"EL TRÁNSITO DE LOS ESTUDIANTES POR LA UNIVERSIDAD"

Verónica Soledad Walker

III. Una mirada institucional


La Facultad de Ciencias Exactas constituye una de las once unidades académicas de la U.N.C.P.B.A. 1 y presenta una estructura departamental compuesta por cuatro Departamentos: Matemática; Ciencias Físicas y Ambientales; Formación Docente y Computación y Sistemas. La carrera de Ingeniería de Sistemas2 depende de este último, aunque sus materias son dictadas por profesores que pertenecen a los distintos Departamentos mencionados. Se trata de una facultad con un alumnado regular de más de 2.000 estudiantes y un plantel de 190 docentes, profesores y auxiliares en su mayoría con dedicación exclusiva. Los mismos desarrollan tareas de investigación en el marco de los siete Centros de Actividades Científico-Tecnológicas 3 que funcionan en la Facultad y en el que se desarrollan unos veinte proyectos acreditados por el Sistema de Incentivos.
Detener la mirada en la propia institución supone reconocer la importancia que la misma tiene en las prácticas de los sujetos que la transitan, la constituyen, la sostienen y la transforman. Como sostiene Garay (1996), las instituciones van configurando sus identidades a partir de interrelaciones, oposiciones y transformaciones de fuerzas sociales; adquiriendo sus propias lógicas y constituyéndose en laberintos productos y productoras de procesos. Así, cada institución “recibe mandatos y demandas; demanda a su vez; genera proyectos, planes, programas; edifica una estructura organizativa, instala procedimientos y rutinas; favorece u obstaculiza procesos de cambio; genera mecanismos y modos de regulación de conflictos; se apuntala en un aparato jurídico-normativo” (ídem, p.141), instituyendo un orden simbólico capaz de dotar de sentido y orientar las prácticas de los individuos. En palabras de Geertz (en Garay, 1996) cada institución es capaz de generar “nociones sistematizadas, sin que se sepa cómo, admitidas por todos; nociones que dirigen las actividades cotidianas de las que se sirven individuos y grupos para orientarse en un mundo que de otro modo permanecería opaco” De esta manera, lo que se plantea es cómo en esa atribución de sentidos, la institución va construyendo las identidades de los sujetos ya que instituir, asignar una esencia, una competencia, es imponer un derecho de ser que es un deber ser. Es significarle a alguien lo que es, en el escenario institucional, social y, a veces, personal, y significarle que tiene que conducirse consecuentemente a como se le ha significado (Bourdieu, 1980).
A partir del análisis de las normativas institucionales y de las entrevistas a docentes y actores de la gestión, puede decirse que la Facultad de Ciencias Exactas de la U.N.C.P.B.A. se caracteriza por una fuerte orientación a la actividad de investigación, siendo el docente-investigador el perfil buscado por la facultad en los docentes. Es precisamente el desempeño de los profesores en este tipo de tareas lo que se valora y considera como una fortaleza institucional. En este sentido, y tal como se recoge de las entrevistas realizadas a los docentes y representantes de la gestión de la facultad, la pericia y especialización de los profesores de Ingeniería de Sistemas es un factor altamente valorado en la medida que permite convertir a los estudiantes -con carencias de hábitos de estudio y falencias en sus conocimientos previos- en graduados exitosos, fuertemente requeridos en el mercado laboral.  Desde la perspectiva de los alumnos entrevistados puede apreciarse un reconocimiento de la labor investigadora y de la permanentemente actualización de conocimientos por parte de los docentes. Los estudiantes plantean la permanente actualización de saberes que la carrera exige y destacan esta cualidad en sus docentes, es más, uno de los alumnos vincula esta actualización con la posesión de títulos de posgrado y con la posibilidad de enseñar al decir que es fundamental que los docentes estén continuamente actualizados, más en una carrera como Ingeniería de Sistemas en la que el día a día va cambiando. Y agrega “creo que eso está porque son todos doctores, sino no podés ser profesor”; “son todos doctores y están continuamente actualizándose e investigando y después bueno…poder transmitirlo eso también es importante”. En este punto de vinculación de las tareas de docencia e investigación es donde la mirada de los estudiantes difiere respecto de la de los docentes y representantes de la gestión ya que no trasladan directamente esta fortaleza al ámbito de la enseñanza. Es más, una de las estudiantes entrevistadas sostiene “hay gente que sabe muchísimo pero pedagógicamente no tiene herramientas”.
Ahora bien, qué sucede cuando el proceso de construcción de identidades se ve atravesado por una lógica diferente de aquella que caracterizó a instituciones modernas como la universidad. En este sentido, como plantea Carli (2008), abrir la pregunta por la propia institución universitaria sugiere indagar cómo la misma se inscribe en lo que Dubet (2006) denominó ‘el proceso de declive de las instituciones modernas’. Proceso que se encuentra vinculado a la decadencia del programa institucional y a la crisis de fabricación de sujetos y declinación de una forma de trabajo sobre los otros. Considerar esta perspectiva, invita a preguntarnos: por qué no pensar la deserción, la baja tasa de graduación y la prolongación de los estudios más allá de la duración teórica como expresiones de la pérdida de la capacidad mediadora de la universidad en tanto institución; como signo del debilitamiento de su forma de trabajo sobre los otros y de la desarticulación de los procesos de socialización y subjetivación. Porqué no pensar las dificultades que surgen en el arduo proceso de convertirse en graduado universitario como manifestación de una crisis en la ‘fabricación de sujetos’ que está viviendo la universidad y que le exigen -como espacio de identificación que es- reconocer la preexistencia de sujetos que configuran su identidad en múltiples espacios y de diversos modos. Esto exige, por lo tanto, alejarnos de toda categoría homogénea de estudiante y reconocer que la universidad “se ve enfrentada cotidianamente a un proceso de reconocimiento de sujetos preexistentes, que a su vez configuran identidades ligadas a otros ámbitos institucionales o a la propia sociabilidad de pares” (Carli, 2008: 116).
En el caso que nos ocupa, así como hay un ‘ser docente’ deseado y buscado por la institución, ligado al perfil investigador, existe una representación de la identidad de ‘los estudiantes’ que es portadora de las carencias y falencias que inciden en el ‘fracaso académico’. Es la falta de conocimientos previos, hábitos de estudio, metodología de trabajo, interés y constancia lo que, desde la visión de docentes y representantes de la gestión, caracteriza a los alumnos de Ingeniería de Sistemas. Por un lado, esta disparidad existente entre lo que se espera de un estudiante universitario y la identidad que se le atribuye a dichos actores estaría vinculada con la tensión mencionada por Carli (2007) entre el horizonte de expectativas respecto de la formación universitaria que comparte la propia institución y sus docentes y las representaciones que los mismos poseen sobre los estudiantes. Por otro lado, continuar defendiendo la presencia de supuestos elementos unificantes de la categoría de ‘estudiante universitario’ no permite advertir la presencia de lugares diversos, modos heterogéneos y recorridos singulares y colectivos que intervienen en la producción de las identidades. Reconocer esto supone dejar de considerar a la universidad sólo como una organización institucional teniendo en cuenta sólo sus funciones y la eficacia de sus tareas, y  empezar a comprenderla como un mundo cultural específico, como un espacio de experiencias en el que se desarrollan múltiples procesos de sociabilidad. Leer este ‘mundo de experiencias’ ya no desde parámetros generados en el pasado4 -que solo posibilitan una comprensión en términos de carencia (lo que los estudiantes hoy no saben, no son)- ni desde ideas totalizadoras de ‘comunidad universitaria’ con un funcionamiento armonioso (en el que existe continuidad entre socialización y subjetivación) constituye una posibilidad para ver los distintos modos de habitar la institución (Blanco y Pierella, 2009). En este sentido, la categoría de experiencia cobra centralidad ya que se entiende que “para comprender lo que las instituciones educativas ‘fabrican’, no basta con estudiar los programas, los roles y los métodos de trabajo, sino que es necesario captar la manera con que los alumnos constituyen su experiencia, es decir, fabrican relaciones, estrategias, significaciones a través de las cuales se constituyen en ellos mismos” (Blanco y Pierella, 2009: 74).
En este sentido, e intentando captar las significaciones que los estudiantes de Ingeniería de Sistemas construyen respecto de la propia institución, puede señalarse la percepción  acerca del funcionamiento administrativo de la facultad y de la información que la misma brinda. Al preguntar por el acompañamiento que le han brindado durante el desarrollo de la carrera, uno de los estudiantes sostiene que a la hora de tener que pedir algún certificado o hacer un trámite “en realidad no me sentí demasiado acompañado, me sentí acompañado por compañeros, algunos, tampoco muchos…No sé, el Centro de Estudiantes tiene un rol bastante importante en eso…No lo tuvo… cuando yo ingresé el centro no hacía casi nada así que….Y la Facultad así como institución no se preocupa mucho por esas cosas. Digamos, no se ve que se preocupe mucho”. Esta sensación de no acompañamiento también está presente en lo mencionado por otro de los estudiantes entrevistados cuando dice que “en la facultad ya todo depende de vos”. Si bien se trata de estudiantes avanzados que ya llevan como mínimo cuatro años en la universidad se observa cierto desconocimiento de los aspectos organizativos de la Facultad o de las personas concretas que se desempeñan en la gestión. Así, uno de los alumnos al referirse a su experiencia previa en el secundario dice: “el secundario es más compañerismo, más familiar, más relación con los profesores, directivos y todo…En cambio acá, no conozco la cara del Secretario Académico, por ejemplo, si vamos al caso”. Como se verá más adelante, este desconocimiento y/o falta de información sobre cuestiones organizativas está también presente en lo referido a la propia carrera.
De esta manera, en la percepción de los estudiantes de Ingeniería de Sistemas sobre la institución universitaria se entraman valoraciones que destacan la permanente actualización de saberes que caracteriza a los docentes, la sensación de una falta de acompañamiento por parte de la facultad en sus trayectos académicos, la referencia a competencia entre los institutos de investigación, la existencia de cuestiones ‘álgidas’ y la impresión de que dicho ámbito “es medio una selva y tenés que defender vos tus propias cosas”. Esta percepción de una cultura competitiva también está presente en lo que hace a la cultura estudiantil, como se verá más adelante. 


1 La U.N.C.P.B.A. tiene sedes en Tandil, Azul, Olavarría y Quequén. En Tandil funcionan cinco facultades: Arte, Veterinarias, Humanas, Económicas y Ciencias Exactas; en Azul, las facultades de Agronomía y Derecho; en Olavarría, la Facultad de Ciencias Sociales, Ingeniería y la Escuela Superior de Ciencias de la Salud y en Quequén, la Unidad de Enseñanza Universitaria.

2 Además de Ingeniería de Sistemas, se dictan las carreras de: Lic. en Ciencias Físicas, Lic. en Tecnología Ambiental, Lic. en Ciencias Matemáticas, Prof. de Física, Prof. en Informática, Prof. en Informática para el Tercer Ciclo de la E.G.B. y Polimodal y Profesorado en Matemática.

3 Como parte de la política científico-tecnológica de la U.N.C.P.B.A., en 2009 el Consejo Superior resolvió promover la constitución de Núcleos de Actividades Científicas y Tecnológicas (NACT), definidos como “conjunto de investigadores y auxiliares de investigación dedicados a actividades de ciencia, arte y tecnología identificadas por una línea temática, con capacidad para planificar y ejecutar autónomamente sus actividades en esa línea, quienes convienen en articular sus actividades, compartiendo, cuando fuera necesario, espacios físicos, instalaciones, servicios técnicos y administrativos”.  Distingue, además, dos subtipos de NACT: 1) Centros de Actividades Científico-Tecnológicas y, 2) Grupos de Actividades Científico-Tecnológicas. Sin pretender ahondar en sus diferencias, nos interesa aquí la norma transitoria según la cual dicho órgano establece que “los NACT reconocidos hasta el año 2009 serán directamente reconocidos como pertenecientes al tipo Centro de Actividades Científico-Tecnológicas en 2009. Posteriores modificaciones dependerán de presentaciones realizadas por los investigadores del Núcleo o del resultado de las evaluaciones de las Memorias”.

4 Sostiene Carli (2007) que la mirada hacia los estudiantes en la actualidad se encuentra teñida de representaciones del pasado ligadas a los movimientos estudiantiles y al perfil de la clase media que se alejan de las identidades de los estudiantes en la actualidad. 

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