VIDA COTIDIANA, CULTURA Y POBLAMIENTO DEL CAMPUS CIUDAD UNIVERSITARIA DE LA UACJ 2010-2013

VIDA COTIDIANA, CULTURA Y POBLAMIENTO DEL CAMPUS CIUDAD UNIVERSITARIA DE LA UACJ 2010-2013

Alberto Díaz Mata (CV)
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Volver al índice

VI. Ciudad Universitaria y el Campus didáctico

            …sería una forma espacial inaugurada por unas relaciones de poder que quieren «dar      el lugar apropiado» a ciertas interacciones humanas, en el marco de un modelo          gubernamental específico, históricamente rastreable que pretende dirigir la vida.   Foucault desde Martínez P. (2010)

Al concurrir a la Ciudad Universitaria de la UACJ, la primera condición que emerge es la lejanía, es tan evidente que resulta indiscutible y con esa condición debe ser comprendida. Se trata de un escenario- hábitat caracterizado por múltiples carencias y limitaciones, encubiertas algunas de ellas por el montaje escénico de edificaciones emblemáticas y estéticas. La habitabilidad, los significados, las prácticas, los territorios, clima y ambiente institucional parecen estar siempre en construcción, hasta ahora todo es temporal y efímero. La llegada de nuevos grupos de estudiantes, cada nuevo espacio que se construye y los cambios de “autoridades” son eventos que concita al reacomodo, a establecer una nueva distribución de espacios y de territorios. Se trata de ejercicios de microfísica del poder y de la puesta en práctica del concepto de gobernabilidad del espacio (Foucault s/d) cediendo, concediendo y asignando territorios y funciones siempre de manera provisional, muy lejos aún de ser un Campus didáctico. En ese hábitat  insular transcurre buena parte del día de los estudiantes, profesores y personal de apoyo. Los rasgos de la cotidianidad: rutinas, rituales, itinerarios, acciones e interacciones han sido acomodadas más en función de la lejanía que es la  condición compartida por toda la comunidad; que por la ocupación que ejercen los distintos estamentos (estudiante, profesor o personal administrativo).
            La denominación de Ciudad Universitaria sugiere una gran instalación de infraestructuras, servicios y ambientes destinados a contribuir en los aprendizajes, la formación y desarrollo de la comunidad académica que la puebla y habita. Así fue pensado, el Plan Maestro y los videos  promocionales elaborados por encargo de la institución dan cuenta de esta visión de futuro.
Pero en este estudio nos ocuparemos de lo vivido durante el periodo 2010 - 2013.

6.1. El trayecto interurbano

No solo son la distancia y el tiempo, es la sensación de destierro, el sentimiento de haber sido arrojados fuera de la ciudad y del campus universitario que ya habían recorrido en su imaginación. 
            Se trata de un largo trayecto que a fuerza de verlo se ignora, esta evasión del  agreste e inhóspito paisaje propicia la reflexión en algunos estudiantes que de manera cotidiana lo recorren a bordo del indiobus, para otros pasajeros es un tiempo muerto, una invitación a dormitar, la oportunidad de aislarse escuchando música, de iniciar el desayuno, pero para muchos más, es el momento a veces inadvertido de establecer el tránsito emocional del hábitat urbano al hábitat universitario, imaginando cómo será el día. El desprendimiento del medio urbano y el desolado paisaje terminan a fuerza de reiteración por  volverse familiar e inadvertido. Durante el abordaje y recorrido las interacciones son de intensidades diversas, algunas mínimas como elegir asiento o buscar con la mirada a los compañeros de siempre, sentarse o encoger el cuerpo al dejar espacio a otros compañeros, y algunos saludos, muchos de ellos reducidos a un momentáneo contacto visual. Otras interacciones son más prolongadas particularmente cuando abordan grupos pequeños de amigos y condiscípulos que toman asientos contiguos y con ello se da pie para iniciar o continuar alguna charla, pocos leen, el vaivén y los saltos convierten esa actividad en una proeza. Otros buscan un lugar que han asumido como propio, al fondo los más festivos, junto a la ventana o justo atrás del chofer aquellos que pretender eludir las conversaciones. Los estudiantes que abordan el indiobus cuando los 44 asientos de la unidad se encuentran ya ocupados buscan posiciones para sujetarse al pasamanos o un respaldo cerca de un compañero para dejar a sus pies la mochila, de lo contrario tendrán que cargarla todo el trayecto.
            El interior del indiobus se convierte en un nicho ecológico cerrado durante la hora que dura el trayecto, durante el recorrido nadie ingresa y nadie sale de este recinto móvil convertido en mercado en el que se ofrecen alimentos, golosinas y cigarros, es paradójicamente un ágora portable en la que se dan mensajes y se ejerce ocasionalmente la predica religiosa. Desde ese habitáculo temporal se puede mirar pasar el exterior, ver como aparece o desaparece el mundo urbano, o bien dirigir la mirada a la pequeña comunidad de viajeros, observar a los co-ocupantes, reconocerlos y recorrer los afectos que suscitan. Observar a aquella persona no había visto antes, a los nuevos o  dirigir una mirada de reojo a aquellos cuya presencia le incomoda, y una mirada más franca a  las personas que le agradan, esperando iniciar con la reiteración el preámbulo de alguna interacción recíproca.
            A pesar de la proximidad, se charla a media voz por lo que seguramente parte de las conversaciones -incluso aquellas más personales e íntimas- son escuchadas por otros viajeros. La música que con frecuencia el chofer impone a los pasajeros  no permite formas más comedidas de comunicación. Tal vez por ello una parte de los estudiantes se escudan y esconden tras los audífonos escuchando su propia música o mantienen en sus manos el celular o la Tablet como objetos  de comunicación y de apego. (Cyrulnik 2004)
                                    Al interior del indiobus  se construye  una privacidad colectiva que da la oportunidad de exhibir inclinaciones, talentos y afectos. Un video de you tube (Óscar resuelve rubic en el indio bus) muestra a un estudiante que ordena el cubo rubic en  un minuto y diez segundos durante el trayecto del indiobus, otros estudiantes exhiben sus habilidades artísticas tocando la guitarra. Pero el talento  más generalizado es el de mantener el equilibrio y de asir con firmeza el pasamanos aun cuando se dormite, para reaccionar oportunamente a las demandas intempestivas originadas por la conducción, los baches y topes en el pavimento.
            Con el arribo a la Ciudad Universitaria pequeños gestos de despedida, una última mirada de reojo, esperar el turno de descender de la unidad, dar las gracias al chofer (solo unos pocos), colocarse la mochila e  incorporarse luego a  la coreográfica  dispersión en el campus universitario atravesando una zona de terracería  antes de llegar al  corredor externo entre los edificios A y C que sirve en esos momentos como el gran distribuidor del campus universitario.
            El regreso a la ciudad cada dos horas se anuncia por la gran cantidad de estudiantes que deambulan por la banqueta o que esperan la llegada de los autobuses en la parte externa del edificio “A”. Para otros las 12, las 4 o las 6 de la tarde significan apresuramientos y pasos rápidos para alcanzar lugar en los autobuses cuando la clase se ha prolongado, sobre todo para los estudiantes del edificio B. En ocasiones el abordaje resulta poco ordenado y los estudiantes deben preguntar a los choferes el destino del autobús.
            Qué les cuesta poner un cartel con la ruta, tiene uno que andar preguntando a     los        choferes para donde va. (Consulta de autoridades del campus a estudiantes)
            El regreso por lo regular es más ruidoso y festivo, con más charlas, bromas y algunas asperezas del lenguaje, “no mames”, “que pedo guey”, salvo en el último viaje de regreso cuando la densidad de pasajeros, el cansancio y la insuficiente iluminación interior de los autobuses propicia que cada uno se ocupe de sus propios pensamientos, charle con su compañero de asiento o aprovecha la compañía de su pareja para acurrucarse o intercambiar muestras de cariño, algunas de ellas muy intensas tratándose de un escenario público.
            En una ocasión me tocó ver una pareja muy desinhibida, que no solo se besaba, sino     dejaban ir las manos, … PSG 
            Durante el regreso algunas (os) estudiantes ya están pensando en lo que falta por hacer en ese día, las tareas, consultas y trabajos o imaginando la cena y el descanso. Pero para muchos el recorrido del indio-bus es apenas la mitad del regreso aún falta la espera y recorrido del transporte público rumbo a casa. Pero cada vez más estudiantes se dirigen al paradero de la ruta universitaria  que los aproxima a sus casas y trabajo y que a deferencia del indio-bus ofrece horarios más frecuentes.
            El trayecto común a CU- en donde se encuentran los diversos  recorridos citadinos que conducen al campus universitario, inicia en los límites de la mancha urbana partiendo de la Avenida Talamás Camandari, es un tramo de 18 Kilómetros de soledad, con solo dos secciones de 400 metros  iluminadas durante la noche, prácticamente sin vigilancia, con edificaciones distantes rodeadas de matorrales que anuncian el desprendimiento del ámbito urbano. 
            … la universidad debe exigir que pongan iluminación, cuando salgo en la noche, todo      este camino es una “boca de lobo”. (profesora en junta con autoridades de CU).
            …yo, la verdad salgo a madre, me da un miedo el regreso, todo oscuro, tan lejos, tan      solo… una boca de lobo. PAtc.
            Desde la vialidad se observan el  paisaje árido, semidesértico con vegetación tipo matorral: palmas, mezquite, gobernadora, y zacate silvestre, salpicado de deshechos de la actividad humana como: escombro, botellas de cerveza, bolsas de plástico adheridas a las púas de la vegetación y de tramo en tramo, neumáticos desechados y perros. Es un trayecto donde siempre hay perros algunos deambulan y de otros solo quedan los restos machacados por el transporte, también de manera cada vez más esporádica se pueden ver  libres, tuzas y halcones; al atardecer algún coyote o sapos durante la época de lluvias. En el paisaje destacan las grandes torres metálicas que conducen energía eléctrica a la ciudad y algunos fraccionamientos de vivienda popular a medio poblar, otros inconclusos o en estado de abandono. Desde esas  zonas habitacionales emergen y fluyen personas de  condición precaria en busca de transporte que los conduzca a los mundos del trabajo, del comercio y de los servicios que alberga la ciudad.
            También para la gente que vive por aquí es peligroso porque ellos van a pie o     en        bicicleta por la orilla de la carretera. Creo que es injusto que no existan      banquetas por   donde puedan ir un poco más seguros, pero siempre a los más      pobres le tocan las        peores cosas. Aee.
            La mayor afluencia de personas se observa por la mañana cuando las familias del rumbo recorren a pie, por veredas y el arroyo de la carretera acompañando y cargando las mochilas de sus hijos pequeños hasta la escuela.  A lo largo del trayecto se observan también -por las mañanas- apostados en pequeños grupos-  estudiantes del CECyTECH – a los que delata el uniforme- esperando que se detenga alguna unidad de la ruta universitaria (por lo general con pasajeros de pie) que los conduzca a su centro escolar.
            La vialidad de acceso a CU (Los últimos 18 kms.) inicia con seis carriles en el Boulevard Independencia, tres en cada sentido, separados con una  mediana, unos kilómetros más adelante en el tramo Boulevard Miguel de la Madrid se reduce a cuatro, aunque por momentos el acotamiento se convierte en un tercer carril. Los conductores encuentran durante trayecto un semáforo, zonas de cruce  peatonal, un “alto” y múltiples señalamientos con las  velocidades máximas permitidas en cada tramo 40, 50 y 60 kilómetros, con lo cual – de respetarse la velocidad señalada- esos 18 kilómetros se recorrerían en 23 o 24 minutos. El último tramo con destino a Ciudad del Conocimiento inicia en la intersección de tres vialidades: las Avenidas Fundadores y el Boulevard Miguel de la Madrid y un camino proveniente de colonias del Valle de Juárez. A partir de ahí la vialidad se reduce a solo dos carriles, uno en cada sentido; sin acotamientos laterales ni mediana. El pavimento es relativamente nuevo y se encuentra en buenas condiciones, pero se erigieron en 2012 cinco topes destinados a moderar  la velocidad de los automóviles y del transporte público y universitario que poco atienden el señalamiento de 50 kilómetros de velocidad máxima en este tramo. Las múltiples marcas de neumáticos producto de frenadas intempestivas y algunas descomposturas de automóviles evidencian tanto la velocidad como la poca visibilidad de los reductores de velocidad.
            Los topes son muy peligrosos, porque de noche no se ven y cuando menos lo    piensan, ahí está, tremendo frenado o sales volando. Y allí se ven todos los frenones  [en el pavimento]. E.F
            Antes de la instalación de los topes los riesgos provenían de la falta de iluminación, de la presencia de algunos animales (vacas y perros) y de objetos sobre la carretera; pero sobre todo del estilo de conducción de estudiantes, profesores y choferes de los autobuses que  recorren ese tramo en ambos sentidos a  velocidades mayores a las indicadas en los pocos señalamientos viales. Tampoco se puede pasar por alto la carencia de acotamiento en el arroyo de la vialidad, con lo que cualquier descompostura o rebase entre automotores (claramente prohibido por la doble línea amarilla) incrementa los riesgos de un percance mayor. La instalación de los inhibidores de velocidad (topes), no han dado el resultado previsto, pues aunque la velocidad promedio ha disminuido, éstos equipamientos se han convertido en causa de desperfectos y accidentes, sobre todo en la noche cuando por falta de iluminación no se percatan de presencia de los valladares con la suficiente anticipación, lo que provoca que los conductores opten por pasar sobre el tope a mayor velocidad de la recomendable con los riesgos de golpes, descompostura y pérdida de control; también pueden  frenar de manera súbita con los riesgos propios de la fuerza inercial y de colisión por alcance de otro automóvil. Como sucedió el 10 de octubre del 2013 en que colisionaron -cerca de las 8 de la noche- por alcance en el primer tope, dos vehículos conducidos por miembros de la comunidad universitaria (en uno de ellos viajaban cuatro estudiantes y en el otro un profesor).
            A los conductores de automóviles poco consuela -que se diga que en unos años todo estará poblado- el estado emocional que implica estar fuera y lejos de la ciudad, y luego regresar por un camino obscuro, largo y solitario, resulta angustioso (estresante opina una estudiante de psicología). Para ellos no existe la posibilidad de evasión de quienes dormitan o charlan en el indio-bus o en la ruta universitaria. La visibilidad disminuye en la misma proporción que crece la incertidumbre y la zozobra de que una falla mecánica o una ponchadura en los neumáticos los deje expuestos. Para los conductores la distancia y la soledad  parecen diluirse conduciendo a mayor velocidad. No se trata de una transgresión a las normas de tránsito, sino de una condición emocional -casi inconsciente- por llegar a las zonas más seguras, pobladas e iluminadas que los estudiantes y profesores identifican como su hábitat cotidiano.
            Sin entender la condición emocional que provoca lejanía y desolación,  ha resultado fácil  inculpar a los estudiantes de inmadurez o de falta de cultura y respeto a las normas de vialidad cuando se presentan accidentes en el trayecto interurbano. La desatención a las normas y señalamientos viales no es exclusivo de los estudiantes, también se observa que el profesorado y los choferes del transporte público y del institucional (indio-bus). Incluso funcionarios universitarios en vehículos oficiales recorren el trayecto a velocidades que en mucho exceden los límites de 60 kilómetros establecidos en el trayecto que conduce a CU.
            “…la verdad es que tiene uno que ir muy atento, cualquier distracción… y cuando           menos lo piensa, ya está  el tope enfrente, yo mismo lo he vivido y me      arriesgue a        dañar la suspensión, porque ya no tenía espacio para frenar” FCU
            “Cuando terminaron la carretera [2011] hubo algunos accidentes sobre todo por las          vacas y por la velocidad.  Una señora por poco me choca por venir muy rápido, la seguí     y le dije, si te quieres matar mátate, pero yo vengo con mis hijos, nos gritamos y casi    nos peleamos”. Yo le gritaba y ella como que se asustó y corrió  a la dirección, llegó             diciendo que yo estaba loca, que la estaba amenazando… Fab.CON
            El trayecto de la avenida Fundadores no se encuentra vigilado, ni lo recorren con regularidad unidades de seguridad pública o de tránsito, aunque es posible de manera eventual observar agentes de esta última corporación a 12 kilómetros del campus universitario en la avenida Miguel de la Madrid agazapados en la parte media de una recta muy larga esperando  sorprender e infraccionar a los conductores que suelen recorrer el tramo a la velocidades superiores a los 75 kilómetros.
            Para acá vienen pocas patrullas,… pero como dos veces en la noche nos           escoltaron patrullas [a las unidades del indiobus] y otra noche se metieron dos       camionetas con las luces prendidas [de la policía] hasta el  estacionamiento y luego se       fueron. Creo que eso es contra la autonomía, pero nadie dijo nada E.P
El trayecto a CU no siempre fue así, inicialmente se viaja por la avenida Miguel de la Madrid  hasta el fraccionamiento Villas de Alcalá y luego  se debía transitar durante siete kilómetros por  una brecha de terracería paralela al trazado de las torres eléctricas. Aun cuando ese recorrido agreste solo se realizó durante el semestre septiembre-diciembre de 2010, las anécdotas, relatos y experiencias son abundantes. Algunas vistas de manera retrospectiva les parecen ahora divertidas a sus protagonistas, otras claramente no lo son.
                        La terracería era un lavadero, como pasaban los camiones grandes con                         material se hizo como lavadero, mucho polvo, íbamos  salte y salte. ChIB.
                        En la brecha, si cerrábamos las ventanas nos ahogábamos de calor y si las                                abríamos llegábamos como polvorones, era difícil, pero también nos                                          divertíamos. En tiempo de frío era más fácil, porque íbamos bien encerraditos                             y bien agarrados porque  el camión saltaba mucho. DOA
            En la brecha era difícil para los carros algunos se poncharon o se           descompusieron y teníamos que irlos a recoger.  Cuando llovía algunos se         atascaban y también íbamos a sacarlos. Una vez llovió mucho y mejor             suspendieron    las clases porque no sabíamos si íbamos a poder salir por la brecha.      Jmto.
            Las clases terminaban a las cuatro porque a las cinco ya estaba obscuro, y era difícil ir por la brecha, también estaba lo de las vacas que se atravesaban, bueno con la           carretera se siguen atravesando y como son negras pues si ha     habido accidentes. Una maestra que chocó en la brecha con una vaca,   -además de que el  carro quedo hecho             garras-, se lastimó el cuello y mejor dejó de dar clase. Dijo que no iba a seguir    arriesgando la vida.