EL LADO OCULTO DEL DESARROLLO<br>REFLEXIONES DESDE LA REGIÓN PARA TODOS

EL LADO OCULTO DEL DESARROLLO
REFLEXIONES DESDE LA REGIÓN PARA TODOS

Andrés E. Miguel
Julio C. Torres
Instituto Tecnológico de Oaxaca

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7. LA DESIGUALDAD Y LAS REGIONES

--¡Oye Llorona, no asustes tan feo!, le reclamó uno de los duendes.
--No puedo evitarlo, respondió el personaje gritando: ¡ay mis hijos!

Brujilda intervino entonces diciendo:

--Mejor cálmate. Te invitamos a escuchar a esta calabaza.
--¿Una calabaza que habla?, insistió la Llorona, lanzando nuevamente su grito: ¡Ay mis hijos!, y entonces preguntó al profesor-calabaza:
--Dime calabaza, ¿qué es la desigualdad? ¡Ay mis hijos!

El profesor asustado por los desaforados gritos le respondió:

“--Imagina que se reúnen para una competencia tres individuos. Van a ir de Oaxaca a la Ciudad de México, en la cual deben llegar a una casa en la que pueden tomar toda la riqueza que quieran y puedan llevarse. Se les entrega la llave respectiva, e inician su competencia a las 11 horas.

El primer individuo toma un avión. A las 12:30 ya está en la casa indicada, y tiene a su disposición toda la riqueza que se le platicó: monedas de oro, joyas, billetes, obras de arte, escrituras de casas, certificados de propiedad de empresas, en fin. Prácticamente toma todo.

El segundo individuo posee un buen vehículo personal, e inmediatamente que se da el banderazo de salida arranca, llegando a la dirección de la Ciudad de México a las 17:00 horas: allí encuentra unas cuantas monedas y joyas, y las toma.

El tercer individuo viajó en un autobús público: llegó a la casa de la riqueza a las 19:30 horas: sobra decir que solo encontró un mensaje firmado por  los dos contendientes que le antecedieron el cual decía “lástima, llegaste demasiado tarde, pero te dejamos el aire de la casa, ojalá lo disfrutes”.

Con esta acción el primer individuo multiplicó su riqueza personal; el segundo recuperó la inversión de su viaje, y el tercero francamente perdió hasta el dinero de su pasaje. La desigualdad al inicio y al final de esta experiencia aumentó.

La desigualdad está basada no solamente en la “igualdad de oportunidades” como dice la teoría clásica de las desigualdades, sino en la “desigualdad de posibilidades”, pues el primer hombre era de la clase pudiente, dominante del país. El segundo individuo era de la clase media; y el tercero, de la clase popular. El primero goza no solo de oportunidades, sino de información, recursos, influencias, etc.

Así sucede en las sociedades poco solidarias, ganan quienes tienen más posibilidades, no quienes tienen la misma oportunidad, haciendo efectivo el dicho de que se les “dará más a quienes más tienen”, es decir, cuando el desarrollo es inarmónico de manifiesta el llamado “efecto san Mateo”.

Por cierto, si en un país nórdico se llevara a cabo en el mismo momento la misma experiencia, sucedería exactamente lo mismo en lo que respecta a la hora y la forma de viajar de los contendientes. Pero la actitud de los mismos sería muy diferente. Quien llegó primero solamente tomaría una parte proporcional de la riqueza de la casa. El segundo haría lo mismo, y quien llegó tarde también encontraría la parte de la riqueza por la cual viajó. Hallaría un mensaje firmado por  los dos contendientes que le antecedieron, el cual tal vez diría: “amigo, que bueno que llegaste, te dejamos la parte que te corresponde, que la disfrutes”, pues la actitud hacia la igualdad depende de la educación, las leyes, las normas, e incluso, la cultura de un país o región, pero sobre todo, si el desarrollo impulsado en las regiones es armonioso.

En México, las clases dominantes son francamente depredadoras. Les encanta la desigualdad. Se toman muy en serio el efecto San Mateo...”

--¿Dijiste San Mateo?, ¡válgame mi suerte, yo me voy, no puedo escuchar semejantes palabras!, dijo la Llorona persignándose y alejándose rápidamente del lugar.
--¡No te vayas, quédate otro rato!, le suplicó el duende mayor, pero más tardó en decirlo, pues la aludida había iniciado la retirada gritando:
--¡Ay mis hijos!
--Mira calabacita, si vuelves a mencionar un nombre santo ora si te chupo, así que te calmas, recalcó la bruja a lo referido por el profesor-calabaza.
--¡Yo también lo haría!, se escuchó otra voz en el fondo del bosque.

8. COMO PROMUEVE EL DESARROLLO LA DESIGUALDAD EN LAS REGIONES Y CIUDADES

La bruja, los duendes, y la calabaza que era el profesor, se quedaron pasmados observando la sombra que se aproximaba, y que era la dueña de la cavernosa voz recién escuchada:

--Brujilda, me da gusto saludarte, dijo la sombra.
--Y a mí también amiga Catrina, fue la respuesta que recibió.
--Pero no me abraces tanto, que vas a arrugar mi vestido, comentó la dueña de la cavernosa voz, que era ¡Doña Muerte!, quien se presentaba con su tradicional vestimenta de catrina de finales del siglo XIX, un vestido largo, con sombrero lleno de plumas incluido.
--No puedo creer lo que estoy viendo, se dijo el profesor, que más tardó en pensarlo que en recibir un comentario de viva voz de la Catrina, quien le preguntó con su cavernosa voz:
 --¿El desarrollo evita o promueve la desigualdad en las regiones y ciudades?

El profesor-calabaza le respondió:

“—Trataré de poner un ejemplo al respecto. Imagina una familia; la mamá, el papá, una hija y un hijo.

Llevan una vida cotidiana: los papás tienen que asegurar la alimentación, la higiene, la salud, la educación de los hijos, y realizar sus actividades para obtener ingresos suficientes para el sustento familiar. Los niños tienen que ir a la escuela, convivir con sus amigos, jugar...En fin, la familia tiene que buscar su desarrollo, pero en esta búsqueda pueden suceder algunas cosas.
¿Qué es lo que generaría desigualdad en la familia en este proceso? ¿La diferencia de edades y de tamaño entre ellos por ejemplo? No necesariamente, esto se llama diversidad. ¿El que algún niño fuera favorecido con una mayor cantidad de comida por un descuido del papá? Tal vez, aunque esto sería inequidad. Más bien la desigualdad es un proceso social que posee una trayectoria intencional que ocasiona desequilibrios sociales en el mediano o largo plazo, y que provoca un acceso diferenciado permanente hacia una calidad de vida considerada adecuada en ese momento. Por eso la diversidad, cuando se maneja intencionalmente con esta actitud, como por ejemplo, si el hijo mayor se aprovecha de su tamaño para obtener beneficios exclusivos, si puede llegar a ser un factor de desigualdad; y lo mismo sucede con la inequidad, cuando deja de ser algo ocasional, momentáneo, para volverse permanente.

La esencia de la desigualdad que deriva del proceso de desarrollo se debe a la incapacidad de las sociedades, regiones y ciudades de proporcionar un nivel de bienestar objetivo y subjetivo acorde al crecimiento de la población, por ejemplo, cuando no se crean los empleos adecuados, o no se mejora el ingreso, etc., o cuando no se origina la infraestructura que requiere el crecimiento de la población por ignorancia, descuido, y sobre todo por falta de planeación que promueva intencionalmente estos requerimientos.

Factores de desigualdad en las ciudades pueden ser las preferencias de los gobernantes por ciertas regiones, ciudades o grupos sociales, es decir, cuando el “arbitro” del desarrollo juega a favor del contendiente de su preferencia; el desconocimiento de las necesidades reales de la población; el desconocimiento de la normatividad; la carencia de leyes equitativas; los factores culturales como ocurre cuando por usos y costumbres que apoyan el desarrollo de las ciudades con tradición histórica en detrimento de las demás localidades, como es el caso del “centralismo” de las ciudades en México, país en el cual las grandes ciudades acaparan los recursos del desarrollo; cuando no se motiva y facilita la movilidad social; o cuando no se posee una planeación que permita corregir todos los factores desequilibrantes del proceso de desarrollo.

En resumen, el desarrollo, cuando es inarmónico, si puede promover la desigualdad, aunque su propósito original sea combatirla. En este caso, el desarrollo sería un proceso desequilibrador, deformado, manejado en apoyo de ciertos grupos, personas, favoreciendo a ciertas ciudades o regiones...”

Esta fue la respuesta del el joven profesor a la Catrina.