NATURALEZA, CULTURA Y DESARROLLO ENDÓGENO: UN NUEVO PARADIGMA DEL TURISMO SUSTENTABLE.

NATURALEZA, CULTURA Y DESARROLLO ENDÓGENO: UN NUEVO PARADIGMA DEL TURISMO SUSTENTABLE.

Salvador Luna Vargas (CV)

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INTRODUCCIÓN

La presente obra dirige su atención a la Huasteca potosina haciendo énfasis en la localidad de “El Aguacate”, localizada en el municipio de Aquismón, perteneciente a la región Huasteca centro de la entidad federativa San Luis Potosí. Este trabajo comprende inicialmente un estudio bibliográfico documental de la región Huasteca en el que se plasman aspectos históricos, socioculturales, biológicos y económicos, que permiten la sistematización de la información, para posteriormente explicar, mediante datos de trabajo de campo obtenidos en la  localidad teenek1 "El Aguacate", del municipio de Aquismón, la importancia del turismo sustentable2 como actividad de desarrollo social endógeno, bajo un modelo de conservación de los recursos naturales en actividades apegadas a la sustentabilidad. En este sentido, se plantea que el turismo sustentable en sus diversas modalidades: turismo de naturaleza, ecoturismo, turismo rural, entre otras, constituya una forma de realizar actividades que generen la capacidad de producir el sustento económico de los pobladores, de manera respetuosa con su entorno ecológico, posibilitando a la vez el desarrollo social y la conservación de sus tradiciones, y así, fomentar la actividad turística en áreas rurales de la huasteca potosina, como alternativa socio-económica para alcanzar mayores niveles de desarrollo social y humano3, en la lógica de la sustentabilidad, sumada a las actividades cotidianas que realizan sus habitantes. Estas actividades son: la agricultura tradicional de roza, tumba y quema en la que el maíz, frijol, calabaza, yuca y camote son sus principales productos agrícolas para la subsistencia. Por otra parte también prevalece el monocultivo de caña de azúcar, y frutales como la naranja, y en menor grado se cosecha café por parte de los locatarios. Además  del comercio de sus productos en pequeños mercados locales, en menor escala.
Siendo el turismo un detonador de desarrollo socio-económico que motiva la conservación de tradiciones en los pobladores de la localidad, compartiendo su cultura con el turista a través de las experiencias vividas entre ambas partes: anfitriones y turistas que conviven en un determinado lapso de tiempo. Un aspecto fundamental de este tipo de turismo es que de cierta manera se eliminen los prejuicios que se tienen acerca de los medios rurales y de su gente. El turista podrá conocer y valorar las culturas étnicas tradicionales durante su estancia en las localidades gracias a que será un observador participante y con ello obtendrá un acercamiento al núcleo cultural de la comunidad, logrando así un contacto intercultural en el que el respeto y reconocimiento a las culturas de las áreas rurales será el mayor valor agregado del turismo rural.
El Aguacate cuenta actualmente con infraestructura de alojamiento u hospedaje para turismo ecológico de bajo impacto que fue construida gracias al recurso que se obtuvo de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), en los proyectos de turismo sustentable que esta institución ha venido impulsando como parte de sus políticas públicas sectoriales en todo el país, y en especial en la huasteca potosina. Los apoyos que se recibieron de esta institución son: señalética, baños secos (ecológicos), construcción de senderos y en el caso de esta comunidad de un complejo de hospedaje eco turístico en forma de cabañas, que cuenta con su propio baño, habitaciones con camas y un área especial para la medicina tradicional. Vale decir que la localidad cumple en cuanto a infraestructura para poder recibir al visitante, pero existe aún desconocimiento técnico en cuanto al manejo de la infraestructura, y acerca de cómo atender al turismo por parte de los habitantes de la comunidad.

La Huasteca es una región geográfica y cultural muy amplia conformada por muchos municipios, de los seis estados que la conforman: Hidalgo, Veracruz, Tamaulipas, San Luis Potosí, Querétaro y Puebla. Estados que sin duda comparten ciertas prácticas culturales que definen actualmente a la sociedad Huasteca y que a través del paso del tiempo han formado relaciones muy estrechas entre los diferentes grupos étnicos y las diversas culturas  que habitan en esta macro región: Nahuas, Teenek o huastecos, Xi’ói o pames y el grupo mestizo.
La Huasteca Potosina se subdivide en tres regiones: La Huasteca Centro; conformada por los municipios de Aquismón, Tancanhuitz de Santos, Huehuetlán, Tanlajás, San Antonio y Tampamolón Corona en los cuales prevalece considerablemente la etnia teenek. La Huasteca Sur; conformada por los municipios de Xilitla, Coxcatlán, Axtla de Terrazas, Matlapa, Tampacán, San Martín Chalchicuautla y Tamazunchale, municipios con hablantes nahuas principalmente. La Huasteca Norte; conformada por los municipios de: El Naranjo, Ciudad Valles (municipio más poblado y más urbanizado de la Huasteca Potosina), Tamuín, Ébano, San Vicente Tancuayalab, y Tanquián de Escobedo en donde residen en su mayoría los teenek y sólo en el municipio de Tamasopo se encuentran los xi’ói, que colinda con el municipio de Santa Catarina perteneciente a la Zona Media Este. En ésta última zona, que ya queda fuera de la región Huasteca encontramos el asentamiento más numeroso de pames o xi’ói que además del estado de San Luis Potosí también habitan al norte de Querétaro, en la región de la Sierra Gorda, perteneciente a la Sierra Madre Oriental, en los municipios de Jalpan de Serra y Arroyo Seco. En los municipios ya mencionados cohabitan y en algunos casos conviven los indígenas con la hegemonía  de los mestizos (haciendo referencia no a la casta colonial sino al que no se reconoce perteneciente a alguna etnia).
La desigualdad es un fenómeno que diferencia a las personas dentro de una sociedad de acuerdo con su acceso al ingreso económico y a otros bienes y servicios sociales como educación, salud, vivienda digna y alimentación;  y trae como consecuencia la discriminación étnica, y de género, lo cual se refleja en las condiciones de bienestar social, esperanza de vida, trayectoria laboral y educativa que acrecientan las distancias socioeconómicas entre un grupo social y otro.  Las poblaciones rurales de México se encuentran mayoritariamente en un estado de pobreza porque sus condiciones de vida no alcanzan la satisfacción de necesidades básicas como la alimentación adecuada, por el bajo o nulo acceso a la educación básica, así como por la falta de cobertura por parte de las instituciones de salud pública, lo cual genera índices de desigualdad y pobreza, que dan como resultado, una asimetría en la repartición de recursos que son socialmente valorados dentro de un grupo o comunidad.
En San Luis Potosí la realidad de pobreza es evidente tanto en el medio rural como en el urbano, caracterizándose las actividades productivas y sociales por las pocas oportunidades de obtener un buen ingreso económico. Por otra parte, la competitividad económica basada en el neoliberalismo4 deja indefensa a la economía rural frente a las actividades industriales y de servicios en el medio urbano. Un gran ejemplo de esto es la comparación entre la Zona Centro de San Luis Potosí (zona principalmente urbana e industrializada) y  la Zona Huasteca (mayoritariamente rural), según la estimación de la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO, estimación 2009), en la Zona Centro la población es de 318,456 habitantes con un PIB Regional de 71.5% y su PIB Per cápita (Valor de todos los bienes y servicios finales producidos en un año determinado dividido entre su número de habitantes) es de $50,394.00; mientras que en las Zona Huasteca su población es de 708,024 habitantes, con un PIB Regional de 13.6% y su PIB Per cápita es de $39,042.00. Como se puede observar hay un gran alejamiento económico entre una zona y otra, lo que ocasiona altos grados de marginación en algunos municipios. En 2005 los datos señalaban que para la entidad había 873,000 personas en condiciones  de rezago social crítico. Aquismón es uno de los cuatro municipios con un muy alto índice de marginación del estado5, que posteriormente se abarcará en el tema.
Como en muchas de las comunidades rurales (con población perteneciente a algún grupo étnico6) de México, existen carencias de recursos que imposibilitan el desarrollo económico y social, haciendo que esta problemática no sea nada fácil de resolver. Problemas  como la escasez de agua, alimentos y hogar, además de la emigración de muchas personas en edad productiva que se van en busca de trabajo hacia las grandes ciudades; a esto se le suman los altos grados de discriminación y la falta de escuelas de nivel medio y superior provocando rezago educativo en la mayor parte de la población. La salud es otro problema, la falta de más personal médico y de participación social, además de que la mayor parte de la población no lleva a cabo  planificación familiar, lo cual ocasiona que las familias tengan más hijos7 de los que pueden sostener económicamente. El fenómeno de pobreza y marginación en la población étnica se ha ido incrementando en la huasteca potosina debido a las tendencias globales, afectando a los entornos rural y urbano, siendo factores determinantes la falta de empleo y el bajo desarrollo económico local. Por ello la alternativa del turismo sustentable es muy importante como factor de desarrollo humano en la región. Insertando así, a la población rural en el modelo económico y político del país, incluyendo a los grupos étnicos en la dinámica social del país,  ya que “tanto la dimensión cultural como la política están presentes en el fenómeno de la etnicidad y no son excluyentes” (Muñoz, 1994:22). Así se conformaría realmente a la nación, como una nación pluricultural.
El caso que ocupa esta investigación es el núcleo de población rural “El Aguacate” está dentro de un barrio ubicado dentro de la localidad de tampate, ubicada en una zona rural ya que tiene una población menor a 2,500 habitantes; cuenta con área de bosque, praderas y área agrícola; su población sigue emigrando a las zonas semiurbanas y metropolitanas en busca de mejor desarrollo social para sí y sus familias; en la mayoría de los casos son los hombres los que van en búsqueda de trabajo para poder subsidiar  a su familia, dejando a la comunidad con poca fuerza productiva en el área de la agricultura, dejando vacíos productivos en los que se van ocasionando deficiencias que ya sea directa o indirectamente afectan a la población.
En cuanto al aspecto medio ambiental se podría decir que la región ha sufrido grandes transformaciones desde la época colonial, con las transformaciones productivas que introdujeron los españoles, lo que ha ido haciendo que el entorno paisajístico y el medio ambiente se hayan transformado en entornos físicamente delineados por las actividades económicas, dejando su aspecto de territorio “virgen” a espacios cada vez más reducidos y aislados.
Con los procesos económicos, sociales y geográficos, que han convertido al paisaje de la huasteca en lo que hoy es, aún sigue siendo una región compuesta de mucha biodiversidad, predominando las actividades económicas primarias como la agricultura y la ganadería, sobre todo en las grandes planicies que antes tenían otro tipo de formación vegetal, y que eran principalmente el bosque tropical bajo deciduo, bosque espinoso bajo y perennifolio y bosque espinoso bajo y deciduo, y en algunas otras partes de bosque tropical mediano subperennifolio.
 Desde el periodo prehispánico los huastecos se dedicaban principalmente al comercio con otros pueblos, el más importante era el del chile, y más tarde el del algodón, que desapareció a finales del siglo XIX y principios del XX. En el caso de la caña de azúcar, ésta fue una introducción colonial que algunos autores consideran que se efectuo alrededor de 1532 con una gran aceptación en toda la Huasteca por las comunidades indígenas y que hasta hoy en día se sigue cultivando. Tal y como lo describe Jesús Ruvalcaba Mercado, los productos agrícolas que antaño se cosechaban fueron sustituidos por nuevos cultivos:
El cultivo de más dinamismo en grandes porciones de la Huasteca es el de los cítricos, en especial naranja, mandarina y toronja, que remplazaron la selva y se combinaron, para repartir los riesgos, con la caña de azúcar (Barthas, 1993c:229; 1996:192-194: Marchal, 1992). Los cítricos fueron muy bien aceptados y adaptados desde los principios de la colonia; no obstante, estos cultivos se extendieron de manera increíble por la Huasteca a partir de la década de los años setenta del siglo XX, sobre todo en el sur, entre Ixhuatlán de Madero y Papantla y por el noroeste entre Tamazunchale y Huejutla. La mayor parte del cultivo es la variedad Valencia y sin duda su expansión se debe a que no se le dan los cuidados necesarios y se combina con las emigraciones para trabajar por salario en otras partes de la Huasteca, pues las grandes plantaciones están en manos de propietarios privados (Ruvalcaba, 2004:179).
Por una parte unos consideran el potencial de las tierras8 en la huasteca; su riqueza cultural, además de su alta fertilidad  agrícola y pecuaria, y por otra parte la pobreza del equilibrio ambiental y las adversidades climáticas, que llevan a considerarla una zona de alta siniestralidad.
La intensa explotación de las tierras para usos agrícolas y pastoriles produjo un cambio en toda la región; tanto de vegetación como de fauna destituyendo a la biodiversidad que se encontraba en estos suelos.
Hoy en día la actividad pecuaria sigue siendo prevaleciente  en la mayor parte de las planicies de la huasteca potosina, con factores  como la deforestación  que lleva a la conversión de áreas forestales en áreas de pastizales con un grado de tecnificación muy pobre, reflejada en productos escasos, estacionales y de mala calidad.  
Se puede reconocer a la Huasteca por al menos cuatro regiones agrícolas que se seccionan principalmente en varios municipios y que en cada una de ellas es más frecuente cierto tipo de cultivos.
“La planicie (Valles, Tamuín, Ébano, Tancuayalab, y Tanquián) dedicada a la producción de ganado, caña de azúcar y granos básicos […] zona de alta incidencia de siniestros agrícolas; con una superficie de 5,543.6 km2, donde habita el 4% de la población de la región.
La sierra alta cafetalera (Tamasopo, Aquismón, Xilitla y Tamazunchale […] con grandes problemas […] de comunicación [y] fuertes pendientes […] con 2,071.6 km2 […] agrupa 33.8% de la población regional.
La sierra baja piloncillera (Tanlajás, San Antonio, Tancanhuitz y Tampamolón) […] tiene una superficie de 846.4 km2 y concentra  9.2% de la población.
La sierra baja citrícola (Axtla, Coxcatlán, Huehuetlán, Tampacán, y Chalchicuautla) […] mayor cantidad de terrenos aptos para la agricultura que la zona anterior, las laderas permiten el cultivo de los cítricos con un nivel tecnológico bajo; tiene 1,146.5 km2 y […] 16% de la población (Baca del Moral, 1995:90-91. Cit en Ruvalcaba, 2004:180)”.

Como era de esperarse las mejores tierras para cultivo fueron ocupadas por los colonizadores, despojando a los nativos de sus territorios. Estas eran las planicies que rápidamente pasaron de ser cultivo de chile y algodón en sembradíos de caña de azúcar además de la implantación de la ganadería instaurada por los latifundistas en la mayor parte del territorio de las tierras bajas, removiendo a los pobladores originales a lugares más inhóspitos a los que Aguirre Beltrán (1967) denomina como “Regiones de Refugio”, como la sierra baja y alta, con terrenos más pobres y de mayor dificultad para su cultivo y su cosecha. Más tarde el poblador original regresaría a sus antiguas tierras bajas pero esta vez sólo para trabajarlas a sus nuevos dueños; los colonizadores que se hicieron de grandes porciones de terrenos e introdujeron al ganado bovino.
En la actualidad esa situación no dista mucho de lo que vivían los pueblos indígenas en el período colonial. El campesino sigue trabajando para los grandes capitales agrícolas,  principalmente como  jornaleros de caña de azúcar, perteneciente a la familia de las gramíneas (Saccharum officinarum L.), ya que es la principal actividad productiva que se desarrolla en la región. En la Huasteca de San Luis Potosí están ubicadas las zonas de abastecimiento para cuatro ingenios; el Ingenio Alianza popular (FEESA. Fondo de Empresas Expropiadas del Sector Azucarero), Plan de Ayala (FEESA. Fondo de Empresas Expropiadas del Sector Azucarero), San Miguel El Naranjo (Beta San Miguel) y Plan de San Luis (FEESA. Fondo de Empresas Expropiadas del Sector Azucarero ), y que para la zafra se valen primordialmente de la mano de obra barata del jornalero, que deja sus cultivos por ir a trabajar los de particulares, esperando obtener una ganancia monetaria que ayude a aminorar su nivel de pobreza.
El turismo Rural puede ser motor de desarrollo económico para la localidad de “El Aguacate” y no sólo en el ámbito económico, sino que puede convertirse en un verdadero ejemplo de turismo sustentable en la Huasteca, siguiendo las tres grandes directrices del Desarrollo Sostenible que fueron presentadas en la Agenda 21 como parte de los documentos que surgieron de la “Cumbre sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo”, celebrada en Río de Janeiro, Brasil en 1992; que son el ecológico, el económico y el socio-cultural.

Así es que el turismo rural correctamente implementado en función de las características de la comunidad anfitriona y respetando las reglas que impongan los residentes, se convierte en una actividad terciaria generadora de desarrollo sostenible. Podemos darnos cuenta de esto al estudiar la definición que nos aporta la Secretaria de Turismo (Sectur).
 “Este segmento se orienta hacia la perspectiva de la cultura y el aprovechamiento de los recursos naturales por parte de las comunidades locales, ya que ofrece al turista la gran oportunidad de experimentar el encuentro con las diferentes formas de vivir de las comunidades que cohabitan en un ambiente rural, además lo sensibiliza sobre el respeto y valor de su identidad cultural.
En el turismo rural, el turista no es un visitante-observador en un día de paseo; es una persona que forma parte activa de la comunidad durante su estancia en ella.
El propósito principal de los viajes destinados al turismo rural es que el turista conviva e interactúe con una comunidad rural, en todas aquellas expresiones sociales, culturales y productivas cotidianas de la misma” (Sectur, 2002:25).

De acuerdo a la definición de la Sectur en el Turismo Rural se pueden realizar las siguientes actividades:

  • Preparar alimentos habituales
  • Crear artesanía para uso personal
  • Aprender lenguas autóctonas
  • Hacer uso de plantas medicinales
  • Cultivar y cosechar
  • Ser actor en los eventos tradicionales de la comunidad
  • Percibir y apreciar creencias religiosas

Además que se tiene en cuenta que el turismo rural es la antítesis del turismo convencional, depredador y no interesado en las comunidades receptoras. La definición que nos asigna la Sectur es:

“El turismo de masas o convencional es el turismo más común, y se practica generalmente a través de la compra de paquetes baratos –que incluyen transporte y hospedaje– y proveen entretenimiento y diversión en las playas, sin que las características del destino cuenten tanto como el precio.” (Sectur, 2002: 25).

Analizando la definición que nos brinda Sectur podemos deducir que este tipo de turismo es el más concurrido a nivel mundial pero que sin embargo es un gran propagador del deterioro ambiental, que no sólo afecta a las playas sino a todo el nicho ecológico cercano a ellas sin mencionar las transformaciones sociales que pueden llegar a gestarse.

Entre las principales actividades del turismo convencional se puede encontrar el de sol y playa, cultural, salud, náutico, deportivo, social y de negocios. En esta modalidad las expectativas del viaje son pocas, y quienes la practican son generalmente personas con ingresos medios y bajos. Este tipo de turismo corresponde al desarrollo tipo “enclave”, en el que el visitante interactúa poco con la comunidad receptora y su movilidad se reduce al “transporte-hotel-playa” (Bringas y Ojeda, 2000: 20).

El planteamiento de este libro es el de sentar la información relevante que pueda ser transmitida al turista a través del relato y la convivencia con el anfitrión sumándolo al manejo de las instalaciones de hospedaje con las que ya cuenta la localidad, anteponiendo la colaboración de los sectores turísticos municipales y federales, a partir de lo que se plantea como turismo rural y bajo la premisa de la sustentabilidad, para que así la localidad cuente con una forma alternativa de desarrollo social y humano9.

Este proyecto de turismo rural se articula en un modelo de desarrollo sustentable, efectuado en la localidad El Aguacate, en donde la comunidad anfitriona administre y opere el servicio, creando beneficios y reconstruyendo los espacios necesarios para el desarrollo del grupo étnico huasteco, que cuenta con una cultura actualizada, vigente y proyectada hacia el futuro, dejando de depender de los operadores turísticos particulares que dejan muy poco o nulo beneficio económico y social para las comunidades receptoras. De esta manera, los operadores masivos dejarían de aprovecharse de la sobre explotación de sus recursos naturales y culturales, en un modelo en el que además explotan la mano de obra que brindan los receptores. De ésta manera la autogestión y la autonomía volverían a ser parte de la comunidad haciéndolos menos dependientes de las instituciones gubernamentales.

El desarrollo no pretende ser llevado a la comunidad sino que la comunidad misma lo genere y administre (desarrollo endógenamente producido), que se conciba como fuente alternativa de ingresos económicos para la población, generando resultados de alto impacto, no pensándolo sólo como una comunidad sino a mediano y largo plazo, que se convierta en una alternativa económica para el desarrollo sustentable de la microrregión huasteca central.
“El desarrollo endógeno es una opción estratégica que representa una aproximación que pretende avanzar en la fórmula de un enfoque distinto del neoliberalismo. Se da en este enfoque especial importancia a los recursos productivos como el trabajo, la tierra, los recursos naturales y la tecnología; partiendo de las potencialidades propias se postula que cada región puede y debe buscar nuevas maneras de inserción en un contexto nacional difícil pero no impenetrable.
La característica principal del  paradigma neoliberal es su concentración en los equilibrios micro y macroeconómicos de corto plazo de los principales agentes económicos en los diversos mercados, suponiendo constantes la tecnología, la población, los recursos naturales y el medio ambiente; los valores y patrones de comportamiento culturales, las estructuras de poder, las relaciones internacionales, las instituciones y las relaciones sociales. Pero estas son justamente las principales variables de mediano y largo plazos del desarrollo económico y social. El modelo endógeno busca la implementación de una estrategia autóctona de desarrollo que impulse una economía solidaria orientada a las necesidades del colectivo y a los mercados nacionales, por ende, que impulse la defensa y valorización del capital natural, cultural y patrimonial; la defensa del capital social y democrático; es decir, la importancia del fortalecimiento de las instituciones públicas, el fomento de la participación ciudadana en el espacio municipal, regional y nacional, la defensa del capital humano mediante la mejora del acceso a la educación, a la nutrición y a la salud. Por ello, el capital económico debe generarse desde dentro en función a las necesidades internas de empleo y crecimiento, programas territoriales que atiendan a ventajas comparativas, servicios de apoyo a la producción, acceso a los mercados de los pequeños y medianos productores, fomento a la innovación productiva de calidad, a la gestión eficaz y acceso al crédito.  Las estrategias del desarrollo endógeno (desde dentro), permitiría entonces colocar los fenómenos nacionales en su justa perspectiva histórica e internacional, y aumentaría en general la capacidad para superar los ideologismos, los enfoques tecnocráticos estrechos y el economicismo.”10
Sin embargo para lograr un desarrollo endógeno pleno y funcional de la comunidad se necesita obtener la cooperación y participación de la mayoría de los habitantes de la localidad que pretende auto gestionarse haciendo uso de sus propios recursos en una relación de simetría y cooperación con las instituciones, creando así un vínculo entre comunidad e institución desencadenando la formación de confianza entre las partes involucradas y una adaptación por parte de las instituciones.
La toma de decisiones es también otro de los mecanismos que influye en el cambio y adaptación de las instituciones, este mecanismo puede producir una mayor o menor apertura al cambio. En el caso de la cooperación cuando los objetivos comunes son aceptados respecto a los objetivos individuales, la toma de decisiones se ve influida permitiendo una mayor apertura al cambio (Fernández y Arranz, 1999:34).
Los mecanismos de aprendizaje, de investigación y de desarrollo son influenciados por la cooperación, ya que se obtiene una mayor obtención de recursos que influencian a una generación de cambio y la adaptación de las instituciones. Y el aprendizaje es un objetivo de la cooperación.
La apertura local al cambio es influyente si dentro del territorio existe el valor de la cooperación, en la cual se puede interactuar abiertamente que les permitirá aceptar nuevas experiencias, generando así un verdadero aprendizaje dentro de la comunidad.
La importancia de la preservación y del fomento cultural como parte del desarrollo endógeno radica en que puede  aminorar o erradicar males como la violencia, el deterioro ambiental, el estancamiento social y económico dentro de una comunidad, que sirve como ejemplo de trabajo en un campo más amplio como lo es el municipio, e incluso el estado. Además que no sólo se busca vivificar el gran patrimonio cultural de la etnia teenek de esta localidad sino que también el turista asimile, experimente y aprenda en una especie de escuela-taller con las actividades que día a día realiza la mayor parte de la población. Es por eso que el turismo rural puede ser una alternativa de desarrollo en comunidades rurales de México, sin ser exclusivamente indígenas.

La propuesta del tema es para que conlleve al beneficio de la población teenek que habita en la comunidad El Aguacate,  no sólo como un documento sino como parte del inicio del desarrollo científico que conlleve a la recopilación de datos futuros en la región huasteca. Generar una radiografía de la comunidad que podrá ser tomada como un referente de la etnia teenek de la huasteca potosina, más específicamente de la Huasteca centro (municipio de Aquismón).

1 A partir de este momento se mencionará el etnónimo “Teenek” para denominar al grupo étnico huasteco, tal como lo establece el Catálogo de las lenguas indígenas nacionales: Variantes lingüísticas de México con sus autodenominaciones y referencias geostadísticas y la ficha de términos jurídicos del INALI (Instituto Nacional de Lenguas Indígenas) y también como se le denomina en la CDI (Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas) como referente cultural. http://www.inali.gob.mx/clin-inali/html/v_huasteco.html#2,

2 La correcta traducción al castellano de la palabra sustainable es sostenible. Sin embargo, se ha presentado un anglicismo respecto a este término, de tal forma que literatura especializada reconoce actualmente como válido el emplear los términos sostenible o sustentable (Sectur, 2007:28).

3 Temas como equidad social, étnica, y de género, sustentabilidad ambiental y desarrollo humano como parte del capitalismo de rostro humano o liberalismo social-como lo define Monterroso- surgiendo a principios de la década de los noventa, a consecuencia de notar los excesos del mercado generados por el capitalismo salvaje. Aunque en la actualidad aún persiste el capitalismo salvaje en diversos sectores de la sociedad.

4 El abandono del modelo keynesiano y la asunción del modelo neoliberal se constituyó, para la mayor parte de los países latinoamericanos, en un difícil y complejo proceso político, económico y administrativo, con secuencias sociales y culturales (Monterroso, 1999, 2007, cit. en Monterroso, 2011: 281).

5 INEGI. Catálogo de claves de entidades federativas, municipios y localidades, Abril 2012.
http://geoweb.inegi.org.mx/mgn2kData/catalogos/cat_localidad_ABR2012.zip   INEGI. Catálogo de claves de entidades federativas, municipios y localidades / Tabla de equivalencias. Abril 2012.municipios y localidades / Tabla de equivalencias. Abril 2012.

6 Aquellos que comparten un espacio, un territorio, un lenguaje y características socioeconómicas y culturales semejantes (Muñoz, 1994: 24).

7 Esto se debe a que las mujeres indígenas se casan más temprano, tienen un menor conocimiento y acceso a los métodos de control natal y presentan, en general, patrones culturales que legitiman un elevado tamaño de familia. (Chávez et al. 2007:27)

8 “La tierra es la principal fuente de riqueza en las economías donde el progreso tecnológico no ha hecho mella en las estructuras tradicionales. Como es posible obtener ingresos de la tierra sin trabajarla, los derechos a la tierra están indefectiblemente acompañados de leyes y costumbres que aseguren a los propietarios la disponibilidad continua de mano de obra disciplinada. Estas instituciones de tenencia son productos de la estructura de poder. Escuetamente, la propiedad de la tierra o su control representan “poder” en su sentido clásico, es decir la habilidad real o potencial de hacer que otros hagan lo que uno quiere” (Barraclough, S. y Domike, A., en Feder, E., 1973, cit. en: Barsky, 1990:19)

9 Suitanable management of Tourism impacts on the culture of host societies will help to cushion the impact that resorts communities are faced with. It is also important for residents to recognize the importance of tourism as a vehicle for not only economic growth but also social and cultural development (Pernell, 2002:98).

10 Menry Fernández Pereira, Oficial del Ejército. Candidato a Doctor en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar), consultado en: http://www.aporrea.org/actualidad/a10602.html, 15 agosto de 2012.