DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO Y POBREZA EN AMÉRICA LATINA

DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO Y POBREZA EN AMÉRICA LATINA

Juan Francisco González Bermúdez (CV)
Universidad Nacional Autónoma de México

Volver al índice

I.3.6. -La tesis Keynesiana de la distribución del ingreso.

Navegar por dos tesis que consideran la distribución del ingreso por causas de explotación o bien por aspectos genéticos, tiene que ver con posturas que se han volcado hacia el aspecto formal. De hecho, las matemáticas han dado pie para rebasar lo empírico e intentar llegar a la comprobación científica por medio de argumentos que son sometidos a los "números", pero que en ningún momento han logrado realizar una comprobación aceptable. En este momento nos seguimos preguntando si la economía como ciencia ha logrado comprobar sus argumentos centrales entrampada en lo formal y en toda una corriente de pensamiento  que fluyó en el siglo pasado y antepasado bajo la égida del positivismo.

En nuestra mente todavía resuena la poderosa voz de Smith que a lo largo del tiempo se desvirtuó y que en mucho aprovecharon los pensadores neoclásicos, ya que hicieron una lectura parcial de lo escrito por el padre de la microeconomía y pensando únicamente en el laissez faire como la mano equilibradora. Lo que se hubiera rescatado verdaderamente de la economía; antes de abandonar el carácter de economía política, es el plano moral en que Smith la ubicó acertadamente y sobre todo, ese pensamiento de la desaparición del Estado, no como una condición indispensable para la libertad del mercado, sino como un ente que no permite la libertad del ser humano. La desaparición del Estado y su presencia, obedece a la inmadurez o no de la sociedad. Y  si ha ésta se le impone la libertad de elegir, en momentos en que la sociedad no ha llegado a dicha madurez, entonces el mercado no se transforma en el equilibrio que quisiéramos, sino en una jungla en donde unos se apropian de lo que les pertenece a los otros; tratando de disculpar la rapiña por aspectos genéticos o de incapacidad; pero que en realidad concierne a la falta de moral entre los hombres

El pensamiento de Keynes nace bajo un entorno en donde el ascenso del Fascismo estaba por comenzar. En Italia y en Alemania prontamente estarían en el poder Benito Mussulini y Adolfo Hitler. Así mismo, la política Stalinista sería la máxima forma de gobierno en el mundo socialista. De esta manera,  que tanto en la esfera capitalista como la comunista, se adoptaron formas de conducción estatal que imprimieron un proceso de desarrollo económico sui generis: en ambas se observa un desencadenamiento en donde existe una subsunción de  la sociedad por parte del Estado.

Estas formas de gobierno fueron criticadas desde el fondo del pensamiento de la Escuela Frankfurt; en especial por Karl Popper quien pensaba en una forma de gobierno en donde se cultivara la libertad y el cambio social debía ser desde el plano de la ingeniería gradual. Este pensamiento fue retomado por Keynes quien instrumentó un modelo capitalista en donde el pleno empleo fuera el dinamizador de la economía.

Su pensamiento fue toda una revelación crítica de las tesis neoclásicas quienes consideraron tres mercados en equilibrio: el de factores, el de productos y el de dinero. Mercados que en realidad fueron considerados en equilibrio y cuya base medular es la tesis de Jean Bapiste Say (1826) en donde todo lo que se produce se consume y el pensamiento de Thórton (1854) cuyo esquema radica en el equilibrio entre ahorro e inversión y tasa de interés.

Keynes no trató una teoría de la distribución en el sentido estricto. Para él, la importancia radicaba en un aumento en el producto vía el gasto y la Inversión. Su modelo se basaba
en la impresión de dinero (En un primer momento) y las bajas tasas de interés. Con ello, se provocaba un aumento en el PIB y en empleo, así como en la demanda efectiva. El ahorro era el eje de atención sobre el cual se fincaba el crecimiento. En un segundo momento se invertía y hacia que las economías crecieran.1

Por ende, centró su atención en  la inversión como motor de crecimiento y con ello la llegada de un lugar próspero. Además, al igual que Smith, consideraba los mercados subdesarrollados muy importantes ya que permitían mayores niveles de ganancia. Ello en la medida en que los países desarrollados la inversión tenían más riesgos y las ganancias eran menores.

Para Keynes un aumento en la demanda agregada conlleva a un aumento en la producción y  al empleo, creándose un círculo virtuoso. Establecía que los trabajadores no permitían una baja salarial nominal; pero  sí lo hacían en términos reales. En otras palabras, un aumento en los precios no hacia que los trabajadores protestaran tanto como un disminución en los salarios nominales.

No cuestionó la distribución del ingreso y en cambio estableció un modelo de crecimiento que permitía que todos tuvieran en exceso. Sólo le interesaba el crecimiento. Por ende, si los salarios fueran a la baja, la demanda agregada disminuiría y el crecimiento también. De allí que recomendaba la presencia del Estado para normar los salarios y el gasto gubernamental, en donde se debía garantizar el pleno empleo.

Algo interesante en torno a los salarios es que no dependen de la capacidad como los neoclásicos lo concebían. Para Keynes dependían de los sindicatos y las expectativas sicológicas. De ahí que la fuerza de los sindicatos (Elemento exógeno al modelo) era importante en el ciclo económico y en la pobreza.    

1 Se podía decir que para Marx el problema central era el empleo que generaba miseria y que tenía en Keynes la respuesta y la solución a tal problema. Para Marx el ejército industrial de reserva era el que provocaba los cambios a otros sistemas sociales y para Keynes la solución estaba en el Estado. Para Marx la solución nunca la vio, ya que no confiaba en el Estado puesto que para éste estaba bajo la tutela de una clase en particular. En cambio, para Keynes, era el elemento dinamizador que debía garantizar el empleo y con ello, la permanencia del sistema capitalista.