ANÁLISIS DEL SECTOR TURÍSTICO COMO CLAVE PARA LA DEFINICIÓN DE ESTRATEGIAS DE MITIGACIÓN Y ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA COSTA DE NAYARIT

ANÁLISIS DEL SECTOR TURÍSTICO COMO CLAVE PARA LA DEFINICIÓN DE ESTRATEGIAS DE MITIGACIÓN Y ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA COSTA DE NAYARIT

Alejandra Guadalupe Gutiérrez Torres (CV)
Susana María Lorena Marceleño Flores (CV)
José Irán Bojórquez Serrano (CV)
Edel Soto Ceja (CV)
Eduardo Meza Ramos
(CV)
Universidad Autónoma de Nayarit

Volver al índice

CAPÍTULO V. A MANERA DE DISCUSIÓN

En Nayarit, según los resultados del análisis de regresión las primeras afectaciones del cambio climático podrían darse en la afluencia turística y en cambios en las temporadas vacacionales, como señalaban Pham et al., (2010) y Lise et al., (2002). Debido a que un aumento en las temperaturas conduciría a una reducción en la probabilidad de elección de un destino (Bujosa et al., 2013), y según los datos obtenidos del análisis de la variabilidad, se observa que las estaciones de la costa muestran una clara tendencia a incrementar la temperatura, e inclusive los escenarios proyectan aumentos de hasta 2.7°C a largo plazo (2080 A2). Lo que sería perjudicial para el sector turístico. La tasa de ocupación de camas y el número de viajes, son las variables que muestran una clara e inmediata relación con el clima (Subak et al., 2000), mismas variables que se utilizaron en este estudio para explicar la relación con las variables climáticas de temperatura máxima, mínima y precipitación.

Los resultados del estudio indican que las variables de temperaturas máximas y precipitación son las que tienen mayor relación con los turistas residentes y no residentes. Estudios previos señalaban que el turismo nacional mantiene una relación positiva con la temperatura y negativa con la precipitación (Cárdenas et al., 2008).  Condiciones más secas y soleadas se asociaban al aumento en la llegada de turistas (Agnew et al., 2001).  Por lo que se consideró que el turismo interno es más sensible a la variabilidad dentro del año en el que realiza los viajes (Agnew et al., 2006). En el análisis de regresión se observó que ambas variables precipitación y temperatura, tienen un coeficiente positivo respecto a la llegada de turistas residentes y a los cuartos ocupados por los turistas residentes. Un incremento de las temperaturas no presenta afectaciones directas sobre el turismo residente, inclusive en el análisis gráfico se observaba que los turistas nacionales viajaban más durante los meses de julio a agosto, donde se presentan altas temperaturas en la zona. Por lo que en los escenarios de cambio climático se proyectan incrementos en la llegada de turistas residentes, aunque estos serán menores bajo las condiciones del escenario A2.

Respecto al turismo extranjero, los teóricos afirman que existe una relación negativa entre la temperatura y la salida de turistas al exterior (Cárdenas et al., 2008 y Agnew et al., 2001). Para el turismo hacia el exterior, condiciones más húmedas y más bajas de lo normal en el año anterior parece animar a más viajes al extranjero. Los flujos salientes de turistas son más sensibles al cambio climático y la variabilidad del año anterior (Agnew et al., 2006). Los turistas no residentes, en la estación Las Gaviotas mantienen una relación negativa con las temperaturas máximas y mínimas; mientras que en San José del Valle la relación es negativa con las temperaturas máximas y la precipitación. Lo que confirma el argumento de los teóricos que debido al cambio climático induciría a las personas a evitar los meses de julio y agosto, y tener vacaciones en junio y septiembre en su lugar (Bigano et al., 2006). Los turistas no residentes mantienen una relación inversa con las temperaturas, en el análisis gráfico se observaba que en los meses donde las temperaturas son más altas, los turistas no viajaban tanto como lo hacen en los meses de diciembre a marzo.

El análisis obtenido concuerda con lo argumentado en las teorías, ya que un incremento en las temperaturas no parece afectar a los turistas residentes, mientras que con los turistas no residentes el impacto de las temperaturas podría reducir la afluencia, como se estima ocurrirá a partir de los escenarios 2050 y 2080. Entonces si el cambio climático solo tendrá impactos sobre el turismo no residente, un argumento seria favorecer el turismo doméstico, sin embargo este tipo de turismo solo genera una redistribución del ingreso, mientras que el turismo extranjero propicia una entrada de divisas extras al país (Varisco, 2008).
El escenario A2 predice una reducción mayor de la afluencia extranjera que el A1B, ya que como señalaba Camiloni (2008), este escenario plantea una alta tasa de crecimiento poblacional y diferente desarrollo económico, aunque alto en el promedio global,  mientras que el escenario A1B presenta un rápido crecimiento económico, baja tasa de crecimiento poblacional y rápida introducción de tecnología nueva y más eficiente, aunque con una utilización equilibrada entre combustibles fósiles y no-fósiles. Es decir, los impactos del escenario A2 son mayores para el sector turístico debido a las condiciones que este plantea.

El modelo predominante de turismo en Nayarit al igual que los estándares internacionales (Klein et al., 2010 y Yepes et al., 2005), es el de sol y playa. El 51.72% de los centros turísticos de los municipios costeros pertenecen a este modelo. De los siete municipios estudiados, Bahía de Banderas, es el que cuenta con el mayor número de centros turísticos, aportando el  24.14% del total, de los cuales el 85% son del modelo de sol y playa.  La denominada Riviera Nayarit integrada por los municipios de Bahía de Banderas, Compostela y San Blas integra el 66.67% de los centros turísticos, de los cuales el 62% son de sol y playa. Es decir, este sigue siendo la principal motivación de los turistas. Caso contrario los municipios de Santiago Ixcuintla (10.34%), Tuxpan (4.60%), Rosamorada (9.20%) y Tecuala (9.20%), son los que tienen el menor porcentaje de centros turísticos y es donde se pudiera generar otro tipo de actividades como ecoturismo o turismo cultural, donde el clima no afecte el desarrollo de las actividades. Sin embargo también habría que resaltar que los municipios del norte no registran afluencia extranjera, únicamente en el anuario del año 1997, aparecen con menos de 500 turistas al año (Santiago Ixcuintla, Tuxpan y Tecuala), e inclusive el municipio de Rosamorada no aparece contabilizada.

La concentración de la actividad turística generaría que los efectos del cambio climático fueran aún mayores para la economía, dado que el alojamiento y los hoteles aportan el 20.03% del PIB del estado (INEGI, 2009) y que el turismo no residente es el que se verá mayormente afectado por el incremento de temperaturas en la costa.  Uno de los efectos de la concentración del turismo ha sido la alta migración de la población. Esta  genera a su vez una saturación y desabasto de los recursos, terciarización de la economía y una creciente urbanización (González et al., 2007; Campos, 2007; Fonseca, 2003; y Márquez et al., 2007), factores que contribuyen al cambio climático.

En Bahía de Banderas el desarrollo del turismo favoreció la inmigración de la población, ya que este municipio incrementó el número de habitantes en un 211.83% de 1990 al 2010; mientras que en los municipios del norte, donde las actividades económicas principalmente son las primarias, la población que registraban en el año 2010 es menor a la que contaban en 1990. Fonseca (2003) y Márquez et al., (2007), en sus investigaciones sobre el área de estudio, concluyen que el impacto de la expansión física de la actividad, ha perturbado la cobertura vegetal original; generando un creciente deterioro ambiental. La migración hacia el polo de desarrollo turístico de Nuevo Vallarta ha incrementado los efectos negativos del sector que contribuyen a agudizar el cambio climático.

La gran problemática del turismo en Nayarit es la alta dependencia hacia una sola zona y modelo, es decir todo el turismo se enfoca en el segmento de sol y playa en Nuevo Vallarta. La infraestructura y las vías de acceso han favorecido la expansión de este polo de desarrollo, sin embargo también es mayor la zona que se encuentra expuesta ante las amenazas de cambio climático. Los resultados indican que en el año 2010 este municipio concentró el 37.85% de los hoteles y el 75.97% del total de cuartos registrados en los municipios costeros, mientras que los municipios del norte apenas registran el 7.49% de los hoteles y el 2.65% del total de cuartos ofertados. El turista extranjero prefiere Bahía de Banderas donde se cuenta con mejor infraestructura y los principales centros turísticos. Sin embargo es el modelo de sol y playa el que se verá afectado por los incrementos de temperaturas y podría reducir la afluencia  a partir del escenario 2050.

Los teóricos encontraron que un incremento del 1% en la capacidad de alojamiento en el sector del turismo induce a 0,01% de aumento del producto de ingreso por habitante (Proença et al., 2005). En Nayarit los beneficios económicos del sector no son tan perceptibles, a pesar que las estadísticas de la Riviera Nayarit indican que el sector aporto más de cinco mil millones en el año 2009 y la hotelería el 60% de la derrama del sector (SECTUR, 2010a). El turismo no ha detonado en la economía, quizás en gran medida a la fuga de beneficios generado por las empresas extrajeras, como señalaban Varisco (2008) y Annesi (2003).

El sector ha mantenido un crecimiento constante en la afluencia y la infraestructura turística, lo que genera una mayor derrama económica. Bahía de Banderas es quizá el único municipio turístico que tanto ha crecido económicamente, como se ha desarrollado. Mantiene los índices más bajos de migración, marginación y una amplia cobertura de servicios públicos (INEGI, 2010). En este municipio se localiza el principal centro turístico el cual aprovecho el continuo de Puerto Vallarta, generó sus propias dinámicas y se benefició del clúster turístico (Cunha et al., 2001; Fonseca, 2009; Moreira et al., 2010 y Yong, 2012).

Es importante destacar que el turismo ha sido un sector por el que se ha apostado; si bien ha generado crecimiento económico, este no ha permeado en el desarrollo. La gran problemática es la falta de efectos multiplicadores hacia otras localidades y actividades (Delgado, 2003), ya que todo se encuentra focalizado en Bahía de Banderas. Por lo que es necesario partir de una dinámica endógena (Barbini, 2002 y Boisier 2004), donde los mismos actores locales deben reconocer el potencial de la zona y generar las dinámicas económicas que se verán facilitadas por la acción de las políticas redistributivas que permitan el derrame hacia los sectores sociales (Coraggio, 2009). El cambio climático es una externalidad que afectaría aun más la economía al reducir posiblemente la afluencia turística, sin embargo existen otras amenazas que no se han analizado como el incremento del nivel del mar o los fenómenos hidrometeorológicos. Por lo cual la estrategia de desarrollo debe por un lado generar medidas que le permitan adaptarse ante las amenazas y por otro utilizar energías limpias que  mitiguen la contribución del sector al cambio climático.

Las estrategias frente al cambio climático deben contemplar el riesgo climático (COM, 2005), en este estudio, la evaluación del riesgo se determinó mediante el análisis econométrico, que permitió analizar la relación entre el clima y la afluencia turística. A partir de los resultados de las regresiones se estimaron los posibles impactos en la llegada de turistas según los escenarios futuros. Estos resultados permitirán a los tomadores de decisiones generar adecuadas políticas públicas para el desarrollo del sector que consideren las implicaciones del cambio climático para el sector turístico de la costa de Nayarit.

La adaptación permite suavizar el impacto de cambio climático y lograr el desarrollo del turismo sostenible en el largo plazo (Pham, et al., 2010). Los teóricos señalaban que existen dos tipos de medidas de adaptación: las preventivas y reactivas (PNUD, 2004). Para la costa de Nayarit, las medidas preventivas proponen contar con información para la toma de decisiones, por lo cual se propone la creación de bases de datos de información turística y climática con información desagregada a nivel municipal y centros de monitoreo. Uno de los limitantes de este estudio fue la información disponible que permitiera establecer la relación entre los turistas y el clima en la zona norte. De igual forma el monitoreo de las temperaturas del mar permitiría detectar la incidencia de los huracanes, otra de las fuertes amenazas para el sector, pendientes en la agenda de investigación.

Otra de las estrategias de adaptación surge de los resultados obtenidos en el análisis de regresión, la cual propone fomentar temporadas vacacionales para turistas no residentes en los meses donde las temperaturas son más bajas, así como la captación del mercado local en los meses donde las temperaturas son más altas, ya que estos no se ven afectados por el clima. Los turistas tienen una mayor capacidad de adaptación ya que pueden decidir entre determinado destino (Gómez et al., 2011). Si los resultados prevén una reducción en la afluencia, entonces el sector deberá adaptar las temporadas a las condiciones climáticas.

A partir de este eje surgen las medidas de adaptación reactivas. Estas buscan generar procesos de desarrollo sustentable en el turismo.  Para lograrlo es necesaria la diversificación del sector, que permita otros modelos donde el clima no sea una limitante e inclusive la incorporación de la zona norte a la dinámica económica. El ordenamiento del sector (Ley General de Turismo, 2013), permitirá reducir los efectos de la concentración de la población y crear centros turísticos dentro de los lineamientos de la conservación.

La mitigación tiene que ver con los procesos y energías limpias implementadas en el sector (OMT, 2007a y INE, 2000), están enfocadas en la generación de políticas públicas (Niang et al., 2005). Los principales ejes de las estrategias estuvieron relacionados con los resultados del diagnóstico, donde se detectaron problemáticas en el sector: planificación de la infraestructura, transporte, consumo de energía y producción de residuos. El sector turístico es de gran importancia económica para el estado de Nayarit por ello la importancia de implementar estrategias de mitigación y adaptación que permitan enfrentar el cambio climático.