El  endogenismo en México es el periodo que abarca aproximadamente de 1934 a 1982.  Destaca el lapso de 1940 a 1972 donde el crecimiento anual del producto interno  bruto del país es en promedio de 8%. También conocido como esquema de  crecimiento estabilizador o de sustitución de importaciones. Dos rasgos muy  importantes es que el crecimiento se basa en la demanda interna, por lo que  existe un alto nivel de proteccionismo. Así también se tiene una alta  injerencia estatal en la economía. Se piensa entonces que el ideal de  desarrollo de nación es lograr su independencia, soberanía, autosuficiencia y  autodeterminación con respecto al exterior.
  El  esquema se basa en la teoría general sobre la ocupación, el interés y el dinero  del inglés John Maynard Keynes (1883  – 1946), también conocido como de equilibrio con subempleo. El gasto de  gobierno o inversión pública son fundamentales para incentivar el crecimiento  económico. Su tesis adquiere especial relevancia al ser el fundamento que  resuelve la gran depresión económica mundial de 1929 – 1933. Da el fundamento  clave para que las naciones desarrolladas emprendan una nueva política que los  saque de su postración económica. Inglaterra, Alemania, Francia y Estados  Unidos son las principales beneficiarias de esta tesis.
  La  Unión soviética no sufre la crisis durante la gran depresión puesto que su  esquema marxista ya concibe el problema de la sobre producción o del  subconsumo, como fundamento de la lógica de acumulación capitalista y la  explotación. Los trabajos del economista polaco  Michal Kalecki (1899 – 1970)  aportan un esquema muy similar al keynesiano y que de hecho es donde se  inscribe la política económica del mundo socialista.
  En  occidente el keynesianismo es adoptado por la administración de Franklin Delano Rossevelt (1882 – 1945)  y Winston Churchill (1874 – 1965).  En la Unión americana este esquema es exportado a América latina, donde destaca  México durante la administración del presidente Lázaro Cárdenas del Río (1895 – 1970). Es implementado por su  ministro de Hacienda, Eduardo Suárez  Aránzolo (1894 – 1976), quien antes del chileno Raúl Federico Prebisch Linares (1901 – 1986), primer presidente de  la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), es quien echa a andar es  esquema endogenista y cuyo resultado es bastante exitoso (el llamado “milagro  mexicano” es resultado de sus políticas económicas).
  En  el éxito del esquema endogenista hay que concebir dos coyunturas que le son  favorables: la interna y la externa. En lo interior destaca la paz social y el  orden logrado durante la década de los años 20 e inicios de los 30 de la  vigésima centuria. La existencia de una partido político oficial de carácter  incluyente que suma e integra todas las iniciativas e inquietudes de los grupos  revolucionarios e insurgentes existentes en el país: el Partido Nacional  Revolucionario (ahora conocido como PRI). La expansión demográfica con tasas  promedio anuales de 3.6%, al parejo de la expansión agrícola, la modernización  del campo, la proliferación de los agro negocios que se conjuga con la llamada  revolución verde, basada en granos mejorados, existencia de fertilizantes,  plaguicidas, nuevas tecnologías e infraestructura agrícola.
  En  lo exterior, se suma el periodo de entre guerra donde Europa y Estados Unidos  de América demandan productos primarios, insumos industriales y pertrechos para  la reconstrucción europea después de la primera guerra mundial, así como la  segunda guerra mundial y la posguerra que sostienen las exportaciones primarias  mexicanas, las que gracias a las guerras de Corea (1950 - 1953) y de Viet Nam  (1959 – 1975) y la fase de reconstrucción de las economías involucradas en la  contienda. La guerra fría y la carrera armamentista agregan su componente para  sostener por largo plazo la demanda externa del país.
  México  logra un alto nivel de crecimiento económico sostenido por largo plazo. La  estabilidad y el crecimiento se traducen en prosperidad y sustancial mejora en  el nivel de bienestar de la nación mexicana. Pero esto se colapsa en 1976. Las  razones tienen que ver con la grave dependencia comercial y financiera que  México tiene con la Unión americana. Para entonces más de tres cuartas partes  de lo que se exporta son compras estadounidenses, como a su vez, más de tres  cuartas partes de lo que se importa provienen de los Estados Unidos de América.  Esta situación no obstante hasta entonces era superavitaria para la nación  mexicana lo que permite una constante acumulación de divisas y lleva al  crecimiento sostenido de las reservas internacionales del país.
  La  recuperación europea y la formulación de la Comunidad Europea en 1960 llevan a  que esta región implemente una estrategia de crecimiento de corte endogenista,  donde se termina por ir sustituyendo de forma sistemática las importaciones  estadounidenses. Los norteamericanos ven rápidamente caer sus ventas en Europa.
  Resurge  Japón, que bajo la generalización de esquemas de producción basados en la  producción flexible (toyotización), lidera a los llamados Tigres de Oriente  (Corea del sur, Singapur, Tailandia, Hong Kong, Filipinas, Taiwan, por citar  los principales), que no solo restan mercados a los estadounidenses, incluso  invaden sus propios mercados.
  Los  estadounidenses desde el segundo lustro de los años 60 del siglo XX sostienen  su déficit comercial emitiendo dólares extra a su capacidad de amparo en sus  reservas de oro existentes en el Fuerte Nox (prevalece el tipo de cambio basado  en este mineral). La economía norteamericana de posguerra colapsa en 1971  cuando se evidencia (por Francia) que existen en circulación más dólares del  que los norteamericanos pueden amparar en su tipo de cambio del momento por sus  reservas de oro. La crisis se agudiza con el conflicto en medio oriente en de  conflagración bélica árabe – israelí de 1973. La situación la resuelven los  norteamericanos al abandonar el tipo de cambio basado en el patrón oro – dólar  para pasar al de tipo fiduciario. Amparan el valor de su moneda en su producto  nacional bruto y las deudas colocadas que les deben otras naciones, en especial  las europeas (eurodólares), así como en sus reservas de petróleo  (petrodólares).
  En  México esta crisis hace que la nación desde 1970 pase de ser una nación son  superávit comercial a un abierto y creciente déficit. Las reservas caen  rápidamente y en 1976 se devalúa el peso de $12.50 por dólar a $24.25. Una  devaluación de casi el 100%.
  Por  otra parte, el Estado como proveedor de bienes, servicios e infraestructura se  empieza a ver limitado por las crecientes demandas sociales derivadas por una  parte del propio crecimiento de la población, así como de la diversificación de  sus demandas en todo aspecto. El petróleo descubierto en 1976 en el golfo de  México (los llamados yacimientos de Cantarell), dan un respiro a la nación  durante la década de los años 70 de la misma centuria pero aún así, el sobre  endeudamiento, un pésimo manejo de las finanzas públicas (corrupción), y  demandas sociales crecientes dejan en evidencia que el Estado mexicano no tiene  capacidad de proveer a la nación sin ir incrementando la carga fiscal a los  ciudadanos.
  La  evasión fiscal en México tradicionalmente es altísima. Un creciente sector  informal resta capacidad recaudatoria a Hacienda. Las finanzas públicas  tiemblan y entran en déficit perentorio. La crisis no es de México, es de  occidente. La situación se hace abiertamente crítica en la década de los años  80. La propuesta desde la cúspide del esquema capitalista (Inglaterra y los  Estados Unidos), parte de invitar a la iniciativa privada a suplir lo que el  Estado no puede atender: el neoliberalismo. La tesis se basa en el pensamiento  de Friedrich August von Hayek (1899  – 1992) y el matrimonio Friedman (Milton, 1912 – 2006; Rose, 1910 - 2009).  Los responsables de echarla a andar son Margaret Tatcher (1925 -2013), y Ronald Reagan (1911 – 2004).
  El  endogenismo no se agota, sigue siendo un esquema exitoso, siempre y cuando el  Estado sostenga su gasto social con ingresos extra en Hacienda. En pocas  palabras, el Estado puede proveer a la población de bienes, servicios e  infraestructura subiendo los impuestos. Más impuestos significan para la  población menos capacidad de ahorro, lo que resta a la iniciativa privada ante  un estado creciente y tendiente a ser totalitario. En otras palabras, el  endogenismo se encauza hacia el socialismo. La iniciativa privada reacciona a  escala mundial. La contra tesis es precisamente la corriente neoliberal. En  México la socialdemocracia pierde en 1988 ante el fraude electoral hecho a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (1934 -  …), la derecha demócrata cristiana no permite que en México se sostenga cualquier  forma de gobierno basado en la planificación central. El nuevo liberalismo es  encargado a presidente Carlos Salinas de  Gortari (1948 - …), quien lo emprende las iniciativas necesarias para  clausurar el régimen endogenista en el país con reformas institucionales  profundas para la reestructuración económica. No se niega que de hecho el  neoliberalismo es implementado de forma mesurada por el presidente Miguel De La Madrid Hurtado (1934 –  2012). Tampoco se deja atrás que en 1973 en Chile durante el régimen de Augusto Pinochet (1915 – 2006) la tesis  neoliberal es implementada en dicha nación. También se indica que desde 1965 en  México el programa de la industria maquiladora de exportación (PIME, 1965 –  2001) así como el esquema de Arthur  Lexis (1915 – 1991), son los antecedentes más relevantes de orden  neoliberal en el país.