LA EDUCACIÓN AMBIENTAL DESDE LA PERSPECTIVA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NAYARIT

LA EDUCACIÓN AMBIENTAL DESDE LA PERSPECTIVA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NAYARIT

Hermilio Hernández Ayón (CV)

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2. LA EDUCACIÓN AMBIENTAL EN MÉXICO.

La cultura por el ambiente ha acompañado la historia antigua en México; desde la cosmovisión de los diversos pueblos prehispánicos al considerar sagradas ciertas plantas alimenticias como el maíz, algunos abetos y hongos, hasta el país megadiverso de hoy. Puede afirmarse sin duda, que gracias a que nuestros ancestros actuaron con valores éticos, morales y de respeto hacia la naturaleza, es decir que tuvieron una mayor educación y cultura por la vida, es que tenemos los recursos y la biodiversidad que nos ubica en un muy honroso cuarto lugar mundial. Pero ¿Qué hizo cambiar esta relación armoniosa con la naturaleza? Las reglas de juego las cambiaron los grandes capitalistas tocados por la avaricia y enfermos de poder, a tal grado, que el consumismo crónico de una población mal acostumbrada al esfuerzo de inicios del siglo veintiuno, tiene a las diferentes naciones al borde del colapso ambiental, debido a que nos encontramos muy cerca del límite de la capacidad que tiene el planeta para absorber nuestros desechos.

A partir de que se anticiparon efectos mundiales que podrían cambiar la relación armoniosa con la naturaleza, se inició paralelamente una alternativa que diera la respuesta adecuada, la cual recayó en la denominada educación ambiental, que para el caso de México no tuvo un gran impacto, por lo menos hasta antes de la década de los ochentas. Todos los sucesos, sean naturales o antropegénicos, han dejado su propia lectura y aprendizaje. Los protagonistas de la primera y segunda guerra mundial, pudieron (como enseñanza) presionar los controles adecuados para evitar una nueva confrontación mundial identificada como la guerra fría. Las naciones que han enfrentado inundaciones, terremotos, tsunamis, derrames petroleros o desastres nucleares, entre otros, han vivido para contarlo, pero sobre todo, han aprendido a evitarlo o convivir con él. Ello explica, en parte, que en México la EA haya tomado rumbo después del sismo de 1985, muy a pesar de que la mayor parte de reportes y lecciones recayeran en las cuestiones emotivas y sentimentales y muy pocos abordaron el problema desde la dimensión técnica y científica, de acuerdo a la composición del suelo y el reacomodo de las capas tectónicas.

Con todo, la EA en México, como otras reformas e iniciativas similares, tuvo un inicio tardío, sin embargo, ha mantenido un ritmo progresivo y creciente, lo que no significa que sea suficiente (González y Arias, 2009). Para empezar, aún hoy no todos los planes de estudio de los niveles medio superior y superior contemplan temáticas específicas de educación ambiental, solo aquellas carreras que se ubican en las áreas de ciencias naturales y disciplinas como las biológicas, geográficas o agrícolas; tampoco son adecuados los contenidos de los planes de estudio en los niveles básicos ni existe capacitación entre los profesores para abordar estos temas, más bien ocurre entre educandos un aprendizaje de tipo informal, es decir, aquellas temáticas que se difunden a través de algunos medios de comunicación, sobre todo televisivos; por estas razones es que se considera que la EA en México es incipiente.

En cuanto a la investigación en este mismo campo, se considera que ha sido especulativa, dado que por un lado no se están recuperando experiencias concretas y, por otro, se utilizan mecánicamente los conceptos inherentes al ambiente. Desde la década de los ochentas y noventas, la investigación ambiental estuvo dominada por enfoques y técnicas cuantitativas, con cierto desprecio hacia las cualitativas, no obstante, debido a que se trata de un campo emergente, ya se están obteniendo resultados desde la multi e interdisciplina (Nieto, 2000).