HACIA UNA GESTIÓN PÚBLICA PARA UN DESARROLLO SUSTENTABLE

HACIA UNA GESTIÓN PÚBLICA PARA UN DESARROLLO SUSTENTABLE

Eduardo Jorge Arnoletto (CV)

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CAPITULO 3:
LA ACTUAL PROBLEMÁTICA AMBIENTAL, ECONOMICA, SOCIAL Y POLITICA

En una visión sintética, hay bastante consenso en los especialistas en la materia sobre los principales rasgos que presenta la situación actual:

  • Un cambio sin precedentes y con consecuencias ecológicas y sociales importantes en las condiciones físicas del planeta, en lo referente al aumento de la temperatura promedio y la disminución de la capa de ozono.
  • Los problemas planteados son globales y terminarán afectando a toda la Humanidad, aunque por ahora afectan más a los países subdesarrollados y a las poblaciones pobres y marginadas.
  • Las soluciones de tipo exclusivamente técnico no han dado resultados satisfactorios: los problemas requieren soluciones integrales e interdisciplinarias.
  • En la actualidad, los problemas prioritarios se refieren al incremento de la población mundial, la insuficiente producción y la mala distribución de los alimentos, el agotamiento y contaminación de los recursos naturales, especialmente el aire y el agua, y el desmonte, la erosión y la desertificación del suelo.

La actual problemática ambiental se plantea sobre todo en lo referente a los llamados “problemas macroecológicos” o sea los que afectan a la totalidad del planeta, como el cambio climático, el efecto invernadero, la destrucción de la capa de ozono y la pérdida de la diversidad de especies animales y vegetales. Luego se plantean los “problemas microecológicos”, como la contaminación del aire, el agua o los alimentos, con consecuencias nocivas para la salud de los seres humanos o los animales y plantas, por parte de sustancias químicas provenientes de procesos de transformación de recursos o de emisiones de energía, como calor, ruido o radiación, ya sea de fuentes renovables o no renovables.

Dentro del sector ambiental, tenemos por último el tema de la vulnerabilidad de la diversidad biológica, de carácter por ahora irreversible en lo que se refiere a la extinción de especies, o a consecuencias de altísimo costo ambiental, como es la erosión, desertificación o inundaciones en el caso de las deforestaciones sin reposición.

La actual problemática socio-económica se manifiesta sobre todo en el acelerado crecimiento demográfico de la población humana en el mundo y en la desequilibrada distribución de la misma en el territorio del planeta. Estos problemas interactúan y se refuerzan en presencia de la pobreza, la marginalidad, las desigualdades sociales y regionales, las tecnologías primitivas usadas para la explotación de los recursos naturales, las pautas de consumo, con daños frecuentemente irreversibles en ecosistemas frágiles.

Hay una relación muy directa entre la situación del medio ambiente y la salud pública, en particular en lo referente a la disponibilidad o no de agua potable, no contaminada, y de sistemas adecuados de procesamiento de excretas cloacales o aguas servidas.

Otro tanto cabe decir de los déficits y carencias en materia de viviendas y de hábitat, claros indicadores de pobreza de familias y comunidades, en particular en áreas urbanas, que convierten a las ciudades en los principales ámbitos de la inequidad social, con sus corolarios de inseguridad y difusión de actividades ilegales como el narcotráfico.

En el otro extremo de las limitaciones y daños planteados por la pobreza y la marginalidad, tenemos los grupos sociales de consumo masivo, generalmente inducido por pautas publicitarias inductoras de consumos desproporcionados, que también originan problemas medioambientales difíciles de resolver, que evidencian la inviabilidad de un desarrollo económico basado en un consumo masivo e irresponsable.

En el tema de la problemática estrictamente económica cabe mencionar, entre los riesgo de fondo para un desarrollo sustentable, el auge de la economía financiera por sobre la economía productiva, que ha acentuado la asimetría en la distribución de la riqueza generada por el trabajo humano, y el debilitamiento del rol del Estado en la promoción y desarrollo de los procesos productivos y el consiguiente predominio del sector privado, interno a los países o externo, desde las grandes corporaciones, que guiadas por intereses puramente especulativos, buscan, en especial en los países pobres, la manera de optimizar sus ganancias con total indiferencia a las consecuencias ecológicas de su operatoria.

Frente a este panorama es evidente la actual debilidad de los Estados para enfrentar la problemática ambiental, económica, social y política que hemos intentado describir sintéticamente, mediante políticas públicas adecuadas, administradas por instituciones estatales eficientes y respaldadas por una opinión pública claramente concientizada de los problemas que enfrentamos, y dispuesta a participan en su solución.