ANÁLISIS DEL SECTOR TURÍSTICO COMO CLAVE PARA LA DEFINICIÓN DE ESTRATEGIAS DE MITIGACIÓN Y ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA COSTA DE NAYARIT

ANÁLISIS DEL SECTOR TURÍSTICO COMO CLAVE PARA LA DEFINICIÓN DE ESTRATEGIAS DE MITIGACIÓN Y ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA COSTA DE NAYARIT

Alejandra Guadalupe Gutiérrez Torres (CV)
Susana María Lorena Marceleño Flores (CV)
José Irán Bojórquez Serrano (CV)
Edel Soto Ceja (CV)
Eduardo Meza Ramos
(CV)
Universidad Autónoma de Nayarit

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Turismo, desarrollo y crecimiento económico

El crecimiento y el desarrollo económico son dos temas muy relacionados, aunque en algún tiempo fueron usados sin discriminación para referirse a lo mismo; hoy en día las discusiones se centran en las diferencias de estos conceptos. En lo que respecta al turismo estos conceptos son de gran relevancia, debido a que el sector está relacionado con el crecimiento económico, la aportación al producto interno bruto, así como el desarrollo y bienestar de las localidades receptoras.
Desde la perspectiva de Boisier (2004), el crecimiento territorial depende de la forma como opera una matriz de seis factores: la acumulación de capital, la acumulación de conocimientos, la acumulación de capital humano, el proyecto nacional y su componente territorial, el cuadro de la política económica implícita y la demanda externa. Para hablar que el turismo propicie el crecimiento económico entonces se debe insertar a la actividad en el contexto de inversión, capacitación del personal y como parte de las estrategias de políticas públicas que promuevan el crecimiento económico. El desarrollo económico local por otra parte, surge de tres temas comunes: la importancia de la innovación, las aglomeraciones productivas y la asociación. Por lo que esta teoría del desarrollo se ajusta a la visión del turismo, ya que  permite integrar a la planificación a nivel de centros turísticos, con el objetivo de lograr el desarrollo regional y mejorar la calidad de vida de las comunidades receptoras (Varisco, 2008).
Uno de los principales aportes de las teorías a la actividad turística, es el modelo francés de los polos de crecimiento, bajo el supuesto de que la gravitación del complejo industrial que conforma un polo de crecimiento habría de provocar un conjunto de efectos positivos, tanto en el centro urbano en que se localizará, como en la región aledaña (Fonseca, 2009). Por lo cual en materia turística, como estrategia de polos de atracción, surgen los centros integralmente planeados (CIP). La creación de estos clúster turísticos, atiende a la necesidad de reducir los costos de transportación, aprovechar la existencia de mano de obra calificada y facilitar las transferencias de crecimiento. 
Un clúster turístico facilita una fuerte red social y económica. De igual forma la interacción con empresas complementarias, es un motivo para el desarrollo de los clúster turísticos. En el mercado de hoy, la industria del turismo se enfrenta a los desafíos de proveer suficiente variedad de productos para satisfacer las diversas necesidades de los clientes y responder rápidamente a las necesidades. En otras palabras, el turismo de aglomeración es el resultado de la co-ubicación con empresas  complementarias (Yang, 2012).
Este modelo de clúster es una forma de organizar la actividad turística de una región, al involucrar a los diversos actores. Surgen como alternativa para propiciar el desarrollo socioeconómico a nivel local (Cunha et al., 2001).  El éxito de este modelo parte de la interacción de cinco componentes. El primero corresponde a los atractivos locales, sean naturales o artificiales y representan el motivo por el cual el turista se siente atraído en conocer el lugar. El segundo está compuesto por los actores que componen la infraestructura turística local. El tercer elemento se refiere a los actores sociales ligados directa y permanentemente a la actividad. El cuarto factor incluye las instituciones y organismos de apoyo de actuación supralocal. El último elemento constituye el telón de fondo sobre el cual se desarrolla el turismo, contempla el espacio urbano y rural, y las estructuras de acceso, señalan Moreira et al., (2010) en su estudio.
El incentivar el desarrollo del sector es debido a los beneficios económicos como la generación de empleos, el incremento en la obtención de ingresos, así como los impactos laterales al integrar a las demás zonas y generar efectos multiplicadores en otros sectores productivos, señala Delgado et al., (2003).  Por lo cual se puede diferenciar dos tipos de beneficios, en el caso de las llegadas de turistas. El turismo internacional genera una entrada de divisas externas a los factores productivos del país, las cuales permiten equilibrar los balances de pago, así como la atracción de las inversiones extranjeras, señala Varisco (2008a). Mientras que el turismo doméstico o nacional genera una redistribución del ingreso.
Sin embargo, los beneficios del turismo también inciden en los aspectos sociales, motivo por el cual el turismo puede ser detonante del desarrollo local. En su estudio Melara (2009), señala que el desarrollo del turismo ha incidido en la conformación o fortalecimiento de relaciones entre actores económicos y los gobiernos locales; al generar un tejido de relaciones que incide en el diseño de políticas públicas y desarrolla un encadenamiento de actividades. El desarrollo se alcanza mediante la simultaneidad de acciones y no sobre la suma de estas, señala con acierto Lazcano (2004). Es decir, a la par del crecimiento del sector, se deben propiciar mecanismos de desarrollo social en las localidades receptoras.
El diseño estratégico del sector debe incorporar las fronteras marginales de ganancias, la responsabilidad corporativa en equilibrio con sus beneficios económicos y los márgenes ecológicos y socioculturales (Melara, 2009). Entonces el turismo realmente contribuye al desarrollo económico, cuando se inserta a la actividad en todo el espectro económico y se generan encadenamientos; así como al integrar a los actores involucrados, en  el afán de que también sean partícipes de los beneficios económicos. Lo que permite que la actividad sirva para detonar otros efectos positivos en los sectores sociales.
El aporte del turismo al desarrollo local será más real, cuando más endógena sea la lógica económica y cultural de las modalidades turísticas (Barbini, 2002). Para entender el concepto de endogeneidad, Boisier (2004) señala  que es la creciente capacidad territorial para optar por estilos de desarrollo propio, así como la creación de instrumentos de política adecuados. De igual forma el territorio debe tener la capacidad de apropiarse del excedente económico generado allí, para ser reinvertido en la misma zona. Por lo cual, las regiones deben ser capaces de generar sus propios avances tecnológicos y propiciar la competitividad regional.
Desde este punto de vista, la única salida real es crear condiciones para la inversión privada, el crecimiento económico y asegurar cierto derrame con políticas redistributivas del ingreso, refiere Coraggio (2009).  Sin embargo, esta premisa resulta contradictoria con el desarrollo endógeno que proponían Barbini y Boisier en sus estudios. El cuestionamiento sobre los efectos económicos se produce debido a la insuficiencia del impacto por la fuga de beneficios que generan las empresas transnacionales (Varisco, 2008). Para que el impacto económico del turismo  sea real, no se puede dejar de lado la participación de la inversión extranjera, sin embargo los destinos deben saber capitalizar los beneficios que la actividad genera. La tercerización turística permite el aprovechamiento de los recursos propios, pero sería un error considerar a este sector como la única alternativa posible ante las actividades agropecuarias o a otra actividad económica local con dificultades, señala Annessi (2003). Es decir, las regiones no deben depender exclusivamente del sector, sino que deben diversificar las actividades productivas.
La alta dependencia económica hacia la actividad turística y la poca diversificación del sector,  podría tener fuertes afectaciones económicas debido a la presencia de externalidades como el cambio climático. Para que el turismo genere una fuerte derrama económica, y permita tanto el crecimiento como el desarrollo económico es necesaria la planificación del sector.