ESTRATEGIA PARA VINCULAR LA UNIVERSALIZACIÓN EN LAS UNIDADES PRODUCTORAS A TRAVÉS DE LA ASIGNATURA RIEGO Y DRENAJE DE LA CARRERA INGENIERÍA AGROPECUARIA EN AMANCIOO

ESTRATEGIA PARA VINCULAR LA UNIVERSALIZACIÓN EN LAS UNIDADES PRODUCTORAS A TRAVÉS DE LA ASIGNATURA RIEGO Y DRENAJE DE LA CARRERA INGENIERÍA AGROPECUARIA EN AMANCIOO

Jorge Alfredo Gonzalez Perezo (CV)
Universidad Las Tunas "Vladimir Ilich Lenin"

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El modelo pedagógico.

El modelo pedagógico imaginado se encargó de conciliar la masividad que implicaba este tipo de educación en los municipios de forma sustentable y concibiendo un uso racional de los recursos humanos y materiales de cada territorio.
El modelo concebido es adaptable a las condiciones específicas de cada lugar sin adulterar los propósitos generales de su concepción.
Lo identifican características muy importantes expresadas por (Horruitiner, 2008):
“Flexible”: para conseguir adaptarse a desiguales situaciones laborales, a particularidades territoriales y al compás individual de aprovechamiento académico de los profesionales en formación. Implica flexibilidad en el currículo, en el ritmo de aprendizaje, en las ayudas pedagógicas recibidas por el profesionales en formación, en los sistemas de evaluación, y en todos aquellos aspectos relacionados con la capacidad de cada uno de ellos de adecuar el proceso de formación a su realidad personal, profesional y familiar, a sus motivaciones y a sus expectativas”.
 “Estructurado”: para beneficiar la organización y desarrollo del aprendizaje. Ello supone la existencia de una organización de las asignaturas por periodos lectivos, que permita orientar a los profesionales en formación sobre cómo puede tener lugar el tránsito por su plan de estudio. Ese ordenamiento, por año y periodo, tiene en cuenta las precedencias dictadas en sus contenidos, y está concebido en un plazo de tiempo en el cual podrían culminar sus estudios los profesionales en formación que avancen al ritmo normal previsto para la carrera”.
 “Centrado en el profesionales en formación”: para que éste sea preparado en asumir de modo activo su propio proceso de formación. No es una cualidad sólo del modelo de formación, sino una tendencia, cada vez más fuerte, de los estudios universitarios. Pero en un modelo como este, de menor presencialidad, esa cualidad adquiere más relevancia, pues demanda del profesionales en formación  una mayor independencia y responsabilidad”.
En otras palabras, se requiere desarrollar en el profesionales en formación  el autoaprendizaje y la autoeducación, en un grado mayor y en más corto plazo, que en los cursos regulares diurnos, donde son más frecuentes las actividades presenciales y por tanto el profesionales en formación  es más conducido, guiado, hacia tales propósitos; aunque finalmente en ambos casos se requiere del desarrollo de esa misma cualidad para asegurar el éxito en su desempeño profesional posterior.
Con actividades presénciales: que viabilicen una mayor atención de los profesores a los profesionales en formación, en función del tiempo disponible, favoreciendo con ello eliminar el desaliento y el fracaso.
Por la procedencia de los profesores y la poca preparación docente es que no se imparten las clases con la calidad requerida, ni se aplican los fundamentos didácticos. Los componentes del proceso enseñanza aprendizaje no son tratados como se debe en una clase.
No logra precisarse correctamente el objetivo para dar tratamiento a un contenido, tampoco se escogen adecuadamente los métodos ni los medios y la evaluación carece de calidad. Es por esta razón hubo que realizar primeramente la preparación del personal docente y luego que estos trasmitieran a los profesionales en formación el contenido con de forma correcta y empleando los métodos establecidos.
Las actividades presénciales en esta modalidad no se diferencian sólo por la cantidad de las impartidas en los cursos regulares diurnos. Cualitativamente existen diferencias importantes en su concepción y desarrollo por el número más reducido de éstas, acorde con los objetivos diferentes, relacionados fundamentalmente con la exposición sintética de los aspectos esenciales del contenido, la comprobación del progreso de los profesionales en formación y su orientación para el trabajo independiente. De ahí la importancia de cada una de las actividades presenciales desarrolladas en esta modalidad tenga la calidad requerida, en correspondencia con sus objetivos específicos y sin tratar de trasladar a este modelo otras experiencias o estilos de aprendizaje ajenos a sus particularidades.
Los profesionales en formación se destacan por su participación protagónica como sujetos activos de su proceso formativo y en la participación en otras tareas de impacto, de acuerdo a su doble condición de profesionales en formación y trabajadores.
“La  semipresencialidad”: En la educación superior se acostumbra a diferenciar, básicamente, entre dos particularidades de estudio; diferentes por el modo de asumir la relación profesionales en formación  – profesor: “presencial” y “a distancia” (Horruitiner, 2008).
La modalidad presencial es entendida generalmente, como aquella donde el proceso de formación tiene lugar a partir de la figura de los profesionales en formación y sus profesores, en el mismo lugar, en el mismo tiempo con altos niveles de carga lectiva semanal, con lo cual se asegura una relación estable y permanente para lograr los objetivos propuestos.
Se tienen en cuenta las ventajas y desventajas en la modalidad semipresencial por un lado hay una mayor necesidad  de la autogestión del conocimiento y esto logra un desarrollo intelectual de los profesionales en formación universitario pero por otro lado el poco tiempo que disponen limitan esta preparación de forma real.
La enorme cantidad de contenidos que deben recibir, si no son dosificados de manera que se distribuya la carga en diferentes periodos distantes, en la medida de las posibilidades, puede afecta la preparación de los profesionales en formación y la maduración de los contenidos. 
De tal modo, la concepción de semipresencialidad que se presenta supone la articulación de ayudas pedagógicas de ambos tipos, tanto presenciales como mediadas por los recursos tecnológicos, en una estrategia educativa integrada que puede adecuarse a las reales posibilidades de la población destinataria de la formación, propiciando un enfoque más individualizado de esa relación, a partir de las necesidades educativas individuales de cada profesionales en formación” (Horruitiner, 2008).
Son diversos los factores, tanto sociopolíticos, como pedagógicos, tecnológicos y económicos, que sugieren el empleo de este tipo de estudios, entre los cuales es posible identificar los siguientes:

  • Factores sociopolíticos:
  • Asegurar un lazo estable de los profesionales en formación con su localidad, su ámbito laboral y en general con sus condiciones de trabajo y vida; garantizando la compatibilidad con sus obligaciones laborales, personales y familiares.
  • Acrecentamiento de la demanda educacional, insatisfecha con los métodos tradicionales.
  • Asegurar la formación de profesionales altamente calificados en función de las necesidades específicas del desarrollo territorial.
    • Factores pedagógicos:
  • Necesidad de flexibilizar los currículos y personalizar más la atención de los profesionales en formación, con lo cual cada profesional en formación  pueda progresar al ritmo que sus posibilidades le permitan.
  • Promover el desarrollo de niveles superiores de independencia cognoscitiva de los profesionales en formación y la adquisición gradual de hábitos de trabajo independiente y de autopreparación.
  • Perfeccionar el vínculo del estudio con el trabajo y la teoría con la práctica, al desarrollar el proceso de formación en estrecha relación con las tareas laborales que cumplen los participantes, lo cual puede llegar a constituirse en el eje fundamental de su proceso de formación.
  • Factores tecnológicos:
  • Utilizar en todas sus posibilidades los recursos tecnológicos disponibles, en función de perfeccionar el proceso de formación.
  • Factores económicos:
  • La generalización de estos métodos conlleva utilizar de un modo más eficiente la infraestructura disponible, posibilitando nuevos incrementos en el acceso, imposibles de lograr con los métodos tradicionales.
  • Los métodos semipresenciales, previstos como recursos pedagógicos generales, válidos en cualquier tipo de curso, forman un elemento de primer orden en el propósito de alcanzar el pleno acceso”.

Hernández, D. (2006) expresa que: “La semipresencialidad  es una de los rasgos que caracteriza el modelo  pedagógico sobre el que descansa la universalización de la educación superior puesta en marcha en nuestro país para ello el empleo de la Técnicas de Información y las Comunicaciones (TIC) constituyen  herramientas básicas para llevar adelante este ambicioso proyecto”.