MIGRACIÓN INTERNACIONAL, DESEMPLEO Y DERECHOS HUMANOS EN MÉXICO ANTE LOS DESAFÍOS DE LA GLOBALIZACIÓN

MIGRACIÓN INTERNACIONAL, DESEMPLEO Y DERECHOS HUMANOS EN MÉXICO ANTE LOS DESAFÍOS DE LA GLOBALIZACIÓN

Martina Rodríguez Domínguez
Emilio Hernández Gómez
Eduardo Meza Ramos

Universidad Autónoma de Nayarit

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2.2 La Migración internacional en México 

Analizar la migración mexicana hacia Estados Unidos incluye examinar las características de la evolución histórica y sus profundas raíces, estos países están unidos por una larga frontera de miles de kilómetros, la migración de México hacia Estados Unidos inició cuando México perdió gran parte de su territorio en el siglo XIX y fue anexado a Estados Unidos, lo que actualmente comprende los estados de Arizona, California, Nuevo México, Nevada, Texas, parte de Colorado, Wyoming y Utah,  lo que significa que este escenario ha influido en el proceso histórico de la migración internacional entre México y Estados Unidos (Tuirán  y Ávila, 2010 y Verduzco, 2000).
Los primeros migrantes mexicanos fueron atraídos por el florecimiento de la actividad minera en California, la ganadería de Texas y Nuevo México, la agricultura, la construcción del ferrocarril en el sudoeste de Estados Unidos, cruzaban la frontera hacia Estados Unidos a comunidades cercanas localizadas en zonas de antiguos territorios mexicanos sin enfrentar control migratorio y no dejaban registro estadístico (Tuirán y Ávila, 2010).
Otros estados donde se concentraron los migrantes mexicanos fueron Illinois y Arizona, aunque de 2005 a 2013 se han registrado una disminución de la presencia de migrantes de 62.4% a 58%, según estimaciones del Bureau of Census, Current Population Survey (CPS) (BBVABancomer, 2014).
Después de que América Latina fue el destino de migrantes, en su mayoría estos países han invertido su situación y ahora son exportadores de fuerza de trabajo y capital social (Martínez, 2007).
La migración temporal en México se ve reforzada por las oportunidades de trabajo en el lugar de destino, la demanda de mano de obra en la agricultura californiana del territorio norteamericano constituyó la base de la migración temporal que enfrentó los problemas estructurales de la economía mexicana y creó las bases de la migración permanente (Lozano, 2004).
El fenómeno de la migración internacional ha acompañado a la humanidad a lo largo de su historia y sus causas han variado de acuerdo a las épocas, actualmente se considera un problema global porque ha aumentado el flujo de migrantes; en México, los cuantiosos desplazamientos de población que emigran hacia los Estados Unidos constituyen en parte, pérdida de capital humano (Zuñiga, Leite y Nava, 2004). Se considera que el desplazamiento de mexicanos hacia el vecino país del norte se desarrolla en condiciones desfavorables, muchos migrantes mexicanos indocumentados han sido fácilmente excluidos y marginados (Verduzco, 2000).  
Como un efecto de la crisis la disminución de migrantes mexicanos hacia Estados Unidos durante el periodo de recesión en Estados Unidos fue generada por la disminución de la emigración internacional y por la repatriación de mexicanos entre 1929 y 1932 (Verduzco, 2000). La crisis de 1982 transformó el patrón tradicional de la migración de los mexicanos hacia Estados Unidos y se nutrió de jóvenes procedentes de ciudades  con escolaridad, sin experiencia migratoria (Tuirán y Ávila, 2010).
De acuerdo al planteamiento anterior, algunos estudios sobre migración internacional argumentan que el fenómeno de la migración internacional se ha urbanizado porque la migración internacional en sus primeras etapas inició con desplazamientos de población procedentes desde zonas rurales, luego se incorporó población de zonas urbanas (Horbath, 2004).
Por otro lado, los programas de trabajadores para migrantes igualmente pueden ser para inmigrantes sin calificación o inmigrantes profesionales altamente calificados, los inmigrantes profesionales pueden trasladarse a vivir con su familia al lugar de destino y postular para residencia definitiva, pero esto no aplica para inmigrantes sin calificación que es el nivel más bajo en la escala laboral, otro argumento plantea que los programas de trabajadores temporales limitan la modernización industrial porque algunos productores pagan más fácilmente bajos salarios, que altos costos de modernización, se concluye que los programas de trabajadores temporales causan el atraso tecnológico (Durand, 2007).
Durante el transcurso de los años, el volumen de mexicanos que residía en Estados Unidos fue aumentando considerablemente, después de finalizar los Programas Braceros de trabajadores mexicanos a Estados Unidos, algunos migrantes ya no regresaron y establecieron su residencia en Estados Unidos, esta situación conllevó al gobierno a proyectar la situación legal de los extranjeros mediante la Ley Inmigración Reform and Control Act (IRCA), para legalizar extranjeros (esta ley fue aprobada en 1986). Después de ocho años de aprobada la ley (IRCA), la inmigración indocumentada siguió su curso y no se detuvo y tampoco se legalizaron todos los residentes que pudieron haberlo hecho (Verduzco, 1995). Como resultado de lo anterior la migración de mexicanos se convirtió en problema, al cancelarse la modalidad de contratos de trabajo los migrantes dejaron de ser braceros para convertirse en migrantes indocumentados, sin que se detuviera el flujo migratorio hacia el vecino país hasta nuestros días (Gonzalez, 1998).
El incremento en la intensidad de la migración de México  hacia Estados Unidos se dio a partir del agotamiento del modelo económico basado en la sustitución de importaciones  de varios países durante 1960,  de la crisis  energética de 1970 y de la crisis de la deuda de 1980 (Muñoz, 2002). 
La crisis de  la década de 1980 en México y de la reestructuración económica revirtió la tendencia de la disminución de la pobreza y contrajeron el gasto público generando un deterioro social que impulsó la migración a Estados Unidos y desalentó el retorno de los migrantes (Tuirán y Ávila, 2010).
Entre algunos cambios que ha sufrido la migración internacional de mexicanos hacia los Estados Unidos es el flujo migratorio predominante que es cada vez más permanente e indocumentado, los costos y los riesgos son mayores por el aumento en el control fronterizo, en México, la participación en el fenómeno migratorio se ha extendido por todo el territorio y también en Estados Unidos la presencia de mexicanos se generalizó por toda la nación, la ocupación se ha diversificado a los sectores secundario y terciario y finalmente el aumento de migrantes urbanos a la migración hacia Estados Unidos es cada vez mayor (Tuirán, 2006).
Es decir, por una parte la ampliación de la geografía de los destinos de los flujos migratorios se incrementó y se ha diversificado de manera  progresiva en Estados Unidos (Martínez, 2007). Y por otra parte, se considera que la incorporación de nuevas regiones a la migración internacional de mexicanos hacia los Estados Unidos es la respuesta a la falta de oportunidades y en algunas ocasiones es la única opción de encontrar empleo (García, 2007b). Los cambios estructurales en la economía mexicana provocados por las políticas económicas neoliberales contribuyeron a la dispersión de la emigración internacional  desde  la zona tradicional de la migración a las nuevas regiones localizadas  al sur de la ciudad de México y a la frontera norte (Massey, Durand  y Riosmena, 2006).
La migración internacional de México hacia Estados Unidos ha generado la pérdida de población en México en las últimas décadas y aumento de la presencia de mexicanos en gran parte del territorio de los Estados Unidos (Zuñiga, Leite y Nava, 2004). Otro efecto de la migración internacional en México es que en algunos lugares con larga tradición migratoria es notoria la presencia de población envejecida causados en parte por la migración internacional de mexicanos hacia Estados Unidos  (Arroyo., 2010).
La situación no parece muy alentadora en cuestiones de temas migratorios para México, los desafíos a que se enfrentan los migrantes indocumentados son grandes. La migración de mexicanos al exterior es masiva y las condiciones de inserción al mercado laboral en el exterior son desfavorables (Alba, 2009). Por otra parte, la experiencia demuestra que las remesas se destinan para satisfacer necesidades básicas y en mínimas cantidades se destinan a proyectos productivos; en territorio norteamericano, todavía existe una fracción del mercado laboral que solo lo cubre mano de obra barata indocumentada (Arroyo., 2010).
En Estados Unidos los recién llegados ilegales son la fuerza de trabajo flexible que realiza tareas que no realizan trabajadores de la economía general, poseen ciertas características que los obstaculizan para buscar un trabajo estable y bien remunerado, el costo de contratar a estos trabajadores hace que este mercado de trabajo sea atractivo para empresarios, los salarios de los migrantes son en efectivo y libres de impuestos,  pero el trabajo es inestable y el salario es bajo (Valenzuela, 2002). Actualmente, algunos sectores de la ecónoma de Estados Unidos dependen de fuerza de trabajo migrantes desde antes de los desplazamientos masivos de población (Riosmena, 2009).
Entonces, la migración de mexicanos provee a la sociedad norteamericana de mano de obra flexible que satisface las necesidades del mercado laboral norteamericano, en promedio tres cuartas partes de migrantes no tienen prestaciones laborales y sus ingresos son muy inferiores a los que tiene un nativo por la misma actividad (Santibáñez, 2000).
El incremento en la cifra del número de migrantes indocumentados según información proporcionada por el Censo de Población de 1990 de los Estados Unidos, preocupa al gobierno norteamericano, la llegada de extranjeros se considera como una invasión y amenaza laboral y social que genera reacciones de los residentes nativos (Verduzco, 1995).
Otra tendencia que puede percibirse en años recientes es la pérdida de población temporal que comprende a los migrantes que regresan después de haber pasado su vida económicamente activa en otro país  y regresan a su país de origen (Schmid, 2007).
Desde 2006, el sector económico relacionado principalmente con migrantes mexicanos es la construcción que ha sido uno  de los más afectados por la crisis y ha perdido un gran número de empleos, por lo que se deduce que los más afectados por la crisis financiera y económica de los Estados Unidos son los migrantes mexicanos (Figueroa, Ramírez, González  y Espinosa, 2012).
El problema de la migración se ha tornado más sensible por la paulatina disminución de las tasas de retorno de los migrantes a México y la presencia de cada vez más mexicanos en nuevas regiones de Estados Unidos y sectores de la economía norteamericana, por lo tanto, se puede considerar que parte de la población emigra a Estados Unidos para establecer su residencia en ese país o está radicando en territorio estadounidense como parte de la experiencia migratoria (Riosmena, 2009).
La tendencia creciente de los flujos migratorios de mexicanos dirigida a Estados Unidos procedentes de zonas rurales se incrementó a partir de la década de los años ochenta hasta 2007, el promedio de la tasa de crecimiento de la migración internacional en las zonas rurales durante el periodo fue de 6.9% y en las zonas urbanas fue de 4.7%, esto significa que el número de migrantes  internacionales procedente de zonas rurales  fue mayor que el de las zonas urbanas, según cifras de la Encuesta Nacional a Hogares Rurales de México (ENHRUM III)  (Yúnez y Mora, 2010).
En Estados Unidos, la profunda recesión económica del 2009 generada por la crisis financiera del 2007, tuvo efectos negativos sobre el mercado laboral, como resultado  de la situación anterior las tendencias de la migración y los envíos de remesas muestran puntos de inflexión por la desaceleración de la migración y la disminución  de envíos de remesas (Alba, 2010).
Además, la declaración de la recesión económica de México en 2009,  fue el resultado de la crisis económica que se originó en el extranjero y afectó a las empresas en México que exportaban su producción hacia el mercado norteamericano que había sufrido una recesión industrial, por lo que  la pérdida de empleo disminuyó la capacidad de consumo  (De la Cruz y Núñez, 2013). Se considera que la migración internacional está asociada a  un flujo de capital financiero dirigido de los países desarrollados hacia los países emisores de migrantes donde tiene efectos macroeconómicos en la balanza de pagos, en México el déficit en la cuenta corriente se atenúa con los ingresos por remesas que se reciben desde los Estados Unidos (De la Cruz y Núñez, 2013). 
México es caracterizado como un país de origen de muchos mexicanos que se desplazan hacia los Estados Unidos (Tuirán, 2000). La población migra para ir en búsqueda de mejores condiciones de vida, la expulsión de fuerza de trabajo de los países subdesarrollados es atraída por la demanda de mano de obra de los países desarrollados, (Zuñiga, Leite y Nava, 2004). Por un lado, para los países desarrollados la migración representa un problema; sin embargo, buscan obtener los beneficios de la migración y por otro, los países de origen se benefician con los ingresos que reciben por remesas de los migrantes (Alba, 2009).
Aunque también se ha intentado explicar que la migración internacional es una consecuencia de la expansión del mercado global y no una decisión de migrar individual o en grupo  (Sassen, 1998). Se pueden considerar efectos positivos de la migración cuando los desplazamientos se componen de jóvenes adultos que migran y regresan a sus lugares de origen después de haber acumulado ahorros, sin embargo también surgen efectos menos favorables cuando migran familias enteras que rara vez regresan generando despoblamiento, en cambio la salida de profesionistas no genera despoblamiento porque provienen de las zonas urbanas y su salida pocas veces es masiva  (Portes, 2007).
Como país expulsor de fuerza de trabajo México enfrenta grandes retos, además de que comparte una larga frontera con Estados Unidos debe atacar las causas fundamentales de la migración internacional, ante esta situación, México mantiene el nivel de emigración como una válvula de escape ante las  presiones económicas y políticas  (Délano y Serrano, 2010).
Actualmente, documentar las mediciones del número de migrantes  es cada vez más seguro, la migración ilegal en Estados Unidos presenta dificultades porque los inmigrantes indocumentados evitan ser detectados y no existe un control en la salida de Estados Unidos o regreso a México (Corona y Tuirán, 2000).
En México los ingresos por remesas enviados desde Estados Unidos en 2008 registraron una reducción  paralelamente a la disminución del flujo migratorio, la caída de las remesas se vincula a la precaria situación de sector de la construcción, además se puede mencionar que familias que antes eran receptoras de remesas radican en Estados Unidos  (Herrera-Lasso, González, y Rocha, 2009).
En la figura número 4 se visualiza el comportamiento del número de emigrantes internacionales de México durante el periodo de 1990 a 2010, la tendencia de la etapa de crecimiento sostenido inicia desde 1990 hasta 1999, en 1990 se registra un total de 490,621 emigrantes internacionales, en  1991 la cifra aumentó a  508,998 emigrantes, sigue la tendencia de crecimiento en 1992 con 533,830 emigrantes internacionales, en 1993 aumento a 561,275 personas que salieron del país, en 1994 la cifra registrada fue de 590,304 emigrantes internacionales, en 1995 alcanzó el número de 622,195 emigrantes internacionales, en 1996 se incrementó a 657,569 emigrantes internacionales, en 1997 fueron 691,109 personas que emigraron a otro país, en 1998 ya eran  718,733 personas que se fueron al extranjero, alcanza su punto máximo en 1999 con 743,790 emigrantes internacionales, inicia una desaceleración a un ritmo moderado, en 2000 y disminuyen a 731,647 emigrantes internacionales, continúa en 2001 a 691,517 emigrantes internacionales, sigue la tendencia a la disminución y en 2002 fueron 655,119 personas las que emigraron al extranjero, registró un ligero aumento en 2003 y la cifra fue de 660,482 migrantes internacionales, en 2004 fueron 671,447 emigrantes internacionales, luego registró una drástica desaceleración en 2005 registrando 637,691 personas que emigraron al extranjero, siguió con esta tendencia a la disminución en 2006 con 557,214 migrantes internacionales, 2007 su cifra fue de  461,590, luego registra su mínimo en  2008 fueron 382,472 personas las que salieron del país, prácticamente la cifra fue muy similar al año anterior con una muy ligera diferencia, registra en 2009 la cifra de 385,185 migrantes internacionales y en 2010 tiende a recuperarse nuevamente con 414,574 migrantes internacionales, esta información está basada en los cálculos de las proyecciones de población del Consejo Nacional de Población (CONAPO, 2015).

En general las diferencias económicas y sociales y demográficas han contribuido a la consolidación actual de los patrones de la migración internacional de México hacia Estados Unidos; pero, el clima de tiempos de adversidad e incertidumbre actúa en detrimento de la continuidad de la migración (Alba, 2010).
De acuerdo al planteamiento de Carlos Galindo existen algunos mitos sobre migración que deben alejarse, el primero fue que la apertura económica mediante el Tratado del Libre Comercio crearía empleos y detendría la emigración, esto fue exactamente al revés, era ilógico crear un mercado estadounidense que se caracterice por la circulación de todos los factores menos uno, la fuerza de trabajo laboral, el segundo mito se refiere a la decisión de migrar como responsabilidad exclusiva del migrante, las personas buscan mejorar sus condiciones por sí mismas y no son seres que reaccionan a los estímulos del mercado, sin embargo los gobiernos de los países manipulan la migración mediante la excepción a sus mismas leyes; la contradicción es que al mismo tiempo que promueven la integración de mercados frenan la migración, el tercer mito es que la emigración es responsabilidad del país de origen, los migrantes no proceden de los países más pobres sino de las que se están desarrollando, México es el país de origen de gran parte de migrantes hacia Estados Unidos y no es el país más pobre, inclusive se argumenta que la migración se vincula al desarrollo, el cuarto mito plantea que la inmigración es un asunto exclusivo del país receptor y de su seguridad nacional, según un documento aprobado en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo se deben garantizar los derechos humanos a los migrantes contenidos en la Declaración Universal de Derechos y el quinto mito, la migración únicamente implica costos para los países involucrados, además de las remesas como un beneficio, existen otras ganancias, los emigrantes que están fuera del país promueve los viajes y el turismo; respecto a la fuga de cerebros se ha planteado que los migrantes que trabajan en el extranjero pueden traer beneficios a sus lugares de origen cuando regresen, la inmigración trae algunos beneficios políticos y económicos para los países receptores, se considera un mito que los migrantes sean una carga en los beneficios sociales en los países de destino (Galindo, 2009).
Entre los principales motivos de la migración de retorno desde Estados Unidos se encuentra el aumento en las deportaciones, aprehensiones, devoluciones, repatriados, la pérdida de empleo y en algunos casos el deterioro de las condiciones de vida de los migrantes por la recesión económica (BBVABancomer, 2014).
Sin embargo, las experiencias de integración de los migrantes mexicanos han sido ambiguas y contradictorias, algunos migrantes mexicanos han sido discriminados y marginados, aunque también existen casos de integración exitosos, pero en general enfrentan grandes obstáculos para integrarse a la sociedad norteamericana comparados con otros migrantes respecto a la baja escolaridad promedio de los nacidos en México, el dominio del idioma inglés  lo que define sus opciones laborales y el ingreso y si además, al migrante se le suma el carácter de indocumentado se aumenta su vulnerabilidad  (Giorguli y Leite, 2010).
El éxodo de mexicanos con destino hacia Estados Unidos ha representado una estrategia de supervivencia pero no ha resuelto la situación económica en los hogares de los migrantes porque los envíos de remesas son insuficientes y solo cubren las necesidades básicas del hogar (Mestries, 2003).