RETOS Y ALCANCES DE LA INVESTIGACIÓN CONDUCTUAL

RETOS Y ALCANCES DE LA INVESTIGACIÓN CONDUCTUAL

Carro Pérez Ennio Héctor. Coordinador
Unidad Académica de Ciencias Jurídicas y Sociales (CV)

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VALIDACIÓN DE UN INSTRUMENTO PARA LA EVALUACIÓN DEL COMPORTAMIENTO VIOLENTO EN EL NOVIAZGO

Viñas Velázquez Bertha Margarita, Águila Aguilar Lizeth Areli, Preciado Abrego Meza Baltazar, Preciado Hernández Miguel Ángel Y Núñez Medrano Jonathan
Facultad de Medicina y Psicología.
Universidad Autónoma de Baja California

  El propósito del estudio es presentar los resultados de la validación y confiabilidad de un instrumento de medición de violencia en las relaciones de noviazgo en estudiantes universitarios. Se explorarán características de un campo inexplorado, donde surgen múltiples hipótesis. La hipótesis sobre la que se rige este estudio es que los reactivos del Instrumento de Medición de Violencia en las Relaciones de Noviazgo en Universitarios son adecuados para medir eficazmente dicho comportamiento. El objetivo es contar con instrumento confiable y válido, que en estudios posteriores, nos permita detectar la prevalencia de comportamiento violento en parejas universitarias. La muestra son 6 grupos definidos  de estudiantes de Psicología de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) de ambos sexos con edad entre 18 y 28 años. En 3 grupos en etapa básica se aplicó el procedimiento 1, y un segundo, se constituyó por 3 grupos de etapa final, con el objeto de que los estudiantes tuvieran conocimientos suficientes sobre violencia y comprendieran la intención de establecer los criterios de una escala. El instrumento consta de 64 reactivos dividido en 3 secciones y está basado en la “Escala de violencia e índice de severidad: una propuesta metodológica para medir la violencia de pareja en mujeres mexicanas” (Valdez-Santiago R, Híjar-Medina MC, Salgado de Snyder VN, Rivera-Rivera L, Avila-Burgos L, y Rojas R., 2006) modificado para ser aplicado a mujeres y hombres, en proceso de formación universitaria. Incluye un apartado de datos personales. Los reactivos describen situaciones donde pudieran presentarse conductas violentas. En el procedimiento para la muestra 1, se aplicó el instrumento con las instrucciones establecidas y en compañía del mismo equipo de trabajo para aclarar alguna duda sobre los conceptos utilizados. En la muestra 2, se les pidió otorgar un valor a cada reactivo según consideraran la intensidad de la violencia representada. Esto para lograr comprobar la validez, al darle valores a los reactivos y realizar escalas ordinales a partir de los resultados para determinar la intensidad de la violencia. Se  aplicaron ambos procedimientos, y actualmente, se están procesando los datos mediante el programa SPSS, versión 17, para su validez y confiabilidad, mediante el coeficiente de Alfa de Combrach.

Palabras clave: violencia en el noviazgo; validación y confiabilidad de un instrumento; comportamiento violento en estudiantes universitarios.

INSTRUMENT VALIDATION FOR ASSESSMENT OF DATING VIOLENT BEHAVIOR
 
  The purpose of the study is to present the results of the validation and reliability of a measuring instrument of violence in dating relationships in college students.
Will explore characteristics of an unexplored field where multiple hypotheses arise. The hypothesis on which this study is governed reagents Measuring Instrument Violence in dating relationships in college, are suitable for measuring such behavior effectively. The goal is to have reliable and valid instrument, which in subsequent studies, we can detect the prevalence of violent behavior in college couples. The sample is composted of 6 groups defined by psychology students at the Autonomous University of Baja California (UABC) of both sexes, aged between 18 and 28 years. In 3 groups in basic stage 1 procedure was applied, and a second, was formed by three groups of final stage in order that students have sufficient knowledge about violence and understand the intention of establishing a scale criteria. The instrument consists of 64 reagents divided into 3 sections and is based on the "scale of violence and severity index: a proposal to measure partner violence among Mexican women" (Valdez-Santiago R, Híjar-Medina MC, Salgado de Snyder VN, Rivera-Rivera L, Avila-Burgos L, and R. Rojas, 2006) modified to apply to women and men, in the process of university education, and includes a section on personal data. The items described situations where violent behavior may occur. In the procedure for sample 1, the instrument was applied with the instructions set and in the company of the same team to clarify any questions about the concepts used. In sample 2, were asked to give a value to each item according consider the intensity of the violence depicted. This pre achieving by giving values ​​to the reagents and perform ordinal scales from the results to determine the intensity of the violence. Both procedures were applied, and currently being processed data using SPSS, version 17, for its validity and reliability, using alpha coefficient Combrach.

Keywords: Dating violence: validation and reliability of an instrument; violent behavior in college students.

  El propósito del estudio es presentar los resultados de la validación y confiabilidad de un instrumento de medición de violencia en las relaciones de noviazgo en estudiantes universitarios. El objetivo es contar con instrumento confiable y válido, que en estudios posteriores, nos permita detectar la prevalencia de comportamiento violento en parejas universitarias,  y   dar a conocer las bases sobre las que se funda la investigación así como los últimos avances en el desarrollo de la misma y como se ha desarrollado la instrumentación y algunas vertientes que fueron apareciendo durante el desarrollo de la misma.
  En la primera parte, se puede observar algunas de las bases sobre las que se funda la necesidad del desarrollo del presente estudio, algunos antecedentes internacionales, nacionales y estatales, que muestran como la violencia entre las parejas se ha convertido en una verdadera pandemia, cuando esta conducta hace no muchos años, sólo se observaba o reportaba en relaciones maritales o en parejas que decidían vivir juntas (unión libre), mas sin embargo, este fenómeno se ha estado observando en la actualidad en parejas de jóvenes que viven en una relación de noviazgo, lo cual ha captado la atención de la comunidad científica así como de la población en general. Como se explica más adelante la violencia está determinada por varios factores (internos y externos) y dentro de las relaciones de pareja se ha representado como un círculo o ciclo “vicioso”.
  En el informe de la Organización Mundial de la Salud, “World Report on Violence and Health”, se recogen datos de 48 encuestas de distintos lugares del mundo, según los cuales entre el 10% y el 69% de las mujeres indica haber sido maltratada físicamente por un compañero íntimo en algún momento de su vida (Organización Mundial de la Salud, 2002).
  En Estados Unidos la Asociación Médica Americana (1994) estima que cerca del 25% de las mujeres es víctima de maltrato domestico al menos una vez en su vida.
  En España se estima que alrededor de un 9.3% de las mujeres mayores de 18 años son víctimas de maltrato físico, psicológico o sexual por parte de sus parejas y que en más del 60% de los casos éste ocurre durante un periodo superior a 5 años (Instituto de la Mujer, 2006).  
Tras examinar una serie de estudios realizados antes del año 1999 en 35 países, el porcentaje de mujeres que habían sufrido violencia física a manos de sus parejas oscilaba entre el 13% en Japón y el 61% en el entorno provincial de Perú. Japón también registraba el nivel más bajo de violencia sexual (6%), mientras que el más elevado se registraba en Etiopía (59%), según el Innocenti Research Centre (2000). 
  Acera de lo que sucede en parejas jóvenes, O´Leary y Slep (2003), encuentran que en estudiantes de preparatoria, el 17% de los hombres y el 31% de las mujeres manifiestan agresiones físicas, mientras que el 24% y el 22% de hombres y mujeres, respectivamente, han llegado a sufrir este tipo de agresiones a manos de sus parejas.
  En México, un estudio del Instituto de las  Mujeres de la Ciudad de México, reveló que el 60% de las mujeres había sufrido violencia (Rodríguez, 2005). Otra investigación efectuada entre mil mujeres de Nuevo León indicó que el 46 % había  vivido algún tipo de violencia en el noviazgo. Así mismo no existe relación entre la violencia psicológica en el noviazgo y el deseo de las  estudiantes de casarse con su novio, ya que a pesar de haber sido víctimas de violencia  psicológica por parte de su novio, el 76.2% desea casarse con él (Gonzales, 2007).
  De acuerdo a los resultados de la ENDIREH (2006) en México el 43.2 por ciento de las mujeres de 15 años y más sufrió algún incidente de violencia por parte de su pareja (esposo o pareja, ex esposo o ex pareja, o novio) durante su última relación.
  La encuesta nacional de violencia en el noviazgo (2007), reveló que el 9% de los jóvenes entre los 12 a 24 años de edad señalaron haber recibido golpes en el hogar y por consecuencia replicarlo en una relación de pareja, y aunque podría creerse que es las zonas marginadas donde se presenta este fenómeno, refirió se reciben más denuncias en las zonas urbanas.
  En el municipio de Tijuana se encontró según la información recabada por la Encuesta Nacional de Violencia en el Noviazgo del 2007, el 15% de las y los jóvenes han experimentado al menos un incidente de violencia física en la relación de noviazgo, además de que es en la zona urbana en donde se da la mayor proporción, con un 16.4% contrario al 13.2% en las zonas rurales.
  La directora del Proyecto Nacional Educativo para la Detección Prevención y Atención de la Violencia contra las Mujeres del Instituto Tecnológico de Tijuana, Ana Lilia Cavadas Contreras (2009), dio a conocer que de cada 100 parejas un 65%, han reportado que padecen cierto tipo de violencia.

Violencia en las parejas.

  La violencia en la pareja es una variable cada vez con mayor preocupación en el campo profesional y público de la población mundial, debido a que afecta en todas las clases sociales, en todos los niveles educativos y a todos los entornos geográfico, siendo un gran problema social y psicológico que requiere cada vez más de las instituciones y sistemas de protección social. Por lo que se le puede considerar hoy en día un grave problema de salud pública dada su altísima prevalencia y por el hecho de que las repercusiones psicológicas del maltrato y el abuso físico constituyen un factor de riesgo de salud a largo plazo (Guerrero, 2008).
  Estando de acuerdo con Jacobson y Gottman, (1998) en que: “Desde el punto de vista funcional, el agresor no sólo usa la violencia para conseguir algo que no tiene o para forzar una situación, sino para mantener e incrementar un status quo de desigualdad”; podemos decir entonces que una de las cosas que busca el agresor es un incremento en la propia estima, nutrida por la visión de “respeto” y miedo por parte de la pareja, así como de sus iguales, al alardear sobre su dominio y poder con la pareja.
  Guerrero (2008) menciona que se puede observar como algunas agresiones, ya no son vistas como tal o se han vuelto “cotidianas” en algunas culturas, por lo que se reportan con menor frecuencia (sobre todo las psicológicas) que las agresiones “puramente” físicas.
Una adaptación del modelo ecológico en el que vive una mujer maltratada, exponiendo los factores de riesgo y de protección que se pueden adquirir en cada uno de los subsistemas de la persona es el propuesto por Corsi (2001) donde propone que:
En el microsistema, se encuentran los protagonistas con sus características individuales (víctima y victimario). En el exosistema se localizan las creencias culturales machistas y religiosas, en el que se pueden ubicar algunos factores de riesgo. Finalmente, en el macrosistema, se encuentran las creencias culturales en la desigualdad de género, que afectan no solo a las parejas o los hogares donde se presenta la conducta de violencia, sino también en la insensibilidad de los prestadores de servicios, tanto de salud como los jurídicos, acusando a la victima de ser quien provoca tal reacción agresiva.
  En cuanto al proceso de enamoramiento previo al noviazgo, es diferente entre los sexos, mientras que en las adolescentes se inclinan por cuestiones sentimentales más que carnales, los jóvenes de esta misma etapa se inclinan más por las cuestiones carnales que sentimentales, es importante este punto ya que refleja el objetivo de la relación y hacia donde puede estar orientada por cada una de las partes (novios) y dependiendo del grado de enamoramiento en el que se viva, se puede determinar el grado de violencia que se permite o que se ejerce (Gutiérrez, 2007).
  En la mayoría de los casos, aquellas conductas de enamoramiento que se muestra durante el noviazgo, comienza a ser utilizado como escusa del origen de toda acción violenta, sin embargo, estas acciones son tan recurrentes que se normalizan, por lo que no son percibidos por las victimas y victimario como tales (conductas violentas) sino como una expresión del amor que se tiene o se siente por el otro (a) (Reyes, 2009).
  Makepeace (1981) quien fue el pionero en conducir una investigación sobre la naturaleza y la prevalencia de la violencia en el noviazgo, obteniendo que uno de cada cinco estudiantes universitarios ha experimentado abusos físicos por parte de su pareja. Además el 61% de la muestra revelaba conocer a alguien que la había sufrido.
  Estos resultados demuestran que el uso de la violencia no suele surgir de forma espontánea durante el matrimonio o en la vida de pareja sino que con frecuencia se inicia durante el noviazgo. De ahí la importancia del análisis de estudios que se avocan a edades en que el noviazgo inicia (Oliva, Gonzales, Yedra, Rivera y León. 2012).
 
METODOLOGÍA

El presente estudio forma parte del desarrollo de  un programa de prevención de violencia en la pareja dirigido a estudiantes de la Universidad Autónoma de Baja California campus Tijuana 2012-2 (UABC 2012-2), en proceso de realización de marzo de 2012 a la fecha. Se aplicó el instrumento a un total de 80 estudiantes de primer semestre de la Escuela de deportes incluyendo hombres y mujeres de entre 17 y 30 años de edad, que participaron en los talleres de Equidad de género y su relación con el noviazgo los días asignados para dicha Escuela. Un equipo de investigadores previamente capacitados aplicó un cuestionario que contenía información sobre los tipos de violencia en el noviazgo (violencia física, psicológica, sexual y económica) expresando en ellos tanto frases como conductas violentas.
Construcción de la Escala de Violencia en las relaciones de pareja en el noviazgo
La construcción de la Escala de Violencia en el Noviazgo (EVN) para este estudio partió de la conceptualización de violencia en el noviazgo, la cual consiste en el maltrato por parte de la pareja caracterizado por una serie de conductas coercitivas que pueden incluir violencia física: golpes, pellizcos, empujones o heridas de arma o punzo cortante; violencia psicológica: ya sea con amenazas, persuasiones o críticas; violencia sexual: con acciones que dañen la integridad sexual; y violencia económica: mediante privaciones, ejerciendo control sobre el dinero de la otra persona, etc.
El objetivo de la EVN fue medir el nivel de violencia ejercida o padecida para cada tipo de violencia explorada en el estudio, considerando para ello solo la primera sección del instrumento, la cual consta de 20 reactivos selecciones en base al criterio de jueces expertos en el 2012, que incluyen de 5 reactivos por cada tipo de violencia.
Construcción del Índice de Severidad
La construcción del Índice de Severidad de Violencia en el Noviazgo (ISVN) se realizó a través de dos procedimientos: el análisis de las respuestas de los estudiantes de nuevo ingreso que asistieron a los talleres de Equidad de Género y su Relación con el Noviazgo a las preguntas que conformaron la primera sección del cuestionario; y el jueceo para asignar pesos a cada reactivo de la escala, tomando en cuenta el daño físico, sexual, psicológico y económico, de cada acción o comportamiento violento incluido en el IMVRN (Instrumento de Medición de Violencia en las Relaciones de Noviazgo).
Para el tratamiento de los resultados se utilizaron los siguientes procedimientos:
PROCEDIMIENTO I. A partir de las respuestas de los estudiantes a los reactivos del IMVRN, se evaluó la consistencia interna del mismo, utilizando para ello el Alpha de Cronbach, cuyo resultado arrojó un 0.88 de confiabilidad en dicho instrumento. Una vez verificada la consistencia interna y la confiabilidad del IMVRN, se procedió a realizar la validación.
PROCEDIMIENTO II. Se llevó a cabo un jueceo del IMVRN a través de voces expertas y muy bien calificadas en el tema de violencia, realizando un criterio para cada reactivo sobre si este, mide o no, alguna de las dimensiones de violencia en el noviazgo. En primer lugar se buscó a los jueces expertos en el tema de violencia que darían cuenta de las diferentes opiniones del contenido de cada uno de los reactivos en relación de estos con la violencia en el noviazgo, para lo cual se les pidiéndoles que evaluaran a  su vez las cuatro diferentes dimensiones de la violencia en el noviazgo: física, sexual, psicológica y económica. Para ello se utilizó una escala dicotómica, a través de la cual se dio la eliminación de 11 reactivos en total de cada una de las secciones (cuadro I).
Descripción de los jueces expertos
Participaron 3 jueces, mujeres expertas en la temática de violencia en el noviazgo, una Mtra. en Salud Pública especialista en maltrato a la mujer, una Mtra. en psicoterapia de familia y pareja, y otra Mtra. en Criminología.
PROCEDIMIENTO III. Se llevó a cabo una comparación entre las diferentes teorías, modelos e investigaciones sobre la violencia en el noviazgo y el contenido de los reactivos donde se presentan las 4 dimensiones de la violencia en el noviazgo para evaluar la validez de constructo. Dicho procedimiento se describe en los resultados del presente documento.

RESULTADOS

Procedimiento I. Para determinar la confiabilidad del IMVRN se incluyeron todos los reactivos que lo conformaron y se calculó el Alpha de Cronbach; el resultado de este análisis fue de 0.88, lo que indica que hay una buena consistencia interna en el instrumento.
Procedimiento II. En el cuadro I, donde se presentan los resultados de la primera sección puede observarse que de los 20 reactivos iniciales 19 poseen consistencia en relación con la violencia 5 reactivos en violencia psicológica, 4 reactivos en violencia física, 5 reactivos en violencia sexual y 5 reactivos en violencia económica. Lo cual permite interpretarlas como variables significativas en un 95%.
Los resultados de la segunda sección, de los 20 reactivos solo 14 poseen consistencia en relación con la violencia en el noviazgo, los cuales pertenecen a la dimensión de la violencia psicológica.
Los resultados de la tercera sección, puede observarse que de los 21 reactivos solo 18 reactivos poseen la consistencia necesaria en relación con la violencia en el noviazgo, de los cuales 6 reactivos manifiestan violencia física, 8 reactivos manifiestan violencia psicológica, y 4 reactivos manifiestan violencia sexual.
Procedimiento III. En este último se muestra el resultado de la validez de constructo, donde se obtuvo las evidencias suficientes para afirmar que el instrumento sí refleja las principales dimensiones de violencia en el noviazgo con respecto a la base de teorías con las cuales se sustenta la investigación.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Después de esta revisión y resultados, observamos que contamos con un instrumento validado y confiabilizado para detectar la violencia en las relaciones de noviazgo, en población universitaria. Sería interesante verficar si en población no universitaria, en el rango de edad en que se validó y confiabilizó, no arroja los mismos resultados.

Referencias

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