CONTRALÍNEA, PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN SOBRE EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO, 2002-2010

CONTRALÍNEA, PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN SOBRE EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO, 2002-2010

Santiago Gallur Santorum (CV)
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Volver al índice

Producción informativa, noticiabilidad, valores noticia y las realidades ocultas por los medios

¿Qué es la realidad?. Esta pregunta, que en algún otro contexto sería adecuada abordarla desde un punto de vista filosófico, si tenemos en cuenta la perspectiva periodística se podría responder argumentando que la realidad sería aquella construcción a partir de acontecimientos y hechos difundidos por los medios de comunicación que la propia sociedad acepta como válido reflejo de lo que sucede a su alrededor. Y claro, aquí surge una ardua polémica. ¿Se puede decir que la realidad que ofrecen los medios de comunicación es la misma que vive y padece el ciudadano común?. Si analizamos de forma conjunta el modo de producir noticias en los medios se ve que no suelen coincidir los puntos de vista que ofrecen con las situaciones, hechos y acontecimientos que vive la gente. Es más, determinados teóricos señalan con cientos de datos y pruebas contrastadas que los medios de comunicación manipulan la realidad, “engañando” a la sociedad en lugar de informarla 1.  ¿Es esta afirmación producto de una postura radical o por el contrario puede acogerse a argumentos comprobables?. Para responder debemos centrarnos en cuestiones del quehacer diario en los medios para poder encontrar el hilo conductor entre la selección de noticias y la posible manipulación de la información. Los medios de comunicación se ven en la imposibilidad física de poder publicar todo lo que sucede en el mundo, ni siquiera en una región o espacio geográfico limitado, debido a la cantidad ingente de hechos, sucesos o acontecimientos que ocurren cada día. Por este motivo, es de lógica y sentido común que se seleccionen los hechos que van a convertirse en noticias a través de su publicación en los distintos medios. El problema llega cuando recordamos lo previamente expuesto: los medios de comunicación son empresas con ánimo de lucro, por lo que su fin último es producir beneficios económicos. Asimismo, éstas empresas responden a una línea ideológica que se denomina línea editorial, a la que todo periodista que trabaje en dicho medio debe adecuarse. Esta línea editorial hace que sea totalmente lícito para los medios el aportar una versión concreta de la realidad atendiendo a cuál es su posicionamiento político, económico e ideológico con respecto a un acontecimiento en concreto. Esta situación, que ampara los derechos de los dueños del medio, a la vez provoca un conflicto para el periodista con respecto a su obligación deontológica de garantizar el derecho fundamental a la información, debido a que su punto de vista en la selección de las noticias debe ser “objetivo” (si es que esto es posible), y en realidad el medio se sitúa en una postura completamente subjetiva, que además está amparada y reconocida en el marco legal. Entonces, si ahora nos fijamos en el hecho de que es completamente válido el que un medio de comunicación no informe sobre una noticia que, a pesar de que tiene gran importancia en términos objetivos para la sociedad atendiendo al derecho fundamental a la información, considera que es menos importante según su ideología que otra que sí satisface su punto de vista político, ideológico y económico 2.

Si ahora nos fijamos en que los medios de comunicación se dirigen exclusivamente a un público objetivo que está formado por sus consumidores, aquellos que son afines a las características ideológicas, políticas y económicas del medio, tenemos que el resto de la sociedad a la que también debe informar, queda en realidad completamente excluida en la valoración llevada a cabo sobre la selección de las noticias 3. Por tanto, sería muy ingenuo pensar que el periodismo consigue un equilibrio perfecto dentro del sistema político del país del que se trate, sin que los intereses de los distintos poderes de los gobiernos no afecten, influyan o condicionen el proceso de selección informativa e incluso el modo en el que la línea editorial se va adaptando a las distintas situaciones políticas. Así, en una sociedad en la que las nuevas Tecnologías de la Comunicación y la Información permiten al propio ciudadano difundir en tiempo real a todo el mundo imágenes, vídeos e información de algo que está sucediendo en ese preciso momento en cualquier rincón del planeta, la sociedad empieza a cuestionarse términos previamente aceptados de forma general como la libertad de información o la democracia. Ahora ya no es tan evidente para el ciudadano de a pie que dichos pilares de los sistemas políticos occidentales, existan, al menos del modo en el que se le había explicado. Y es que para que exista una democracia real se necesita obligatoriamente que se haga efectivo el derecho a la libertad de información, cosa que en muchos países actualmente no se da 4. Y si ben esto era algo que lleva sucediendo siempre, es hoy en día, gracias a las TICs, que una parte de la sociedad a nivel mundial empieza a ser completamente consciente de dicha situación. Por ello, se empieza a dar de forma sistemática (por parte de cierto grupos sociales) una crítica a la esfera pública actual, que ha pasado de ser concebida como un entorno social que tenía, por ejemplo, a los periódicos como ejes de referencia, a otro escenario en el que lo que se percibe es la industria periodística 5, con todo lo que ello implica. Todo esto constituye una crítica profunda al periodismo en la actualidad 6, posición que deja de ser algo reservado para un grupo de “radicales de izquierdas” que pretenden cambiar el mundo, para convertirse en el discurso que empiezan a manejar una serie de intelectuales en diversos países, de las más distintas ideologías, pero con una argumentación en común: el periodismo actual no satisface las necesidades y demandas sociales.

Así, todo lo comentado previamente sobre la objetividad y la verdad en el periodismo 7, nos lleva a plantearnos el hecho de que los medios de comunicación, conscientemente o no, llevan a cabo un proceso de homogeneización cultural 8. En un mundo que paradójicamente está cada día más globalizado y con más contacto entre las distintas culturas, los medios de comunicación se suelen olvidar de las culturas “minoritarias”, a las que “invisibiliza”, mientras difunden y promueven una cultura concreta: la del sistema imperante 9. Y esto, ¿sería malo o bueno?. En realidad es una característica de los tiempos que vivimos más que algo necesariamente “positivo o negativo”, ya que esto depende del lado de la balanza donde nos coloquemos. Y es que como explicamos previamente los medios son en realidad una forma más de hacer política, quizás de los modos más sutiles y efectivos de llevarla a cabo, pues promueven indirectamente la ideología, la crítica, la deliberación siempre hacia donde convenga a los gobiernos de turno, dependiendo del o los objetivos de las políticas de identidad que se hayan marcado 10. No hay que olvidar que los medios de comunicación poseen una de las formas más eficientes para difundir e inocular un discurso político, aquel que convenga o interese al poder o gobierno en cuestión 11, sea el país que sea.

Sin embargo, precisamente aquellas características que hacen que dicho discurso mediático se propague y disperse casi de forma instantánea en todos los rincones del planeta, también provoca que haya una gran cantidad de personas que evidencien y rechacen la estrategia de manipulación social que muchas veces el poder político ejerce a través de los medios. Así, las TICs que propagan el discurso, también permiten evidenciarlo y difundir una alternativa que cada vez está tomando más y más fuerza en todo el mundo: el periodismo ciudadano. Pero, ¿existe tal fenómeno?. En realidad no es correcto denominarlo periodismo, ya que la ciudadanía no lleva a cabo una labor periodística, es decir, no contrasta las fuentes, ni las selecciona, ni las analiza, ni busca contextos, ni investiga como tal desde el punto de vista periodístico, y menos aún busca la objetividad. Y es justo esta característica, que impide que sea periodismo, la que evidencia que es una reacción social de la ciudadanía harta de las manipulaciones del poder político, harta de la homogeneización de las noticias en los medios tradicionales. Así, los ciudadanos, haciendo un uso extensivo de las TICs, difunden a escala global mediante internet contenidos, con una gran carga de imágenes y material audiovisual, seleccionados para defender sus posturas ideológicas. Por tanto, más que de un “periodismo ciudadano” como tal, se trata de una nueva forma de participación ciudadana en la vida política 12 , de movilización social contra las “injusticias” y los discursos excluyentes, que provocan que sólo tengan voz aquellos que repiten siempre la misma idea.

Todo lo anterior nos sitúan en un contexto de polarización política, unos grupos políticos contralan ciertos medios y consiguen presionar para que dichos periodistas publiquen noticias favorables, mientras los otros partidos políticos hacen lo mismo, con el resto de los medios de comunicación que necesiten la publicidad para vivir, que son la mayoría (al menos los medios tradicionales). Así, ese panorama de contenidos contralados, de presiones, de amenazas, de extorsiones, nos lleva un punto en el que el único dañado es el periodismo, que ha perdido parte importante de la credibilidad que tenía. A la vez, la sociedad recibe como consecuencia una gran parte del daño hecho al periodismo, ya que éste existe por y para garantizar el derecho de ésta a estar informada. Por lo que la homogeneización de las noticias, la carencia de debate y la complacencia política, nos lleva a un punto en el que la democracia es una simple ilusión, un sueño, ya que no se cumplen los derechos fundamentales necesarios para garantizarla. Mientras tanto, y de forma directamente proporcional los periodistas, además de sufrir cada vez más presiones, amenazas, agresiones y todos los tipos de formas imaginables de censura (incluida aquí la autocensura), se ven abocados a un futuro gris, con unas condiciones de trabajo precarias en el mejor de los casos, ya que la otra cara de la moneda es el paro 13. Y es que en un momento histórico en el que queda claro que el profesional de la información que haga verdaderamente su trabajo, cumpliendo con los códigos deontológicos, es una amenaza para el poder político, quedan solamente dos alternativas para el periodista: o trabajar arriesgando su salud física e incluso su vida y la de sus familiares (en los casos más extremos), o trabajar haciendo algo que no es periodismo, y que cada vez más se parece a la publicidad o incluso al marketing político. La segunda opción significa sustituir la agenda mediática, por la agenda oficial política, y convertir a los trabajadores de la información en publicistas, algo que cada vez más se puede percibir en ciertos medios de comunicación tradicionales 14. Un ejemplo de lo anterior lo tenemos en el caso de los gastos oficiales en publicidad de los distintos gobiernos y el uso arbitrario que en muchas ocasiones hacen de dicha publicidad oficial 15, problema que más allá de situarse en coordenadas geográficas concretas ha afectado de uno u otro modo a casi todos los países del mundo, con mil y un escándalos de los que se han hecho eco los propios medios de comunicación.

Una alternativa hasta ahora no contemplada para el periodismo, es aprovechar las nuevas oportunidades que las TICs nos ofrecen, ya que cada día emergen temas nuevos en el periodismo que requieren de competencias informativas, y que harán del profesional especializado en dichas competencias alguien imprescindible e insustituible para la empresa de comunicación 16. Por desgracia, el hecho de que la profesión periodística pueda ser ejercida por cualquiera, tenga o no tenga la licenciatura en periodismo, provoca una gran precarización laboral, que por supuesto es acompañada de todas las violaciones de los códigos deontológicos, fundamentalmente debido al desconocimiento por parte de aquellas personas que son profesionales de otros campos. Esto también es debido a que el periodismo ha sido considerado durante muchos años una profesión sin apenas contenido teórico, que se hacía con la práctica y que consistía en contar noticias. Pues bien, eso se llama locutor, no periodista. El periodista no solo comunica, sino que investiga, contrasta, selecciona, analizada, comprende, y por lo tanto al difundir aquello que sabe lo que hace es, nos guste o no, educar a la sociedad, guiar a sus audiencias y crear opinión pública 17. Claro, el hecho de que los medios de comunicación creen opinión significa que influyen en la gente, y por lo tanto son mecanismos esenciales de control político, económico, y como consecuencia ideológico. Sin embargo, el periodismo comunitario, que evidentemente está muy alejado del tradicional desarrollado por grandes corporaciones, se sitúa en la era de internet, como una alternativa prácticamente gratuita, y por lo tanto, sostenible, de difundir la visión de las comunidades sobre lo que sucede en su entorno e incluso en el mundo 18. Y es que, a pesar de que el periodismo cultural ha sido normalmente relegado a unas pocas páginas en los diarios, o incluso a breves minutos en los informativos, es una de las formas de periodismo más importantes, ya que promueve sobremanera la educación de las nuevas generaciones 19.

Como ya mencionamos previamente, parte de los problemas que enfrentan los medios de comunicación derivan de las formas y dinámicas de producción informativa que desarrollan dichos medios para obtener y seleccionar las noticias que publican 20. De entre todas las estrategias utilizadas destacan los valores noticia, que en definitiva son criterios que ayudan a los medios a discernir entre lo que es relevante o no para sus audiencias, partiendo de criterios muy definidos y sobre todo de la necesidad que dichos medios piensan que sus audiencias tienen 21. Debido a la gran controversia que desata el hecho de que dichos criterios sean de algún modo sesgados, han surgido investigaciones académicas sobre contextos de violencia que los ponen en cuestión y proponen otros que podrían evitar la exclusión del panorama informativo de todas aquellas personas que no son público objetivo para dichos medios 22. Esto vuelve una vez más a poner en entre dicho la validez de la realidad que nos muestran los medios, como una representación cercana de lo ocurre en el mundo. Hay quien se atreve a manifestar con contundencia que medios como la televisión llegar a mentir abiertamente en un sinfín de ocasiones 23, debido fundamentalmente al gran cúmulo de intereses que hay en el periodismo sobre todo por parte de los poderes, y por supuesto en referencia al vínculo cínicamente directo que hay en muchas ocasiones entre la publicidad y la comunicación 24.

1 Consultar: Collon, Michel. ¡Ojo con los media!. Guipuzcoa, Argitaletxe Hiru, 1995.

2 AMARC. El cantar de las hormigas: Producción periodística en radios comunitarias. AMARC, Asociación Mundial de Radios Comunitarias América Latina y el Caribe UNESCO/PIDC, 2006, pp. 27-49.

3 Bownman, Shayne y Chris Willis. Nosotros, el medio: Cómo las audiencias están modelando el futuro de las noticias y la información. Reston, The Media Center at the American Press Institute, 2003, pp.7-61.

4 Correia, Joao Carlos. (Org). Comunicação e Política. Covilha (Portugal), Fundação para a Ciencia e a Tecnologia/Universidade da Beira Interior, 2005, 45-62, 147-227.

5 Correia, Joao Carlos. Jornalismo e Espaco Público. Covilha (Portugal), Fundacao para a Ciencia e a Tecnologia/Universidade da Beira Interior, 1998, pp. 21-164.

6 Serra, Paulo. Sociedade e Comunicação: Estudos sobre Jornalismo e Identidades. - (Portugal), LabCom Books/Universidade da Beira Interior/Fundação para a Ciencia e a Tecnologia, 2005, 9-206.

7 Correia, Joao Carlos. Teoría e Crítica do Discurso Noticioso: Notas sobre Jornalismo e Representaçoes Sociais. Covilha (Portugal), LabCom Books, 2011, pp.3-50.

8 Domingues, José António. O paradigma mediológico: Debray depois de Mcluhan. Covilha (Portugal), Labcom Books, 2010, pp. 7-26, 103-170.

9 Dorfman, Arial y Armand Matelart. Para leer al pato Donald: Comunicación de masa y colonialismo.. Madrid, Ed. Siglo XXI, 1978, pp.3-96.

10 Correia, Joao Carlos et al. (Orgs.). Conceitos de Comunicação Política. Covilha (Portugal), LabCom Books, 2010, pp. 9-99-117-126.

11 Correia, Joao Carlos. (Org). Comunicação e Poder. - (Portugal), Universidade da Beira Interior, 2002, pp. 121-273.

12 Espiritusanto, Oscar y Paula Gonzalo Rodríguez. Periodismo ciudadano. Evolución positiva de la comunicación. Madrid, Colección Fundación Telefónica/Ariel, 2011, pp.3-175.

13 Díaz Nosty, Bernardo. El libro negro del periodismo en España. Madrid, Cátedra UNESCO de Comunicación-Universidad de Málaga/Asociación de la Prensa de Madrid, 2011, pp. 13-96.

14 Ronderos, María Teresa y Óscar Parra. Guía para periodistas: ¿Cómo informar sobre la educación en Colombia?. Cartagena de Indias (Colombia), Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano/Ministerio de Educación Nacional/UNESCO/Educación Compromiso de Todos, 2007,pp.4-43.

15 Ruelas Serna, Cristina y Justine Dupuy. El costo de la legitimidad: El uso de la publicidad oficial en las entidades federativas. Fundar Centro de Análisis e Investigación AC, ARTICLE 19, 2013, pp. 13-91.

16 CAF/FNPI. El futuro del periodismo y el desarrollo profesional de los periodistas en América Latina: Memorias del seminario convocado por la CAF y la Fundación de Nuevo Periodismo Iberoamericano. Cartagena de Indias (Colombia), CAF/FNPI Fundación de Nuevo Periodismo Iberoamericano, 2005, pp. 59-63.

17 Fidalgo, António y Paulo Serra (Org.). Campos da Comunicação (Ciencias da Comunicação em Congresso na Convilha, Actas do III Sopcom, VI Lusocom e II Ibérico, Volume IV). Covilha (Portugal), Fundação para a Ciencia e a Tecnologia/Universidade da Beira Interior, 2005, pp. 157-167, 281-452.

18 Gall, Emanuel, Eva Fontdevila y Rodrigo Campos Alvo. Abrojos: Manual de Periodismo y Comunicación para el Trabajo Comunitario. Tucumán, Abrojos, 2008,  34-44.

19 FNPI. Periodismo y Cultura. -, FNPI Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano/Ministerio de Cultura/AECID/OEI/UNAD, -, pp.11-73.

20 Consultar: Túñez, Miguel. Producir noticias. Cómo se fabrica la realidad periodística. Santiago de Compostela, Tórculo, 1999.

21 Wolf, Mauro. Teorias da Comunicação. Lisboa, Presença, 1999, pp. 188-249.

22 García Orosa, Berta y Santiago Gallur Santorum “La conformación de valores noticia en un contexto de conflicto. Análisis pragmático de su funcionamiento en la información sobre el narcotráfico en México y el feminicidio de Ciudad Juárez”, Revista Estudios sobre el mensaje periodístico, Madrid, Servicio de Publicaciones de la Universidad Complutense, Volumen 18, número 2 (julio-diciembre), págs.: 491-511. [en línea]. Disponible en:
http://revistas.ucm.es/index.php/ESMP/article/view/41021

23 Mota Gomes, Itania Maria (Org.). Televisão e Realidade. Salvador, Universidade Federal de Bahía/Edufba, 2009,  13-48, 91-124.

24 Consultar: García, José Sixto. Márketing & Comunicação. Covilha (Portugal), Labcom Books, 2010.