EL LADO OCULTO DEL DESARROLLO<br>REFLEXIONES DESDE LA REGIÓN PARA TODOS

EL LADO OCULTO DEL DESARROLLO
REFLEXIONES DESDE LA REGIÓN PARA TODOS

Andrés E. Miguel
Julio C. Torres
Instituto Tecnológico de Oaxaca

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13. ¿EXISTE EL DESARROLLO REGIONAL EN ECONOMÍAS SIN O CON POCA TECNOLOGÍA?

--Ya que la lectura que hemos conocido nos habla de la tecnología y el capital como impulsores del desarrollo de las regiones, yo preguntaré, dijo el duende mayor:
--¿Existe el desarrollo en las regiones con economías con mercados incipientes con poca o nula tecnología?

El profesor-tableta, inmediatamente respondió:

--“Para poder responder,  voy a ligar la pregunta con el desarrollo tecnológico de la “era del hierro y la navegación”, en la cual el capital no se desarrollaba a plenitud, y la tecnología de la época era relativamente poco desarrollada comparativamente con la de la actualidad.

En esta etapa la acumulación de capital culminó su gestación en Europa a mediados del siglo XVIII. Fue un periodo de lento crecimiento, que se caracterizó por el despojo y expropiación de tierras a los pueblos originarios, sobre todo a raíz del descubrimiento de América (en los 20’s del siglo XVI). En este último continente en sus regiones naturales se impulsó el aprovechamiento de las minas (oro, plata, cobre, hierro, etc.), la explotación de la mano de obra local, y la acumulación en la agricultura y la ganadería. Estuvo apoyada por los avances en la navegación, y el uso del hierro para fines militares y productivos.

Los derechos sociales para los pueblos, personas, o para la naturaleza, estuvieron muy restringidos: fue un periodo muy rudo para las clases sociales y regiones que no encabezaron la pirámide social. La clase dominante fue el grupo gobernante de los señores feudales o nobles en Europa, y los criollos en América. Los siervos o campesinos trabajaron la tierra y pagaban a las elites del poder político, económico y social en especie, con trabajo o con impuestos. Gradualmente apareció la clase social de la burguesía, y también el proletariado o clase trabajadora, que emergieron de la mano de obra artesanal de las ciudades medievales, también sometidas a las elites dominantes.

La economía de las regiones gradualmente se adaptó a la lógica de la acumulación fundamentada en el comercio, a través de los impuestos, el saqueo de metales preciosos y recursos naturales de las colonias anexadas, la explotación de la mano de obra, así como el despojo y la colonización de tierras que permitió el desarrollo de la agricultura y ganadería, lo cual, a través del intercambio de productos en las propias localidades y ciudades de las regiones, facilitó a la naciente burguesía iniciar con el proceso de acumulación originaria del capital.

En las regiones, esta acumulación fue depredadora del medio ambiente, a través de la invasión y el despojo de tierras aptas para la agricultura y la minería, así como de la destrucción de los recursos naturales. Sectores en los cuales inició la acumulación originaria fue el primario y el comercio, que gradualmente trasladaron su riqueza al sector manufacturero a través del intercambio.

En la acumulación originaria al territorio de la región se le trató como un objeto sometido a la invasión, despojo y colonización, esto último por motivo de búsqueda de metales preciosos, materias primas, y mano de obra en nuevos territorios. En América, las regiones que coadyuvaron a la acumulación originaria del capital fueron las mineras, agrícolas, ganaderas, y las que llegaron a poseer puertos importantes para la navegación.

La racionalidad dominante fue de tipo religioso-militar-institucional, que justificó la colonización, la imposición religiosa, y la militarización, como algo obligatorio para fundamentar el orden de la época. Utilizó a su favor la racionalidad depredadora como forma de utilización y apropiación de los recursos naturales de las regiones.

La región que se gestó con la delimitación de los territorios, que además se consideraron parte de los bienes personales de las elites de la época, fue la “región agrícola”, incluyendo las actividades ganadera y minera. Este tipo de región se consolidó con la formación de localidades aisladas, sujetas a alguna ciudad central que desde entonces fundamentó la jerarquía urbana aún vigente en muchas naciones, especialmente las latinoamericanas”.

--Interesante, afirmó la Catrina, quien agregó:
--Fue en esa época, en la recién creada Ciudad de México, sobre la antigua Tenochtitlan, que se apareció mi hermana la Llorona, que me parece, estuvo presente hace un momento.
--Así es, pero aparte de llorona es una collona, pues luego se fue, no quiso interrogar más a esta tabletita, afirmó Brujilda, quien iba a decir algo más, cuando algo surgido del más allá dijo:
--¡Yo quiero opinar algo, escúchenme!, expresó un tremendo vozarrón que a todos levantó los pelos de punta, en medio de la oscuridad.

14. LA INDUSTRIA Y EL DESARROLLO

Todos voltearon sorprendidos al escuchar el vozarrón que provenía del más allá, pero solo se lograba ver que procedía de una espesa neblina, que poco a poco, al esclarecer, permitió ver la imagen de quien la emitía: era el Chaneque Verde, cuya diminuta estatura, unos 30 centímetros, contrastaba con su enorme voz.

--¿Qué haces Chaneque? Tu trabajo es asustar a los niños durante el día, y en medio del bosque, no en la noche, estás invadiendo mi área de trabajo, le reclamó Brujilda.
--¡No te preocupes!, estaba durmiendo, cuando escuché el alboroto de ustedes y esto me despertó.
--Al grano, pregunta lo que tienes que preguntar, le sugirió la Catrina.
--Ya que me lo permiten, y al estar escuchando las disertaciones del profesor, mi pregunta reza así: ¿es la tecnología industrial una causa del desarrollo?, preguntó el Chaneque. A lo que el profesor respondió:

--“Siguiendo con la línea de la respuesta anterior, puede decirse que inmediatamente a la “era del hierro y la navegación” siguió la etapa de la “Revolución Industrial”, que fue el proceso de transformación económica, social y tecnológica que inició en la segunda mitad del siglo XVIII en Gran Bretaña, y que se extendió unas décadas después por Europa y los Estados Unidos, finalizando entre 1820-1840. Esta incorporó la máquina de vapor y la mecanización al proceso productivo de la actividad manufacturera, y el ferrocarril como medio de transporte, favoreciendo la acumulación de capital en la industria.

La racionalidad de la acumulación en las regiones se fundamentó en la sujeción de la mano de obra industrial, la depredación de los recursos naturales, el imperialismo colonizador, la creación de monopolios, y el despojo de tierras a los poseedores originales. En las regiones se consolidaron los estados-nación, precisamente en función de la protección de los intereses económicos de la clase económicamente dominante, que se abocaron a la búsqueda de nuevas colonias que les aseguraran mercados, materias primas y mano de obra.

Esta clase fue la burguesía, que subyugó a la clase obrera de la industria, y fomentó la creación de un aparato gubernamental protector de la industrialización. El campesinado subsistió, pero en una situación de asimetría con respecto a los industriales, por la vía de los impuestos y el intercambio desigual. En las regiones, el sector en que incursionó el capital para su acumulación fue el secundario. Los derechos para los pueblos, personas, o para la naturaleza, fueron muy escuetos, a diferencia de los correspondientes a las elites sociales y regionales que encabezaron la pirámide social: las desigualdades sociales y regionales de tipo económico se hicieron notables.

El territorio de las regiones se consolidó como un factor más de la producción incorporada al proceso de acumulación a través de la invasión, el despojo, y la colonización. La acumulación de capital no modificó la depredación del medio ambiente de las regiones, y continuó la invasión y el despojo de tierras aptas para la agricultura y la minería, así como la destrucción de los recursos naturales, sobre todo de las regiones subordinadas a los estados-nación industrializados.

Las regiones que se desarrollaron son las que facilitaron la acumulación de capital proporcionando recursos naturales aptos para la industrialización, y que consolidaron las condiciones para la aglomeración de la industria, es decir, que contaban con ciudades con infraestructura y mano de obra. Estas adquirieron relevancia al facilitar o proporcionar circuitos para la industrialización-comercialización de productos, y se convirtieron en receptoras de la mano de obra del campo que se trasladó a la ciudad.

La acumulación de capital se estableció como la racionalidad dominante, sometiendo las de tipo religioso-militar-institucional, y la racionalidad depredadora, las cuales justificaron la colonización, la imposición religiosa, la militarización, y la depredación de los recursos naturales como algo necesario para lograr que las diversas regiones sobresalieran una con respecto a la otra, a través de la competencia económica establecida entre ellas a través de la industrialización.

La región que se desarrolló fue la “región industrial”, que delimitó el territorio bajo el poder de los estados-nación de la época, y que facilitó la acumulación de capital proporcionando recursos naturales aptos para la industrialización, y/o que consolidaron las condiciones para la aglomeración de la industria, proporcionando mercados y circuitos para la industrialización-comercialización de los productos manufacturados, y para la recepción de la mano de obra del campo que se trasladó a la ciudad. Consolidó la formación de ciudades jerárquicas, y fomentó la urbanización de diversas localidades satélites a las mismas.

En países como Mexico, y en general de América Latina, la industrialización fue tardía, mientras que en Europa se consolidó a mediados del Siglo XIX, en nuestros países esto sucedió hasta mediados del Siglo XX, es decir, casi 100 años después”.

--¿Entonces “la industria” si es una causa del desarrollo”, aunque tardía en algunas regiones?, interrumpió el Chaneque.
--Así ha sucedido, y precisamente en la Ciencia Regional se habla más que de “tecnología industrial”, de “la industrialización” de la región, afirmó el profesor-tableta.
--Interesante, comentó el Chaneque Verde, quien pensaba agregar algo más, cuando fue interrumpido por Brujilda:
--Chaneque, a esta hora no le das miedo a nadie, mejor vete a tu guarida.
--Eso haré Brujilda, para que dejes de molestarme, y dicho lo anterior, estaba retirándose cuando comenzó a flotar en medio de la bruma.
--¡Epa!, ¿Qué es lo que me pasa?, expresó con su tremendo vozarrón.