NATURALEZA, CULTURA Y DESARROLLO ENDÓGENO: UN NUEVO PARADIGMA DEL TURISMO SUSTENTABLE.

NATURALEZA, CULTURA Y DESARROLLO ENDÓGENO: UN NUEVO PARADIGMA DEL TURISMO SUSTENTABLE.

Salvador Luna Vargas (CV)

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Vivienda

Una vivienda en El Aguacate, en promedio está conformada por una familia nuclear de ocho miembros, siendo el primogénito el de mayores derechos sobre sus hermanos.
Las familias en sus hogares en su mayoría comparten de dos o tres cuartos entre todos sus miembros, dependiendo del ingreso económico de cada familia. Algunas casas están construidas de materiales tradicionales como lo son el bambú, la madera (puede ser madera de cedro Cedrela odorata o frijolillo Cojoba arborea) y  la palma para los techos, o  bien, de piedra, lodo o cal con arena y fibras naturales. Al paso del tiempo los materiales con los que se acostumbraba a edificar las casas se han ido modificando por materiales más sencillos de utilizar y que exigen menos labor en la mano de obra, como el block, el cemento y la lámina acanalada de acero y asbesto. El piso generalmente sigue siendo de tierra, y las cocinas normalmente tienen estufas hechas de lodo y arena, donde se coloca la leña para preparar los alimentos. Los utensilios son colgados en las paredes y techos para alejarlos de los insectos y otros animales.
Un cuarto puede tener varias camas donde duermen varias personas, las camas están hechas de palos y tablas de madera con cobijas y sábanas como colchón. La cocina es el lugar donde a menudo se ocupa el tiempo de ocio y se efectúan las conversaciones.

Cosmovisión

Los grupos humanos se han desarrollado a lo largo de su historia mediante vínculos sociales, culturales y biológicos en distintos medios, creando distintas formas de concebir e interpretar el mundo, moldeando diversas culturas e identidades.
Los teenek han heredado su cultura a través de diversos acontecimientos, formas de vida y relaciones con otros grupos humanos. El cielo, las estrellas, los fenómenos climatológicos, los animales, las plantas, los ancestros, los otros, el mundo; son parte de los elementos en la construcción cultural de los seres humanos que explican la lógica de su universo. Este universo es dinámico, debido a sus transformaciones en el andar cotidiano y las relaciones vivas enmarcadas generacionalmente.    
Los teenek de El Aguacate aún conservan conocimientos y prácticas ancestrales en la memoria viva de sus habitantes, que han recibido a través de la transferencia de saberes, adoptadas de las observaciones e hipótesis de las antiguas generaciones y adaptadas a la época actual.
La relación entre humano y naturaleza se van transformando en el transcurrir de los tiempos, modificando las interpretaciones, generando vínculos o barreras1 entre uno y otro, que mantienen vivas las relaciones y en otros casos desaparecen.
Los adultos mayores de El Aguacate aún hacen referencia a deidades naturales que sincretizan con las prácticas católicas, y le dan un orden sagrado a los sucesos en la naturaleza y a los hechos en su existencia, que alimentan su creencia y la convierten en saberes. Las deidades o entes sagrados naturales que están asociados a los ciclos agrícolas y que aún se conservan en la tradición oral de los teenek en El Aguacate.
Estos son vestigio de las deidades prehispánicas a las que les rendían culto los huastecos en el pasado, antes de la evangelización en la que tomaron parte los frailes misioneros traídos de España. Fue así como el cristianismo y los santos católicos se antepusieron a las antiguas creencias de los huastecos, quedando muy poco de los ritos antiguos, pero que aun así se adaptaron al cristianismo y sobreviven en lo que actualmente es la cosmovisión huasteca. Como lo describe uno de los informantes de El Aguacate:
“Primero se reza con Dios y luego como costumbre [se] habla en huasteco para pedir lluvia, pedir al trueno que traiga más agua, que nos bendiga con el agua, que rinda más la milpa y con la familia también que vamos a pedir para llegar lo que vamos a tomar y del tiempo que sigue. La mazorca cuando acaba la cosecha del maíz2 entonces se hace un rosario y se pide a los que traen el agua como Maamlaab, el que truena allá abajo hay que hablarle en huasteco, hay que dar también las gracias porque ya tiene alimento el maíz. Maamlaab es el que truena, el que trae la lluvia, el relámpago, hay que pedirle a todos los cuatro vientos” (José Secundino Martínez Tomasa3 , El Aguacate, 2011).
Estas creencias estaban asociadas a su medio ambiente como una entidad viva que estaba compuesta de diversos elementos como el sol, la luna, el trueno, los ríos, el viento, el fuego, el monte, etc.
Se tiene conocimiento de las antiguas deidades de los huastecos gracias a arqueólogos y cronistas, quienes describieron diversos ídolos de piedra y barro que representaban a los seres sagrados, los cuales recibían ritos semejantes a las demás culturas mesoamericanas, siendo de especial importancia el culto fálico y la embriaguez ritual. Stresser Péan (2008) detalla que practicaban sacrificios humanos con flecha, por desollamiento o por ablación del corazón. Y específica a las principales deidades de los huastecos, las cuales eran: Quetzalcóatl, Tlazoltéotl, Xipe Tótec e incluso Mixcóatl, dioses mexicas que también eran motivo de culto entre los huastecos.
Los huastecos de la actualidad adoptan además de las deidades naturales, a Cristo y los santos católicos que conforman parte de su sincretismo “mesoamericano-cristiano”, en donde se mezclan los centros religiosos como la Capilla de San Antonio Abad4 (patrono de la localidad), donde se celebran las misas5 de El Aguacate y los santuarios naturales individuales o colectivos, como la Cueva de las Quilas (Quilli Paxal Új) en donde toman lugar las danzas y rituales de los danzantes, músicos, curanderos o el médico tradicional para pedir por la salud de algún enfermo, más vida y trabajo o agradecer a los santos, a la Virgen o a Jesucristo, ya que en esta cueva se combina lo “pagano” y lo “cristiano”, porque además se construyó un altar dedicado a la Virgen de Guadalupe.  Otro santuario natural puede ser en lo alto de los montes para pedir permiso a Miim Tsaabal (Madre tierra) para utilizar un terreno para cultivar o pedir  por buenas cosechas.

Es claro que las creencias precortesianas y las católicas convergen en la actualidad, quizá sin que ellos (teenek) mismos sepan las delimitaciones entre lo “pagano6 ” y lo “cristiano”, formando un cúmulo de creencias y de saberes dentro de su cosmovisión, en una transición de entidades sagradas.

Ritos y festividades

Como se mencionó anteriormente en la localidad de El Aguacate se realizan diversos rituales y festividades con fines distintos y fechas específicas, rituales que tienen un precedente ancestral, que antaño se realizaban para rendir culto a diversas deidades en lugares que se consideraban sagrados. Por ejemplo el culto a los puntos cardinales 7 entre los huastecos, culto en el que aún se observan vestigios del pasado en los ritos actuales, que se han conservado lo suficiente.
Los teenek de El Aguacate tienen muy presente también a deidades naturales, ya que hacen un ritual específico para pedir permiso a la Madre Tierra (Miim Tsaabal) para poder convertir un terreno enmontado en una milpa. Para ese ritual un habitante de la localidad explica el proceso que se debe seguir:
“Primero hay que pedir permiso pa’ que no pase nada, porque usted va a tumbar, va a quitar todas las ramas, lo que tenía abajo, [va a] tumbar los montes, picar y todo. Entonces van a dejar un tiempo pa’ que sequen, después va a quemar otra vez, ya ve que queman todo el Madre Tierra, hay que aguantar todo lo que va a hacer… luego [de eso] hay que esperarse como una semana. Entonces ya va a sembrar otra vez, entonces va a pedir que va a llevar otro bolim así, porque que usted ya pasó todo lo que… que no [le] pase nada, que hay una víbora, que va a caer una piedra, pero te van a ayudar en la tierra, Madre Tierra te va a ayudar. Cuando vas a trabajar en la mañana así vas a regresar en la tarde, van a trabajar en la mañana y regresan en la tarde sanos. No te pasa nada  y ya [que] todo así trabajó y luego vas a quemar otra vez, ya queman todo. Vas a esperar como dos o tres días de que haya caído el agua y ya podemos sembrar porque ya no hay ceniza. Pero va a sembrar en la mañana usted para pedir otra bendición porque usted va a sembrar el maíz y lo va a cuidar Madre Tierra… y la semilla ya sabemos [de] la Madre Tierra si usted tenía o no permiso de que limpió y otro permiso de que le pide al maíz que crezca. Ya va creciendo y nacen, a veces salen bien chulos los maíces. Ya cuando va al lugar de la milpa pues ya sabemos cuando ya está jileteando, usted va cortando la flor y ya va jileteando, y usted va a llevar a la casa [flor de maíz] para que ya se vea, y la deja con un santo, al santo San José. Son doce flores de maíz antes de cuando va a jileteando, esto para que no las tumbe el viento [a las mazorcas], y vas a hacer otro bolim…” (Pedro Santiago8 , El Aguacate, 2013).
Ese ritual se complementa con las ofrendas y el culto a los cuatro puntos cardinales que se describen a continuación según el informante de la localidad.
“En la tierra se pone el bolim, en el monte, va a poner vino, va a poner todo lo que van a llevar y va a poner un arco así chiquito, ahí primero va a pedirles permiso a los cuatro vientos y ya que pasen todos y se acabó todo los que pedimos todo, entonces el bolim se va a sacar un poquito de carne, un poquito de masa, entonces van a tirar en los cuatro vientos, y ya lo que queda se come, vino va a tirar también poquito, una copa, una copa, y ya todo, el bolim se come y lleva un corazón9 de gallo y lo entierran y va a cuidar. El corazón se entierra donde estaba el bolim. El corazón es para cuidar las tierras que va a sembrar, el corazón va crudo no se va a cocer, se guarda para cuando va al monte ahí se va a meter. El arco se hace con limonaria o palma chiquita, con flor blanca o flor roja, son doce flores, seis de un lado y seis del otro” (Pedro Santiago 10, El Aguacate, 2013).
Otro ritual teenek de la localidad es para pedir por las lluvias en el mes de mayo. Ese ritual se lleva a cabo en el jagüey en el que los pioneros se encontraron a una manada de jabalíes bañándose junto al árbol gigante de aguacate, lugar que paso de ser profano a un lugar sagrado con una gran importancia ritual entre los habitantes de la localidad. Algunas investigaciones en la Huasteca, como la de Ochoa Ávila  han descrito rituales semejantes a los realizados en El Aguacate:
Los rituales de petición de lluvia tienen algunas variantes, pueden se comunitarios o individuales. Los comunitarios pueden realizarse desde el 3 de mayo hasta el día de San Miguel. En algunos lugares coinciden con la fiesta patronal. Comienzan con novenarios católicos y culminan con una gran procesión con la imagen del santo o santa en cuestión, acompañada de rezos, sahumerios, velas, música y cohetes en la última misa del novenario. Después, se inician las danzas. Los danzantes generalmente son de la comunidad, pero en algunas ocasiones son invitados de otras comunidades, a quienes se les “paga” con cantidades de comida y aguardiente previamente establecidas. Los danzantes ejecutan sus danzas en el atrio de la iglesia o en lugares cercanos a las capillas. Las mujeres y los hombres se dividen por sexo, forman dos círculos y bailan acompasadamente durante toda la noche, durante la cual sólo toman breves descansos para comer y beber. Además se hacen peticiones de lluvia y buenas cosechas en las parcelas domésticas antes de la siembra. Se realiza después de las primeras lluvias, se ofrendan a los cuatro puntos cardinales: bolimes, aguardiente y atole de elote. Las ofrendas se entierran en el centro se entierra un tamal pequeño con un corazón de pollo (aunque a veces sólo el corazón de pollo) y se derrama un poco de aguardiente (Ochoa, 2007).
La cita anterior describe rituales muy semejantes a los de El Aguacate, dando un panorama de los rituales que aún se realizan en la Huasteca y que además es un indicativo de que cada localidad va creando rasgos característicos que diferencian a una localidad de otra. La siguiente es la descripción de un ritual de petición de lluvia entre los pobladores de El Aguacate: 
“Se pone un arco y se hace noveno, todas las tardes, nueve días, está novenando, entonces el último se hace ofrenda, se hace bolim, se hace mole, hace atole de maíz (aire) y se dice que es para las nubes. (…) El bolim se come y se entierra corazón de gallo y se ponen doce tazas de atole de maíz y después doce tazas de café con pedazos de pan y doce platos chiquitos de mole y después se hace un rito para las cuatro esquinas, así se dice para quien la recibe y un litro de caña, dos, cuatro litros, cada esquina casi  lleva un litro de caña, en mayo. Traen una Virgen para ofrenda que nos prestan en la capilla. Y toda la noche hasta el día tomando el yuco, pero ya da las tierras, ya da todo”. (Pedro Santiago Martínez11 , El Aguacate, 2011).
Los rituales teenek aún se siguen realizando en la región Huasteca, aunque principalmente es llevada a cabo por los adultos mayores, ya que los jóvenes en su mayoría han perdido el interés en su cultura, perdiendo fragmentos de su cosmogonía, en la que los huastecos conocen pedazos de su historia y cada día es más difícil encontrar miembros del grupo étnico que conozcan a profundidad la cosmogonía teenek. Así lo vaticina Pedro Santiago:
“…Casi son pocos los que [todavía] hacen, ya no hacen todos, ya [se] va a acabar. [A] Otros ya no [les] gusta, ahorita [los hombres] van a Mante, Victoria a trabajar, ya no. Van a Monterrey, van a otro lado. Cuando llegan namás hacen el trabajo y ya, namás trabajan, ya no piden permiso ni nada. Y siembran, si se da y si no se dan pues ahí se queda. Otros que todavía lo hacen sí se [les] da (…) Ahora mucho chiquillo ya no hace, por eso yo te digo que ya no entran ni a misa, ahí namás están jugando...” (Pedro Santiago Martínez12 , El Aguacate, 2013).
Además de los rituales también se hacen festividades en la localidad, en los días que se consideran festivos en la mayor parte México, pero que se llevan a cabo de una manera algo distinta, como son año nuevo 1° de enero, semana santa, sanctorum (día de muertos)1 y 2 de noviembre, día de la Virgen de Guadalupe 12 de diciembre, posadas del 16 al 24 de diciembre y navidad 25 de diciembre. Además de celebrarse la fiesta patronal de la localidad el 17 de enero dedicado a San Antonio Abad. Estos días son celebrados con la elaboración del bolim y danzas, contando con la participación de la mayor parte de la comunidad. También se celebra de la misma manera las primeras comuniones, bodas y bautizos.

1 Esas barreras se han generado principalmente por el fenómeno migracional de los hombres, perdiendo el interés en su entorno biológico y cultural.

2También en febrero cuando los cafetales florecen se pide para que de buena cosecha ofrendando con bolim, con caña y con velas.

3 Se cita textual al informante Sr. José Secundino Martínez, hijo de los pioneros de El Aguacate, en entrevista realizada por este investigador el día 19 de agosto de 2011 en la localidad “El Aguacate”.

4 Su construcción se inició aproximadamente en 1984, y se concluyó diez años después. Los materiales son tradicionales, ya que está hecha de piedra, cal y arena. Las imagenes que se encuentran dentro de la capilla son las de San Antonio Abad, San José, la Virgen de Guadalupe y el Sagrado Corazón de Jesús.

5 Sólo se realiza una misa al mes, ya que un padre de Aquismón es el que la ofrece, y debido a que debe acudir a ofrecer misa a otras capillas de las localidades aledañas sólo puede asistir una vez al mes a El Aguacate.

6 (Del latín pagānus, aldeano, de pagus, aldea, pago, que en latín eclesiástico adquirió el significado de gentil por la resistencia del medio rural a la cristianización). Se dice de los idólatras y politeístas, especialmente de los antiguos griegos y romanos.

7 Los huastecos consideran que el mundo era originalmente un caos; con el transcurrir de las eras, tendió paulatinamente hacia una organización cosmológica armónica. Para empezar, ocurrió una diferenciación en un sentido vertical, que dio lugar a tres planos superpuestos: el cenit, el nadir y el plano medio. Más tarde, con el nacimiento del sol, se llevó a cabo en el plano horizontal medio la diferenciación de los cuatro puntos cardinales propiamente dichos y del centro. El este, de donde viene el sol, es la dirección favorable por excelencia. Por el contrario, el sur es especialmente nefasto. El centro, sometido a las influencias provenientes de todas partes, es supuestamente la única región que permite una vida normal para los hombres (Stresser, 2008:71).

8 Se cita textual al informante Sr. Pedro Santiago Martínez, presidente del comité de turismo de la localidad, en entrevista realizada por este investigador el día 19 de marzo de 2013 en el Barrio El Aguacate.

9 Probablemente está practica de enterrar el corazón de un gallo haya sido adaptación de lo que en épocas prehispánicas era el rito de sacrificio por ablación del corazón, en el que el corazón humano era la ofrenda a los dioses, manteniéndolos con la sangre como bebida y el corazón como alimento para así fortalecerlos y pudieran cumplir con sus tareas, ya que sin sacrificios la tierra habría dejado de dar cosechas y el sol de iluminar al mundo. En uno de los trabajos de Stresser Péan (2008) se describe el sacrificio en las culturas mesoamericanas, en las cuales, el sacrificador levantaba el corazón hacia el sol, luego a los cuatro puntos cardinales, con el fin de ofrecerlo a todos los dioses. El corazón debe ser de un gallo que todavía no pisa a las gallinas, y el principal motivo de enterrarlo es para darle fuerza a la tierra como informó José Secundino Martínez Juana.

10 Ibid. Cit.

11 Se cita textual al informante Sr. Pedro Santiago Martínez, hijo de los pioneros de El Aguacate, en entrevista realizada por este investigador el día 7 de junio de 2011 en la localidad “El Aguacate”.

12 Se cita textual al informante Sr. Pedro Santiago Martínez, presidente del comité de turismo de la localidad, en entrevista realizada por este investigador el día 19 de marzo de 2013 en el Barrio El Aguacate.