ASPECTOS DE FILOSOFIA DE LA CIENCIA Y SUSTENTABILIDAD

ASPECTOS DE FILOSOFIA DE LA CIENCIA Y SUSTENTABILIDAD

Ramón Rivera Espinosa
Universidad Autónoma Chapingo

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 UNA MIRADA CRÍTICA A LA INVESTIGACIÓN

Luz Elena García García
Universidad de Manizales. Colombia

El ser humanos no es de algún modo tan corriente, existen múltiples formas de ver del mundo desde nuestra cotidianeidad, nuestra condición de ser, nuestras percepciones.  Las cosas son y podrían llegar a ser de otra manera.  Aquí nos situamos en la episteme, entendida como forma de mirar que implica un modo de razonamiento en la construcción de la realidad.

Los procesos de construcción de la realidad en el modo de pensar y actuar del sujeto son inacabados, a partir de este reconocimiento se podrían potenciar condiciones de existencia conjunta mediante relaciones de articulación, proyectando modos de pensar en las culturas y las sociedades, en las primeras a través de nuevos lenguajes y símbolos, reconociendo la emergencia a partir de lo ya estatuido, y en las segundas desde el cambio en las formas de relación social, y en las decisiones que conllevan a acciones, comportamientos y actitudes.

El presente documento contiene reflexiones sobre la investigación crítica, como posibilidad de generar la discusión de una dinámica de construcción del conocimiento histórico-social, teniendo en cuenta las intencionalidades, los intereses y los problemas que alcanzan cierta complejidad y que hoy exigen miradas multi e interdisciplinares para afrontarlos.  En este sentido el ejercicio del pensar exige dar cuenta de qué es lo que conecta y diferencia, ¿cuáles son los límites y las posibilidades en el marco de una realidad específica? ¿Cuál es la posibilidad de transformar el conocimiento de nuestra realidad?.

Resume

The human being is not so common in some way, there are multiple ways of seeing the world from our daily lives, our condition of being, our perceptions. Things are and may prove to be otherwise. Here we are in the episteme, understood as a way of looking at it involves a way of thinking in the construction of reality.

The processes of construction of reality in the way of thinking and acting of the subject are unfinished, from this recognition could enhance conditions of joint existence through relationships of articulation, projecting ways of thinking about cultures and societies, in the first through new languages ​​and symbols, recognizing the emergency from the already estatuido, and the second since the change in the forms of social relationship, and the decisions that lead to actions, behaviors and attitudes.

This document contains reflections about critical research, and ability to generate discussion of a dynamic construction of historical and social knowledge, taking into account the intentions, interests and problems reach a certain complexity and now require multi and interdisciplinary looks to address them. In this regard the exercise of thinking required to account for what is connecting and difference, what are the limits and possibilities within a specific reality? What is the possibility of transforming the knowledge of our reality?

Introducción

La investigación

“Nosotros tendemos a vivir un mundo de certidumbre, de solidez perceptual indisputada, donde nuestras convicciones prueban que las cosas sólo son de la manera que las vemos, y lo que nos parece cierto no puede tener otra alternativa.  Es nuestra situación cotidiana, nuestra condición cultural, nuestro modo corriente de ser humanos.” 1

La investigación es un proceso de generación de pensamiento, construcción de teorías, de creación de significados y sentidos, que conlleva a la transformación de las prácticas sociales.  En el conocimiento científico, la realidad es sistemática, regulable, controlable, se somete a leyes, tiende al orden y el equilibrio.  En este sentido, lo real pertenece a la razón, a la forma de pensamiento lógico, -empírico y racional-, que adapta, adecua y contribuye al alcance de una meta o finalidad.  Sin embargo, desde el pensamiento crítico, lo real es mucho más amplio, se puede concebir como un tejido donde podemos incorporar todo lo que ha estado fuera de la dinámica del conocimiento, es decir el acontecimiento, el caos, la incertidumbre, la incomensurabilidad. 

“Lo real, territorio del pensamiento empírico-racional, es igualmente terreno del mito...lo real todavía es más insondable que la muerte: se ha podido, si acaso, encontrar razones para la muerte, como el segundo de la termodinámica; todavía no se ha encontrado ninguna ‘razón de ser’ de lo que es. Por ello, el mito surge en la humanidad no sólo del abismo de la muerte, sino también del misterio de la existencia.” 2

Lo real se vuelve un abanico de posibilidades de pensamiento y de acción, no sólo empírico racional, sino también reconoce lo mítico, lo irreal, el error, el caos y el misterio insondable de la vida y la muerte en el conocimiento, en la creación, en todo lo vivo. 

Y la realidad es más que una determinación razonable, explicable, descriptible y verificable, es una construcción histórica social.  La realidad es posibilidad de organización, en tanto que como emergencia configura características y propiedades de los fenómenos, los hechos y las cosas que poseen una significación para los sujetos con capacidad de ordenación, de organización determinable a partir de lo dado; de ahí que lo superficial, externo y regulado son sólo aspectos fenomenológicos y objetuales de la realidad, y ésta es también interna, caótica, impredecible, indecible  e incierta.

En la interacción entre lo dado y lo determinable, según Hanna Arentd emergen condiciones:  “Los hombres son seres condicionados, ya que todas las cosas con las que entran en contacto se convierten de inmediato en una condición de su existencia.  El mundo en el que la vita activa se consume, está formado de cosas producidas por las actividades humanas; pero las cosas que deben su existencia exclusivamente a los hombres condicionan de manera constante a sus productores humanos.”3   Los hombres a la vez que seres condicionados son condicionantes de los modos de organización, ya sea a través de la sociedad, las instituciones, los modelos, los pensamiento, las acciones y las decisiones que proyectan con sus modos de pensar y construir la realidad. 

Cuando se producen objetos y pensamientos, se realizan movimientos, procesos y actividades, que regularizan el movimiento a través de leyes, y el dinamismo de toda creación por estatuida que sea, genera condiciones para los demás y para sí mismos, relaciones de convivencia y coexistencia, inclusión en medio de la exclusión y la diferencia.  De las condiciones dadas, de lo ya establecido, emerge la tensión, la duda, la fricción, la problematización del sujeto con necesidad de cambiar sus condiciones de existencia.

La investigación incorpora información, saberes y conocimientos necesarios en la generación del pensamiento.  La información está asociada a datos; los saberes contienen o no conocimiento y están relacionados con la vida cotidiana, percepciones inmediatas, cosas que percibimos y conocemos y no se necesita constatar o confirmar.  Los saberes y la cotidianeidad alcanzan una connotación importante en tanto son fuentes de conocimientos que se incorporan al movimiento orden-desorden-organización. El conocimiento es un movimiento del pensamiento que no puede ceñirse sólo a discursos o relatos heredados; en la comprehensión ampliada y compleja, el camino hacia la organización de la información, –el conocimiento–, es un asunto abismal y desconcertante, un descubrimiento, una invención y una práctica.

Desde la complejidad, la investigación incluye información de los saberes y de los conocimientos que se computan y se cogitan, es decir, son fuentes de conocimiento.

El pensamiento no es cobertura, tampoco cantidad, menos aún calidad.

Todo pensamiento heredado se sostenía, se sostenía en conjunto y se sostenía con el mundo que lo había producido y que había a su vez contribuido a dar forma. Y la influencia ejercida sobre nuestros espíritus por los esquemas de ese pensamiento, producidos con un esfuerzo de tres mil años de tantos genios incomparables, pero también –es una de las ideas centrales de este libro– en y con los cuales se expresa, se afina, se elabora todo lo que la humanidad pudo pensar desde hace cientos de miles de años y que reflejan, en cierto sentido, las tendencias mismas de la institución de la sociedad, no podría ser sacudida, si es que pudiere serlo, más que por la demostración precisa y detallada, caso tras caso, de los límites de ese pensamiento y de las necesidades internas, según su modo de ser, que la han llevado a ocultar lo que me parece esencial. 4  

El pensamiento es obertura de una obra, de un pensar, de un expresar que se plasma en práctica; es un arte de un ser realizable en la dimensión de la implicancia del sujeto, -lo político-; es buscar y construir desde lo que nos constituye en la construcción de los espacios histórico-socio-culturales, es dilucidar, sacar a la luz lo esencial, ser concientes de este movimiento.

La dimensión de la conciencia nos sitúa en posibilidades de sentido, y éstas a su vez se transforman en “contenidos de experiencia”, lo que implica que los sujetos se incorporan al conocimiento, personas y colectivos que piensan, asumen una postura crítica, creativa y constituyente de la realidad que los constituye.

De ahí que pensar nos liberar la conciencia de aquello que histórica y cognitivamente nos aprisiona, nos insta a liberarnos de nuestras ataduras, nos mueve conocer la realidad circundante desde el reconocimiento de nuestras circunstancias, las cuales se entretejen en un texto donde damos cuenta de la determinación histórica de la que hemos sido objeto, pero también de la utopía,  del sueño posible en proceso de concreción, de la resistencia en el camino de potenciar nuevas experiencias y formas de aprehender la realidad que vivimos.  Lo posible es el horizonte que afronta el hombre, lo real es lo construible, y lo construible incluye las heterogeneidades que el pensamiento tradicional rechazó en razón de su rigor metódico. 

De ahí la necesidad de construir una racionalidad expandida que pueda potenciar el cambio de nuestros espacio sociales, lo que exige tomar distancia de los procesos cognitivos y ordenadores de nuestra manera de pensar la historia, como momento donde usamos nuestro entendimiento para dar cuenta que lo que nos acontece y acaece en el diario vivir.  Esto visto racionalmente puede llevarnos a  generar cambios en nuestra forma de pensar la realidad, trasgredir los condicionamientos por las experiencias con sentido que incorporamos en nuestra cotidianidad en relación con los otros y en nuestros espacios culturales, lo que nos potencia para poner un grano de arena en la transformación social.

La construcción del conocimiento, como expresa Zemelman, no se limita a que el hombre plantee los problemas que pueda resolver, sino también que tenga la capacidad de plantearlos de tal manera que los pueda resolver.  De ahí que la crítica es muy relevante en la construcción del conocimiento en tanto no se refiere a una tecnología, sino más bien al contexto que hace objetivamente posible hacer una cosa.  Integra lo teórico-práctico en la posibilidad de reconocer objetos posibles desde la práctica social, desde lo cultural, incluído lo tecnológico, por lo que requiere de una cientificidad, soportada en una lógica formal, pero no se queda ahí, se mueve hacia un conocimiento que tenga como base la práctica o hacia otras lógicas más cualitativas, abiertas y multidisciplinares.

La consciencia “es inseparable del pensamiento que es inseparable del lenguaje.  La consciencia crítica es la emergencia del pensamiento reflexivo del sujeto sobre sí mismo, sobre sus opciones, sobre sus operaciones, sobre sus prácticas.  Como hemos visto, la naturaleza del lenguaje ofrece la posibilidad reflexiva que permite que todas las operaciones del espíritu se conviertan en objetos de consciencia. Se constituye así un nivel de reflexividad en el que la consciencia puede levantar el vuelo y, a su vez desarrollar la reflexividad del pensamiento sobre sí misma, que la desarrolla de nuevo”5 .  

La consciencia sitúa en el plano de la comunicación, De ahí que el comprehender la consciencia histórica demanda construir el telar, hacer el tejido, cruzar los hilos en forma de red de conocimientos, en torno a los espacios vivos (sociedad, educación, cultura) en movimientos que superan y traspasan las fronteras definidas.

La toma de consciencia sobre un saber demanda reconocer “su condición de unicidad en un juego organizacional de multiplicidad, su inevitable relación con el sujeto” 6 pensante, la forma de comprehender la cultura articulada al conocimiento, el uso tecno-científico de la información para sacarla del proceso de la transmisión y acumulación, y ubicarla en las posibilidades de organización a partir de lógicas emergentes de la crítica y la articulación, en niveles crecientes de complejidad para poder desarrollar una conciencia histórica y sensible.

Desde la conciencia histórica sensible y creadora, el desarrollo y la educación se comprehenderían desde la emergencia de nuevas relaciones de conocimiento a partir de realidades concebidas como abiertas a las posibilidades, interconectadas y interdisciplinares.  La consciencia permite unir el desarrollo material con el desarrollo sociocultural, demanda juntar los ámbitos de conocimiento científico técnico con el conocimiento de lo humano, reconoce la supeditación del uno en el otro, la codependencia, la interdependencia y la posibilidad.  Para comprender la consciencia histórica como un hilo entre el conocimiento y la cultura, es necesario una postura epistémica que rompa con las fronteras disciplinares, no para diluirlas, sino para profundizar en el conocimiento y a partir reconocer los límites, moverse en los umbrales, es decir, volverlos móviles desde lo inter-trans-disciplinario y generar nuevas relaciones que se gestan en organizaciones diferentes a lo ya estatuido.

Lo anterior implica cambiar el lente positivo y profesional orientado hacia el cumplimiento de un rol, función y perfil determinado y en movimiento inercial de identificación con el modelo social por alcanzar, el lente disciplinar, lineal en la forma de ver el mundo desde la investigación explicativa que cierra la relación entre causa y efecto o la descripción tendiente a la caracterización funcional de una realidad, en ambos casos teleológica, por un ángulo de fuga de todas las certezas, por un ángulo de razonamiento crítico, entendido 7 como la movilización de los límites disciplinares, mediante el cual se ponen en cuestión los modos tradicionales de producir conocimiento, la linealidad del pensamiento y situarse en otro lugar más incluyente de todo lo que ha estado al margen del conocimiento validado y legitimado.  De ahí nuestra necesidad de reconocimiento de los límites y de cómo nos relacionamos con el conocimiento, para movilizarnos hacia pluralidad de enfoques, y más allá de lo multi, la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad, movimientos en la manera de conocer y pensar que nos retan a de-construir el conocimiento ya existente, lo que nos exige una actitud abierta a la incertidumbre, a lo nuevo y a lo posible.

En la educación implica la interdisciplinariedad, de tal manera que no mengüe, ni impida la formación humana y a partir de este proceso se puedan integrar las dimensiones del ser humano en lo tocante a lo intelectual, a lo humano 8, lo mental, lo contextual, en una relación de conocimiento, para la comprensión de lo solidario. Comprehender la conciencia histórica como solidaridad entre el conocimiento y la cultura hace necesario una episteme propia de modo de razonar el sujeto su realidad histórica.

Si bien la historia es límite, también es transgresión, conjugación, historicidad que sitúa más allá del momento, es percatarse del sistema y de la necesidad de movilizarse del mismo, asumir la organización como propia para constituirla desde la multiplicidad de opciones.
Hoy, la juventud nos exige afrontar el reto de dar el paso de lo instituido en las dinámicas de investigación, nos plantean problemas abordados desde la trivialidad y simplicidad de los procesos o desde la complejidad, entendida como apertura a diversas dimensiones, aun sin comprenderla como la construcción epistémica compleja que implica la construcción de nodos de relación conectando lo que ha estado disyunto y sobre todo les cuesta trabajo asumir que el proceso del pensamiento se encuentra anclado en su biografía.  Aunque algunos de ellos se resisten a la  fragmentación, reclaman lo posible del pensamiento y la acción desde sus propias vivencias, episódicas, efímeras, circunstanciales y afectivas.  En los procesos de evaluación de proyectos de investigación para optar por el título de bachiller se observa la lectura propia de los problemas que viven en su cotidianidad y en su entorno, lo que muchas veces no es admisible en los académicos anclados en una racionalidad científica.   
Dar cuenta del nuestro espacio en un recorte de tiempo, el propio de la vida, implica una permanente observación, auto-observación, crítica y reflexión, en tanto la observación y la alerta de lo que acontece en el entorno, conlleva al sujeto a problematizar, a encontrar los errores, aciertos, desaciertos y posibles opciones, de ahí la necesidad de una lectura trasparente de las vivencias y las experiencias con significación especial en un determinado recorte de realidad, para poder mirar prospectivamente la trayectoria histórica de grupo, integrado por personas con necesidad de aprender,  desaprender y construir nuevos modos y  caminos de conocimiento, movilizarse y crear sentido de su tiempo epocal.
 
¿Qué Universidad construimos a partir de qué ópticas de conocimiento con los jóvenes? ¿Qué horizontes trazar desde una construcción articulada de crecimiento juntos? 
Si el punto de partida fuera una óptica epistemológica y metodológica, surgiría la pregunta ¿desde dónde situarnos para observar y construir la Universidad con los jóvenes?  Las epistemes y metodologías para comprehender el conocimiento de la realidad exige conciencia de nuestra condición como sujetos personal y colectivo, esto es, una colocación ético-política que deviene de un modo de razonamiento en lógica de articulación de lo que ha estado fragmentado, partiendo de la problematización, la mirada crítica de lo que en apariencia percibimos, reconociendo las anomalías, fisuras, disfuncionalidades y opciones para interpretar y concretar nuestro espacio de acción vital.  De ahí la posibilidad de objetivar la investigación, a partir de la lectura situada en la especificidad de nuestra propia realidad, en la cual nos recreamos en relación intersubjetiva profunda.  La especificidad implica situar el problema en un contexto histórico y de época propia del sujeto experiencial.  El contexto nos sitúa en la especificidad de la realidad histórica, entendiéndola como proceso inacabado del sujeto histórico.
La exigencia del sujeto histórico es situarse en una forma de mirar la realidad en su contexto, donde visualiza un campo de observación, también delimitado según sus posibilidades y opciones, dando cuenta de la articulación de los hechos que alcanzan una significación en el tiempo (presente, presente pasado, presente futuro), en el espacio (social, cultural, político y educativo) y en su especificidad (ámbito de significación y sentido de nuestra realidad universitaria particular).  Aquí cabe la pregunta sobre ¿en qué óptica epistemológica nos asumimos como investigadores en un campo de conocimiento específico? Desde una óptima metodológica tradicional diría que el sujeto en aras de una abstracción metafísica en la relación del conocimiento y la sociedad, se sitúa por fuera para garantizar la objetividad sin dar cuenta de los problemas de su entorno, ni de cómo se sitúa frente a éstos  para afrontarlos y resolverlos; desde una óptima cualitativa se puede incurrir en la invisibilización del sujeto en el proceso pre-establecido metodológicamente que tiende, al igual que el anterior, a garantizar la objetividad del conocimiento en un movimiento pendular entre la objetividad y la subjetividad; desde una perspectiva crítica, es ineludible optar por la construcción de una totalidad del proceso, que alcanza diversas acepciones y múltiples posibilidades opcionales, en tanto significa estructuración de la realidad histórico social en su inacabamiento, multi e inter dimensional, temporal, determinable, posible, utópica y concreta. 

A modo de cierre, cuando nos referimos a la estructuración de la realidad en su inacabamiento, ésta y la estructura las concebimos como construcciones que devienen de la organización de los sujetos en un modo de razonamiento crítico, situado en los procesos y los horizontes de acción posibles de potenciarse en diferentes campos, por lo que lo real es espacio de entretejerse en la articulación de lo posible, lo emergente y lo inédito.  La realidad, lo práctico y lo político son perspectivas del conocimiento contextualizado, del pensamiento desplegado en acción y de la acción que transforma espacios de realidad.  De ahí que el conocimiento del desarrollo humano como praxis ya no es esencial, fundamental, ni hipotético deductivo, sino constructible de parámetros nuevos y opciones de realidad de los sujetos colectivos y personales que vivencian proceso de articulación creciente, para potenciar horizontes constituyendes en proceso de problematización, crítica y prospectiva.    Lo real “es un nivel de realidad analizado en su articulación”9 , reto que conlleva a un cambio del sujeto en su racionalidad y lenguaje científico, en cuanto demanda ruptura y cambio, para abrirse a nuevos lenguajes, epistemes y relaciones.  En la configuración de la realidad, generamos información con “diversidad de contenidos que se manejan en lenguajes heterogéneos”, discontinuidades y cortes de realidad, “de manera particular de la vida social (como ya lo había señalado Weber)” 10, dándose un enriquecimiento del entorno del sujeto capaz de ensanchar su mirada, su lenguaje y sus opciones.  Los lenguajes son base para reflexionar sobre las prácticas de investigación, crear nuevas formas de relacionar el conocimiento y pensar diferente las maneras ya establecidas, lo cual se traduce en nuevos procesos y maneras de nombrar las cosas, los hechos y los acontecimientos.  En este movimiento la problematización de la realidad que vivimos potencia la emergencia de relaciones radicalmente nuevas en los diferentes niveles de realidad, que se leen desde la lógica de la articulación.  

La realidad universitaria se expresa en momentos y espacios específicos de pensamiento y acción de los sujetos en su entorno, dando la posibilidad de otros nuevos y diferentes momentos.  De ahí que un límite conceptual, teórico y metodológico “reviste simultáneamente una doble condición:  ser un producto al mismo tiempo que ser un producente” 11  Sin embargo esta cuestión del límite no es tan fácil, no son rígidos, ni fijos, ya que implica su configuración en el movimiento para situarnos en lo emergente de lo ya establecido. 

La conexión del conocimiento y el pensamiento plasmados en acción, emerge el desarrollo humano como praxis.  ¿Porque se piensa en el desarrollo humano y cómo pensamos ésta categoría?  Este es nuestro desafío teórico y también cultural. La acción como imperativo del conocimiento y el pensamiento se convierte en una condición política, impulsada por el deseo, la voluntad, el sueño de accionar la realidad que vivimos en una época, donde el punto de partida es nuestro diario acontecer, nuestro sentido de experiencia formativa con impacto social, y en ese compromiso diario tenemos posibilidad de hacer historia, de concretar la utopía como una categoría histórica, es decir de construir y hacer de la realidad algo posible de la imposibilidad.  Sólo así podremos abrir la “Ventana por donde vemos volar el tiempo que nos espera” 12  De esta forma potenciamos la unión conocimiento y cotidianeidad, cotidianidad asumida como espacio para pensar y accionar la investigación.   Así el conocimiento se transforma en conciencia de necesidad, necesidad de acción, en tanto se convierte en práctica.

1 MATURANA, Humberto y VARELA, Francisco. El árbol del conocimiento. Santiago de Chile: Editorial Universitaria. 1989Pág. 5.

2 MORIN, Edgar. Humanidad de la Humanidad. Madrid : Ediciones Cátedra. 2003. p. 19.

3 ARENDT, Hanna.  La condición humana.  Introducción de Manuel Cruz.  Barcelona, Buenos Aires y México:  Editorial Paidós.  2001. 

4 Op. Cit. Vol. 1. P. 9.

5  Morin, Método III., Op. Cit., p. 134.

6 Vallejo G., Nelson.  Morin: Pensador de la Complejidad. Memorias Primer Congreso Internacional de Pensamiento Complejo. En: PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO COMPLEJO. (CRES Centro). Memorias Primer Congreso Internacional de Pensamiento Complejo. Tomo I. Bogotá : Vicepresidencia de la República, Ministerio de Educación Nacional, ICFES, COLCIENCIAS, UNESCO y Fundación Santillana.. 2001. p. 34

7 Zémelman, Hugo. Horizontes de la Razón. 2002, p. 19.  Y Necesidad de conciencia: Un modo de construir conocimiento. México: Colegio de México; Escuela Normal Superior de Michoacán; Universidad Veracruzana. Editorial Anthropos.    

8 Patiño, Hna. Beatriz. Op. Cit. P. 27.

9    Como expresa Zemelman en Horizontes de la razón, p. 64.

10    Ibid., p. 27.

11  Ibídem., p. 75.

12  Ibídem., p. 20.