidad de reponerse de manera natural, como es el caso de los organismos, el suelo y el agua; en contraste los recursos naturales no renovables no se reconstituyen al ser extraídos de la naturaleza de modo que escasean poco a poco (Valverde et al., 2005). Con el paso de los años, el uso de los recursos naturales, aún cuando ha permitido el desarrollo de las sociedades ha tenido consecuencias notables en el sistema ambiental. Desde los orígenes de la humanidad hemos alterado la naturaleza, pero es evidente que este efecto ha sido cada vez más intenso y profundo, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX.
En opinión de Valverde et al. (2005), a partir de la década de 1970 muchos gobiernos y organizaciones sociales empezaron a sentir una preocupación por el deterioro de nuestro sistema natural. La Organización de las Naciones Unidas [ONU] convocó en 1972 a la primera conferencia sobre Medio Ambiente Humano, mejor conocida como la Conferencia de Estocolmo, y el principal objetivo de este encuentro internacional fue analizar el impacto de la actividades industriales sobre la salud humana, de esta manera nació el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente [PNUMA], que hasta la fecha se encarga de revisar los temas ambientales de todo el mundo.
La conferencia de Estocolmo emite planteamientos para la conciencia de los países y de las personas acerca del proceso evolutivo de la raza humana y su desarrollo en el medio ambiente. En esta conferencia se reconocen los daños causados por el hombre a su entorno así como los niveles peligrosos de contaminación en la tierra, el aire y el agua, y de los graves problemas que se presentan para los seres vivos, así como los trastornos del equilibrio ecológico en la biósfera,  destrucción y agotamiento de recursos naturales insustituibles, junto con las acciones nocivas para la salud física, mental y social del ser humano (García, 2009).
A mediados de la década de 1980, se desencadenó una crisis económica mundial que llevo a las naciones desarrolladas a cuestionar sus indicadores de desarrollo basados únicamente en aspectos económicos como el Producto Interno Bruto [PIB], fue así que se incorporaron otros criterios como bienestar social, acceso a la vivienda, niveles de salud pública, alimentación nutritiva y suficiente, la calidad en la educación impartida y la utilización de los recursos naturales para mantener estables los sistemas ambientales; fue así que en 1987, aparece publicado un documento de la ONU titulado “Nuestro Futuro Común”, en donde se utilizó institucionalmente el término de desarrollo sostenible 1, aunque también en su lugar se utiliza el término sustentable, que es un anglicismo del vocablo ingles definido como sustainable. El desarrollo sustentable es un estilo de desarrollo de las organizaciones que permite satisfacer las necesidades de las sociedades actuales sin que esto represente una merma de los recursos naturales de los cuales dependerá el bienestar de las sociedades futuras (Valverde et al., 2005:136). El desarrollo sustentable tiene como condición básica y fundamental que los recursos naturales no se agoten ni se deterioren, lo cual requiere en muchos casos que las organizaciones y las empresas cambien las formas de producción, y la sociedad su consumo.
De acuerdo con García (2009), en el año de 1992 en la ciudad Río de Janerio en Brasil, durante la Conferencia de la ONU sobre el Medio Ambiente y Desarrollo denominada la “Cumbre de la Tierra”, se obtuvo un logro importante al incluir en su agenda de prioridades el tema de protección ambiental como parte de sus esquemas de desarrollo, también se crearon una serie de principios y normas para cumplir por parte de los países participantes; en esta cumbre sobre la tierra se emitieron documentos básicos sobre la protección del ambiente a nivel internacional.
En 1997 en Japón se firma el Protocolo de Kyoto, sin embargo el acuerdo entró en vigor el 16 de febrero del 2005 después de la ratificación por parte de Rusia. El objetivo principal es disminuir el cambio climático de origen antropogénico, cuya base es el efecto invernadero y se estableció que el compromiso es de carácter obligatorio para los países industrializados quienes son responsables de al menos un 55% de emisiones de CO2 (García, 2009). El gobierno de Estados Unidos firmó el Protocolo de Kyoto pero no lo ratificó, por lo que su adhesión fue solo simbólica, manifestando que no compartía la idea de reducir las emisiones por considerarlo injusto para los países industrializados, no así para los países subdesarrollados. Los Estados Unidos de América consideran que esa acción perjudica gravemente el desarrollo de su economía. El objetivo principal de este protocolo es reducir en un 5% la medida de las emisiones contaminantes entre los años 2008 y 2012 tomando como referencia los niveles que se generaron en 1990. Cabe mencionar que la Unión Europea se comprometió a reducir las emisiones totales en un 5.2% para el mismo periodo.
En septiembre de 2002 se llevó a cabo la Cumbre de Johanesburgo, en Sudáfrica, la cual trató sobre el desarrollo sostenible. En esta reunión, los países participantes aceptaron que No se han alcanzado los objetivos fijados en la Cumbre de la Tierra y que el avance hacia un desarrollo sostenible es mucho más lento de lo previsto y por ello el medio ambiente continúa deteriorándose junto con el pérdida de la biodiversidad, disminuyendo una gran cantidad de las especies animales y vegetales del planeta. A partir de esta cumbre se logra un consenso entre los participantes acerca del concepto de desarrollo sustentable, definido este la siguiente forma:
El Desarrollo Sustentable es el proceso evaluable mediante criterios e indicadores de carácter ambiental, económicos y social que tiende a mejorar la calidad de vida y la productividad de las personas, que se funda en medidas apropiadas de preservación del equilibrio ecológico, protección del ambiente y aprovechamiento de recursos naturales de manera que no se comprometa la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras (García, 2009)
De acuerdo con Kras (1994) 2, para lograr el propósito del desarrollo sustentable, es fundamental que las organizaciones cambien la manera en que producen los bienes que buscan satisfacer las necesidades de su público meta, de la misma la forma en que las sociedades deben cambiar sus hábitos de consumo de estos bienes. Para tal fin se requieren cuatro cosas; 1) Procedimientos nuevos y eficientes orientados a la prevención del deterioro ambiental, conocidos como instrumentos ambientales; 2) Las  leyes e instituciones adecuadas; 3) Una sociedad consciente y comprometida; y 4) Un financiamiento suficiente para lograr estos propósitos.
Entre los Instrumentos Ambientales desarrollados para la prevención del deterioro en el sistema ambiental, figuran: El ordenamiento ecológico del territorio y la evaluación del impacto ambiental. El primer punto, que resulta de interés particular para esta investigación, se refiere a conocer las capacidades que tienen las diferentes regiones de nuestro país para el desarrollo de las actividades productivas, para ello es necesario identificar las condiciones ambientales a través de imágenes satelitales, fotografías aéreas y datos tomados directamente en el campo, además de incorporar aspectos sociales y económicos de la región como densidad demográfica, infraestructura y tipo de producción entre otros aspectos. Todo este conjunto de información se puede analizar a través de Sistemas de Información Geográfica [SIG], que son paquetes de cómputo que sirven para localizar en un mapa las regiones donde coinciden ciertas características, por ejemplo: en el caso de querer identificar las regiones propicias para cultivar la vid en nuestro país (Valverde et al., 2005:184). El Proceso de ordenamiento ecológico del territorio tiene dos componentes importantes, por una lado los aspectos técnicos de la información recopilada y por el otro, el trabajo directo con la población humana de cada región, porque las personas que habitan esa región deben ser consultadas y sus opiniones tomadas en cuenta para decidir acerca de qué actividades productivas se van a impulsar en dicha zona.

1 En la obra Nuestro Futuro Común, publicada en 1987, como parte del informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU, aparece por primera vez el concepto de desarrollo sostenible y allí se define de la siguiente manera: “El desarrollo sostenible es un modelo de crecimiento que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Es un proceso de cambio social en el cual la explotación de los recursos, el sentido de las inversiones, la orientación tecnológica y las reformas institucionales se realizan en forma armónica, ampliándose el potencial actual y futuro para satisfacer las necesidades humanas (Valverde et al., 2005: 137)

2 Eva Kras, es académica en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Oriente [ITESO].