MODELO DE DESARROLLO ECONÓMICO LOCAL PARA LA DIVERSIFICACIÓN DE LA ESTRUCTURA PRODUCTIVA Y LA ARTICULACIÓN DEL TEJIDO EMPRESARIAL EN BAJA CALIFORNIA SUR

MODELO DE DESARROLLO ECONÓMICO LOCAL PARA LA DIVERSIFICACIÓN DE LA ESTRUCTURA PRODUCTIVA Y LA ARTICULACIÓN DEL TEJIDO EMPRESARIAL EN BAJA CALIFORNIA SUR

María Angélica Montaño Armendáriz (CV)
Universidad Autónoma de Baja California

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II.4. Características y Recursos del Desarrollo Local.

A partir  de la revisión de los aportes teóricos de estudiosos de distintos países  y del ejercicio de síntesis  en relación al tema en cuestión, es posible presentar los principales elementos y enfoques que caracterizan el estudio del desarrollo local, considerando que (además del concepto o definición del mismo) es importante identificar y analizar los diversos enfoques que los especialistas proponen como premisas de estudio y orientación de los principales aspectos a considerar en  las características que  incorporan como fundamentos para  la formulación y aplicación de iniciativas y estrategias del desarrollo económico local, el cual será la temática a abordar en el siguiente capítulo.

Para Alburquerque (2003) el enfoque del desarrollo económico local  se aleja del nivel excesivamente agregado y abstracto de la economía convencional y de determinados enfoques de la economía del desarrollo.  Específicamente, lo sitúa como un enfoque que centra su actuación en un territorio o localidad real, basada en la participación de sus actores territoriales reales, públicos o privados, que supone abandonar acciones pasivas y dependientes de las subvenciones.

Vachon (2001) explica que si bien las experiencias de desarrollo local son muy variadas, existe entre ellas una serie de características comunes, tales como ser modelos diversos de desarrollo, implican una dimensión territorial, están basados en una fuerza endógena con voluntad de concertación y mecanismos de  cooperación y redes y, finalmente, suponen la recuperación de los valores democráticos mediante estrategias participativas colectivas.

Madoery (2007), por su parte, enfatiza en la endogeneidad del proceso toda vez que este se da cuando es pensado, planificado, promovido e inducido por los actores comprometidos con el medio local. Sergio Berumen (2006), muestra el enlace entre las cuestiones del desarrollo económico local y la competitividad. Ambos universos no sólo son complementarios sino que son interdependientes. El binomio competitividad-desarrollo económico local tiene que considerar las características de las regiones  y las necesidades de cada localidad.

Al  respecto Garofoli (2009), destaca que entre las principales características que las iniciativas de desarrollo local deben considerar se encuentra:

  •  La utilización y valorización de recursos locales  a partir de la identificación de la capacidad empresarial, trabajadores especializados con formación y aprendizaje local, conocimiento específico de los procesos de producción que conformen el capital social, es decir que se identifiquen las ventajas competitivas de la localidad.  Además, también es necesario incorporar la existencia de recursos naturales, su localización etc., lo cual se ubica como las ventajas comparativas.
  •  Habilidad de controlar el proceso de innovación (habilidad de apropiación de los conocimientos tecnológicos y organizativos o de introducir directamente la innovación);
  • Existencia y capacidad de desarrollar las interdependencias productivas, intersectoriales e intersectoriales, a nivel local y nacional.

Lo planteado anteriormente permite indicar que el desarrollo desde un enfoque local trata de fomentar la creación de un clima social, financiero, político, físico y medio ambiental, que favorezca la promoción de actividades económicas locales.

Al respecto varios autores (Garofoli, 2009; Vázquez Barquero, 2005; Alburquerque, 2003), señalan que el término desarrollo local es utilizado y entendido -a menudo- de forma ambigua, por lo cual se considera importante realizar algunas apreciaciones a fin de poder procesar la utilidad del enfoque del desarrollo local en la práctica.  En ocasiones por desarrollo local se entiende exclusivamente el desarrollo de un nivel territorial inferior, como puede ser el desarrollo de un municipio o localidad especifica (microrregión); otras veces se utiliza para resaltar el tipo de desarrollo endógeno que es resultado del aprovechamiento de los recursos locales de un territorio, sin embargo, se debe señalar que las características del desarrollo local van más allá que las apreciaciones señaladas anteriormente.  De acuerdo a los autores antes señalados, el desarrollo local presenta ciertas características, entre las que destacan:

  • Desarrollo local no es únicamente desarrollo municipal. El sistema productivo local, que incluye entre otros elementos, el conjunto de relaciones y eslabonamientos productivos y comerciales relevantes para explicar la eficiencia productiva y competitividad de la base económica de un determinado territorio, no tiene por qué coincidir con las fronteras o delimitaciones administrativas de un municipio.
  • Desarrollo local no es sólo desarrollo endógeno. Muchas iniciativas de desarrollo local se basan también en el aprovechamiento de oportunidades de dinamismo exógeno. Lo importante es saber “endogeneizar” dichas oportunidades externas, dentro de una estrategia de desarrollo decidida localmente.
  • El desarrollo local es un enfoque territorial y de “abajo-arriba”, pero debe buscar también intervenciones de los restantes niveles  de toma de decisión del estado (provincia, región y nivel central) que faciliten el logro de los objetivos de la estrategia de desarrollo local. Se precisa, pues, de una eficiente coordinación de los diferentes niveles territoriales de las administraciones públicas y de un contexto integrado coherente de las diferentes políticas de desarrollo entre esos niveles. Las decisiones de “arriba-abajo” son también importantes para el enfoque del desarrollo local.
  • Asimismo, hay que añadir que el desarrollo local no se limita exclusivamente al desarrollo económico local. Se trata de un enfoque integrado en el cual deben considerarse igualmente los aspectos ambientales, culturales, sociales, institucionales y de desarrollo humano del ámbito territorial respectivo.

En el cuadro II.3, se muestran las principales condiciones en las cuales debe apoyarse un proceso de desarrollo local y que, finalmente, le caracterizan.

Recursos para el Desarrollo Local.

Existen ciertos elementos importantes en cualquier proceso de desarrollo local siempre y cuando sean integrados de forma adecuada, se ajusten a cada espacio y se complementen e interactúen con el resto de los instrumentos existentes en un área específica.  En concreto, a nivel local se identifica la existencia de una determinada estructura productiva, mercado de trabajo, capacidad empresarial, recursos naturales, estructura social y política, tradición y cultura, en cuya base puede articularse el crecimiento económico local y, en consecuencia, la mejora del nivel de vida de la comunidad.

El ámbito de los recursos locales es muy amplio (físicos, tecnológicos, económico-financieros, humanos y socioculturales), todos importantes en los procesos de desarrollo.  Sin embargo tal como lo plantea Alburquerque (2004), la existencia de recursos en una determinada área no es condición suficiente para originar un proceso de desarrollo, ya que dichos recursos deben ser utilizados de forma adecuada y en base a una estrategia de desarrollo económico local coherente, planificado y son criterio de sustentabilidad.  Aspectos decisivos de la potencialidad de los recursos para el desarrollo económico local son:

  • Estructura productiva local.
  • El mercado de trabajo de la zona.
  • La capacidad empresarial y tecnológica existente.
  • Los recursos naturales y ambientales.
  • El sistema financiero local.
  • La estructura social y política.
  • El patrimonio histórico y la cultura local.
  • Recursos económicos y financieros.

Desde esta perspectiva, todas las localidades y territorios disponen de un conjunto de recursos, que constituyen su potencial de desarrollo, Sobre este potencial necesariamente se tendrá que gestionar y articular las iniciativas de desarrollo local (Vázquez Barquero, 2009).  En el diagrama I.1 se presenta de manera esquemática  la forma como se integran los recursos para integrar a estrategias con un  enfoque desde el desarrollo económico local.

a. Recursos físicos e infraestructura.

La situación geográfica, la disposición de recursos naturales y su accesibilidad, son factores físicos que tienen una gran incidencia en las características y en la economía de una determinada zona. Sin embargo, dentro de los recursos que determinan el potencial de crecimiento y desarrollo de una región se ubica el stock de infraestructura (ILPES-CEPAL,2011), que es un elemento esencial de la actividad socioeconómica regional en términos de ingresos, productividad y empleo, junto a otros rasgos físicos territoriales, puesto que ellas ayudan a generar zonas más atractivas para la inversión nacional y extranjera, a disminuir costos de transacción, a incrementar la productividad, mejorando la competitividad y el acceso a los mercados, en fin, creando condiciones adecuadas para usar de forma más eficiente el potencial endógeno regional.  Estas infraestructuras, juegan un papel importante en las decisiones de los individuos acerca de sus lugares de residencia o de implantación de empresas.

De manera general, en términos de clasificación de la infraestructura podrían agruparse en dos grandes grupos: económicas o técnicas (transporte, energía, agua, telecomunicaciones)  y sociales (enseñanza, sanidad, vivienda, cultura, ocio) 1;  en términos de su papel en el desarrollo, a pesar de existir consenso en el importante rol que ellas juegan, no existe una única postura, discrepando en cuanto a la cuantificación de su importancia para el crecimiento económico de un determinado espacio geográfico.

Por tanto "se puede calificar como acertada la aseveración, comúnmente aceptada, de que las infraestructuras representan un instrumento importante en la política regional por su contribución al desarrollo, si bien para conseguir su plena eficacia es necesaria su conjugación con otros instrumentos, lo que lleva a un planteamiento prudente sobre su eficacia a priori" (ILPES-CEPAL, 1998, p. 20).  Con ello, es necesario tener claro en todo momento que la dotación de infraestructura es sólo una condición necesaria, pero no suficiente, para asegurar el desarrollo económico local, puesto que ellas estimulan el crecimiento, pero no lo crean (Alburquerque, 2003).

b. Recursos humanos.

Vázquez Barquero (2009), señala que el uso de la fuerza de trabajo local ha sido un factor estratégico en los procesos de industrialización endógena; contar con un capital humano cualificado es importante para el éxito de cualquier proceso de desarrollo, sobre todo en los tiempos modernos, ya que está convirtiéndose en un elemento diferencial, cuya flexibilidad y ajuste rápido son factores de competitividad y localización prioritarios.  Dado lo anterior es importante conocer la base demográfica y las características del mercado de trabajo local, los rasgos culturales y los valores sociales locales (Alburquerque, 2003).  También es necesario recalcar, que el recurso humano -como factor de desarrollo- está muy ligado a los factores referidos a la  calidad y el desarrollo de capacidades. Se habla, en este sentido, de la inversión humana como un potencial de creatividad que se traducirá en nuevos puestos de trabajo para la población local (ILPES-CEPAL,2011).  Como tal "la capacitación de los recursos humanos es, por consiguiente, un recurso estratégico que debe integrar las características específicas de cada territorio, a fin de diseñar apropiadamente los contenidos de la misma" (Alburquerque, 2002, p. 175). En este sentido, los niveles de actividad, el volumen y composición de la mano de obra, su flexibilidad, grado de formación, cualificación y la presencia de una cierta actitud empresarial se configuran como una importante variable en las estrategias para el desarrollo local.  

c. Recursos económicos-financieros.

Resulta obvio el papel fundamental que juega la empresa como agente económico en la creación de puestos de trabajo y de riqueza.  Las formulaciones tradicionales del desarrollo territorial se basaban en la atracción de empresas del exterior.  El fracaso de estas medidas ha hecho que las políticas de desarrollo local tengan como objetivo a que son las empresas quienes juegan el papel más dinámico en los procesos de cambio estructural en el marco de una economía de mercado.

La creación y el desarrollo de las empresas es una condición necesaria en el proceso de desarrollo, ya que las empresas transforman el ahorro en inversiones a través de los proyectos empresariales; además, cuando se estimula el desarrollo de redes y clústeres de empresas, se propicia la aparición de economías externas y la reducción de los costos de transacción. (Vázquez Barquero, 2009, p. 12).

Sin embargo, el sólo surgimiento de iniciativas empresariales no es suficiente.  La creación de empleo duradero depende estrechamente no sólo de la creación de nuevas actividades y empresas y del desarrollo y modernización de las que existen, sino también de la existencia de un entorno favorable a la emergencia de iniciativas, un entorno innovador con acceso a servicios avanzados de apoyo a la producción, siendo necesaria también una complementariedad entre las políticas económicas, sociales y culturales que se lleven a cabo.  "Por ello todas las políticas de apoyo que se acometan dentro del territorio deben tener como punto de referencia la diversidad de proyectos, el tipo de empresas que se crean o implantan, (generalmente Pymes), la valoración de los recursos humanos locales y las empresas de economía social" (Silva Lira, 2003, p. 45).

d. Recursos técnicos.

Otro de los recursos principales del desarrollo local es la difusión de las innovaciones y el conocimiento en el tejido productivo local, lo que permite la introducción de nuevos productos y servicios (incorporación de tecnologías) y la diferenciación de los existentes, así como los cambios de los procesos productivos, lo cual contribuye al aumento de la productividad y de la competitividad de las empresas.

La introducción de innovaciones productivas puede desplegarse a través de innovaciones de producto o de proceso productivo, mediante el replanteamiento de métodos de gestión o a través de innovaciones sociales o institucionales (Méndez y Alonso, 2000).  En el primer caso se trata de la introducción de nuevos materiales, mejoras en el diseño y diversificación de productos, creación de marcas, certificación de calidad o control ambiental.  Las innovaciones de proceso productivo se refieren a la instalación (o asimilación) de nuevas tecnologías, equipos o instalaciones, o bien de mejoras en las líneas de producción, un mayor y mejor control de calidad, informatización o sistematización de los procesos productivos, etc.  Entre las innovaciones en métodos de gestión se incluyen las mejoras en organización de la producción y el proceso de trabajo, acceso a redes de información o cualificación de recursos humanos.  Finalmente, entre las innovaciones de carácter social e institucional, cabe citar la promoción de actividades innovadoras, la descentralización de decisiones sobre innovación, la concertación entre agentes públicos y privados o la difusión de “buenas prácticas”.  Como se aprecia la introducción de innovaciones productivas incluye una diversidad de aspectos concernientes a cuestiones técnicas, organizativas y sociales. Esta introducción de innovaciones se realiza, además, dentro de un contexto territorial que puede facilitar (o no) las condiciones de partida para el estímulo innovador.

Alburquerque (2004), señala que el desarrollo económico de los territorios está cada vez más condicionado y mediatizado por la infraestructura técnica existente, la velocidad de la difusión tecnológica y el esfuerzo innovador del conjunto de su tejido socioeconómico.  Como consecuencia, los procesos de generación y difusión de nuevas tecnologías se constituyen en uno de los principales dinamizadores del desarrollo, determinando también la forma de inserción de las economías locales y nacionales en el sistema económico mundial.

e. Recursos socioculturales y educación.

"Como consecuencia del excesivo papel de lo económico en las sociedades modernas, tanto en los debates teóricos como en el diseño de las estrategias de desarrollo local, no se ha otorgado en general a los aspectos socioculturales la importancia que les corresponde" (Brito Osuna, 2008).  Es necesario tener claro que lo local es también el espacio de inserción de una comunidad que actúa sobre un territorio de acuerdo con unas prácticas, normas y valores pertenecientes a un fondo cultural; de tal manera que, el factor económico y el sociocultural son inseparables y su correcta valoración contribuye al éxito o fracaso de las iniciativas de desarrollo.  La estructura sociocultural puede acelerar o retrasar las transformaciones económicas y la incorporación de nuevas tecnologías de producción, sin medidas apropiadas que contribuyan a cambiar los valores culturales y sociales de modo tal que favorezcan la actividad económica y la introducción y difusión de innovaciones, el estancamiento o retraso de tales transformaciones sería una consecuencia palpable.  Es preciso ver si la organización político-administrativa del gobierno local es capaz de evaluar las demandas, de medir los efectos de su actividad sociocultural, de generar nuevos recursos y de promover la participación ciudadana.

1Alburquerque (2002), agrega a esta clasificación un tercer grupo constituido por infraestructuras ambientales.