PRESENCIA INSTITUCIONAL DE LAS FUERZAS ARMADAS EN PAÍSES DE AMÉRICA LATINA Y SU IMPACTO EN LA CALIDAD DE VIDA DE LA POBLACIÓN

José Leopoldo Montesino Jerez

4.6.3 Chile

El rescate por vía aérea de alrededor de 120 personas, entre ellas 70 chilenos, por parte el avión “Águila” de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), constituyó una noticia que sorprendió a la opinión pública nacional, por tratarse de personas ajenas a un conflicto bélico lejano, en el Líbano, de características dramáticas. A cargo de esta misión estaba el coronel de la FACh  Leonardo Espinoza y un representante de la Cancillería, Sr. Hernán Brantes.1
La pesadilla vivida por la chilena Alejandra Avila y sus hijos Paula (18 años), Shariff (13 años), Patricia (7 años) y Marcel (5 años) debido a los ruidos de los bombardeos sufridos en el Líbano, fue relatada en la sección Crónica de Hoy del diario La Segunda. Ella y sus hijos formaban parte de los 51 chilenos que llegaron a Santiago escapando de cruentos combates después de haber sido rescatados por el avión enviado por la Presidenta Michelle Bachelet en su ayuda:

“ ‘Fueron noches de terror’ recuerda angustiada. ‘Los últimos días nos pasábamos con los aviones 24 horas volando sobre nuestras cabezas. En las noches no dormíamos nada. Si cerrábamos los ojos una hora era mucho, por el miedo de los aviones que estaban siempre encima. No había certeza de nada’. En el poblado de Barelais quedó su marido libanés, cuidando la casa que desde hace siete años están remozando y la farmacia que es su sustento económico.”2
En la entrevista realizada al piloto que manejó el avión que trajo de regreso a las personas deseosas de volver a Chile, coronel Leonardo Espinoza Didier, éste señala que nunca tuvo miedo de que algún proyectil los alcanzara ni que ocurriese alguna desgracia, pues la planificación del vuelo los alejó al máximo de la zona de peligro. El general Osvaldo Sarabia, Comandante en Jefe de la FACh, destacó con orgullo la acción del piloto, expresando: “Los chilenos debemos estar orgullosos de esta operación que ha hecho la FACh. Se trabajó en con muy poco tiempo. Siguiendo instrucciones de la Presidenta de la República, dimos cumplimiento a una misión en tiempo récord”.3
El Buque Escuela “Esmeralda” de la Armada chilena, en tanto, efectuó una visita a la base naval del puerto de El Callao, en Perú, en abril del año 2007. En esta oportunidad la visita contaba con la presencia del Comandante en Jefe de la Armada, almirante Rodolfo Codina, en  la ciudad de Lima. Entre los gestos de amistad, se invitó previamente a subir a la nave a un grupo de 20 cadetes de la Escuela Naval peruana en el puerto de Paracas, que la acompañaron hasta el principal puerto del país. El arribo de la “Esmeralda” constituyó un hito en el sentido del deseo de las autoridades presentes en la noche limeña, entre ellas el capitán de navío Humberto Ramírez y el embajador de Chile en Perú  Cristián Barros, de proyectar al buque como un lugar de encuentro futuro entra ambas naciones. 4

En otra situación de emergencia, un avión naval chileno P3 dotado de un moderno equipo de detección y comunicaciones junto al buque de la Armada “Valdivia”, equipado con un helicóptero de cubierta, debieron participar en un operativo de salvamento a causa de un incendio del buque factoría “Hércules” de bandera de Islas Feroe, el cual faenaba a unos 500 kilómetros de la costa al oeste de Ancud, en la isla grande de Chiloé. Un reportaje periodístico publicado en el diario El Mercurio señala que un tripulante murió, otros diez estaban desaparecidos y 105 fueron rescatados con  vida por naves extranjeras que trabajaban en las cercanías. Los supervivientes consiguieron salvarse gracias a los botes de salvamento del propio buque siniestrado, que debió ser evacuado tras la orden de su capitán, el noruego Asker Gryten.5

Volver al índice