EL MIEDO, LA FRUSTRACIÓN Y LA INDIFERENCIA ELECTORAL Y POLÍTICA EN LA CIUDAD DE TEPIC, NAYARIT, 2011

EL MIEDO, LA FRUSTRACIÓN Y LA INDIFERENCIA ELECTORAL Y POLÍTICA EN LA CIUDAD DE TEPIC, NAYARIT, 2011

Lucina Aguilar Orejel (CV)
Universidad Autónoma de Nayarit

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1 La indiferencia electoral como producto del miedo

Este capítulo tiene como objetivo central analizar los referentes teóricos que permiten conocer el estado del arte actual en torno a las causas de la indiferencia hacia las elecciones y la política en general, haciendo especial énfasis en el mecanismo miedo a la represión-frustración-indiferencia, por el cual muchos ciudadanos trayectan, antes de generar en sí mismos la apatía e indiferencia electoral.
Para abordar este objetivo teórico, se estructura esta primera unidad de la siguiente manera. En el apartado 1.1 Ciudadanía, teorías del voto y de la abstención electoral, se encuadran, en una primera instancia, las teorías del voto que históricamente han sido más relevantes para explicar la participación electoral: la teoría sociológica, la teoría psicosociológica, la teoría de decisión racional y la ecléctica, mezcla de las tres anteriores. Esto se hace porque en ellas se enmarca los estudios que específicamente hablan sobre la abstención, cuyos contenidos se abordan, en la medida de lo necesario, en el apartado 1.1.2 Teorías de la abstención electoral para así tener una imagen que ayude a explicar la abstención en la ciudad.
En el apartado 1.2 Perfil de los ciudadanos que han decidido dejar de votar en la ciudad de Tepic se muestran las variables que inciden mayormente en la decisión de los ciudadanos que ya no hacen uso de las elecciones como medio para manifestar sus orientaciones políticas. En este sentido se expone que en la ciudad de Tepic al menos un 10.3% del electorado ha decidido dejar de votar (Aguilar, 2010) y se muestran las variables que inciden mayormente en que un ciudadano haya decidido dejar de hacer uso de las elecciones como medio para manifestar sus orientaciones políticas. Estos datos se obtienen del estudio de Aguilar (2010) que hace sobre la cultura política para la ciudad de Tepic.


Aguilar (2010) en el estudio que hace sobre cultura política de Tepic gesta una comprensión del por qué los ciudadanos van a votar. Ella dice que un ciudadano va a votar no porque crea que el político por el que vota va a representar sus intereses y es aún más clara diciendo que hay una crisis de representación política en la ciudad. Es por ello que surge la inquietud de saber entonces por qué van a votar, aspecto que se analiza en el apartado 1.3 el significado de la abstención electoral y del voto. En este sentido se plantea si puede ser el miedo a perder su trabajo o a no tener el trabajo que le prometieron o la represión que puede existir en contra de su ascenso laboral si no va a votar una de las principales motivaciones para ir a votar. Es decir ¿los ciudadanos creen que sus líderes sindicales o su patrón laboral pueden saber por qué partido votó, o si acudió a votar o no? ¿Es el miedo a que se conozca su preferencia política o si fue a votar o no una de las razones que lo impulsan a ir a votar? ¿Los ciudadanos votan para que no los corran en su trabajo o ascender en él? Inicialmente se puede esbozar que si la credencial no está sellada entonces se pueden dar cuenta si votó o no.
En el apartado 1.4 El miedo como parte de la cultura política se abordan los enfoques desde los que se ha estudiado la cultura política históricamente, así como la manera en que es entendida en la presente investigación. De igual modo se figura dónde se encuentra ella en la actual estructura económica y política. Por último se enfatiza el hecho de que el miedo es parte de la cultura política. Lo anterior a modo de preámbulo para penetrar en la trama miedo-frustración-indiferencia, elementos que se abordan en el apartado 1.5 Etapas de la apatía electoral: miedo, frustración e indiferencia.
Por último en el apartado 1.6 Conclusiones se proponen algunas explicaciones finales al fenómeno de estudio.

1.1 Ciudadanía, teorías del voto y teorías de la abstención electoral
No existen estudios que hablen sobre la indiferencia política y electoral como producto del miedo, ni cuáles creencias se vinculan al mismo. Pero lo que sí existen son a) estudios que analizan el comportamiento electoral –teorías del voto- y b) estudios específicos que hablan sobre las diversas causas de la abstención –teorías de la abstención-. En este punto se recalca que ninguno de ellos estudia el mecanismo miedo-frustración-indiferencia como elemento medular para la comprensión del comportamiento y abstención electoral.

1.1.1 Teorías del voto
En relación a los primeros (estudios que analizan el comportamiento electoral) cuatro son las corrientes teóricas que históricamente han acaparado la mayor atención: 1) la teoría sociológica, que resalta la importancia de la integración social como elemento motivador de la participación política; 2) la psico-sociológica, en la cual el voto es considerado un mecanismo de afirmación personal pero no de pertenencia a una clase social, a diferencia de la anterior; 3) la de decisión racional que expone cómo el votante se comporta de forma racional ejerciendo su decisión a partir de una sentencia costo-beneficio en particular (Roche, 2008); y los últimos estudios 4) la teoría ecléctica, que está en boga dado que permite un análisis más real de la votación al investigar las razones últimas que llevan a los votantes a comportarse de la forma en como lo hacen, incluye variables explicativas de distinta índole: ideológicas, partidistas, situacionales, psico-políticas, etc. (Sáez, 1998).
Con posterioridad surgieron muchos otros desarrollo teóricos referentes, por ejemplo: la teoría del votante dual, la espacial y direccional del voto, individualista o del candidato, normativa, contextual, enfoque del voto ganador, etc. etc.
Los anteriores estudios son importantes para entender el comportamiento electoral pero al no abordar de forma específica las causas de la abstención no es necesario profundizar sobre sus contenido concretos; salvo un enfoque útil para explicar la investigación en curso llamado por Valdez (2008) enfoque del miedo. La idea central de éste último es que el ciudadano vota por miedo a que las cosas empeoren y se pierda lo que se tiene o ha logrado o porque se amenaza el sistema de creencias y valores predominantes. Asimismo, como garantía de seguridad pública, militar, económica, jurídica o social y como salvaguarda ante las amenazas y  peligros reales o imaginarios existentes.

1.1.2 Teorías de la abstención
Ahora, referente al segundo grupo de estudios (que hablan de forma específica sobre las causas de la abstención) es importante subrayar que se derivan y relacionan con las principales corrientes teóricas mencionadas en el primer grupo de teorías que analizan el comportamiento electoral; no obstante, son investigaciones más específicas. De forma destacada se encuentran las siguientes: teorías que resaltan la importancia de la integración social y variables socio-estructurales (trabajo, edad, lugar de residencia, religión, pertenencia a colectivos sociales, clases social, etc.) como elementos motivadores de la participación electoral (corriente sociológica); teorías que se enfocan en variables de naturaleza subjetiva, como la preferencia e identificación partidaria, ideología, etc. (corriente sico-sociológica); las que tienen que ver con decisiones de costo-beneficio, el costo de votar sopesado en relación al beneficio que reporta (corriente de decisión racional o costo-beneficio); y otras que apelan a factores diversos de las tres antes mencionadas corrientes (corriente ecléctica). Los cuatro grupos de estudios se abordarán a continuación.

1.1.2.1 Investigaciones que resaltan la importancia de la integración social
Dentro de las investigaciones que resaltan la importancia de la integración social como elemento motivador de la participación, Domènech (2007) refiere una serie de hipótesis sobre la participación en los procesos electorales, dice que las personas tienden a participar (la abstención militante o el voto en blanco o nulo también son formas de participar) en las elecciones cuándo: 1) como ya se dijo, por motivos morales consideran que es su deber hacerlo; la participación, lejos entonces de ser un coste, puede llegar incluso a ser una fuente de satisfacción personal. 2) Ven su participación individual más o menos sólidamente incrustada en un marco de acción colectiva. La participación se encarna socialmente en afiliaciones o contribuciones a partidos, sindicatos, asociaciones, clubes, o aún en la inclusión de variadas redes sociales, se participa como parte de un ‘colectivo’ (o de varios). Y 3) creen que la acción colectiva, de la que su acto de sufragio es parte, tiene posibilidades reales de influir, directa o indirectamente, en el resultado final, en la configuración democrática de la vida social; participan sin perder la esperanza de incidir en el resultado. Esta última circunstancia termina también siendo una tendencia en la ciudad de Tepic, ya que del 100% de ciudadanos que sí hacen uso de las votaciones –votantes consolidados-, el 78.1% dice que un voto sí hace la diferencia, por su parte del 100% de aquellos que han decidido dejar de votar sólo el 47.5% dice que sí hace la diferencia, mucho menos que aquellos (Aguilar, 2010). Por lo que la tendencia se confirma.

1.1.2.2 Investigaciones que se enfocan en variables de naturaleza subjetiva
Ahora, del grupo de investigaciones que se enfocan en variables de naturaleza subjetiva se encuentran los resultados de Buendía y Somuano (2003) quienes dicen que acuden a votar más aquellos que creen que los políticos se preocupan por la gente y que perciben el proceso electoral como limpio. Lo cual según Aguilar (2010) es una tendencia para la ciudad de Tepic, ya que en el estudio que hace de cultura política, para dicha ciudad, los ciudadanos que dijeron que no irían a votar a las elecciones de gobernador 2011 en su mayoría no creen en la fiabilidad de los resultados electorales: el 70% de los ciudadanos que dijeron que no votaron en las elecciones de gobernador 2005 y que no lo haría en las de 2011 no tienen confianza en los resultados electorales ni en el IFE; en cambio el 85.5% de los que dijeron que sí votaron en las elecciones de gobernador 2005 y que votarían en las elecciones de gobernador 2011 sí confían en el IFE o en los resultados electorales o en ambos.
 Por su parte, Barreiro (2002) habla de la percepción de los grupos políticos, dice que lógicamente “cabe esperar que aquellos individuos que piensen que no hay diferencias entre unos grupos políticos y otros sean más propensos a la abstención que los que sí vean divergencias” (p. 20). Al respecto en la ciudad existe una tendencia a que los que votan digan que les conviene que cierto partido gobierne (46.5%), mientras que los que no votan dicen que no les conviene (87.5%) o no responden cuando se les pregunta si les conviene que cierto partido gobierne.
Barreiro (2002) también menciona que el fenómeno de la abstención depende esencialmente de factores puramente políticos, como el grado de compromiso del individuo y la evaluación que haga de la oferta política. Sin embargo no hay que dejar de lado que la calidad de las instituciones públicas determina la confianza que el individuo tiene en el sistema político. Existe otra teoría que explica el grado de participación electoral, la teoría del segundo orden. Ésta se refiere a que en elecciones intermedias se acude menos a votar dado que son consideradas de menor importancia (Riba, 2000), lo cual sucede en la ciudad. Existe una mayor abstención electoral en elecciones intermedias que sexenales tanto a nivel estatal como a nivel del municipio y de la ciudad de Tepic (Aguilar, 2010). Al respecto Aguilar (2010) argumenta que desde 1996 a 2008 en elecciones de presidentes municipales en la ciudad de Tepic el promedio de abstención fue de 46.77%, en el municipio de Tepic de 41.8% en promedio, y a nivel estatal de 40.55%. En las elecciones de diputados locales para el mismo periodo en la ciudad de Tepic fue de 43.66%, de 41.81% a nivel municipio y de 43.03% a nivel estatal. En elecciones de gobernador (1999-2005) la abstención en promedio es de 38.09% en la ciudad; de 35.41% en el municipio de Tepic; y de 37.7% a nivel estatal. Lo que refleja la mayor participación electoral en elecciones gubernamentales es decir sexenales, que en las de diputados o presidentes que son trianuales, llamadas elecciones intermedias. Por lo que la abstención en elecciones intermedias es 8% mayor, aproximadamente, en relación a las elecciones sexenales o en otras palabras la participación en elecciones sexenales es 8% mayor que las intermedias.
Aunado a lo anterior, Doménech (2007) habla de una tendencia que también es aplicable en la ciudad: los ciudadanos que por motivos morales consideran que es su deber hacerlo irán a votar. Lejos entonces de ser un coste, puede llegar incluso a ser una fuente de satisfacción personal. Referente a esto, en la ciudad existe una diferencia entre los que votan y los que no lo hacen en relación a cómo ven el acto de votar: el 23.1% de los que votan dicen que es obligación mientras que del 100% de los que no votan, sólo el 12.5% opina que es una obligación, por lo que los que votan tienden a ver más el acto de votar como una obligación más que aquellos que han decidido dejar de votar (Aguilar, 2010). En este mismo sentido, del electorado de la ciudad de Tepic que no vota el 82.5% ve el acto de votar como un derecho, y de los que votan no es el 82.5% sino el 75.2% los que consideran el acto de votar como un derecho. Los que votan lo ven más como obligación, los que ya no votan lo conciben en mayor proporción como un derecho.
Martinelli (2006) habla de diversos efectos que influyen en la abstención, a raíz de un estudio que hace de un grupo de personas en el cual cada votante conoce a qué candidato favorece cada uno de los otros votantes; los votantes pueden identificar qué partido favorece la mayoría política y quiénes son minoría en términos de preferencia electoral. Martinelli después de varios experimentos y a partir ellos deriva los siguientes efectos en relación a la participación electoral: i) efecto tamaño, conforme aumenta el número de votantes en la mayoría la participación electoral decae; ii) efecto competitividad, la participación electoral es mayor si la mayoría y la minoría tienen un tamaño muy cercano; iii) efecto minoría, los votantes en la minoría votan con más frecuencia que aquellos en la mayoría, y iv) efecto mayoría, la mayoría gana con mayor probabilidad que la minoría (Martinelli, 2006: 217).  
Por otra parte, en este grupo de investigación de naturaleza subjetiva que se está analizando, se habla  también de la identificación partidaria, la cual en Tepic es muy fuerte, de hecho el voto duro habla de dicha identificación y en la ciudad es del 35%. Es importante decir que al menos la mitad de ese voto duro es deliberadamente para el PRI (50%), un 12% para el PAN y un 10% para el PRD (Aguilar, 2010). Como se ve la ciudad de Tepic tiene un fuerte arraigo priista.

1.1.2.3 Investigaciones que tienen que ver con decisiones de costo-beneficio
Referente a las investigaciones que tienen que ver con decisiones de costo-beneficio (tercer grupo de estudios) se encuentra la hecha por Lavezzolo (2006) quien habla de la ‘hipótesis de movilización, la cual sostiene que una situación de adversidad económica aumenta la participación electoral, esto también significa que el ciudadano percibe que hay un mayor beneficio en el hecho de ir a votar, ya que vota para que la situación económica mejore; lo que quiere decir que, frente a unos malos resultados financieros la participación estará motivada por un afán de castigo al gobierno. Entonces si hay una situación económica negativa se acudirá a votar más y los que voten lo harán, mayoritariamente, con la finalidad de castigar al gobierno en turno que tuvo un mal desempeño económico. Este tipo de voto es de castigo y con él los ciudadanos pueden controlar la acción del gobierno de forma retrospectiva. Requiere una reflexión y evaluación por parte de los ciudadanos y concebir el voto como una forma de premiar o castigar a los gobiernos que sucedieron.
De igual modo, referente al voto de castigo, Fraile (2007) dice que para aplicarlo los ciudadanos deben de contar con un nivel mínimo de conocimiento y entendimiento de lo político, para juzgar a los gobiernos y partidos en función de su ideología o de los resultados de sus acciones. Sin embargo, en la ciudad existe poca educación política y ello se refleja en que el 42.8% de los ciudadanos encuestados por Aguilar (2010) no pueden ubicar a ningún partido conforme si son de derecha o izquierda (ni siquiera intentan atinar o bien dicen no saber nada de eso). Asimismo el 91.8% de los encuestados dijo no conocer nada la constitución política (72.3%) o que la conocía poco (19.5%) (Aguilar, 2010).
La anterior falta de conocimientos políticos expresada permite entender que el ciudadano promedio no está en posición de poder exigir sus derechos y por tal hacerlos valer ¿Cómo un ciudadano sin conocer sus derechos va a ejercerlos? Al respecto si se tiene un bajo nivel de conocimientos políticos así como apatía por lo que sucede en la esfera política en general, se produce un círculo vicioso: los ciudadanos terminan no votando por las opciones políticas más eficientes (por ejemplo: por aquellos políticos que sí cumplieron con lo que prometieron en campaña) por antonomasia tampoco ejercen un voto rechazando a aquellos que sólo hicieron falsas promesas. Esta situación hace que los funcionarios no tengan incentivos para cuidar lo que dicen en campaña ni cumplir sus promesas, lo cual a su vez fomenta más desilusión y apatía hacia la política en general que provoca que la gente no desee aumentar sus conocimientos políticos, generando apatía, y se presenta así una circunstancia que se auto-reproduce y es urgente romper (Aguilar, 2010).
Referente a lo anteriormente dicho, en la ciudad apenas el 10.3% de los ciudadanos dijo que ejerció, la última vez que votó, un voto de castigo/premio  (lo que quiere decir que sólo el 10.3% votó por la oposición, 1) o porque no les gustó lo que hizo el gobierno en turno -7.7%- 2) o bien por el mismo partido que estaba gobernando porque les gustó su desempeño -2.6%-). Realmente, son muy pocos los que dicen emplear este tipo de voto pero es entendible. Fraile (2007) dice que para aplicar un voto de castigo se necesita un nivel mínimo de entendimiento de lo político, se ocupan conocimientos políticos e interés por lo que pasa en la política y en la economía, elementos escasamente presentes en la sociedad de Tepic, donde se encuentra como elemento representativo de la cultura política de los ciudadanos de Tepic, el escaso conocimiento de lo político, la apatía hacia los temas políticos, indiferencia y miedo a hablar abiertamente sobre los problemas de índole política (Aguilar, 2010).
Por otro lado, la ‘hipótesis de abandono’ defiende exactamente lo contrario a ‘la hipótesis de movilización’: una persona que debe enfrentarse a ciertos problemas económicos resulta menos propensa a concurrir a las citas electorales (Lavezzolo, 2006:4). Asimismo, Lavezzolo (2006) hace una diferencia entre el comportamiento electoral de los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo, diciendo que mientras que para los países desarrollados la influencia de una depresión económico-financiera supone una moderada disminución de la participación electoral, en los países en vías de desarrollo la misma situación provocaría un importante aumento en los niveles de concurrencia a las urnas (Lavezzolo, 2006:6).

1.1.2.4 Investigaciones eclécticas
          En otra instancia, hay además investigaciones más eclécticas que apelan a una serie de elementos y circunstancias para explicar la abstención (cuarto grupo de estudios), al respecto Nohlen (2004) hace una lista de los factores que influyen en la abstención, habla de: 1) factores estructurales (composición del electorado teniendo en cuenta la existencia de culturas étnicas, nivel de educación del electorado, características de la cultura política en general, concepción del voto por parte del electorado, por ejemplo como un derecho o como un deber); 2) factores contingentes (imposibilidad del elector/electora de asistir al lugar de votación, ejemplo, por enfermedad o por cuestiones de distancia); criterios de elección racional (rationalchoice); tipo de elección (presidencial, parlamentaria, municipal) simultaneidad o no de los diferentes tipos de elecciones; 3) factores intrínsecos al derecho electoral (modo de registro de los electores -por ejemplo, inscripción individual, libre u obligatoria, versus automática-); características del sistema electoral (por ejemplo, magnitud de las barreras naturales y artificiales que contiene, sencillez de la boleta electoral); 4) factores relativos al sistema político (tipo de competencia entre los partidos; grado de movilización del electorado a través de los programas -de mayor o menor polarización entre ellos); desempeño del gobierno saliente; expectativas vinculadas a los candidatos que se presentan Nohlen (2004: 144 y 145).
Nohlen (2004:147) también menciona que son muchos los instrumentos de administración y justicia electoral que pueden influir en la participación electoral o, si se quiere ver de esta otra manera, en las dimensiones del ausentismo. Él habla sobre todo de elementos relacionados con la calidad de las instituciones, por ejemplo: el grado de modernización de la administración electoral; capacitación del personal electoral; espacio electoral (distribución apropiada de los centros de votación, cercanos a la residencia de los electores); sencillez de la boleta electoral que influye en la facilidad del voto así como en su efectividad dado que el votante puede expresar su preferencia política en términos estratégicos; voto postal (por correo); adecuada convocatoria a votar; participación electoral incentivada por una imagen positiva de los organismos electorales en cuanto a su profesionalismo, imparcialidad y eficiencia (credibilidad).
Nohlen (2004) concluye en su estudio que es importante que estén reducidas al mínimo las circunstancias contradictorias para que la gente acuda a votar. En ese sentido “es vital que existan factores como: cultura política que sustente la participación política; credibilidad en el sistema democrático y en la clase política; tradición democrática: centralidad del sistema representativo, rechazo de la violencia, y tolerancia con la disidencia y respeto por las personas con opiniones contrarias” (Nohlen, 2004:154)
En cuanto a la credibilidad del sistema democrático en Tepic, el 52.1% de los ciudadanos dice explícitamente que se respetó el voto en las elecciones de gobernador 2005 (Aguilar, 2010). El restante 47.9% dice que no o no responde cuando se le pregunta sobre la credibilidad del sistema electoral. Aunado a esto los ciudadanos confían poco en los funcionarios e instituciones políticas, al respecto sólo el 24.9% confía en lo que hacen los partidos políticos y sólo el 53.3% en lo que hace el IFE (gráfica 1) (Aguilar, 2010).
Nohlen (2004) en su estudio también menciona un fenómeno importantísimo, el clientelismo. A decir del autor “el grado de desigualdad social, con independencia del tamaño de la participación electoral, tiende a expresarse en ella a través de un mayor desequilibrio de la participación en detrimento de las clases bajas. Asimismo, en situaciones de alta pobreza y desigualdad, gran parte del electorado percibe las elecciones no tanto como un acto a través del cual se transmite un mandato político sino como un intercambio de productos y favores, fenómeno conceptualizado con el término de clientelismo. Así, por alto que pueda ser el grado de participación, tras ella se oculta un electorado con expectativas muy diferentes asociadas al voto según el grado de desigualdad social que rige en el país (en vías de desarrollo)” (Nohlen 2004, 133). 
Dado lo anterior, es trascendente decir que son una serie de elementos tanto subjetivos, sociales como estructurales los que influyen en la abstención. La investigación en curso al tratar de determinar si la indiferencia es producto de la frustración y ésta una derivación del miedo a la represión de los ciudadanos al exigir que las cosas se hagan con menos corrupción, considerará cada uno de dichos elementos, ya que, finalmente, la frustración que puede sentir un ciudadano (al no ver que las promesas de campaña se cumplen o un cambio real en la forma de hacer la política y en el desarrollo económico de su localidad) no surge de forma aislada sino que es producto de un contexto social, político y económico. Por lo que se reconoce la importancia mayor o menor que tiene cada uno de estos elementos para explicar la abstención pero se analizaran haciendo análisis de la posible frustración que experimenta la ciudadanía al tener que vivir en medio de tanta corrupción y no poder erradicarla.

De forma previa, se puede adelantar que el funcionamiento corrupto del sistema económico-político en su conjunto es posible que haya derivado en una forma de ver la realidad donde es peligroso exigir mayor transparencia o justicia, lo cual provoca frustración en la ciudadanía que al final deriva en una percepción desastrosa del funcionamiento del sistema político, los políticos y sobre todo en una gran abstención electoral