HACIA UNA GESTIÓN PÚBLICA PARA UN DESARROLLO SUSTENTABLE

HACIA UNA GESTIÓN PÚBLICA PARA UN DESARROLLO SUSTENTABLE

Eduardo Jorge Arnoletto (CV)

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Actuación en los grupos de presión

(Bibliografía básica:  Antonio Castillo Esparcia: “Interacciones comunicativas entre lobbies, sistema político y medios de comunicación” en Temas de Comunicación n. 23, Univ. Andres Bello)

El tema de la actuación en los grupos de presión recibe frecuentemente el nombre de lobbying y se refiere específicamente a acciones de comunicación y frecuentemente de presión entre las organizaciones de la sociedad civil y los poderes públicos del Estado; y en la actualidad, y en los países democráticos, se refiere sobre todo a acciones comunicacionales dirigidas al conjunto de la población con la intención de influir indirectamente sobre los gobernantes, sobre el contenido de sus decisiones políticas.

El estudio de las organizaciones sociales constituidas en grupos de interés y grupos de presión es un tema central de las investigaciones en Ciencia Política, desde hace bastante tiempo. Grupo de interés es cualquier grupo que se forma en pro de un interés u objetivo compartido y su meta es lograr la vigencia social del interés que los agrupa. Cuando ese interés es particular o sectorial, se lo denomina de beneficios y cuando es un interés general de la sociedad, la humanidad, etc., se lo denomina de ideas.

Grupo de presión es un grupo de interés que trata de influir en el contenido de las decisiones políticas del Gobierno ejerciendo diversas formas de presión (uso o amenaza de uso de sanciones diversas, presentación de propuestas acordes con sus intereses, ofrecimiento de apoyos o recursos, etc.)

En la dinámica política, los grupos de presión expresan los intereses de diversos sectores sociales, y su función originaria era la de influir en las decisiones gubernamentales como grupo aislado, pero el desarrollo actual de los medios masivos de comunicación social le han conferido otras funciones, como la articulación y la agregación de intereses y nuevas formas de comunicación política.

La articulación de intereses marca el límite entre la sociedad y el sistema político, que la necesita para tener apoyo y no perder legitimidad. Opera en ella un “proceso de reducción” de demandas, de integración y canalización de las mismas, que facilita las decisiones y su aceptación social. Se pueden configurar asi mecanismos de colaboración entre poderes públicos y grupos sociales, como es el caso del llamado “neocorporativismo”, en el que no se toman decisiones económicas sin previo consenso del gobierno, los empresarios y los sindicatos.
       
Una de las características estructurales del sistema político es el hecho que, desde hace tiempo, ya no se puede hablar de que canal representativo-democrático sea el único, a pesar que el más importante, de elaboración, creación e implementación de políticas públicas. Reducir exclusivamente las formaciones y formulaciones de peticiones a canales formales y explícitos sería sostener una visión completamente ajena a una realidad, al no poder ésta soslayar los inputs sociales provenientes de entes asociativos que persiguen incidir sobre los poderes públicos.

La eficacia de los grupos de presión viene determinada por numerosos factores como son la capacidad para movilizar a sus miembros, la energía y los recursos disponibles, la posición e imagen del grupo en la sociedad, la eficiencia de la organización interna, la posibilidad de acceso a los decisores, la adecuación de sus intereses a los valores determinantes de la sociedad.

Antes de iniciar cualquier tipo de actividad los grupos deben tener clara su posición respecto a los poderes decisores. Normalmente se suscitan tres posibles situaciones:

  • Una disposición pasiva que parte de la observación de la elaboración de las decisiones, limitando la actividad al momento de la decisión final.  Esta tendencia es claramente negativa, ya que no permite inyectar las propuestas grupales en el proceso creador de las decisiones públicas.
  •  La realización de un trabajo activo en la preparación de las propuestas cuando se está en proceso de consultas. Los grupos que se ubiquen en esta situación tienen la ventaja de lograr incidir sobre las propuestas y el poder de influir en la decisión final.
  •  Una vocación apriorística que permite identificar las decisiones y acciones futuras para, de esta manera, estar prevenidos y, consecuentemente, poseer la potencialidad de minimizar los inconvenientes y maximizar las ventajas.

Esta última es la mejor actuación que puede adoptar un grupo, ya que permite luchar contra la irrupción de cuestiones negativas para el grupo y, al mismo tiempo, deja la posibilidad de proponer las propias propuestas y no ir a la rémora de otras iniciativas.

Para poder incidir convenientemente se deben utilizar unas técnicas de intervención con la pretensión de modificar, de alguna manera, las decisiones de las autoridades, en un sentido favorable a sus reivindicaciones materiales o morales. Estos instrumentos son la negociación y la argumentación, la movilización de los adherentes, la utilización del dinero y la aplicación de todos los mecanismos legales que se permitan.

Las negociaciones y la argumentación comprenden los intercambios de opinión de toda naturaleza que ocurre entre las autoridades oficiales y los grupos de presión en relación con una concreta cuestión. Así, estas conversaciones integran las oficiales, oficiosas, secretas, públicas, solemnes, latentes, manifiestas,...Toda consulta se realiza en dos momentos: en la fase de la elaboración del proyecto o texto y una vez que se ha realizado, en su aplicación (toda ley necesita un reglamento de desarrollo).

A los grupos de presión les interesa participar en la gestación del proyecto para implicarse, desde el principio, en el proceso de creación y así poder introducir el mayor número de apreciaciones propias en el texto. La actuación debe ser activa y mutable en relación al sistema político en el que se inserte. No existe un principio ni un final sobre la acción ya que se ha de estar en un estado de alerta permanente, actuando sobre diversos lugares al mismo tiempo. Las etapas de actuación son permanentes, no existe un inicio pero tampoco una finalización, así el grupo entra en un circuito que se va retroalimentando de cada una de las respuestas recibidas. Este juego implica un conjunto de interrelaciones entre los grupos y otros actores del sistema social en permanente movimiento. No hay que olvidar la importancia, en las democracias, de la presión indirecta sobre la opinión pública, que a su vez influirá sobre los gobernantes.

Los grupos de presión, para actuar de la mejor manera posible, han de cumplir ciertas etapas:

  • Definir los objetivos y distribuir los recursos
  • Seleccionar los temas en los que se intervendrá
  • Identificar los campos y los sujetos sobre los que se intentara influir
  • Seleccionar las técnicas de intervención mas adecuadas al caso
  • Evaluar las acciones emprendidas y decidir sobre su continuidad