SUJETOS SOCIALES, CONFLICTOS Y GESTIÓN DE LOS SERVICIOS DE AGUA POTABLE, ALCANTARILLADO Y SANEAMIENTO EN EL

SUJETOS SOCIALES, CONFLICTOS Y GESTIÓN DE LOS SERVICIOS DE AGUA POTABLE, ALCANTARILLADO Y SANEAMIENTO EN EL "ESPACIO SOCIAL-NATURAL" DE LA CIUDAD DE PUEBLA 1984-2010

Rafael de Jesús López Zamora (CV)
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

2.1.- La planeación participativa en la construcción de la nueva gestión de los SAPAS

Para desarrollar la propuesta de gestión se propone apoyarse en diferentes instrumentos, entre ellos, cobra particular importancia la planeación. En México se ha practicado de forma institucionalizada y oficializada por el estado la denominada planeación democrática, consagrada en el artículo 26 constitucional. Por otra parte se ha ensayado por parte de grupos de investigadores, la planeación del desarrollo regional con diferentes enfoques, por niveles: el nivel nacional, el meso regional y el micro regional. El nivel nacional sirve de marco general para el análisis de los demás. El nivel meso regional se analizo a partir de la experiencia del Programa de Desarrollo Regional de la Región Centro-País. El nivel micro regional se utilizo en la planeación y conformación de los Consejos de Planeación Regional del estado de Guanajuato y en la preparación del Programa de Desarrollo de la región Laja-Bajío del estado de Guanajuato, donde en el año 2000 se adopto la planeación estratégica con base comunitaria llegando a la realización de proyectos multi municipales con financiamiento de los gobiernos estatal, municipales y sociedad civil (Carrillo, 2001).
De acuerdo con esta experiencia la opción que se adapta al caso local es la del nivel micro regional, donde la región puede ser definida como un conjunto de municipios dentro de una entidad y se considera que es a nivel micro regional donde efectivamente se puede aplicar lo que se ha dado en llamar planeación estratégica con base comunitaria, ya que en ella, los actores comparten preocupaciones, cuentan con el apoyo de sus comunidades, y tienen la posibilidad de interactuar de manera permanente. Otros autores la denominan planificación participativa, y la definen como una acción consciente y deliberada de una comunidad (grupo o institución) para ordenar sus esfuerzos y recursos en orden a conseguir ciertas metas (Benetti s/f).
Para Sergio Flores (2007), la planeación estratégica con base social establece tres niveles: formulación de la estrategia, implementación de estrategias y evaluación y retroalimentación. Un proceso participativo de planeación donde intervienen la comunidad, y donde el proceso de planeación democrática es más importante que el plan en sí, es un proceso integrador, sectorial y pertenece a los participantes y no a grupos de interés o institucionales. La planeación estratégica así concebida es un enfoque dinámico, participativo y con visión de largo plazo (Carrillo, 2005; citado por Flores, 2007).
Se trata de identificar los factores estructurales que actúan en la conformación del espacio y la región, identificar su grado de desarrollo, los procesos de urbanización y sus efectos en tres dimensiones: sectorial, espacial, y temporal. De gran relevancia resultan las experiencias de Canadá y México en materia de planeación urbana (Altrows, 1999; Flores, 2007).
Como podemos ver el concepto adopta múltiples calificativos, en uno u otro autor, pero en esencia lo que resaltan es la participación social democrática, por lo que para efectos del presente propósito en la investigación se utiliza el concepto de planeación participativa, entendiéndolocomo una herramienta de gestión y participación social, capaz de promover el desarrollo local, contribuyendo a solucionar los problemas de los actores, que es capaz de convertir al lugar, al espacio social en foco de desarrollo económico y social, mejorando la calidad de vida de la población y posicionándola hacia afuera.
La planeación participativa se concibe basada en la previsión del futuro y consiste en un proceso continuo de conocimiento preciso del estado actual de la realidad y su contexto, de la dinámica de las proyecciones y tendencias, de las dificultades a superar y las ventajas a ampliar para potenciar un proceso consensado de transformación. Es herramienta indispensable, para canalizar la vitalidad participativa y organizada de los actores sociales en un proyecto de interés común, que refleje las necesidades de todos a partir de propuestas y aspiraciones colectivas, pero también con posibilidades reales de lograrlas. La planeación participativa se convierte así, en un instrumento básico para promover el desarrollo social y de cooperación entre los individuos y entre las comunidades que comparten metas comunes en equilibrio social; es un modelo de gestión sustentado en la participación comunitaria capaz de potenciar el desarrollo local.